Factura al corazón © DISPONIB...

By sophiatramos

5.1M 337K 121K

DISPONIBLE EN ESPAÑA Y LATINOAMÉRICA POR NOVA CASA EDITORIAL 💕 --- ALGUNAS DEUDAS SON PARA TODA LA VIDA. Em... More

¡DISPONIBLE EN FÍSICO!
Anuncio importante
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31 - Especial: Responsabilidades
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35 [Final]
Epílogo
POR SIEMPRE EMMA

Capítulo 21

75.7K 8.5K 1.8K
By sophiatramos

[En Multimedia: El rostro de decepción de Emma]

—No escucho nada—la voz ansiosa de Jane resuena a mi lado. 

—Yo tampoco.

Todo está muy tranquilo, más de lo que me gusta. La conversación entre Joseph, Isabella, Hannah y Matt se mantiene como en un principio. ¿De qué tanto hablan? ¿Será que, después de todo, están armando una revolución en nuestra contra sin que nos demos cuenta? 

—Mejor nos acercamos—Jane da tres pasos hacia adelante, dispuesta a arremeter contra la conversación maligna, pero la tomo del brazo antes que prosiga. 

—Espera, ¿y qué si se dan cuenta?—estoy preocupada, perdiendo la esperanza de nuevo de que ganemos esto. 

—No se darán cuenta, tengo un plan—replica, completamente segura, a diferencia de mí. Me toma de la mano para arrastrarme con ella mientras camina en dirección hacia la conversación de los Sinclair con Hannah, pero justo antes de llegar, nos desviamos.

Entonces, sin preguntar, nos colamos en medio de una conversación de dos hombres que no tenemos ni la más remota idea de quienes son. Ambos se ven mayores, como de la edad de Jane. 

—Hola—Jane finge una sonrisa, pero ni siquiera se inmuta en establecer contacto visual con alguno de ellos. Yo menos. Estamos demasiado concentradas tratando de escuchar lo que se está dando en la conversación de al lado. 

—Sí, nos casaremos en semana y media—informa Isabella ilusionada. Con que hablan de su boda, y yo pensando que armaban una conspiración en nuestra contra—. Obviamente estás invitada. 

¿Invitada? ¡Bah! Qué más da, invitaron hasta al vecino de al lado que ni siquiera conocen. El que no tiene invitación a esa boda en Los Ángeles es porque es enemigo de los Sinclair. 

—Oye, tú eras la que estaba bailando como estríper hace un rato—en nuestros oídos resuena la voz de uno de los hombres. Tengo que observarlo, no me queda de otra. Es como de la estatura de Jane, cabello moreno corto, ojos claro. 

—Oh sí, ¿te gustó mi baile?—pregunta Jane haciéndose la interesada. 

El moreno asiente con la cabeza.

—Sí, me encantó—responde entre risas. 

—¡Genial!—Jane pretende emocionarse, pero luego cambia su semblante a uno serio—. Porque no vas a tener uno. 

De acuerdo, Matt tiene razón. Es malévola. 

Prestamos atención a la conversación de al lado. 

—Escuché que son los dueños del hotel más lujoso de Palm Springs, mi familia vive allá—Hannah comenta. 

—¿Enserio?—es el turno de Matt de hablar—. Deberíamos ir a visitarlos un día de estos. 

Buena actuación, Sinclair. Ni siquiera a mí me has llevado a visitar a mis padres, pero con ella sí se te ocurre que "deberías" conocer a sus padres, aunque sea de mentira. 

Alguien empieza a tocarme el hombro. Me volteo para encontrarme con que es uno de los hombres con los que "conversamos". O debería decir... ¿usamos para nuestro propósitos mezquinos?

—Emma, ¿cierto?—también tengo que mirarlo, no tengo muchas opciones en estos días. A diferencia del otro hombre, éste se ve más joven. Tiene el cabello muy claro, casi rubio, corto y ojos café claro. Igual que el anterior, mantiene casi la misma estatura que Jane. 

—Sí—respondo para no ser grosera, pero lo evado seguidamente. 

—Escuché que estás buscando un príncipe azul. Yo soy uno.

Mi corazón da un vuelco. ¡Vi lo que hiciste ahí, amigo! Coqueteando antes de media noche. Si a Matt no se lo permito, a ti menos. 

Jane no se percata. Está tan concentrada abriendo su oído lo más que puede para capturar todos los sonidos que sucedan al lado nuestro, donde la sensualidad en su máximo nivel ha soltado una risa a carcajadas y me perdí el porqué por andar escuchando al soquete que tengo a mi lado. 

—¿Príncipe? Pareces un sapo para mí—respondo poniendo los ojos en blanco. 

Los dos hombres sueltan una risotada que hace que Jane y yo nos asustemos. La carcajada llega hasta el oído de Isabella, que es muy perceptiva, y clava su mirada en donde nos encontramos. 

Horrorizadas, nos volteamos hacia los dos hombres, tratando de ocultarnos. Echo un vistazo de reojo. Isabella no se percata, pero Matt me inspecciona. Trata de decirme algo entre labios, pero no le entiendo. 

—Pero un sapo muy lindo, ¿no?—hace un chiste el rubio. 

Jane frunce el ceño. 

—¿Qué?—pregunta desconcertada. 

¡Ping! ¡Ping! ¡Ping!, escucho de pronto y no se trata del sonido de notificación de mi teléfono móvil. Isabella está golpeando otra vez la copa, solicitando la atención de todos los invitados. 

—¿Otro brindis?—pregunto a Jane—. Creí que dijiste que solo serían siete minutos hablando maravillas de Joseph y se callaría. 

Jane se encoge de hombros. 

—Tal vez ya está tan ebria que quiere hablar paja durante otros siete minutos más—responde—. Ya la conoces, le gusta llamar la atención. 

Alguien me agarra la mano y esta vez, no se trata de Matt. 

—Emma, te he estado observando desde que inició la fiesta...

¡Demonios! ¿De nuevo este mequetrefe? 

Suelto mi mano de la suya. 

—Mira inepto, te lo voy a decir solo una vez—trato de sonar amable, pero es imposible, mi alma no es noble—. Tócame una vez más y te juro que te golpeo. 

—¡Atención, invitados! ¡Tengo un anuncio muy especial que hacerles!—Isabella alza su voz que se oye un tanto quebrantada. Sí, es definitivo, ya está ebria—. Acaba de suceder algo muy importante aquí para la familia Sinclair. 

—¿Está embarazada?—pregunto a Jane mediante un susurro envenenado con curiosidad. 

—Lo dudo. 

—En este momento... mi corazón se llena de un regocijo incomparable porque...—suspira Isabella. Sus mejillas se han enrojecido ante tanto martini—. Hannah acaba de aceptar ser la novia de mi pequeño Matt. 

Suelto un bufido, porque no voy a caer esta vez. Sí, sí, tremenda noticia. ¿Podemos seguir con nuestras patéticas vidas? 

—Y van a darse su primer beso aquí enfrente nuestro—informa Isabella. 

¡¿Qué?! ¡Se cancela lo de seguir con nuestras patéticas vidas!

Mis sentidos enloquecen en ese momento. 

¡Tienes que estar jugando! ¡Maldita sea, Isabella no me haría esto! ¿Cómo Joseph puede querer a esa mujer tan maligna? ¡Y está ahí sin hacer nada! ¿Estará ebrio también?

—Emma—Jane me agarra del brazo. Es mi fortaleza, no sé qué hubiese hecho sin ella esta noche—. Un beso no significa nada. Déjalo, no permitas que esto te afecte. 

¿"Un beso no significa nada"? ¿Y por qué para mí cada beso con Matt significa tanto? ¿Pero qué me está sucediendo?

Asiento con un movimiento de cabeza, pero no estoy convencida internamente. ¡Han sido demasiadas pruebas esta noche! No quiero que esa extraña bese a mi sensual sirviente, ¡es mío! ¡Mío, mío, mío! ¿Te escuchas a ti misma, Emma? ¡Sí! ¡Es mío!

Trago saliva.

—Voy a confesar todo, Jane—me asombro de mis propias palabras—. No quiero que esa extraña bese a Matt. 

—¡No!—exclama Jane—. Te vas a quedar ahí quieta, demuestra que tienes integridad. 

Todavía de reojo, contemplo a Matt. Se ve tan fastidiado, pero estoy segura que solo yo lo noto porque hemos pasado demasiado tiempo juntos últimamente. 

Está consternado con todo lo que ha tenido que vivir esta noche y todo por mi culpa. ¿Por qué demonios accedió a hacer esto? ¿Por qué? Necesito respuestas. 

—Mi amor, ¿me vas a besar o qué?—presiona Hannah. Definitivamente tiene mucho tiempo en este negocio. Está preparada para cualquier imprevisto que salga, hasta besar a su cliente. 

Matt está callado, no quiere responderle. 

—¿Mi amor?—insiste Hannah. 

Isabella y Joseph se ven tan emocionados. Oh sí... están muy ebrios. Si estuvieran sobrios no estarían haciendo todo esto, son los más cuerdos de entre todos. Bueno, solo Joseph. 

—Matthew—es Hannah ahora la que se ve fastidiada, pero a ella sí se le nota a leguas—. ¿No me vas a dar un beso? 

Sin que nadie se percate, Matt establece contacto visual conmigo. Quiere que yo tome esta decisión. Quiere comprobar qué tan lejos puedo llegar con esto. 

Y en este momento me doy cuenta que no estoy lista para esto.  No estoy lista para que todos los sepan. Ni siquiera yo misma sé lo que "esto" es. Solo sé que me siento sumamente cautivada por la personalidad tan genuina de este joven tan apuesto que prometió que iba a sanar mi corazón, como si fuera un objeto que pudiese tomar en sus manos y transformarlo a una mejor versión.  

Mis recuerdos empiezan a atormentarme de tal manera que hacen que sienta una tremenda incertidumbre en todas mis entrañas. ¿Qué me ha pasado? Hace casi tres semanas era una joven frágil que sufría un estúpido rompimiento y mírame ahora, disfrutando de las pequeñas cosas de la vida con alguien que lo tiene todo y al mismo tiempo, pretende no tener nada. 

Aun así, no estoy lista para esto. Necesito más tiempo, necesito espacio. Uno en donde no haya nadie entrometiéndose con lo que sea que quiera con este chico, aun si solo sea una amistad. 

Así que, teniendo eso en mente, pronuncio un "hazlo" entre labios que él logra leer, pero no comprende del todo. 

Entonces, con frialdad en su ojos, trae a Hannah contra su cuerpo para juntar sus labios con los de ella. Los aplausos de alrededor resuenan con tanta fuerza que siento que me ensordecen. 

Examino a Isabella. Está muy sorprendida, pero a la vez se nota que ha empezado a reaccionar respecto a lo que hizo. Joseph tampoco se ve nada feliz.

La ira me consume mientras veo a mi sensual sirviente compartir sus labios con alguien más. 

En ese momento, alguien toca mi hombro de nuevo y siento un cosquilleo en mi oído. 

—Si quieres un beso, aquí estoy, Emma. 

Giro los ojos. He leído esta parte en muchas novelas. Se supone que en este momento Matt debe venir a socorrerme, pero en cambio, está besando a esa sensual rubia. 

Qué más da, no lo necesito.

Atiendo a mi furia interna que me grita que golpee a este idiota directo en el rostro, así que...

—¡Que te calles la maldita boca!—grito junto con todo el enojo que tengo reprimido desde que tomé la decisión más errada de mi vida que fue contratar a Hannah. Suelto un puñetazo violento directo en el rostro del mequetrefe rubio que ya me ha robado la paciencia. 

Así que es eso. El rubio de su cabello ha actuado como un catalizador para mí. Por eso me fastidiaba tanto. Porque es casi del mismo color del cabello de Hannah. 

Suena tan fuerte que Matt interrumpe su beso con Hannah y todas las miradas caen sobre mí. Mientras el idiota cae en el suelo, sacudo la mano porque me duele. 

Jane está inmóvil al lado mío, incrédula ante lo que acabo de hacer. Giro mi cuerpo entero para encontrarme con que tengo todo un público de gente petrificada ante la escena que acaban de presenciar. 

Y es ahí cuando me doy cuenta que... quizás no debí haber golpeado a ese pobre hombre. 

—¿Qué? Conste que se lo advertí—me atrevo a decir a todo el mundo, sin importar que acabo de hacer un espectáculo en una casa que no es mía, con un invitado que no conozco y en un cumpleaños que no es mío. 

La verdad no me sorprendería si en la mañana la familia Sinclair me echa a patadas de aquí, pero no importa, ya me desahogue con ese inepto que insistía en que quería tocarme y besarme. 

Matt suelta a Hannah de sus brazos y pareciera que el enojo se ha ido de sus ojos. Camina despacio hasta mí. 

—Emma—dice siendo el único que puede pronunciar palabra. Sus ojos azules empiezan a brillar. Lo conozco bien, quiere regañarme, pero no se aguanta la risa por lo que acabo de hacer—. ¿Por qué golpeaste a ese pobre hombre?

Porque estoy llena de ira de verte, desde la primera fila, besando a esa sensual rubia y necesitaba desquitarme con alguien.

Echo un vistazo de reojo. El joven rubio se está poniendo de pie después de la paliza que le he dado.

—Porque me estaba tocando y quería besarme—revelo disgustada. Traigo los brazos a mi pecho para cruzarlos.

Matt abre mucho los ojos. 

—¡¿Él hizo qué?!—empieza a sulfurarse. 

Vaya, vaya, pero mira nada más. Tendré mi momento cliché después de todo. 

—Me tocó y quería besarme—repito—. Así que si tengo que golpearlo de nuevo, lo haré. Y si alguno de los que está aquí, exceptuando mi familia por supuesto, se atreve a tocarme o besarme, lo golpeo también. 

Los ojos de Matt, que brillaban con júbilo, se llenan de una ira todavía más ardiente que la mía. Se olvida por completo que tiene a Hannah, a la pareja borracha Sinclair a su lado y a, al menos, 30 personas más alrededor. 

—No, amor, no hay necesidad—dice airado, y es entonces cuando me percato que ha incluido en la oración ese nuevo apodo que usa conmigo, lo que me hace reaccionar. ¡Oh, por Dios! ¡Le va a pegar a este pobre hombre!

"¿A quién engañas, tarada? ¡Tú le pegaste primero!", me regaña mi subconsciente que como siempre, aparece en los momentos que menos la necesito. ¿Cómo está haciendo para acertar en todo últimamente?

Matt, a quien nunca en mi vida había visto tan enojado, se apresura en llegar hasta donde estoy para quitarme del paso y encontrarse con el mequetrefe que tengo detrás mío. 

Jane traga saliva y se aleja. Sigue horrorizada y ahora, he sido contagiada con la misma sensación. 

Lo siguiente que observo es a mi sensual sirviente agarrando al mequetrefe por el cuello de la camisa para alzarlo y ponerlo contra la pared tan fuerte que se estremece la habitación. 

—Oye, amigo—le dice muy cerca de su rostro con una voz tan amenazante que hasta yo siento temor—. La próxima vez que te atrevas a tocarla, hablarle o respirar sobre ella, te juro que te rompo el cuello. ¿Me escuchas? 

Estoy boquiabierta. 

—Ahora sí no sé cómo cubrir ésta—susurra Jane a mi lado sabiendo que posiblemente, perdimos en el juego inquisidor. 

Matt lo suelta enteramente seguro que dejó claro su mensaje. Debe ser por el rostro de pavor que trae el pobre hombre que, creo, ¡creo! intentaba hacerme chistes para que me riera y tal vez, ¡tal vez!, no tenía malas intenciones conmigo. O quizás sí, quién sabe. 

Entonces se voltea para encontrarse con que, absolutamente todos, lo estamos observando sin muchos signos vitales. Es su momento de reaccionar sobre lo que acaba de hacer, así que, dando un hondo respiro, se voltea para ver al pobre hombre de nuevo. 

—Así que... gusto en conocerte, ¿cuál dijiste que era tu nombre?—le dice nervioso, pero el rubio está horrorizado—. ¿Eres amigo... de... mi hermano?

Muy tarde, Matt, muy tarde. Acabas de arruinar todo nuestro plan malévolo de esta noche. 

Gira su cuerpo entero hacia el público otra vez. Su rostro se pone muy serio. Alza sus brazos como indicando que está sacando la bandera blanca, rindiéndose ante el juego inquisidor. 

Oh no, ¡Matt, no!

Camina hasta donde estoy, clava sus ojos en mí y luego, sin importar quién nos pueda estar viendo, agarra mi rostro con ambas manos para besarme quitándome todo el aire. 

Se separa, da dos pasos hacia atrás, observa a Isabella y Joseph que todavía no se creen lo que acaba de pasar, luego a Jane que también está tratando de recordar cómo parpadear, a Hannah que tampoco muestra signos vitales y echa un vistazo general a todo el público presente. 

—Voy a decirlo enfrente de todo el mundo—empieza Matt a recitar—. Enfrente de mi familia, enfrente de toda esta gente que no conozco, enfrente de esa rubia sensual que se hizo pasar por mi cita esta noche y a quien le voy a tener que pagar 500 dólares a causa de tu demencia... 

Que alguien me recuerde cómo respirar por favor. Aunque sea hiperventilando. 

—Pero ¿sabes?—hace una pausa y sonríe sin mostrar los dientes—. Es una demencia que me fascina. 

Me estoy quedando sin signos vitales, ¡ayuda!

—Así que, Emma Rosalie Bennett, lo voy a decir enfrente de todo el mundo... 

No, aquí no, por favor. Ni aquí ni donde sea, no lo digas por favor. 

Hace una pausa, en la que causa expectativa sin querer y me mira con los ojos más tiernos que le he visto jamás. 

—Estoy locamente... profundamente... enamorado de ti. 

Mi corazón se acelera. Mis pulmones se quedan sin aire.

Juro que me voy a desmayar aquí, enfrente de todos. 

----

¡Hola!

Un poco corto el capítulo, lo sé (comparado con los anteriores), pero creo que era el cierre perfecto. 

Como siempre te recuerdo que si te gusta la historia, vota por ella. Es lo que más me motiva a seguirla.

Abrazos,

S.

Twitter: sophiatramos / enlace a mi fanpage de Facebook en mi perfil.


Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 113K 8
Esta historia se volverá física en 2020 gracias a Nova Casa Editorial. Si es tu primera vez leyendo entonces disfruta de los primeros capítulos que e...
43.1K 2.2K 19
Soy la niñera de Sky, trato con Nash todos los dias pero hay algo que no me deja quererlo, simplemente lo detesto.
156K 11.7K 23
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...