Aidar salió de la casa de Enzo molesto y casualmente empezó a llover.
— Es temporada de lluvias ¿Qué esperabas? Habló Malcom
Aidar suspiro y oculto sus escamosas manos en los bolsillos de su suéter.
Los dos chicos se sentaron en una banqueta con techo para refugiarse de la lluvia...Era demasiado tranquilo.
— ¿Por qué aceptaste entrar? Rompió el silencio Malcom.
Su voz era demasiado tranquila y aunque era incómodo hablar con el, su relajante voz armonizaba con la lluvia.
— No sé, solo acepte, pero me dí cuenta lo abrumador que será el sábado...Escuelas de mayor nivel...Idiotas engreídos con uniformes ridículos... Humanos en las gradas, vitoreando a un competidor. Respondió abrazando sus delgadas piernas.
— Jajaja.
— ¿Que tiene de gracioso? Habló frunciendo el seño
— Eres único ¿Sabías? Contestó
Aidar se quedó pensando un rato ¿Que era ser único? Sabía el significado de dicha palabra pero jamás pensó que podría ser algo que caracteriza a una persona.
— ¿Te puedo hacer una pregunta? Preguntó viendolo fijamente
— Claro
— ¿Que hace a Enzo tan atractivo? Lo miró confundido
— ...No lo sé ahora que lo dices... Llevo tanto tiempo junto a el...Tantas chicas...Solo tiene buen aspecto, por qué es malísimo para hablar, elogiar entre otras cosas... Además jamás lo ví como una posible pareja, no soy gay, Aidar.
Tenía razón, Enzo no es más que una cara bonita...Tal vez tampoco, Malcom sea una buena persona para hablar, solo son buenos amigos.
— Pero...Enzo no la a pasado bien, su padre.
— Ya se...Murió, pero tiene que superarlo. Dijo algo molesto
— No...Lo asesinaron en su cara, Aidar
La vergüenza consumió a Aidar.... ¿Cómo pudo tratar a Enzo tan mal?
— Últimamente no está bien... Parece que ya dejó de llover.
— Que bueno... Me tengo que ir, Malcolm, nos vemos mañana.
— Hasta mañana. Se despidió con una sonrisa.
Después de caminar un rato, Aidar llegó a su departamento, donde pensó terminar lo que había comenzado.
— ¡¿Dónde demonios lo puse?! Gritaba histérico
Busco en todo el cuarto, en cada a cajón hasta debajo de la cama pero no la encontró.
Una chica de cabello rojizo se recargó en el marco de la puerta
— Deja de armar un escándalo. Se burló
— Zola...Gran hija de-
Zola es la roomie de Aidar una chica agradable y odiosa al mismo tiempo, extraterrestre de Arken y vive en la tierra desde los 5 años... Aidar y ella son mejores amigos.
— ¿Esto estabas buscando? Preguntó sacando el cuaderno
— Dámelo.
— ¿De quién es? Siguió preguntando, al mismo tiempo que hojeaba el cuaderno
— Es de un amigo. Declaró el más bajo
- ¿Tienes algún problema con que lo halla visto?
— ¡¿Cómo?! Respondió histérico
— A ver, Aidar, aquí el problema no es que lo halla visto, sino ¿Por qué lo tienes?
Aidar lo pensó dos veces y Zola tenía razón...¡Era un ladrón!
— Tu amigo es difícil de entender...Además No es como si tuvieras las suficientes agallas para devolverlo. Contestó entregando la libreta.- No es como si supiera que eres extraterrestre para amenazarte. Dijo irónicamente
El silencio invadió a Aidar...¿Cómo Zola podía saber todo?
— Pues...Tal vez, el Lunes me vió usando mis poderes de gravedad para no morir.
La chica que se dirigía a otro lado se dió la vuelta y corrió hasta donde estaba el chico.
— ¿Cómo pudiste hacer semejante estupidez? Escucha, Aidar, a los humanos les fascinan o les aterran las especies como nosotros no puedes exponernos así como si nada... Esto ya no es Tartán.
— Tranquila, Zola, yo me encargo de esto...Trataré de alterar sus recuerdos
No lo hará.
— Más te vale, no quiero ser expuesta por tus estupideces
— ... Tranquila... ¿Quieres ir a cenar algo?
Los dos salieron del departamento y se dirigieron sin rumbo alguno buscando algo...Los dos estaban hartos de las pastillas alimenticias.
(En muchos planetas, los alimentos se consumen en pastillas para así evitar la extinción de sus especies y acabar con sus atmósferas. Son ricas en proteínas, vitaminas y nutrientes, además son una opción muy práctica para transportar alimentos y saben a comida común y corriente)
Buscaron en muchos lugares, en la mayoría el menú le hacía daño a Zola, y por ser una ciudad costera, vendían pescado y era demasiado turbio que Aidar se comiera a los de su especie.
Cansados de buscar se sentaron en una banca de un parque
— Son más de las 6 y tengo hambre. Se quejó la chica
— Pues tenemos las pastillas
— No, Aidar, toda mi vida he tragado esas horripilantes pastillas.
Se quedaron pensando y a Aidar se le ocurrió una brillante idea, buscó en internet un buen lugar.
— Listo, no está muy lejos. Declaró el chico jalando a Zola del brazo.
Terminaron en una tienda de postres, donde comieron la mejor cena de su vida...El lugar si que estaba repleto y tardaron horas en ordenar
(Aidar, toda su vida ha comido en pastillas)
En especial por el ahora nuevo postre favorito del chico Macarrones.
— ¿Enzo? Saludó Aidar
— A-aidar. Saludó sorprendido. - ¿Qué haces aquí?
— Vine a probar algo nuevo con Zola. Respondió contento.
— Ah ¿Es tu novia?
— Pff, no, ella es mi mejor amiga. Burló
— Los dos tienen un nombre igual de raro.
-— ¿No me vas a presentar? Preguntó Aidar señalando al chico detrás de Enzo
— Oh, Aidar el es mi primo...Dario es italiano. Respondió nervioso
— Hola, Dario ella es Zola y yo soy Aidar
Zola y el Italiano cruzaron miradas y el ambiente se tornó tenso.
— Lo siento pero Aidar y yo ya nos tenemos que ir. Se despidió la chica tirando del brazo de Aidar
— Pero ¿Y mis macarrones? Le dijo con tristeza
— Está tienda nunca se va a mover Aidar. Respondió con queja
Los dos se fueron y toda la gente del lugar vió el escándalo, dejando a Aidar con la cara roja de vergüenza.
— Suéltame. Ordenó el chico
— Perdón Aidar.- Ese chico llamado Dario...Me molesta en la escuela
Aidar se quedo extrañado ¿Cómo alguien podría molestar a Zola? No existía tal persona, todo mundo que la conocía le daba miedo...Lo cual le causó mucha molestia a Aidar.
— Solo...No te entrometas. Suplicó la chica
El día hiba de mal en peor y se fue molesto a casa.
El día siguiente no fue muy diferente.
— Zola. Abrió la puerta del cuarto
— Quiero estar sola. Decía una voz débil entre las cobijas de la cama
— Me tengo que ir a la escuela ¿No vas a ir?
— No quiero...Va a estar ese idiota. Confesó Zola
— Te traeré algo delicioso, pero por favor, ya no estés triste. Se despidió
De camino a casa pensó en las miles de maneras de romper le la cara al tipo Italiano.
— Hola, Zack. Saludó un chico moreno
— Ethan...¿Supiste que Dario regresó?
— ¿El primo de Enzo? Dijo confundido
— Si...Aunque sospechoso no se parecen en nada.
Zack estaba demasiado enamorado de Enzo para siquiera estar celoso de que alguien se juntara con el de cabellos plateados.
— Agh...Como sea Siguió quejándose Zack. -¿Vas a ir a ver a Aidar a la competencia?
— Tal vez. Respondió sin darle importancia
— Será emocionante... Si tú vas yo voy
— Entonces iré...Además no tengo nada mejor que hacer. Confesó el de ojos verdes
— Yo tampoco...Es solo una competencia...No es que me interese... Además ¿Qué podría pasar?
Esa icónica frase que hecha a perder absolutamente todo
Sábado por la tarde
— Esto es impresionante...Este chico no es normal. Decía un parlante que llenaba su voz en todo el gimnasio
Todo mundo tenía puestos los ojos en Aidar.
— La cagaste, Aidar. Dijo Zack aunque no lo pudiera escuchar.
Aidar vio directamente a sus brazos que marcaban unas cicatrices de color turquesa que destacaban por su brillo y algunos mechones de su cabello también tenían brillo.
— Este chico es digno de pasar a la siguiente ronda.
— La cagué.