ALMA "Un Secreto Nocturno" (C...

Door aylenitaRR

18.4K 4K 1.1K

Sin recuerdos de mi infancia y sin saber porque mis padres me abandonaron en un convento a mis ocho años de e... Meer

°Prólogo°
CAPÍTULO 1: "La llave de Rubí"
CAPÍTULO 2: "SAMAEL"
CAPÍTULO 3: "Preguntas sin respuesta"
CAPÍTULO 4: "ABIGOR"
CAPÍTULO 5: "EL CEMENTERIO"
CAPÍTULO 6: "LOS CAZA ALMAS"
CAPÍTULO 7: "TE QUIERO A TI"
CAPÍTULO 8: "El diario de Elizabeth Reaper"
CAPÍTULO 9: "Caer en sus pecados"
CAPÍTULO 10: "No todo es lo que parece"
CAPÍTULO 11: ''LA MENTE''
Capítulo 12: "Los príncipes Reapher"
CAPÍTULO 13: "El tren del infierno"
CAPÍTULO 14: "El juego del rey"
CAPÍTULO 15: "Mal"
CAPÍTULO 16: ''LA CORONA DEL REY''
CAPÍTULO 17: "SE TE ACABA EL TIEMPO"
CAPÍTULO 18: "Las Reliquias de la muerte"
CAPÍTULO 19: "La tobilleras de la amistad"
CAPÍTULO 20: "El dibujo"
Capítulo 21: "El principio de un despertar"
CAPÍTULO 23: "Desnuda"
CAPÍTULO 24: "Angelito"
CAPÍTULO 25: "La maldición"
CAPÍTULO 26: "La corona"
CAPÍTULO 27: "TRAUMA"
CAPÍTULO 28: "Consuelo"
CAPÍTULO 29: "Verdades que duelen"
CAPÍTULO 30: "La Bestia"
CAPÍTULO 31: "Se Amaban"
CAPÍTULO 32: "Instintos"
CAPÍTULO 33: "Sorpresa"
CAPÍTULO 34: "Corazón"
CAPÍTULO 35: "Miedo"
CAPÍTULO 36: "La sangre de Alma"
CAPÍTULO 37 : "Sonrisa sangrienta"
CAPÍTULO 38: "Trono de oscuridad"
CAPÍTULO 39: "Amanecer" (Final)
"EPÍLOGO"
🙇‍♀️NOTA DE LA AUTORA🙇‍♀️

CAPÍTULO 22: "Ella"

328 89 19
Door aylenitaRR

Capitulo dedicado a: @Ce_08 nuestra jefa del club de lectores de alma, saben que si se quieren unir al grupo de whas solo deben escribirme al pv. Besostes

.

.

.

Capítulo 22:

Narra Abigor (250 años atrás...)

.

.

.

La realeza, los poderes ocultos y los secretos innumerables del castillo habían formado parte de mi crianza junto a las riquezas y mucamas que estaban para mí las 24 horas del día, los 7 días de la semana durante toda mi vida hasta los 5 años, al lado de mis hermanos; Samael y Jilaiya.

Era el menor de los tres, siempre se reían de mí por tener la piel pálida y los ojos dorados como si tratara de una muñeca, ambos eran los favoritos de papá y yo el favorito de mamá que siempre solía defenderme. Nuestra mejor amiga se llamaba Mal, una pequeña a la que veíamos como una hermanita, hija de una sirvienta que había servido a mi madre desde que ella se había vuelto reina, cuando solo tenía 17 años de edad, y la cual estaba obsesionada conmigo. Mal era una niña hermosa de cabellos negros y ojos grises pero por más que sabía que yo le gustaba, de ella no me atraía nada. Éramos privilegiados, recuerdo que siempre nos llenaban de los más modernos juguetes y más lujosos trajes, queriendo ocultarle a la gente nuestro pequeño secreto.

El secreto de nuestra pertenencia y el de nuestra naturaleza.

Pero todo cambió el día que ELLA nació... una pequeña bebé de ojos grises y cabello castaño oscuro casi llegando a negro. Era un día hermoso con el sol en su más alegre esplendor, un día que nadie pensaría ni por un instante que iba a nacer nuestra perdición. La perdición de los Reapher

—Es fea —Dijo Samael con su cabello rubio cortado.

—Y cabezota —Río Jilaiya haciendo que mi madre los golpeara en sus cabezas — ¡Ash Madre!

Yo solo miraba al bebé callado admirando sus ojos y el color de su piel tan pálido como el mío.

—No sean irrespetuoso, acaba de nacer, aún debe crecer...

— ¿Cuál es su nombre, Ma? —Pregunte mientras el bebé me pasó a mirar fijamente.

—Aún no la nombran, están decidiendo —Dijo mi madre firmemente mientras pasó su mano lleno de anillos y gemas por mi cabello —Ahora ustedes vallan a bañarse... huelen a corral de cerdos.

—Oye eso no es cierto —Salto Samael defensivo de su ego.

Nuestra madre nos miró seria y todos nos alejamos de la cuna saliendo de la habitación, excepto yo que en la puerta me quedé mirando a mi madre que con odio miraba a la niña recién nacida si alguna razón.

¿Por qué la miraba así? ¿A caso era envidia? Mi madre era una mujer hermosa que no podía ser comparada con nadie. No, no podía ser envidia, pero tampoco podía saber que era en ese momento solo el tiempo me demostraría su verdadero rostro, uno que nunca me hubiera imaginado.

Los años había empezaban a pasar y la bebé que Jilaiya y Samael habían bautizado como Fea y cabezona se había convertido en una hermosa niña de 10 años con sus cabellos castaños hasta la cintura, que usaba vestidos de seda y tiaras de diamante.

Se la pasaba leyendo libros o estudiando, no salía de su habitación ni siquiera a jugar algo que se nos hacía exactamente raro.

Yo ya con 15 años me paseaba por los pasillos buscando a mis hermanos y a mi mejor amiga; Mal de la Crash. Traía en mis manos una bolsa con monedas de oro que mi padre, el rey, nos había regalado para asistir al parque de diversiones.

Mantenía la mirada seria entrando por el laberinto de la gran biblioteca de mis padres hasta llegar al jardín eterno del castillo. Mis ojos se sorprendieron al verla a ella sentada en los columpios leyendo y no, no hablaba de mal, hablaba de ELLA, la hija de mi tío. Mamá nos tenía prohibido hablarle, pero debo admitir que una leve curiosidad se apoderó de mí al verla afuera de su misteriosa habitación.

Poco a poco me acerqué al otro lado del columpio sentándome en el que quedaba libre. La sentí alzar su mirada.

— ¿Interrumpo si te acompaño en silencio? —Sus ojos inocentes me miraron era una niña muy callada.

Me negó con la cabeza y mire lo que leía, era Romeo y Julieta ¿Con solo 10 años ella leía una obra tan complicada a su entender?

Me mantuve callado un buen rato mirándola en cómo se concentraba tanto en su lectura y me pregunté en por qué no podíamos hablarle si era tan solo una niña tan misteriosa y callada. Su cabello largo era abatido por el viento y sus pupilas se dilataban si algo la emocionaba. Era una niña hermosa y tierna pero emanaba un aura que me hacía erizar.

— ¿No te gustaría que leyera por ti? —Le propuse rompiendo el silencio y arriesgándome a ser rechazado, odiaba ese libro porque nunca entendería porque una historia de amor que solo duraba tres días tenía que terminar en tanta tragedia, pero quería acercarme más a ella, entender por qué mamá sentía tanto odio.

Ella me miró en silencio pensé que se levantaría y se iría, que había roto su tranquilidad. Pasó segundos mirándome a los ojos y luego estiró su manita pequeña entregándome el libro. Yo lo tomé lentamente para no espantarla y empecé a leerle, sentía su mirada sobre mí, yo narraba tranquilo y en algún momento vi una ligera sonrisa en su rostro.

Así fue como la empecé a ver crecer y entablábamos conversaciones por horas a cerca de libros de romance y de fantasía, e incluso de terror que eran nuestros favoritos. Ella se convirtió en mi mejor amiga la que mejor pudo comprenderme cuando apenas mis poderes empezaron a despertar y hasta cuando mi madre empezaba a verme como una Bestia por mis ojos que se volvían cada vez más y más dorados.

Nunca olvidaría la noche en la que me ayudo tanto;

—No te acerques —le decía yo una noche con 18 años mientras veía como de mis uñas salían garras y sentía colmillos filosos que rozaban mis labios.

Había tenido una fuerte discusión con mis hermanos y mis ojos habían ardido para luego empezar estos cambios en mi cuerpo que se debían a la maldición de nuestro nacimiento y su procedencia.

—Abi, estoy para ti, no te voy a dejar solo —me dijo ella de 13 años y camino lentamente hacia mí.

Sus ojos me miraban asustada era normal con mi aspecto, pero no se alejaba de mí. Cuando menos lo esperé ella me abrazó y me escondió en su cuello sentí que mi corazón estaba latiendo como loco. Ella me abrazaba con cariño y mis garras y colmillos empezaban a desaparecer. Cuando se separó la miré a los ojos y la vi radiante y más que nunca, pero no solo yo empecé a notar su belleza a medida que iba creciendo.

A sus 16 años ya era una hermosa y formada mujer que se paseaba por los pasillos del castillo siempre con sus libros en la mano y usando largos vestidos de la más fina telas mandadas a comprar desde parís, Francia. Tenía más de mil príncipes pidiendo su mano, reyes soñándola como esposa y plebeyos fantaseando con su belleza. Y a mí completamente embobado.

Una tarde estaba buscándola por el palacio, ya era incapaz de estar lejos de ella se había vuelto una necesidad para mi tenerla cerca. Era extraño no sabía cómo llamarlo además de indecoroso e inapropiado como diría mi madre, sabía que me había enamorado de ella.

—Hoy será el día... —Me dije a mi mismo y la vi caminar por los pasillos como siempre acompañada de un nuevo libro.

Una sonrisa enamorada salió de mi rostro y me pare recto yendo hacia ella por atrás tapándole los ojos.

—Abi —Ella sonrió y se volteó hacia mí con una hermosa sonrisa en sus labios.

— ¿Cómo supiste que era yo?

—Tus manos suaves te delatan —cerro su libro y lo abrazo a su pecho, yo leí el título.

— ¿La biblia? ¿En serio cree en esas estupideces?

—Oh... Abi hay algo que debo decirte...

Ella me miró con sus ojos grises y sus labios se movieron pronunciando una frecuencia de palabras que me hicieron llenarme de rabia.

...

Abrí la puerta del escritorio de mi tío entrando bruscamente.

— ¿A un convento? —Pregunte seriamente lo que el estruendo de la puerta sacudió el lugar.

—Abigor es sumamente irrespetuoso que entres así.

Mi padre también estaba ahí sentado mientras compartían copas de vino extremadamente caros.

— ¿Tío por qué enviarla a un convento? Es joven podría encontrar esposo muy rápidamente por favor no le haga eso.

—Ella está de acuerdo

—Mentiras, ella solo hace lo que usted le pide.

— ¡Abigor! —Mi padre gritó mi nombre mirándome seriamente.

Las garras en mis dedos crecieron y mis ojos se volvieron muy dorados, los vi a través del espejo que tenían sobre el escritorio.

—Por favor tío, se lo suplico...

—La decisión está tomada Abigor, por favor compórtate y sale ahora de mi oficina...

—Esto no se va a quedar asi.

Gruñí y salí de ahí furioso, doble en una esquina y alce mis garras con tal de descargarlas en la pared pero Samael se metió en mi camino y aunque casi le desgarró la cara (Lo cual hubiera disfrutado mucho) logró detenerme a tiempo.

Sus ojos se abrieron como platos y su cabello dorado se soltó de la coleta que normalmente se hacía a la altura de la nuca.

—Ey hombre con más cuidado... no quiero que me saques uno de mis hermosos ojos.

—Lárgate de mi camino, Samael. No estoy de humor para aguantarte.

Mis garras se volvieron uñas normales y suspire soltándome de su agarre.

— ¿Tu enojo tiene que ver con la inocente de nuestra primita? Te tiene tonto, enamorado diría yo

—Estás loco, apártate de mi camino.

Dije haciéndolo a un lado y caminando a mi habitación la cual quedaba al fondo del pasillo. Al cerrar la puerta tras mis espaldas suspire gruñendo y me tiré en mi cama. Debía hacer algo al respecto, no iba a dejar que se la llevaran así como así.

Al llegar la noche salí a buscarla, sabía dónde estaría y quería encontrarla para por fin confesarle lo que sentía. Camine con rapidez por el pasadizo de la biblioteca y llegue al jardín eterno.

—Alma —Mencione su nombre con firmeza mientras ella que se columpiaba en los columpios. Sus ojos se tornaron de asombro al verme y sus pies la detuvieron para luego levantarse.

—Abigor ¿Que pasa por qué estás así de serio?

Sus ojos me siguieron y agarré sus brazos parándome delante de ella, mis garras salieron y sin querer se las encaje.

—Abi me lastimas —Sus ojos se aguaron.

—No irás a ningún lado...

—Es mi decisión

— ¡No!

Le grité con fuerza y sentir su chillido sus largaras mangas del camisón blanco se había llenado de un color rojo.

Ella adolorida me miraba con tristeza y aun con dolor alzó sus manos tomándome de las mejilla, algo que me tomó completamente desprevenido.

Alma...

—Cállate ¿Si?

Sus ojos brillaban por los rayos de luna que entraban bajo las grietas de las paredes de piedra, sus labios se abrieron lentamente y parándose de puntillas mientras se acercaba cada vez más para luego besarme. Mis pupilas se dilataron y mis garras se esfumaron al sentir lo suave que era sus labios contra los míos, jamás me imagine que iba a hacer eso pero en ese momento quería que esto no acabara.

Sentí una gran electricidad en mi cuerpo cuando el suyo se apegó con lujuria y encanto hacia mí haciendo que mis manos rosaran su cintura tomando firmemente para luego abrazarla con cariño.

Era hermoso besarla así, había esperado tanto esto que no quería soltarla de mis brazos, más al saber que pronto podría nunca verla. Ella puso sus manos alrededor de mi cuello y aun sin yo querer se separó con una mordida mirándome a los ojos.

—Alma... —su nombre salió de mis labios como dulce miel.

Ella sonrió y tomó mi mano jalándome tras de ella a lo que solo pude seguirla mirándola embobado, sin saber que estábamos siendo observados desde lejos por más de una sola persona.

Al día siguiente sin ropa y abrazados amanecíamos en la cama de mi habitación cubierto por las sabanas doradas que hacían la función de tender y decorar. Ella dormía tranquilamente sobre mi pecho mientras yo acariciando su cabello la miraba dormir como un angelito, y era hermoso, hasta que empezaron a tocar la puerta como si quisieran tumbarla.

— ¡Abigor abre esa maldita puerta! —Mi tío gritaba tocando con fuerza.

Alma despertó de momento por el ruido y me miró a los ojos algo asustada sentándose en la cama mientras sostenía las sábanas sobre su pecho.

—Todo estará bien —Le susurré y me levanté.

Ambos nos vestimos lo más rápido posible mientras buscábamos las prendas tiradas por toda la habitación. Yo abrí una esquina de la puerta, ahí estaba mi padre, mi hermano Samael y mi tío quien me empujó rápidamente y fue hacia su hija jalándola del cabello.

— ¡Tu...!

—Papá por favor te lo puedo explicar...

Chilló de dolor y mi lado infernal salió dándome la vuelta para correr hacia ella.

— ¡Tío suéltala!

— ¡A ti te voy a matar! —Me miró jalándola a ella del cabello hasta afuera de la puerta donde la tiró al suelo.

—Abigor en serio no puedo creerlo —Mi padre me miro con una mueca de asco — ¡Es tu prima!

— ¡Pues yo la Amo! —Dije volteándome a él con mis colmillos.

Grite y me hice espacio entre ellos para ir tras de ella nuevamente pero Samael se metió en el medio.

—Lo siento hermanito... —Sonrió sádico y sentí como una cadena eléctrica se enredó en mi cuello a lo que grite por el dolor y caí al suelo. Él se agachó y me miró antes de que yo cerrara los ojos —No sé qué le vez pero que ganas de saberlo —Río de forma malévola y la vi cargándola del suelo inconsciente con la frente llena de sangre.

—Alma... —Susurre y vi a mi madre espiándonos desde un pasillo antes de caer inconsciente y que mi padre me llevara a castigar.

.

.

Narra Samael

.

.

Ga verder met lezen

Dit interesseert je vast

82.2K 8.6K 81
Vanesa Ramírez Malasaña se enfrenta al peor caso de su corta carrera como inspectora de policía. Aparecerá el cuerpo de una joven que llevaba seis me...
2.9M 365K 55
[SEGUNDO LIBRO] «Convertirme en un monstruo no me ha liberado del dolor de ser humano». Después de los crímenes cometidos por Victoria Massey, la jo...
87.6K 8.4K 40
Tú me estabas controlando, ella no. Apenas podías tocarme, ella no puede quitarme las manos de encima. No querías un para siempre, ella quiere eso y...
2.3K 308 22
Pese a las advertencias de su gran amiga, pronto descubrirá que la chispa que lleva dentro no es compatible con el lugar en el que da a parar, impaci...