Contención

By Nelsy_diazr22

13.7K 1.7K 260

El dragón de la mafia neoyorquina ha regresado, por su puesto, por su gente y por las cabezas de quienes lo l... More

Introducción.
Capítulo I
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 5

380 49 2
By Nelsy_diazr22

Sofía

__ ¡¿Quien lo hizo?! ¡¿Quien entró sin ser invitado?! - Abraham está alterado. Mi mirada solo ve las marcas en mi brazo - ¡¿Cómo mierda lo hizo?!

Todos ven a Raúl en un charco de sangre, la misma sangre que tengo en el cuello. La misma que me baña el escote y no se quita. Por primera vez tengo esa duda de si estoy respirando o solo se trata de una alucinación después de la muerte.

Raúl tiene la garganta destrozada, puede verse el hueso hioides, la tráquea aún pulsa y la sangre no deja de salir, mientras las cuencas de sus ojos están huecos. La lengua le cuelga por la barbilla. La imagen me hace apartar la vista de ese lugar en lo que todos despotrican por todos lados.

__ Sofía. - vuelvo mis ojos a Dylan quien pone una toalla en mis heridas - Hay que curarte. Tenemos trabajo.

Sacudo mi cabeza, paso a lado del otro cuerpo del equipo de seguridad de Raúl quien tiene una de mis dagas en su garganta.

__ ¿Le viste la cara? - me pregunta Dylan arrancando la daga. Niego. - Bien, buscaremos con las cámaras de seguridad.

Eso es perder el tiempo. No va a dejar una sola pista.

Trabajé con él. Sé cómo trabaja, no tiene errores cuando de dar de baja a alguien se trata. No se fue, mintió. Me hizo sacarlo para venir por mi cabeza.

Actúo en automático yendo a casa en donde busco un botiquín de primeros auxilios, saco aguja, vierto alcohol en la herida que arde. Ni siquiera el dolor me hace despertar de esta pesadilla, tan solo quiero buscar en donde sé que pudo o puede estar.

Paso la aguja en la carne las veces necesarias para cerrar la piel que estaba abierta. Dejo caer la cabeza en mi mano cuando las lágrimas se arremolinan por el ardor, quiere matarme también.

Escucho como discuten en el piso inferior. Abraham y su hijo deben estar en la revisión de cámaras, no tengo ni que acercarme para saber el resultado de su búsqueda, es inútil.

Unos pasos ligeros me hace levantar la cabeza, solo para ver al pequeño de mirada metálica estar de pie arrastrando la mochila y su suéter en la mano.

__ ¿Qué haces ahí? Deberías estar dormido. - me levanto. Sus ojos se dirigen a mi herida y trato de cubrirla. - Vamos a tu cama.

Niega con rapidez.

__ ¿Porqué no?

Sigue poniendose el suéter con rapidez mientras no deja de verme.

__ ¡Sofía, busca al niño y traelo aquí!

¿Está preparado para eso? ¿Ya sabe lo que sigue?

__ Vamos a tu cama. - vuelve a negar. Mira mi cama y no entiendo porqué quiere estar ahí. - ¿Te quedarás quieto?

No se mueve. Lo tomo de la mano y este camina hasta la cama donde me quedo congelada.

__ Te voy a levantar, la cama es muy alta para que lo hagas solo ¿está bien? - mira la altura, mis manos y luego asiente. - Aquí vamos.

Paso las manos bajo sus brazos sintiendo el olor dan dulzón que suelta. Esa sensación electrizante se vuelve lo único que puedo sentir. Sus ojos están tan cerca que no puedo siquiera respirar, pensar o conectar ideas. Es un niño muy lindo, sea de quién sea tiene genes muy buenos.

Lo dejo sobre la cama, cuando me quiero alejar siento como tira de mi camisa.

__ No hagas ruido, voy a tener que irme con los hombres que hablan abajo pero tú te quedarás aquí. - no me suelta. - Corazón, debes soltarme.

Paso saliva, observa su mano y con lentitud me suelta.

__ ¿Sabes a dónde te llevarán? - niega. - ¿Quieres irte? - vuelve a negar. - ¿Te gusta aquí?

Repara todo su alrededor, la cama, su suéter y sus manos para luego bajar la cabeza.

__ Espérame en este sitio. Si tienes sueño, duerme. Me encargaré que no te lleven.

No prometas cosas que no puedes cumplir, Sofía. No sabes si sus padres lo buscan.

Trago amargo al recordar esa palabra clave que me desmorona todo por dentro. No es el mío, me digo.

Sangre, sudorosa y casi sin conocimiento me veo en ese hueco asqueroso.

Me aparto de golpe, eso lo asusta y levanto la mano pidiendo disculpas.

No tengo que recordar nada de eso. No ahora, aunque se lo achaco a haberlo tenido tan cerca de nuevo.

Bajo casi corriendo al piso inferior, llego al despacho en donde Abraham clava los ojos en mí, Dylan señala la daga y conservo la calma.

__ Nada me asegura que esta arpía no nos haya traicionado - acusa el padre de Dylan - No sería la primera vez que se las dé de judas trayendo la muerte a quien desee.

Quiere que le baje la cara pero no está entre mis actividades hacerlo. Ninguno lo ha logrado, mucho menos a él que está destilando miedo atroz, justo lo que no quiero.

__ Es una de tus armas las que hay en uno de los cuerpos. Las heridas de Raúl son concordantes con el filo de tu cuchilla, no me digas que no.

__ Como tendría tiempo de hacer unos veinte cortes, en su cara, luego pasarme cuatro veces el filo yo sola y aún así sobrarme para deshacerme del custodio de Raúl. - ironizo y se prende en furia. - No seas ridículo, Abraham. No soy Flash.

__ No me vengas con sarcasmo ahora. Tienes la sangre de Raúl encima y quieres que te crea que no confabulaste para matarlo.

__ No lo hice - reitero - A mí más que a nadie le convenía tener la información que iba a sacar de Raúl. ¿Me crees estúpida para no detenerme a pensar en eso?

Guardan silencio sabiendo que tengo razón.

__ ¿Qué dijeron las cámaras de seguridad?

__ Alboroto. Gritos y un sujeto moviendose hasta perderse. - me dice Dylan dejándose caer en una de las sillas. - Nada concreto, prácticamente no tenemos nada.

__ Quien lo hizo conocía el lugar. Estuvo dentro en el momento del apagón, supo por quien iba y pudo contar el tiempo que tenía para salir - dictamina Abraham. - Las opciones son muchas. Raúl tenía enemigos grandes.

__ Pero no todos irían hasta la fiesta de aniversario del jefe del clan Myers a masacrarlo - debate su hijo

__ No todos les tienen miedo a los Myers - rebato con desinterés. Siento que me acribilla con los ojos pero ignoro tal hecho concentrando mi vista en la pantalla donde se reproduce una y otra vez la figura moviendose entre las sombras. Se ve el luzazo de una detonación, solo que no soy la herida, ni hubo nadie con señal de estarlo.

Puedo ver mi posición, cuando me sostuvo y quise acuchillar su abdomen. Cuando me lo quito de encima, me recuerda lo cerca que lo tuve, ese aroma a muerte que destila, muertes que él quiere crear.

__ Si vemos las cámaras una vez más desde el punto donde aún estaba iluminado el salón, la trayectoria del ataque podremos ver su rostro o donde salió. - apunto en la pantalla. Se miran entre ellos al verme colaborativa. - Que ustedes piensen que me voy a dejar de quién casi me asesina, no quiere decir que lo haré.

Necesito encontrarlo primero. Quiere matarme, no se la pondré fácil. Me odia. Vendrá por mi cabeza, así que daré el primer paso.

Reviso el móvil en lo que ellos hacen lo que les dije, creen que encontrarán algo, sin saber que soy consciente que es un camino sin salida.

Puse un explosivo que estalló unos segundos después, el cubo con el rastreador me muestra su ruta. Sé que lo destruyó, si conoce mis métodos lo descubrió. Solo que posiblemente haya recorrido una buena distancia antes.

En el mapa arrastro los dedos, veinte millas lejos del sitio del evento. Es una buena distancia, aunque los caminos ahí son una barbaridad. Tengo que rastrear mucho territorio.

__ Si mal no recuerdo. Pedí que el niño lo trajeras - Abraham me habla. Guardo el móvil después de enviar un mensaje a Bruno, él puede ayudarme a mi búsqueda.

Es mi taxista personal, como también alguien que me ha sido muy útil.

__ Sí, lo dijiste. Pero el pequeño está dormido y no pienso despertarlo - afirmo incorporándome. - A menos que quieras dormirlo tú, creo que piensas igual

__ ¿Crees que me interesa si el crío duerme? - suelta riendo - Aún cuando está despierto no molesta. Por si no lo has notado no llora, no habla, no hace nada más que comer y respirar.

Las ganas de cortarle la lengua debo comprimirlas. No es tiempo de pensar en eso, me repito que es algo que en el futuro puedo tener el honor de hacerlo a mi antojo, pero ahora me conviene siga con vida.

__ ¿Qué harás con el niño?

__ Nada que te importe. - contesta.

__ Pues cuídalo tu. Está arriba, ve por él.

__ ¿En serio no te molestaría que en este momento vaya y lo despedace para lanzarlo a los perros? - mis uñas se rompen al enterrarlas en la palma de la mano. - Creí que las mujeres tienen un instinto de protección. Más sobre indefensos.

__ Lo perdió cuando no pudo hacerlo con el...

__ Lindo bello esposo. El meterte tanta mercancía no te quita la lucidez - encaro guardando mi calma - Por cierto, se te cayó esto.

Saco el paquete del nuevo cargamento, el cual tenía prohibido tocar. Desobedeció a su padre. Si me tocan, reviento su alma. No soy a quien ofender y creer que me quedaré de brazos cruzados.

__ ¿De donde sacaste esto? - le reclama su padre. Dylan me quiere cortar la garganta - Mientras estoy tratando de cuidar el patrimonio de tus hijos, tu te encargas de desbaratarlo. ¿Qué mierda te ocurre, niño imbécil?

__ Solo fue una vez. Puedo con ello.

__ Has dicho eso por tanto tiempo que dudo llegues vivo al siguiente año. ¡Te está matando! ¿Captas eso o debo abrirte la cabeza para hacerlo a las malas?

__ Los dejo con su discusión. Yo tengo sueño. - aviso con amabilidad.

__ Te quedas con el niño, como se tenía previsto. No quiero que lo pierdas de vista. Vendrán por él, eso es seguro.

__ ¿Quien?

__ Demasiadas preguntas, Valkirya - responde. Solo me doy la vuelta abandonando el despacho. Ellos siguen en esa revuelta de nunca acabar donde Abraham le pide a Dylan ponerse un alto, el hijo le promete hacerlo, el padre le cree y al final es un círculo interminable de promesas sin cumplir por parte de uno y ganas de creer del otro

Están jodidos. Todos lo estamos. Nuestras acciones nos trajeron a este sitio, nuestras decisiones a desatar algo con lo que quizá no se pueda luchar, porque conozco la determinación de un sujeto que al levantarse sobre los demás no se va a detener así como así.

Es daño, es perdición, es condena.

La imagen que halló en mi cama frena mis pasos, la respiración se vuelve pesada al ver el pequeño cuerpecito que se aferra a su mochila. Respira pesadamente en cada exhalación.

Es una preciosidad que me remueve todo por dentro, nunca antes había visto uno así de cerca. Me he negado a tener contacto con niños, son muy frágiles, mi experiencia no me da para ceder a mis deseos de tocarlo.

No le pasará lo mismo.

Nada me lo asegura. Es mejor no correr riesgos.

Mueve su cabeza de un lado a otro, un puño se instala en mi tórax y antes de poder controlar el impulso ya estoy tomando su mano. Abre sus ojitos, me mira y vuelve a cerrarlos.

Elevo la mano para acariciar el cabello que aparto de su cara, lo tiene por las orejas. Necesita un corte de pelo.

No me suelta la mano, se aferra a esta como si fuese su salvavidas. La abraza obligándome a permanecer en el mismo puesto en lo que puedo sentir sus latidos ligeros y fuertes. Debo alejarme, tengo asuntos pendientes, unos que no pueden esperar, como también un blanco que seguramente ya pusieron en mi frente, pero estar con la mano bajo su mejilla regordeta es tan... Agradable.

Me siento a su lado dejando que siga durmiendo, lo veo dormir deseando que en su lugar fuera...

Pude tenerlo. Pude verlo. Pude, pude, pude. Solo que no lo logré. No fui su escudo como lo prometí.

Fallé.

Ahora solo me queda el amargo sabor de la derrota. Una que dolió. Me destruyó. Una en la cual, fui una ficha para destrucción de otros de parte de quién no imaginé.


*****

__ ¿Qué harás? - pregunta Elisa. Aparta los expedientes de su trabajo para dejar las tazas - Ese tipo es peligroso. Supiste todo lo que hizo, esos hombres que caían en sus manos... De solo pensarlo se eriza mi piel.

Cubro mi cara con la frustración que me genera la situación. No tendría que estar pasando, al fin de cuentas no hay nada que lo ate aquí. No lo detiene nada, debía irse, desaparecer y sé que me confíe mucho. Pude fácilmente contar con que su parte psicópata no se rendiría así porque sí. Le gusta la venganza, solo se le dieron motivos para obtenerla.

__ Sof, ¿no crees que es mejor que desaparezcas? - indaga. - Digo, no eres una cobarde. No malinterpretes las cosas, pero creo que tanto tú como yo sabemos que es mejor no llegar a una batalla cuando se trata de él. Es desalmado, un... Lo siento. Sé que lo quisiste en su tiempo y...

__ No puedo retirarme de algo que tengo la obligación de continuar. - le digo, decidida. - Donovan me quiere matar porque lo traicioné, lo va a lograr más rápido si tomo la opción de huir.

__ Sabes que las cosas no se dieron...

__ No importa lo que pasó o como se dio. En este momento tan solo quiero acabar con todo, olvidar que tuve un pasado y enterrar de una buena vez la vida misma. - deslizo el dedo por el contorno de la taza - Este mundo es una mierda, Elisa.

Sigo bordeando con la yema de mi dedo con la vista fija en el líquido humeante que hay en la taza trayendo a mi cabeza el como las pocas veces que lo vi sonreír fueron tan real que oprime mi pecho de forma inmediata.

<< __ ¿Te gustaría ser eterno? - suelto la pregunta sin pensarla. Me mira desde su puesto diciendo que soy una molestia sin hablar siquiera. - Solo responde la consulta. Eso no se le niega a nadie.

__ ¿No has tenido una piedra en el zapato nunca? - cambia de tema. - De esa que la sacas, regresa, la vuelves a sacar y cuando crees no te va a joder más, lo hace.

__ Con razón no tienes pareja, ni quien te aguante. - apilo los papeles. - Ronald querrá revisarlos antes de irse y tú me distraes.

__ Eres quien habla todo el tiempo.

__ Porque siempre me respondes. - acuso. Solo niega volviendo la mirada a la hoja que sostiene. Se rasca la ceja, marca no se qué y sigue con la otra. Me doy la vuelta para irme.

__ Sofía. - contesto con un sonido gutural. - Ser momentáneo es la emoción de la vida. Si fueras eterno, no le verías el sentido a querer arreglar algo porque tendrías toda la vida para decidir si hacerlo o no.

__ En cambio, sabiendo que morirás quieres crear recuerdos, en tí y los demás - termino por él. Asiente, da una media sonrisa que apaga sin más.>>

__ Una completa mierda. - reitero.

__ Necesitas descansar. Un día, Sof. - toma mi mano - Date un día, solo para tí. Uno donde no pienses en más que recuperar esas fuerzas que has ido gastando este tiempo. Estar con gente tan tóxica para ti te desgasta, no debes permitir que te vean mal. Se agarran de todo para verte bajo sus zapatos y en el momento que los dejes se acabará todo

__ No puedo darme un descanso. Cada adia que transcurre solo pone más cargas sobre mí. - me agarro la cabeza con el dolor que llega debilitándome.

La oigo moverse y para cuándo abro los ojos ya hay una pastilla frente a mí.

__ ¿Has dejado de tomarlo? - no quiero ser dependiente de nada, estar con medicación no es lo que deseé, pero ver que esa sensación de ahogo regresa más fuerte me hará cargar de nuevo con esas drogas convirtiéndome en otra versión de Dylan. Justo lo que no quiero.

Me niego a tomarla.

__ Si los ataques regresan será peor. - me recuerda - Es mejor que la tomes así sea en dosis pequeñas, las cuales te preparen para resistir uno, a estar indefensa del todo. - insiste.

Sé que tiene razón. Solo que no quiero sea así.

__ Estás estresada. Hay que eliminar eso. - rodea la mesa moviendo la cabeza con desaprobación al ver que no me bebo la pastilla. - ¿Porqué no te quedas aquí por esta noche? Estoy segura que no habrá problema.

__ No puedo. Hay cosas que no puedo posponer, ni descuidar - declino tirando la cabeza hacia atrás. Me masajea las sienes estando de pie. - Sigue así y lo voy a considerar.

__ El paquete completo lo cobro. - sigue con sus dedos formando círculos en mi sien - Por tiempo, producto usado y técnica.

Me hace reír logrando su cometido.

__ Una exfoliación corporal total - sigue - Mientras tanto sumerges los pies en un pequeño tanque de agua, donde los Garra Rufa te limpian y exfolian las células muertas de la piel.

__ Suena bien. Pero paso. - su risa no se hace esperar al momento de regresar a su puesto.

__ Deberías reconsiderar un día aquí
- ofrece de nuevo. - Te haría bien despejar tu mente.

__ Mi mente está mejor ocupada. Así no trae lo que debe quedarse donde lo dejé. - me saco el móvil del bolsillo al sentir que vibra. Es de la casa. - Espero que sea importante.

__ Es referente al pequeño. - la cabeza me palpita - No quiere comer. Tiene fiebre, señora.

__ ¿Qué le diste? A su edad se debe tener sumo cuidado con lo que consume. - reclamo buscando mi chaqueta. - Llamaste al médico.

__ El señor se opuso. Quiere que lo deje en la casa de los perros, pero lo traje conmigo a mi cuarto, señora. - voy a matar a Dylan. - No sé qué hacer. Hay medicamentos para adultos, no para niños.

__ Pasaré a una farmacia. - agarro las llaves, apresurada. - Encárgate únicamente a velar su bienestar mientras llego.

Cuelgo yendo a la puerta.

__ ¿Qué ocurre? - me detiene Elisa.

__ Me encargaron cuidar de un niño y... - la voz se me corta - Se enfermó. Elisa, él...

__ Calma. Sofía, mírame - me centra - Esto no es lo mismo. Dime que tiene y podremos resolverlo.

__ Fiebre... No sé, quizá algún malestar estomacal. Elisa, por segunda vez puede...

__ No pasará nada. Es inevitable que un niño se enferme. - asiento - Hay cosas que están fuera de tus manos, sin embargo tienen solución.

Tiene razón, pero mis demonios juegan con mi mente evocando cosas que creí enterradas. No entiendo porqué tengo miedo, es un desconocido para mí, no se trata del mismo que yo...

Paso saliva, tranquilizando mis latidos para no estar como tonta en un sitio donde saben que no pueden negarme nada. Pido la asesoría de un médico, el cual me explica algunas cosas que grabó en mi cabeza mientras me dan un jarabe para erradicar la fiebre.

__ ¿Donde está? - le pregunto a una de las chicas de servicio.

__ Sofía, hay algo que debemos discutir. - me habla Dylan desde la sala con papeles esparcidos por todos lados. - Te estoy diciendo que vengas.

Me volteo yendo hacia él a grandes zancadas llena de esa emoción que tanto disfruto aún cuando me llena de problemas.

__ Eres un inconsciente. - le reviento la boca al abalanzarme sobre él. Se toca la mejilla elevando la mano enfadado. - ¿Cómo ordenas lo lancen con los perros?

__ ¿Tanto te importa? - se burla bajando la mano - ¿Te duele saber que es otro al que vas a ver morir?

Le asesto otro golpe que le rompe el labio. Esta vez me la devuelve, pero no me quedo quieta sacando la cuchilla que le abre la piel de la barbilla.

__ A mí no me vengas con tus intenciones ridículas de querer lastimarme. - retrocede - No sabes las ganas que tengo de cortarte la garganta en este instante. Pero creo que verte morir lentamente lo compensa.

La giro en mis manos metiendola en mi manga de nuevo, si cree que algo me va a detener está muy equivocado.

__ Veremos que dice Abraham de como cuidas su encargo. - subo mi tono de voz, se cubre la barbilla para ver el sangrado - No creo que vea con buenos ojos que le falles de nuevo.

Voy en busca del pequeño, en la cocina solo están las demás. Por lo que quizá no se ha movido de su cuarto. Ha hecho bien su trabajo.

Tal cosa queda confirmada cuando la veo en su cuarto con el pequeño en la cama, tiene el cabello mojado por las compresas que le colocó en la frente. Solo tiene su camisa y pantalón puesto, más vulnerable de lo que ya es.

__ ¿Te duele algo? - uso un tono de voz más suave. Niega - Te daré un poco de jarabe ¿si?

Arruga la cara, mueve su cabeza ligeramente antes de ver la bolsa que cargo.

__ Es por tu bien. En cuanto te lo tomes, la fiebre va a bajar y te sentirás mejor - destapo el bote recordando las indicaciones del médico - Cuando se te pase, estarás bien y yo podré ir por el ave que me pediste.

Vierto un poco en la copa medidora.

__ ¿Un canario te gusta? - pregunta en una mirada, lo que señala mi estupidez para preguntar tonterias a un niño tan pequeño. - Hay de distintos colores y suelen trinar. Son hermosos - me acerco atrayéndolo a mi pecho para darle la medicina. No pienses, Sofía - Buscaré uno para tí, si quieres de esos.

No despega sus ojos de mí hasta que pasa todo el líquido rojo, no hace ni una cara, todo lo contrario a lo imaginado.

__ Tienes que dormir. - lo vuelvo a acomodar, sus dedos se cierran en una esquina de mi chaqueta indicando su deseo porque no me vaya.

La noche está cayendo, tengo un rastro que seguir, aún así me quedo con él, el tiempo que le lleva quedarse dormido. Tengo claro los puntos, sin creer que en mi cerebro se tergiversan de tal manera que me resulta imposible garantizar mi lucidez.

Algo destella en mi pecho. Es difícil no saber que es, aún cuando creí muerta esa parte de mí. Está ahí, está viva y quiere resurgir.

Debo hacer todo para tenerlo lejos. No soy buena para él.

Lo cargo hasta su dormitorio en donde lo deposito con cuidado de no despertarlo.

__ Cuida de él. Estás exclusivamente para el niño. Cierra la puerta al entrar o salir, si quiere salir a caminar lo acompañas pero si el señor quiere acercarse sacalo de ahí de inmediato.

__ Pero el señor puede ordenar...

__ Esta orden viene de más arriba. El señor Abraham es quien lo quiere a salvo.

Da un asentimiento. Con esa parte resuelta siendo de noche salgo de la casa para abordar el taxi que espera por mí, Bruno abre la puerta como el caballero que es, sonríe cálidamente antes de encender el auto que me saca de la propiedad de Dylan Myers.

__ ¿Qué has averiguado? - soy directa. Hurga en uno de los compartimentos para luego entregar la carpeta que reviso en lo que conduce.

__ No ha entrado nadie nuevo a la ciudad. Busqué salidas por carretera y avión particular sin encontrar nada. - comunica - Si se ha movido lo hace con cuidado para no ser visto. No se ha registrado en hoteles.

__ ¿Sus alias?

__ Ninguno se ha movido o hecho una sola compra. - no puede ser. - Puse en movimiento mis informantes, pero no se ha visto en cámaras de seguridad.

__ Es porque usas la imagen del hombre que entró a la prisión - le digo dejando los papeles a un lado.

__ De hecho saqué uno de la última vez que se le vio ahí dentro - retracta - Pero no hay nada. Si lo hubieses visto anoche, tendríamos al menos un retrato. Puedo mandar equipos para neutralizarlo.

__ No sin mí. - tomo el celular. - dobla en el siguiente desvío.

Lo hace siguiendo mis señalamientos que nos llevan por la ruta que Donovan siguió esa noche. Miro la noche tan oscura, comienza a llover y no es algo bueno ya que con el cielo despejado puedo buscar mi dado o sus restos, más no con un clima lluvioso.

Salimos de la ciudad, justo en el último punto que mi rastreador lo ubicó en este sitio. Me entrega una capota que me pongo saliendo con una linterna de mano que llevo para iluminar el suelo charcoso.

Las luces de los edificios se ven a lo lejos, es retirado, varios desvíos, rutas de escape y una desolada vista que da para innumerables salidas.

Sabía lo que hacía. Nunca da un paso sin ver las posibilidades antes, esto lo hizo especialmente para confundir y le funcionó. Recuerdo sus tácticas, esa mirada de superioridad que me lanzó en la fiesta de aniversario, no iba a dejarse encontrar, no quiere ser molestado y eso lo deja claro con un acto tan simple como este.

__ ¡Aquí!

Voy a donde Bruno alza la cinta de la cual cuelga el plástico blanco deshecho. Lo encontró fácil.

__ Se le cayó la estampa. - lo revisa y me doy cuenta de la realidad. No se cayó.

__ Pudo volver a la ciudad o salir del todo. - exclamo desde mi lugar.

Sabe como moverse y subestimarlo no se puede cuando sé cuán cuidadoso es con los detalles.

__ ¿Qué es ese punto rojo? - apunta a mi bolsillo. Saco el móvil solo para ver la pantalla encendida. No lo tenía encendido. Un círculo parpadea en una bodega a unos cuantos kilómetros.

Este sigue por unos segundos hasta que se apaga, busco los datos en mi mapa dando con la que parece ser una fábrica de textiles abandonada.

__ ¿Seguirás buscando? - mi vista se centra en las gotas de lluvia que me mojan - Así le aviso a Elisa que no llegaré esta noche.

__ Solo llévame a un lugar más. - pido yendo al auto

__ ¿Dirección?

__ ¿Qué sabes de fábricas de textil abandonadas? - pregunto.

__ Hay tres, del mismo dueño

__ ¿Ronald Stewart? - pregunto. Mueve su cabeza confirmando el nombre.

__ Desde hace un año hasta su muerte empezó a decaer su control sobre empresas, sus socios no lo apoyaban. Muchos se desligaron de él y en teoría quedó en bancarrota - relata con la vista al frente.

__ ¿En teoría?

__ Bajaron sus distribuidores. Sus dominios eran cada vez menos. Su gente lo abandonó hasta que su equipo de seguridad fue nulo, sin embargo; aún se decía de alianzas con bases militares y guerrillas, las pandillas aún le obedecían. Nadie que esté en bancarrota levanta rumores de ese tipo.

Tiene razón, es algo improbable.

En mi experiencia comprendo como se maneja la seguridad de los grandes. Ronald lo era, no por nada Donovan puso los ojos en él al principio. La corazonada que tengo sostiene el presagio. Sería un movimiento muy bien estructurado

¿Se atrevería? Claro que sí. ¿Porqué? No lo sé.

Nunca vi que tuviera intención de hacer algo parecido. Siempre le gustó ser visto como un capo indestructible. Su dicho de siempre controlar las masas viene a mi cabeza.

Está enfermo de poder. Cualquiera pudo inmortalizarse y Ronald mucho más.

La única que puede sacarme de dudas es mi hermana, aunque sin saber su paradero será imposible llegar a ella. Sabine, es y siempre será la general de los ejércitos de su esposo, aún encima de su propia sangre.

__ Llegamos. ¿Quieres que te acompañe? - niego.

__ Puedes irte a casa, Bruno. - esto me toca a mí.

Está dudativo si hacer caso o no a mi disposición, me ha dicho cuánto le preocupa mi seguridad y con la amistad que hay entre Elisa, el y yo, basta para querer cuidar del otro aún cuando podemos hacerlo por si mismos.

Camino entre la oscuridad, atravieso el portón de malla cayendo dentro del camino que sigo cuidando de no estar a la vista. Veo a dos sujetos en una puerta unos metros adelante avisando de su presencia en este sitio. Por lo cual cuido de no ser descubierta antes de llegar a ellos.

Me impulso, corro y salto sobre uno, rodeo su cuello deslizando la hoja por su cuello, pateo al segundo con ambos pies en lo que recibo al tercero que me toma del cabello. Estampo la esquina de mi muñeca en su nariz en tanto alguien me toma de los hombros. Me deslizo hacia abajo saliendo en su espalda para golpear su tobillo haciéndolo caer.

Recibo un puño en mi pecho que me hace retroceder a tiempo que le arrebató el arma al segundo disparando al otro para encañonar al tipo que dejo quieto.


__ Solo busco a Donovan. - apunto decidida a matarlo - ¿Donde está Donovan?

__ Aquí amor. - su voz me sobresalta volteando de inmediato a tiempo que suelta la carga eléctrica que me reduce. No baja la carga, no me deja hasta que caigo al suelo en donde se acerca. - Siempre. Estoy. Aquí.

Besa mi mejilla con esa pedantería ingrata que me hizo amarlo y hoy odiarlo más.

__ Amor. - culmina.

Inyecta algo en mi cuello haciendo que la oscuridad me seduzca y pierda la consciencia de inmediato con ese perfume amaderado llenar mis fosas nasales.

Continue Reading

You'll Also Like

14.3K 562 21
Hola esta es una historia quackity x tu ( terminada) AMIGO, la historia la hice hace 2 años, ahora ni siquiera me gusta quackity 😭 funen a mi yo de...
76.2K 6.3K 52
• El? Se fue de su provincia para seguir su sueño. Ella? quedó desbastada después de su partida prometiéndose a ella misma odiarlo el resto de su vid...
1.1K 76 43
¿Quién es el alto mando? ¿Por qué todo el mundo no deja de hablar de el? Que harías tú si un día tu vida normal de contadora de banco pasa a ser la d...