Probabilidades implícitas

By NocturnaIV

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Fuck Up the Friendship
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Film
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Crimson

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By NocturnaIV

Valentino solía encargarse del personal de entretenimiento en ese tipo de eventos. Mientras que Vox estaba a cargo de la música y números que iban a entretener a todos. La organización y decoración corría por Velvette, quien siempre sabía qué estaba a la moda y lideraba tendencias desde antes de que esos términos surgieran en el mundo de los vivos. Los Vees había monopolizado esas cosas por décadas. El rol de Valentino era disponer de sus pecadores más carismáticos para que hicieran de compañía, bailarines y meseros en el evento. Ese tipo de trabajo se consolidaba en ser una hermosa herramienta decorativa era lo único que realmente importaba.

Sin Valentino, Lucifer había designado a Angel para que continuase con los preparativos correspondientes. El rey le había sonreído con desafío y entretenimiento, anticipando la odisea que sería para él el tener que lidiar con Vox y Velvette.

Lo que Lucifer no había planificado era que Angel tenía años de experiencia trabajando en desventaja con esos dos Overlords y sabía cómo cumplir con su trabajo sin ser detectado.

Angel se las había arreglado para orquestar su parte del trabajo sin tener que estar en la misma habitación que los miembros que quedaban de los Vees. Por suerte, cuando debía tratar con uno de ellos, había sido exclusivamente con Vox y a través de correos electrónicos que Molly había monitoreado.

Ese evento era un trabajo para él, por eso no había puesto sus ilusiones en la idea de asistir con Husk o tener una cita con él. Su novio se merecía lidiar con la menor cantidad de caos posible y ya era demasiado que tuviese que vigilar a Alastor toda la velada. Por otro lado, Angel estaba acostumbrado a trabajar con Cherri y ella conocía a todos sus bailarines, así que era fácil delegarle a su chica favorita algunas tareas.

A este paso iba a necesidad un asistente, como el de Vox o una mano derecha, como Husk para Alastor ¿Quién lo diría? Ser Overlord era más trabajoso que ser parte de la mafia.

Cherri y él arribaron al evento horas antes de que este iniciara y el apoyo moral que ella representaba no pasó desapercibido para Angel cuando en medio de las preparaciones tuvo que estar en proximidad con Velvette y Vox. Aunque si Angel era sincero, los últimos meses no habían sido tan malos, por lo menos cuando se trataba de Vox. El Demonio de la TV siempre había priorizado los negocios a cualquier otra cosa, así que este había seguido lucrando de la industria pornográfica que ahora Angel manejaba. Él no quería ilusionarse, pero Angel recordaba las veces que había tenido que reparar a Vox después de pelear con Valentino y tal vez, solo tal vez, el otro Overlord no odiaba a Angel por haber matado a Val.

Velvette, por otro lado, era una bomba de tiempo. Angel podía reconocer un enemigo cuando lo miraba y la diabólica Overlord lo había escogido como el recipiente para su más profundo y lento odio. Él siempre supo que en el momento en que matase a Valentino sería Velvette, y no Vox, quien buscaría destruirlo a pesar de todo.

Lo cual era justo.

Pero tampoco lo entusiasmaba.

Por lo menos Cherri había estado ahí, osada y peligrosa, para desafiar a Velvette como si fuese una simple chica digiriendo el duelo de su mejor amigo de forma poco constructiva. Su chica no le tenía miedo a nada ni nadie. Ayudaba mucho que Cherri luciera como una diosa y hasta Vox había comentado de manera positiva sobre su atuendo y el de Angel, viendo inmediatamente potencial y ganancias ahí.

Para incrementar la tensión, cuando el evento se dio y la realeza arribó, Lilith no paró de hacer comentarios a Angel sobre su traje y el precioso vestido de Cherri. Sabiendo que era un territorio peligroso, pero considerando que él jamás pensaba antes de actuar, Angel no se censuró a la hora de dar todos sus halagos hacia Rosie y señaló que, si estaba impresionada con él, Lilith se quedaría sin aliento con los otros atuendos que Rosie había diseñado para el resto del grupo.

— ¿El resto? —Lucifer levantó sus cejas— ¿Te refieres a Alastor y Husk?

Angel sonrió y le guiñó un ojo al rey.

— El resto de nosotros. —Él aclaró sin realmente hacerlo.

El rey se mostró más interesado, pero no dijo más.

— Tal vez deberíamos pedirle a Rosie que organice la siguiente reunión. —Lilith tomó el brazo de su esposo y lo animó para que tocase el material en la capa de Angel— La calidad es impresionante ¿Y el estilo? Como en los viejos tiempos.

— Creí que te gustaba el toque moderno de Velvette. —Lucifer sonrió peligrosamente a Angel a pesar de estarle hablando a su esposa.

— Pero solo mira a este material, es tan clásico, pero a la vez moderno. —Lilith se encogió de hombros de forma juguetona— Me pone nostálgica.

Angel sonrió ocultando su malicia. Para él sería mucho más fácil si en los próximos eventos tuviese un rostro aliado con él y menos miradas asesinas.

— Mi amor, vas a partir el corazón de Velvette y ella aún no se recupera de Valentino. —Lucifer le recordó a su esposa, despidiéndose con la mirada de Angel— Ya es duro para ella tener que trabajar con el asesino de su estimado amigo.

— Oh, por favor... todos sabíamos que tarde o temprano alguien mataría a Valentino. Solo me sorprende que no fuese Vox. —Lilith comentó mientras se alejaban ganándose una mirada entretenida de su esposo— Yo casi lo hago con Adam ¿recuerdas?

La risa jovial y cruel del rey fue lo último que Angel escuchó de esa conversación y él decidió que había sembrado suficiente caos político por una noche. Sí, la verdad era que su problema había sido Valentino, jamás Velvette o Vox. Pero ni siquiera un disparo perfecto daba los resultados esperados.

Eventualmente los invitados comenzaron a llegar y Angel tuvo que ocuparse en distribuir a sus pecadores para que acudieran a entretener a cada grupo que iba llegando. Muchos seguían queriendo que Angel fuese quien se sentara a entretenerlos y servirlos como en el pasado, pero él había entrenado bien a sus pecadores para sustituirlo. La mayoría eran viejos clientes y fans que seguían en el proceso de aceptación de quién era ahora Angel Dust. Él conocía a esos demonios, sabía quienes preferían alguien con dones artísticos y quienes querían un buen conversador, había otros que se entretenían más con bonitos cuerpos que pudiesen sentar en su regazo y se riesen bobamente sin tener nada más que contribuir. Angel les dio a todos lo que querían y confío en Cherri para que dirigiese a los bailarines. Él apenas pudo saludar al grupo cuando llegaron, aunque pudo darle los merecidos halagos a su hermana por lucir como si hubiese salido de un cuadro de siglo XIX con su bonito vestido en forma de largo camisón lleno de volantes y cintas grises. Hermosa, inocente, elegante y seductora.

Pero Angel se las arregló para robarle un beso a Husk y susurrarle un comentario juguetón sobre qué le gustaría hacer con él si no fuese porque había demasiada gente. Él dejó a un avergonzado felino completamente sonrojado y volvió a su trabajo con renovada energía.

En sus únicos respiros sacó a bailar a Cherri, su mejor compañera de baile y rápidamente tomaron la pista de baile como suya antes de correr de regreso al trabajo. Como Overlord, Angel debía mostrar su presencia y que era un sustituto de Valentino, sino su propia marca. En esos momentos pudo ver a Husk en el bar dándole una lección al barman o sentado en una mesa en algún tipo de debate con uno de los Overlords dedicados a armamento.

Cuando por fin pudo tomarse un verdadero descanso, él decidió salir del lugar y tomar un poco de aire fresco y disfrutar de uno de sus cigarrillos. El sonido que había instalado Vox era impresionante, aún fuera del lugar Angel podía escuchar la música sin que el sonido fuese molesto o invasivo. Él movió su cabeza de un lado a otro, sintiendo su cuerpo agotado por el estrés. Todo estaba saliendo bien y algunos miembros de la realeza demoniaca lo habían halagado, insinuando futuros contratos de trabajo. Una parte de él odiaba todo eso. La responsabilidad y el trabajo aún en momentos de diversión. Lo cual era estúpido, su trabajo había sido ser la diversión de otros. Organizar era una mejora. Para esa hora Valentino ya lo hubiese tenido drogado hasta la médula y siendo pasado como una botella de alcohol barato ¿No era mejor estar estresado por la responsabilidad? Mañana se tomaría el día libre. Maldita sea, ahora Angel podía escoger cuándo y cómo disfrutaba de su tiempo.

Él dio otra calada a su cigarrillo y dejó que el humo llenase su pecho antes de que escapara de sus labios. Las luces desde el interior del lugar hacían lucir el humo de un color carmesí. Angel apretó su puño y se dijo que estaba siendo ridículo. No había razón para sentirse frustrado o extrañar estar en un estado de completa perdición para soportar la velada. Él solo estaba siendo caprichoso e infantil. Estúpido y desagradecido con su buena fortuna. Él era libre ¿Por qué su cerebro no podía entender eso? Angel miró la punta de su cigarrillo encendido y frunció el ceño. El humo se movía como el hilo de seda de una araña al viento. No se parecía en nada al humo de Valentino. Ni siquiera tenía el mismo efecto que—

— ¿Piernas?

— ¡Ah! —Angel dio un brinco cuando literalmente Husk cayó desde el cielo y frente a él— ¿Planeas matarme por segunda vez?

— Te estuve llamando y no me hiciste caso. —El demonio recogió sus alas y metió sus manos en los bolsillos de su chaleco— Parecía que estabas planeando matar a tu cigarrillo, a su esposa e hijos, así que decidí intervenir.

Angel se encontró sonriendo.

— Perdón, estoy agotado. Debes entender, estoy hecho para verme bonito y no hacer nada. —Él bromeó.

Husk enmarcó una ceja sin creerle. Después de todo, era el pecador frente a Angel quien lo había visto llegar en sus peores momentos después de largas horas de trabajo. No hacer nada era algo que la gente asumía de Angel pero que estaban muy lejos de la verdad.

— ¿Y de dónde apareciste tú? —Angel cambió de tema.

Husk sacó de su bolsillo una botella de licor y señaló hacia arriba. Angel notó por primera vez el balcón frontal del lugar. Así que su novio había volado o tal vez planeado desde ahí. Husk le dio un trago a su botella y se la ofreció. Angel sonrió y a cambio le ofreció de su cigarrillo. Ellos intercambiaron y él le dio un trago al licor puro.

— Deberías dejar que el resto te ayude en estas cosas. —Husk se cruzó de brazos, haciendo que las mangas de la camisa se estirasen en sus bíceps— ¿Por qué no le pediste ayuda a Molly?

Solo para el récord, Angel sabía que estaba siendo regañado, pero no era su culpa que encontrase sexy a Husk cuando actuaba de esa forma.

— Quería que ella se divirtiese. —Él se encogió de hombros.

Mentira.

Husk levantó una ceja.

Angel dio otro largo trago y vio el humo del cigarrillo envolver a Husk mientras esperaba por su verdadera respuesta.

— Cherri me está ayudando.

— Y no es suficiente. —Husk se tomó su tiempo con el cigarrillo— Me parece curioso que tu hermana no conoce a Cherri.

— Le he hablado de ella. —Angel apartó el rostro y se cruzó de brazos.

— Piernas.

— Es una ridiculez.

— ¿No puedo decidir eso yo?

Angel dejó caer sus hombros. Husk mantuvo su expresión seria e indiferente, pero era obvio que estaba preocupado por Angel. Esa postura en control mezclada con esa mirada empática eran las armas más fuertes que Husk podía usar contra él. Porque eran una promesa. La promesa de que no importase que Angel se derrumbarse ahí mismo, Husk lo atraparía y no lo juzgaría.

— Está bien pero cuando me escuches, tú solito vas a ver que es una estupidez. —Él se regaló un último trago de valor líquido y miró a Husk— No me gusta mezclar mis círculos sociales. He tenido pésimas experiencias con eso y he aprendido mi lección. La historia siempre se repite, vivo o muerto, cualquiera de mis amigos que conocen a Molly terminan prefiriéndola. Y no los culpo, ella es increíble. Pero Cherri es... —Angel se movió inquieto, sus ojos se desviaron hacia el cielo, como si al confesar lo que sentía el cielo se abriría con una luz divina y apartaría el carmesí del cielo para que ángeles descendiesen sobre él por admitir que su eterno tormento tenía cosas que ni el Cielo o su vida pasada podrían otorgarle— Cherri es la mejor amiga de Angel Dust ¿Sabes? No importa cuánto tiempo este aquí, Molly y Niss siempre serán los hermanos de Anthony quien ahora se llama Angel Dust. El Anthony miserable que fingía todo el tiempo ser alguien que no era y nunca era suficiente y ni siquiera podía vivir porque se mató de una sobredosis. Y me gusta que para Cherri yo siempre he sido... —Él se señaló— Yo. Mi verdadero yo.

Husk asintió, de esa forma comprensiva que tenía cuando servía tragos o escuchaba los problemas de otros. Angel levantó su mirada y notó a Velvette en el balcón, ella estaba hablando con otros invitados, pero su acompañante, tal vez su cita, lo estaba mirando fijamente. La pecadora parecía salida de un dibujo animado en blanco y negro. Seguramente Alastor tendría algo que decir al respecto. Piel gris, cabello negro y ojos blancos. Su figura era como una muñequita inocente vestida en un atuendo digno de una película noir. La pecadora abrió sus ojos cuando se notó observada y hasta su sonrojo fue en escala de crises. Velvette debió notar que algo le había pasado a su acompañante porque miró hacia abajo y cuando notó a Angel, rodeó con su brazo los hombros de la pecadora y se alejaron del balcón.

Eso era nuevo...

— ¿Y por qué me presentaste a Molly? —Husk lo trajo de vuelta a la conversación y lanzó lo que quedaba del cigarrillo lejos.

— ...bueno... —Angel se movió de un lado a otro— Porque tú me estabas presentando a tu familia y yo debía presentarte a la mía.

— Piernas... —Husk acortó la distancia entre ellos— No eres tonto, deja de intentar mentirme.

— Eres tan odioso con todo esto de conocerme tan bien. —Angel frunció el ceño.

— Uh, sí, soy un monstruo. La peor calaña. —Husk le quitó la botella— Habla.

Él sintió sus mejillas sonrojarse y se abrazó a sí mismo.

Era ridículo lo nervioso que le ponía Husk cuando le ordenaba cosas que él realmente quería.

— ...porque quiero que me conozcas por completo. Quien fui y quien soy. —Angel lo miró fijamente— Todas mis facetas ¿Feliz? Soy un cursi.

— No lo sé... Esa es la razón por la cual te presenté a Crymini. —Husk sonrió imperceptiblemente y enganchó la garra en su cinturón para atraerlo— Quiero que esto funcione. Además, Rosie te adora y ella me mataría si arruino esto. —Él se quejó, pero no podía ocultar cómo la comisura de su labio estaba levantada.

Angel sonrió, él adoraba a la pequeña punk. Las pocas veces que él había visto a Crymini, ella siempre era una amenaza y él tenía la suerte de genuinamente agradarle ¿Y Rosie? Angel no recordaba una época donde no adorase el trabajo de la Overlord.

— ¿Qué hay de Niffty? —Angel aventuró.

Husk asintió en silencio, como si agradeciera esa pregunta.

— Ella siempre ha sido más independiente y mucho más apegada a Alastor.

— Pero ella te adora. —Angel sonrió— Es tu maldición, Husky, cuando la gente te conoce no puede evitar adorarte.

El otro pecador giró los ojos.

— No voy a negarte que Niffty despierta mi instinto de protección, aunque la única ayuda que ella necesita es para alcanzar lugares altos. —Husk sonrió de lado— Pero ella no necesita la estructura de una familia. No como Crymini. Antes de ella, Al y Rosie tenían sus mundos diferentes. Pero cuando Crymini llegó, cada uno de nosotros comenzó a tomar un rol para ella. Antes de darme cuenta estaba pasando fiestas en la Colonia Caníbal, Al comenzó a cocinar para nosotros y Rosie decidió referirse a nosotros como si fuéramos una familia. Pero Crymini es feliz y eso es lo importante.

Él podía verlo. Era el poder que tenía gente como Crymini. Ella naturalmente te hacía encajar en su vida. Un milagro en el Infierno.

— ¿Alastor no cocinaba antes de Crymini? Pensé que era algo que él disfrutaba hacer. —Angel preguntó sorprendido.

La comida de Alastor había sido una de las primeras cosas que él probó después de que el Demonio de la Radio se mudase al hotel.

— Para Al cocinar es algo de comunidad y él... —Husk negó, sin sobrepasarse con información que no era suya— Comenzó a hacerlo después de que Crymini se mudase a la casa de Rosie.

— Te creo... Sin exagerar, tu hija es increíble. —Angel admitió, él hubiese querido tener ese tipo de familia incondicional.

Le alegraba que por lo menos Crymini la hubiese obtenido en el Infierno.

— Sí, ella siempre lo ha sido. Desde que era una pequeña niña. —Husk sonrió con orgullo— Un dolor de muela desde que tengo memoria.

De la forma en que un padre sentía genuina felicidad por tener a su hija. Ahí, después de la muerte, en el lugar creado para castigarlos y torturarlos. Husk, bajo ese cielo carmesí, había obtenido cosas que tal vez en vida jamás soñó tener. Lo irónico era que ese orgullo solo podía existir porque ellos estaban juntos en el Infierno.

Fuegos artificiales iluminaron el cielo en carmesí ¿Ya era tan tarde? Angel debería volver a su trabajo de organizador. Pero cuando la mano de Husk se cerró en su cintura y las garras de este comenzaron a jugar con la pedrería de su top, Angel decidió que podía esperar. En especial cuando los largos dedos de Husk se metieron por debajo de la tela para acariciar su vientre y subir peligrosamente por sus curvas. Sensual e íntimo. Angel tomó el rostro de Husk entre sus manos y se deleitó al notar el sonrojo pintarse sobre la nariz de Husk. El carmesí del cielo solo resaltó más la expresión del demonio.

— La próxima vez voy a pedir más ayuda. Esto se siente bien. —Angel confesó.

— Deberías. —Husk lo miró— No es lo mismo sin ti. Y podrías salvarme de tener que lidiar con Alastor.

Angel casi esperó que el Demonio de la Radio apareciera como una invocación y se rio ante la idea no tan absurda.

— Por supuesto, molestar a Al es una de mis actividades favoritas. —Angel rio con malicia al notar otra serie de fuegos artificiales parpadear sobre ellos.

Las manos de Husk tocaron toda su espalda, a manos anchas, como si no pudiese tener suficiente de él.

Y el cielo era rojo carmesí.

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