—¿Por qué tardaste tanto?
—¿En serio? ¡Yo soy el que debería reclamar eso!
Después de haberme subido al metro, había vuelto a escribirle a mi amigo, quien después de ocho mensajes, respondió diciendo que ya estaba en la dichosa fiesta porque habían pasado por él y que se había olvidado de avisarme. ¡Grandioso amigo con el que me cargo!
—Vamos Jae, te dije que lo olvidé, ya me disculpe.
—Emm no, no leí ninguna disculpa en tu mensaje.
—No seas rencoroso y entremos, estuve esperando por diez minutos aquí afuera porque no quería dejarte botado.
—Bueno gracias por tu consideración amigo— respondí sarcasticamente y este solo sonrió mientras me jalaba del brazo hacia la entrada, debería practicar mejor mi sarcasmo.
La música estaba a todo volumen y el lugar esta completamente lleno, no entiendo cómo es que caben aquí todos los estudiantes. Debo admitir que respecto a la decoración se lucieron, todo estaba decorado con luces neón, había varias butacas distribuidas en todos lados, el centro era la pista de baile que estoy seguro luciría impecable, de no ser porque estaba atiborrada de personas bailando, por otro lado estaba una especia de bar con personas preparando bebidas de colores. No era mi ambiente, pero me gustó la temática. La canción que sonaba cuando ingresamos había terminado y ahora se escuchaba Yummi de Justin Bieber, sinceramente es perfecta para cantarla pero no para bailarla, una vez más me sorprendí de ver a los chicos bailando y coreando al ritmo de la canción.
En cuanto a mi, tengo dos piez izquierdos, realmente no se bailar y mucho menos frente a tanto público, es probable que termine pisando los pies de mi acompañante.
—Nana ¿deseas algo?— escuché que me preguntó mi amigo, negué con la cabeza pero al rato cambié de opinión, digamos que la temperatura del lugar no era tan fría como me solía gustar —una limonada frozen— pedí, él asintió y fue trás de él como si fuese un cachorrito abandonado.
Una vez que tomamos asiento en los asientos altos giratorios al lado de las bebidas, mi amigo gritó algo que no pude escuchar bien debido al alto volumen de la música, así que pedí que lo repitiera —Que iré a bailar un rato— dijo, por supuesto, Haechan era así, él solo no me ofrecía bebidas gratis, solo quería que cuidara de sus cosas mientras él iba a divertirse, en fin, no me molestaba, total, ya sé como era mi amigo, pero, al menos debió esperarse un momento ¿no? El barman dejo dos vasos encima de la mesa y cuando voltee a responderle a Hae, este ya se había ido. Nisiquiera dejaste que te respondiera.
Bueno, no deje que eso me fastidiara la noche, así que me concentré en la bebida que tenía entre manos, el zumo de limón estaba en su punto, aunque un poco amargo pero el toque de la rodaja al lado fue un buen toque. Traté de divisar a mi amigo entre toda la multitud pero fallé en el intento, no me sorprendería que en estos momentos ya haya encontrado su nueva presa y se esten comiendo la boca mutuamente, porque él realmente no pierde el tiempo. A veces me pregunto si algún día podré hacer lo mismo, dejar de ser tan tímido y soltarme con las personas a mi alrededor, creo que me traería grandes beneficios, y tal vez algún novio no me vendría mal. No, estoy bien como estoy, por algo suceden las cosas, si alguien en el más allá decidió que mi personalidad fuera así, lo iba a respetar. Mi limonada se había acabado, pero aún seguía teniendo sed, forme un puchero de manera inconsciente en mis labios y rebusque entre mis bolsillos el dinero para poder pagarlo, le pedí la orden al barman nuevamente y este se fue con gusto a prepararla, al cabo de unos minutos regresó con mi bebida en mano y procedí a tomarla de inmediato, por alguna extraña razón, comenzaba a sentir un calorcito en mi interior. La bebida me refrescaba, pero luego la sensación se convertía en calor.
De un momento a otro, no se como terminé tomando cinco limonadas más y cuando estaba a punto de recoger mi sexto vaso, una mano se interpuso entre mi bebida y yo. Al levantar el rostro hacia el intruso, tuve que enfocar bien mi mirada para comprobar si a quien estaba viendo era real. Sí, ¡era él! es probable que me este viendo como un tipo loco por estar observandolo tan atentamente, pero es que el lugar está oscuro y no puedo ver bien ya que de un momento la visión se me puso un poco nebulosa. Al darme cuenta que me estaba devolviendo la mirada de la misma forma, los colores se me subieron al rostro y rompí el contacto mirando hacia el oceáno de gente —No creí que te encontraría aquí— mencionó mientras se sentaba a mi lado, lo mire de reojo y volví a evitarlo.
Ya no estaba con la misma ropa de l estación, ahora lúcia una camiseta roja a cuadros y unos pantalones negros rasgados que resaltaban su tono de piel, era guapo, había que admitirlo.
—¡Hey!— dijo mientras pasaba la palma de su mano en frente mío —¿si me ves? o ¿es que el alcohol ya se te subió al cerebro?
—Yo no tomo— estaba decidido a ignorarlo, pero mi subconsciente acababa de traicionarme, solo respondí por inercia, repetí internamente.
—Bueno, tiene sentido, con dos vasos de vodka ya estás ebrio.
—¿Vodka? Solo tome cinco vasos de limonadas— refute.
Él no respondió y se acerco hasta mi sexto vaso, lo olió y luego le dió un sorbo, y antes de poder reclamarle por tomar cosas ajenas, él dijo —Sí, definitivamente esto es vodka, ¿No sentiste un sabor extraño cuando lo tomabas?
—Con razón lo sentí un poco amargo— murmuré por lo bajo.
—¿Qué?
—Nada, no sabía que llevaba eso, es todo.
—Bueno igual esto está suave— respondió mientras le dado otro sorbo al vaso.
—¿Puedes dejar de tomarte mi bebida? Vas a pagar por él— respondí de mala gana.
—¿Por qué tan gruñón?— respondió animado —¿es porque nadie te ha sacado a bailar? Venga, eso podemos solucionarlo.
—Oye no— grité —estoy bien aquí.
—¿Qué? Claro que no, parece como si hubieses sido abandonado, y por eso te hundías en depresión con limonadas frozen, vamos.
Y antes de seguir reclamando, ya me encontraba al medio de la pista a su lado, estaba incómodo, él se comenzó a mover un poco pero yo solo estaba ahí como una piedra inerte —Te dije que no quería— respondí cuando me miró con reproche —¿Por qué no? ¿Sabes que en este tipo de fiestas se baila y/o toma verdad?
—Sí, es solo que.. uh, no se bailar.
—Solo dejate llevar por la música.
Juro que no quise hacerle caso, pero había algo en sus ojos que me impulsaron a hacer lo que me pedía —Juro que si te ríes, me largo de aquí.
—No lo haré, respondió de manera seria.
Break Up With Your Girlfriend sonaba de fondo.
Bien, aquí vamos, me dije internamente, hice lo que me dijo y espere a que se riera, pero eso nunca llegó, por el contrario, sonrió de manera tierna, tomó mi mano para hacerme girar y acercarme un poco, me estaba guiando, a pesar de que la música no tenía cabida para bailar.
Estoy bailando con un total extraño alrededor de un centenar de personas y el mundo no se acabó. Bien, puedo vivir con ello.
La canción terminó y yo hice el amague de retirarme a mi asiento, creo que él apreció el esfuerzo que puse en bailar así que no me detuvo, pero, si me acompañó hasta la mesa.
—¿Y bien?
—¿Sí?
—Del 1 al 10, ¿Qué tan buen bailarín soy? Excelente ¿verdad? no por nada me conocen como el mejor bailarín del mundo— dijo mientras levantaba el mentón. Este tipo se estaba alabando como un pavo real realmente.
—Dios, en serio no puedo creer que me estés preguntando esto— solté mientras sonreía inconscientemente.
—¡Hey! ¡sonreíste!
—Es que eres ridículamente ególatra— respondí mientras me burlaba.
—Bueno al menos mi ego te hizo reír, pero ¿Qué haces aquí? Si se puede saber claro.
—¿Asisto a esta univerdad?— respondí con algo de sorna —supongo que tu también ¿cierto? Aunque es la primera vez que te veo, ¿De qué carrera eres?
—Te equivocas, solo vine a acompañar a un amigo mío, aun estoy evaluando donde estudiaré, pero... si tendré la oportunidad de volver a ver unos lindos ojos marrones, creo que mi decisión ya estaría hecha.
Mi rostro comenzó a calentarse de nuevo y no sabía donde esconderme, igual existía la posibilidad de que no lo hubiese dicho por mi, calma, calma.
—Bien por ti supongo.
—Y bueno— retomó —estuve desde hace rato aquí, hubo un niño que me entretuvo un rato y con suerte logré escaparme, no sabía que te iba a encontrar aquí sentadito y solito. Te observé un buen rato pero cuando vi que ibas por el tercer vaso, creí que sería buen momento para acercarme, no sabía que te habías tomado cinco en total.
—¿Un niño?— decidí omitir el resto de la historia.
Y cuando estaba a punto de responderme, mi amigo venía corriendo hacia mí —¡Jae! ¡no sabes a quien conocí! Es perfecto para mí, es un sueño, tienes que conocerlo.
Alguien se aclaró la garganta al costado y ambos volteamos a ver al tipo con el que había bailado hace un momento —¡Oh Dios! Disculpa, no te vi— respondió avergonzado. ¿¿Haechan estaba tímido?? Jamás creí vivir lo suficiente para ver esta escena, era la primera vez que veía actuar así a mi amigo —Jae, él es el sueño— respondió ya más confiado, ese si era mi amigo —Jeno, te presento a Jaemin.
Oh, así que era él de quien se escapó.
Jeno, un lindo nombre para alguien lindo.
—Mucho gusto Jeno— respondí para no crear ideas equívocas.
—El gusto es mío Jaemin, al fin se tu nombre— respondió mientras estrechabamos la mano.
—¿Ya se conocían?— preguntó curioso Hae.
—No
—Sí
Respondimos al unísono.
—No— me apresuré a decir nuevamente —Solo me invitó a bailar hace un rato, nada más.
—Oh dios mío, ¿Cómo lograste hacer que baile este tipo?— le preguntó Hae, al mismo tiempo que se colgaba de su brazo como si fue un monito —Jaemin no baila absolutamente nada, intente varias veces que lo hiciera y nunca quiso— se quejó.
—Supongo que solo use las palabras correctas— dijo como si no fuera gran cosa.
—O las manos— dije y cuando vi la mirada confusa de mi amigo, lo aclaré inmediatamente —me refiero a que practicamente me jaló al centro. Fui obligado.
—Bueno eso es más creíble— respondió Hae —Jeno, no miento cuando te digo que él realmente no sabe bailar, es más no se ni por qué vino, se aburre fácilmente— okey, eso no era necesario, entiendo que mi amigo esté animado con alguien que ha conocido, pero no tiene derecho a sacar a relucir mis posibles defectos, quise responder pero preferí quedarme callado, era lo mejor, Haechan estaba muchísimo más ebrio que nosotros dos.
—¿Te parece si vamos a bailar?— Jeno le preguntó mientras trataba de safarse del agarre, los ojos de Haechan brillaron y comenzó a jalarlo a la pista, este le dijo que se adelante porque primero pediría dos bebidas y lo alcanzaría apenas se las den, él pareció entenderlo e hizo caso inmediatamente. Jeno, efectivamente le pidió al barman dos tragos más. Pobre hombre, me pregunto hasta qué hora lo harán trabajar.
—No le hagas caso— mencionó mientras esperaba.
—¿Eh?
—Haechan, creo que se paso un poco con lo que dijo, pero no creo que seas así, me refiero a que si sabes bailar, solo necesitabas de alguien que te guíe.
—Oh... bueno es normal, ya estoy acostumbrado a sus comentarios, pero es la primera vez que lo hace frente a alguien, supongo que quiere impresionarte, después de todo es un sol— en realidad traté de no darle tanta importancia a lo sucedido.
—Ya, pero no está bien que lo haga, no deberías dejar de nadie pase encima tuyo.
—Bien— respondí para cortar el tema de una vez.
No dijeron nada más, pasaron los minutos y el barman se acercó con los pedidos que había hecho previamente, cuando estuvo a punto de retirarse, Jeno había sacado la flor decorativa de la bebida y la colocó detrás de mi oreja —El sol podrá ser brillante y radiante, pero yo prefiero el brillo especial que tiene la luna, la manera en como está compuesta, lo hace inmensamente bello— y se fue, dejandome congelado una vez más con lo que había dicho.