ELLIE
—Le pongo un seis, tiene el culo demasiado blando —me dice Kiraz.
La miro muy sorprendida. Acaba de calificar el culo de un tío.
—Creí que solo te gustaban las chicas.
—Antes de despreciar el filete hay que probarlo.
Me cuesta aguantarme la risa para no llamar la atención en clase. Hoy Jared llegará más tarde porque tiene hora con el dentista —lo llevó el Sargento como si fuera un niñito pequeño—, por eso Kiraz abandono a Collin —que está dormido babeando sobre su libro en la mesa de delante—, y como buenas chicas malas estamos calificando los culos de los chicos de clase.
Todo empezó a primera hora en cuanto entré en el instituto. Un chico que me había parecido atractivo el primer día de clase se inclinó a recoger las llaves que se le habían caído del bolsillo dándome un perfecto plano de su culo . Y vaya culito. Ahí pensé que casi podría ponerle un diez si pudiese probar cuan duro está tocándolo un poquito.
Entré en clase donde Kiraz ya estaba allí y le conté mis sucios pensamientos. Se cambió al sitio de Jared y en una hoja probamos a puntuar los de nuestra clase.
—Collin tiene buen culito, ponle buena nota a mi chico —me dijo señalando su nombre que aún no tiene nota.
—¿Que estáis hablando de mí? —el aludido, que no estaba tan dormido, se incorporó frotándose un ojo y volviendose a poner sus gafas.
—Nada cariño, vuelve a dormir.
En estos días he aprendido que ellos tienen una relación muy buena, se cuentan de todo, se tratan genial y se pican de vez en cuando. Me recuerda a Erien y a mí. Collin también es el mejor amigo de Jared pero Jared es... Un sieso amargado, y no es tan abierto a hablar de todo. Collin a pesar de haber confirmado que no le gustan los chicos tiene hablado un montón de veces en nuestras conversaciones sobre chicos dando su opinión sobre quién es más guapo.
—¿Qué es esto? —se apoya girado con las manos en mi mesa y observa la hoja del revés para él—. ¿Estáis calificando a los chicos de clase?
—Sus culos —señalo alzando un dedo.
Kiraz se ríe.
—No podemos tocarlos, son notas en base a las vistas.
—El mío puedes tocarlo para calificarlo bien —señala su nombre sin nota—. Ya verás.
Tira un lápiz al suelo, al lado de mi mesa.
—Ups —se levanta dándome la espalda y se inclina enseñándome su culito con toda.
A primera vista ya tiene buena nota, el pantalón le hace buen culito redondo. Extiendo la mano y le doy primero un pellizco y sí también está durito, no del todo pero si bueno. Se lo aprieto un poquito para confirmar y sí definitivamente está muy bien. Le doy un pequeño azote y él se ríe.
—Collin nueve —anoto y él celebra volviendo a sentarse.
—¿Puedo ponerle nota yo a Jared? —Collin sonríe como un psicópata—. Nunca me ha dejado tocarle el culo y quiero intentarlo de nuevo.
Me encojo de hombros y Kiraz igual. Collin junta las manos frotándolas en plan malvado riendo.
Recogemos las cosas en cuanto suena el timbre para el recreo y como es habitual ocupamos nuestra mesa de todos los días. Estamos charlando animadamente hasta que Collin levanta la cabeza aguantando la emoción con los ojos muy abiertos mirando detrás de nosotras. Interrumpimos la conversación para mirar en su dirección y vemos a Jared llegar. Se acerca a la mesa dispuesto a rodearla para sentarse al lado de Collin cuando este se pone en pie.
—¡Jared! —exclama Collin alegre—. Trae ese culito aquí que necesito pellizcarlo para puntuarlo bien.
—¿Qué? —pregunta un Jared más que confundido. Collin intenta pellizcarle el culo y Jared se aparta—: Estate quieto. ¿Qué quieres?
—Las chicas están puntuando los culos de los chicos y me dejaron puntuar el tuyo.
—No vas a tocar mi culo —señala Jared a Collin que se sienta de nuevo haciendo pucheros y luego a nosotras—. Eso que estáis haciendo es ridículo.
—¿Perdona? —exclama Kiraz igual de ofendida que yo.
—Lo dices porque no es un tío el que está puntuando a las chicas como pasa siempre, verdad?
—No quise decir eso... —intenta excusarse.
—¿Los tíos podéis hacerlo sin ser machistas y las chicas no podemos hacerlo? ¿Quién lo dice? —exclama Kiraz apoyándome.
—No quise decir eso...—insiste Jared pasándose la mano por el pelo.
—Nosotras tenemos todo el derecho del mundo de opinar sobre vuestros culos igual que hacéis vosotros y por lo menos nosotras no criticamos de malas maneras los cuerpo de los chicos —insisto yo de nuevo, no voy a dejarle hablar porque se va a hundir él solito en cuanto abra la boca porque dirá una tontería.
—¿Te crees mejor que nosotras para decir que somos ridículas? —gruñe Kiraz y parece a punto de darle un mordisco.
—¿Sabéis qué? Lo siento mucho. No he dicho nada, haced lo que querías —alza las manos.
—No necesitamos tu maldito permiso, imbécil —grita Kiraz furiosa.
Jared con cansancio se frota la cara.
—No pretendía decir eso —mira al techo pidiendo paciencia—. Yo no critico a las mujeres así que me gustaría que no me metáis a mí, por favor.
—Pienso ponerle una mala nota —me susurra Kiraz mirando con odio a Jared que procede a ignorarnos.
Me quita el boli y anota en la libreta junto al nombre de Jared.
—¿En serio? —le puso mejor nota de la que esperaba.
—Es que me jode reconocerlo pero tiene muy buen culo aunque quiera joderle.
Me río y guardo mi libreta en mi bolso.
[...]
Estoy en mi habitación ya por la tarde, después de comer, tumbada en mi cama con el portátil. Me bebo el último trago de mi café con hielo. Giro en el colchón hasta el borde para levantarme. Arrastrando los pies voy al piso de abajo a reseñar mi vaso reutilizable de Starbucks. Le echo hielo al café con leche y un chorro de caramelo que compré yo misma y que siento que el bote cada día pesa un pelín menos. Estoy segura de que alguien lo está usando. No son imaginaciones mías.
Le echo un chorrito de nata también porque me apetece y subo de vuelta a mi habitación. En mitad del pasillo me encuentro la puerta abierta, juraría que la había dejando arrimada. Doy pasos lentos hasta poder asomarme para descubrir quien está dentro, aunque es bastante obvio porque el Sargento nunca entra.
Jared.
Está de pie junto a mi tocador buscando entre mis libretas.
No puede ser.
Me apoyo en el marco de la puerta revolviendo el café con la pajita manchada con el enorme chorro de nata.
Carraspeo. Él se tensa sobresaltándose un poco. Se gira lentamente y aprieta los labios enfadado y yo trato de no reírme de él. Chasqueo la lengua chupando la nata de la pajita con toda la calma.
—La libreta con la lista de calificaciones está ahí —señalo la libreta rosita encima de la mesita de noche.
Jared da golpecitos encima de mi libreta que tiene en su mano. Espero paciente bebiendo un sorbito de mi café. Alzo una ceja en su dirección, no se mueve así que tomo yo la iniciativa de entrar en la habitación hasta mi libreta y busco la página ofreciéndosela. Me la quita de la mano y echa un vistazo hasta encontrar su nombre.
—¿Un seis? —exclama ofendido.
Me encojo de hombros chupando más nata de la pajita aguantando la risa.
—Fue Kiraz.
—¿Y me vas a decir que estabas de acuerdo?
Me vuelvo a encoger de hombros.
—Intento puntuar en base a todos los puntos importantes.
—¿Eso que significa?
—Que el punto más importante es tocar.
Jared cabreado mira de nuevo la lista.
—¿Entonces tocaste el culo de Julian al que le pusiste un ocho y medio?
Me encojo de hombros solo para joderle.
—Mi culo se merece más que un puto seis —me gruñe cerrando de golpe mi libreta.
—No sé que responderte, fue el criterio de Kiraz que además dijo que te lo tocó una vez.
—Kiraz es...demasiado Kiraz e iba muy borracha para acordarse.
—No sé que quieres que te diga.
Me cuesta no reírme porque es un poco extraño ver al sieso y aburrido de Jared cabreado por la puntuación a su culo.
—Quiero que digas que se equivoca y...—se me queda mirando, su voz va bajando de tono y su mirada se distrae al verme chupar la pajita.
—¿Y?
Sacude la cabeza y deja caer mi libreta en la cama. Se gira y señala su culo.
—Tócalo —se cruza de brazos—. Me mantengo en forma y mi culo es mejor que una mierda de seis.
Bajo la mirada por su cuerpo hasta su culo, a simple vista yo ya creo que tiene más que un siete incluso creo que más de un ocho y quizá pase la prueba de dureza hasta el nueve. Las dudas se disipan de golpe porque en verdad quiero aprovechar esta situación. Le toco el culo y...¡Joder! está para partir nueces.
Vaya culo duro tiene el cabrón.
Si que se nota que hace ejercicio porque tiene de los culos más bien formados y duros que he tocado en mi vida.
Abro la boca para decir algo pero un movimiento en la puerta me hace mirar hacia allí y casi rompo a reír como loca. Aparto la mano y cojo mi café porque a mí que el Sargento nos acabe de pillar me importa medio pepino, en cambio Jared cuando gira la cabeza para ver que llamó mi atención y ve que es su padre, se pone nervioso. Se aparta de mí y sale corriendo de la habitación mirando al suelo al pasar por el lado de su padre.
—A mi no me mires así —acuso señalándolo—. Seguro que pusiste la oreja y oíste como me pidió que lo tocara, Jeff.
Aprieta la mandíbula cabreado y voy a cerrar la puerta haciendo un gesto burlón con el saludo militar en plan despedida.
Recojo la libreta de encima de la cama y me siento en mi tocador. Dejo el café en la mesa y busco un boli en mi estuche para cambiar la nota que le puso Kiraz por un nueve y medio. Queremos calificar a todos antes de cambiarle la nota al que tiene el culo más perfecto.
Cojo el móvil y le escribo a mi hermano.
Ellie: No te lo vas a creer pero alguien tiene mejor culo que tú.
Mi hermanito tiene un culo increíble, mucho mejor que el mío y ahora hay alguien que lo supera a él.
Erien: ¡¿Quién?!
Ellie: Alguien que conozco.
Erien: ¿Le tocaste el culo a mister cachondo? ¿Qué más habéis hecho?
Ellie: No he dicho que sea él.
Erien: No sabía que tenía una melliza tan pervertida que se folla a su compañero de casa.
Ellie: ¡No me lo follé!
Erien: Entonces sí que le tocaste el culo a él, lo sabía.
Menudo capullo de hermano mellizo tengo.
Ellie: ¿Qué tal con tu novia?
Me contó que en una fiesta tuvo un lío con una chica. Él y yo siempre nos contados todos los líos que tenemos, somos muy abiertos con el otro, es como tener un diario en el que desahogarte con la ventaja de que nos aconsejamos mutuamente.
Erien: No va la cosa, y no cambies de tema que lo tuyo es más interesante.
Erien: ¿Apostamos cuanto vas a tardar en follarte a mister cachondo?
Ellie: Serás capullo.
[...]
En la cafetería a la hora del recreo del día siguiente Kiraz y yo estamos hablando tranquilamente. Jared está delante de nosotros con cara aburrida porque Collin despareció en cuanto salimos de la clase.
En cuanto pienso en el rey de Roma aparece delante de la mesa con un montón de chicos de nuestra clase y alguno más que no conocemos. Nos miran a Kiraz y a mi con sonrisas perturbadoras.
—¿Qué? —espeta Kiraz de malas maneras.
—Collin nos ha contado sobre las puntuaciones de nuestros culos —dice un chico moreno de ojos miel que se sienta dos asientos por delante de Kiraz.
Miro a Collin con los ojos abiertos acusatorio por bocazas. Se encoje de hombros como si nada y sonríe tan tranquilo.
—Queremos hacerte un pase de modelos para que nos pongáis una puntuación acorde con la realidad.
Kiraz y yo intercambiamos una mirada de sorpresa. Que majos, no me imaginé que se lo tomarían tan bien. Aunque claro hay que tener en cuenta que a ellos les importa menos de una mierda que los traten de objetos.
—¿Te parece bien, Ellie? —me pregunta otro de los chicos, este no está en nuestra clase.
—Eh, eh, que yo también puntúo —Kiraz pone las manos en la mesa y se levanta—. Y como catadora ya podéis hacerme la pelota que soy muy exigente.
Mira a los chicos de arriba abajo y se centra en uno unos instantes.
—Saca ahí un boli que vas a empezar a anotar.
Me encanta el desparpajo de Kiraz. Enseguida los pone a hacer el pase de modelos con Collin como Dj que coge su móvil para ponerles una canción sexy y que paseen como en una pasarela por delante de nosotras.
Kiraz prueba a sobar el culo del primero que desde aquí está bastante bien.
—¿El mío también lo vas a calificar? —una voz en mi oído me eriza el vello.
Giro la cabeza encontrándome con los ojos claros de Liam y su sonrisa traviesa.
—El mío puedes tocarlo todo lo que quieras.
Ocupa el sitio que Kiraz dejó libre y se apoya con el codo en la mesa en una postura relajada que trata de ser sexy y lo consigue el muy capullo, y esa sonrisa maliciosa lo mejora. Es tan guapo que jode.
—Siento haber tardado tanto en venir, tenía que acabar un examen —se dobla hacia delante apoyando los antebrazos en las rodillas—. Tenía ganas de verte.
Le sonrío y me guiña un ojo.
—¡Liam! —grita Kiraz interrumpiendo—. No me distraigas a Ellie, si quieres participar te pones a la cola.
Se pone en pie todo orgulloso y se pone detrás del último. Anoto lo que dice Kiraz y una mirada insistente me hace mirar hacia delante a Jared que me mira fijamente serio.
—Puede que te haya subido la nota —le guiño un ojo, ignorándome baja la mirada a su móvil.
Esto demuestra que él es el amargado y yo soy un amor.
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Hola bellezas
Ellie y Kiraz son las mejores besties de la historia. Son maravillosas juntas, las amo. Creo que voy a shipearlas. ¿Quién se une?
Comenta la palabra culo si estás deseando leer el próximo capitulo. Os estaré leyendo y contestando siempre.
¡Os amo fresitas <3!