Cambiantes Libro III Trascend...

CCmyc02

12.6K 3.1K 2.3K

Se dice que nadie puede romper el hilo rojo. No importa quién una. No importa lo que una. salvo un dios. Des... Еще

Saludos
Dar la espalda a tu pareja
Cuando un alfa se rinde
A cualquier parte
Alejarse de Narg
No hablas. No hables.
Porque yo quiero...
Amanas
Eliminando el amanas
Tú, ¿lo conocerías?
Sé que era raro
Porque, pase lo que pase, yo te protegeré
El secreto de Nalbrek
No puedes poder
Ella te amaba
Asilo
Llegada a Gammal
Tradiciones y una reunión
No el humano
Serpientes
Alejarse
Las reglas de la concordia
Heridas
Embarazadas
LLamada
Fargla
Pasa la eternidad conmigo
Un voluntario
Si puedo elegir
Un trato
La justicia de un zorro
Su pareja
Comienzo
No es un capítulo (Fuera de servicio)
En un pueblo tranquilo
Érase una vez un dios zorro

Pase lo que pase, no me sueltes

248 75 36
CCmyc02

Se arrastró lastimoso por el bosque. Sus caderas, sus pobres caderas. Era cierto que había dicho que le metiese la polla tan adentro como pudiese, pero ¿hacía falta tomarse aquella frase tan en serio? Y ya sabía que la idea de aquel lobo eran dejarlo tan agotado que pudiese llevárselo lejos de allí, por más que, desde el principio, aquel plan estuviese condenado al fracaso.

—Nunca subestimes la resistencia de un zorro, sobre todo después de varias semanas de abstinencia —murmuró sonriendo y deteniéndose junto a Nalbrek, que dormía en su forma de lobo, antes de coger el silbato de madera y soplar con fuerza vistiéndose mientras esperaba—. Ni intentes engañarlo —añadió lanzando el saquito al aíre antes de atraparlo.

Nalbrek intentó cansarlo, pero con lo que no contó aquel lobo era con que él había tomado una decisión y que, cuando lo hacía, no dejaba que nadie se interpusiera. Así que buscó el lugar adecuado para su encuentro antes de ir buscar a Nalbrek, dejando preparadas, además de la crema, ropa, polvos para dormir y habiendo hablado con Giam para que se ocupase de su hijo. Por eso, en cuanto Nalbrek acabó, le pidió que se transformase en lobo echándole los polvos para asegurarse de que no despertaba por el momento y comenzando a prepararlo todo.

Miró hacia arriba hasta que vio a un águila acercarse y aterrizar.

—Gracias por venir —lo recibió.

—¿Estás seguro de esto? —le preguntó Giam y él asintió. El águila no estaba contento con aquello, pero tampoco se negó consciente de que solo un milagro podía salvarlos, un milagro que podía ser aquel.

—Tan solo, Nalbrek no sabe nada de la razón por la que acepté ser voluntario y preferiría que siguiese así. Al fin y al cabo, si todo sale bien, no tendrá importancia y si sale mal... Bueno, si sale mal, con más razón no quiero que lo sepa.

—Pero sabes que, incluso si sale bien, no volverás a ser el mismo.

—Desde luego que seré el mismo. Tengo suficiente personalidad para imponerme a un dios —le advirtió.

—Eso deseo. No quiero ni pensar en lo que sería de Nalbrek sin ti.

—Y por eso sobreviviré —le aseguró—. La preparación para la ceremonia al parecer es difícil, así que lléveselo tan lejos como pueda y manténgalo dormido todo el tiempo posible, cuando despierte, asegúrese de que no se acerca hasta que todo acabe. Después, regresen.

—Yo me ocuparé.

—Gracias —le agradeció antes de acercarse a Nalbrek e inclinarse para poner su frente contra la suya—. No le causes problemas a tu padre —le advirtió por su conexión—. Nos vemos luego, dormilón —se despidió antes de incorporarse—. Vuele lejos —le pidió y Giam asintió arrastrando a Nalbrek hasta el centro del claro cambiando a águila antes de marcharse volando alejándose tan solo para dar un giro de ciento ochenta grados, acercándose a toda velocidad para coger a Nalbrek y alejarse con él volando—. Impresionante —aplaudió—, ¿no lo crees?

—Eres más protector con tu pareja de lo que pensaba —dijo Asdis saliendo del bosque.

—Desde luego. No quería que una loca como tú viese a Nalbrek sufrir así.

—Tal vez a él no, pero a ti sí te veré sufrir.

—Pero apuesto a que no es ni la mitad de placentero de lo que sería ver a Nalbrek —replicó.

—Tal vez. Pero cada vez que hablas, haces que mi antipatía hacia ti aumente.

—No me preocupa. Te odio mucho más de lo que nunca podrás odiarme tú a mí.

—¿Y eso de qué te sirve cuando vas a pasar por una ceremonia tan dolorosa que más de la mitad de los que lo intentan mueren y, del resto, la mayoría se vuelve loca por el dolor?

—¿La mayoría?, porque, después de ver a la gente del templo, yo pensaba que eran todos.

—Y tú serás uno de ellos.

—No te preocupes por mí, mantendré cordura suficiente para recordarte y vengarme.

—¿De verdad?

—Espera y verás. Por cierto, ¿qué eres?

—¿Acaso te has vuelto loco?

—No. Hablar contigo me irrita, pero no al punto de volverme loco —le explicó.

—Soy un lobo, zorro.

—No, no lo eres —rechazó.

—¿Cómo te atreves?

—No es culpa mía que no lo seas.

—Lo soy.

—No —replicó con firmeza.

—¿Acaso no tienes ojos para ver? ¿Nariz para oler? ¿Orejas para escuchar?

—Desde luego que las tengo.

—¿Entonces por qué dices algo tan absurdo?

—Porque ni reaccionaste a las feromonas de Nalbrek ni a las mías a pesar de que están dirigidas a los lobos.

—Tienes mucha confianza, zorro.

—He visto lo que hacen mis feromonas. Toda la montaña debe estar empalmada ahora mismo —replicó.

—Pero yo solo soy una vieja.

—¿Vieja? ¿Cuándo solo debes tener la misma edad que tendría Gerna si estuviese viva?

—Tengo más años de los que imaginas, zorro.

—Tal vez, pero no tantos como pretendes, porque tu mirada cuando hablas de Gerna no es la mirada que tienes cuando hablas de alguien a quien viste nacer, crecer. Es la mirada de alguien que odia a un compañero de su infancia, alguien a quien conoce desde niño y a quien creció odiando.

—¿Estás seguro?

—Sí —respondió y es que aquella mirada la había visto en Karima a lo largo de los años cada vez que Nalbrek le decía que nunca tendría pareja—. ¿Por qué odias tanto a Gerna? —le preguntó con curiosidad genuina.

—¿Que por qué la odio? —pregunto enderezándose y hablando con un tono que la hizo rejuvenecer varios años—. Porque ella, su familia, creían que podían escapar, dejarnos atrás. Pero hay cosas que nunca pasarán y escapar de la manada es una de ellas.

—¿Y por qué la manada os iba a retener también? Vosotros no sois Uiba.

—Los Navlos tampoco.

—¿Vosotros también formabais parte de la familia Uiba? —Se detuvo sorprendido.

—Los Uiba siempre renegaron de nosotros, envidiándonos por ser los afortunados, los que podíamos controlar con quien nos uníamos. Los que no podíamos ser usados como fieles. Por eso, cuando los Huvit nos llevaron con ellos y nos convirtieron en parte de su familia, nadie hizo nada.

—Hablas como si los Uiba hubiesen podido evitarlo.

—No los excuses. Los Uiba solo se han ocupado de los suyos, nunca les importaron ni los Navlos, ni nosotros.

—Los Uiba no podían salvarse ni a sí mismos, ¿cómo iban a poder ayudar a alguien? —replicó—. Además, erais vosotros los que teníais más libertad, ¿por qué no los ayudasteis vosotros?

—¿A esos traidores? —le preguntó con odio—. No les debíamos nada.

—¿Y entonces a quién? ¿A los Huvit, que os separaron de vuestra familia para usaros?

—Al menos ellos nos acogieron y nos convirtieron en parte de su clan y, por lo tanto, de la manada.

—Usaros para aumentar su poder. Que amabilidad —replicó con sarcasmo—. Pero eso no explica por qué eres así. ¿No tienes celo?

—Preguntas mucho, zorro.

—Así que no tienes —asintió mirándola—. Por eso no te afectan las feromonas.

—No necesito celo.

—¿Estás segura?

—Desde luego. Yo acepté mi destino, no como Gerna, que luchó contra la manada a pesar de no tener sentido y murió por nada.

—Yo no diría por nada. Su hijo está libre de la manada.

—Tal vez su hijo, pero ¿y sus nietos?

—¿Nietos? ¿Qué nietos?

—¿Qué crees que pasará con ese Uiba cuando su pareja muera en la ceremonia delante de sus ojos? Ningún Uiba mantendría su cordura después de eso.

—Yo no moriré en la ceremonia.

—Incluso aunque tengas la fortaleza para sobrevivir, tu cuerpo será usado por un dios, nadie ha sobrevivido a eso. Tu alma será consumida y desaparecerás para siempre.

—Nunca subestimes a un zorro.

—Ni tú a un dios.





Respiró con dificultad mientras todo se empeñaba en girar con rapidez impidiéndole centrarse y comprender lo que estaba pasando.

Cuando regresó al templo, fue llevado a una cámara oculta dentro del estanque a la que se llegaba buceando. Allí fue purificado, atado y comenzaron a hacerle unos tatuajes a fuego por todo el cuerpo, bastante dolorosos, todo había que decirlo, tatuajes que, al cabo de un par de horas, desaparecían como si no existiesen, algo que, según Fargla, significaba que la ceremonia transcurría sin incidentes. Al parecer, según le explicaron con aquel tono jovial, si había algún error, su cuerpo ardería y se consumiría sin dejar rastro por lo que tendrían que buscar otro candidato. Durante aquella parte él hizo todo lo posible para no dar un espectáculo, tanto porque no quería que Nalbrek lo sintiese por su conexión, complicando el trabajo de su padre al intentar detenerlo, como por Asdis, que estaba allí disfrutando del entretenimiento. Y aunque cada nueva marca hacía a su determinación temblar un poco, logró controlarse hasta que llegaron a la boca, a la nariz, a los ojos.

Después de aquello tan solo pudo gritar de dolor sin control y todo se volvía confuso, tanto que ni siquiera ahora era consciente de lo que pasaba. Dolía demasiado.

El dolor es vida. La vida es dolor. Si era así, él estaba muy vivo.

—Normalmente le dejaríamos un par de días para que se recuperase, pero no podemos —escuchó que decía alguien. El enésimo Fargla. Así que se obligó a abrir los ojos, el problema es que no conseguía ver nada, solo una neblina roja que lo llenaba todo con algo brillante y solo le permitía distinguir formas brumosas. Aquellos locos lo habían dejado ciego.

—Dau —escuchó que lo llamaba Nalbrek intentando soltarse. Al parecer su padre le había permitido volver para asegurarse de que él tenía alguna posibilidad de sobrevivir. O tal vez se había escapado. Pero, como siempre, lo primero que hacía ese lobo era meterse en problemas. Estaba claro que no podía dejarlo solo.

—Estate quieto, nubecita. Se supone que debes usar tu energía para ayudarme a no ser absorbido por ese dios al que vamos a convocar o lo que sea —le advirtió irritado por su conexión al ser incapaz de hablar.

—¿Dawi? Dau, ¿eres tú de verdad?

—Desde luego, ¿con cuántas parejas más tienes conexión? —le preguntó molesto, pero, al menos, se había detenido.

—¿Estás bien?

—Duele como el infierno de los erizos, pero estoy bien —mintió sintiéndose un poco mejor al saber que su pareja estaba allí. Si lo pensaba con lógica, no tenía sentido ya que Nalbrek no podía hacer nada, ni para detener la ceremonia ni para vencer a un dios, pero eso no cambiaba cómo se sentía.

—Dau —murmuró Nalbrek tragando en seco cuando le ataron las manos a la cadena levantándolo del suelo.

—Quédate ahí y pórtate bien mientras me esperas, nubecita —se obligó a decirle mirando hacia donde sentía que estaba Nalbrek—. Y, pase lo que pase, no me sueltes —le pidió por su conexión mientras sentía como lo bajaban.

Por un momento, el miedo creció en él al recordar el destino de aquellas mujeres cuando al sentir a Nalbrek se obligó a tranquilizarse. Lo haría. Él lo haría. No moriría delante de Nalbrek y dejaría que Asdis se saliese de la suya. No lo permitiría.

Sintió como entraba en la lava hasta las caderas así que apretó los dientes. Aquello dolía y quemaba más allá de toda comprensión, hasta el punto de que la ceremonia que acababa de pasar apenas era una agradable experiencia. Apretó los dientes con más fuerza en un intento de mantener la situación bajo control, mientras comenzaba a sudar sangre, cuando no lo soportó más comenzando a gritar de nuevo mientras lágrimas de sangre caían por sus mejillas y, después, nada.



Bueno, por fin puedo decir que Asdis es Uiba, bueno, eran una parte que pueden controlar con quién se unen pero no pueden ver sus lazos hasta que no rompen su unión real y la manipulan. Sí, lo sé, eso no aparece en la historia. No tenía dónde ponerlo T.T

Ah, y tenemos a Dawi en la lava. Espero que resista hasta el próximo capítulo. Si no, tendré que pensar en una nueva historia...   🤔 ¿Alguien quiere chocolate? 👀🍫🍫🍫

Продолжить чтение

Вам также понравится

227K 14.6K 20
ᥬ Claire siempre ha sido una chica sin prejuicios hacia los Slytherin ya que su hermano mayor estaba en esta casa, pero no podía evitar pelearse con...
27.8K 2K 52
(genial... cai a esto.... meh) ya se la saben, una historia de murder drones, a diferencia de que me agregare de forma no tan pegada a la trama, supo...
Mi hijo murió. Katry

Фэнтези

18.7K 1.5K 89
El día que murió nuestro hijo, mi esposo, Henderson, no estaba nada triste. El día después del funeral de mi hijo, vi a Henderson con otra mujer. Esa...
17.2K 2.1K 24
¿Amber fan #1 de Israel Reyes?