6. [Nuestra boda]
Adeline:
• Una semana después •
Mi gran día había llegado, mi boda con Hernán sería hoy a las dos, aún estaba nerviosa porque aunque toda la semana pasé pensando en que eso era lo mejor para mí; me sentía muy nerviosa porque no quería tener más problemas con Atlas.
Este mismo no me volvió a molestar, ya casi no lo veía en la casa y cuando lo hacía lo ignoraba mientras él esperaba que le hablara.
« No le dije ni una palabra en la semana que pasó »
El banquete estaba listo, se serviría arroz mixto con todo tipo de carne, ensalada de remolacha y papas fritas; era una deliciosa cuando lo fui a probar al restaurante.
Aún no estaba lista, tenía mi vestido pero mi peinado y maquillaje faltaban.
Llevaría un maquillaje sutil, brillo de labios, crespador para pestañas para que mis ojos resaltaran y un poco de rubor; no me gustaba maquillarme.
Mi vestido era precioso, no usaría un vestido blanco porque no era algo tan necesario en cambio busqué un vestido verde esmeralda oscuro, con tacones finos de lazos transparentes, el vestido alzaba mis senos y dejaba ver toda la abertura de mi pierna.
« Estaba emocionada »
Cuando me lo probé, me sentí la reina de la casa y por un momento me creí mi papel.
« Iba a casarme y estaba feliz »
« Casi lloraba »
Mis abuelos vendrían a mi boda y nada me alegraba más que verlos allí presentes, mirándome con su amor característico.
No tenía que pensar mucho en que todo era un farsa, una vez leí en un libro que si te crees tu propia mentira sería fácil vivir con ella.
« Eso haría yo »
Terminé con el recogido de mi cabello, como lo tenía tan largo lo sujeté con prensas en lo bajo de mi cabeza, formando una semi rosa envuelta por hebras negras.
Salí de la habitación para irme a encontrar con Atlas, lamentablemente Hernán pidió que su hijo me entregara a él en la ceremonia, que llegara a su lado para ver juntas a sus dos personas favoritas del mundo.
« Él me odiaba »
« Atlas no me quería cerca de su hogar »
Al llegar a la sala y verlo parado en la puerta esperándome; sentí que mi corazón latió más fuerte.
« Se veía muy guapo »
No podía dejar de admitir que Atlas era un hombre precioso, se parecía a su padre pero era aún tan joven que no dudaba de que ya tuviera novia, en la semana que viví en su casa; logré observar que además de guapo era muy inteligente, uno de los mejores de su año.
« Sería un excelente doctor »
— Buenas tardes ¿Podemos irnos ya? — Saludé y caminé a la salida, no quería admirar más cuán hermoso se veía con el traje elegante de tres piezas, era un traje negro oscuro con camisa blanca, su cabello estaba peinado hacia atrás y el arito de su labio se veía demasiado provocador para mi gusto.
« ¿Qué me pasaba? »
— Hola, te ves muy hermosa. A papá le gustará. — Por primera vez desde que estaba a su lado me dió un cumplido y me arrepentí de que lo hiciera, no quería pensar que era amable.
Lo ignoré y caminé a la salida, el auto estaba en la calle esperando por nosotros y antes de poder entrar Atlas habló sorprendiéndome con sus palabras:
— Oye sé que la cagué al principio, fui un idiota contigo y muchas veces insinué que vendías tu cuerpo, no tengo explicación coherente para disculparme pero solo quiero decirte que de hoy en adelante no te diré nada hiriente — Ignoré de nuevo sus palabras y continuó:
— No me ignores, no estoy acostumbrado a que la gente me ignore,no tú. — Ahora él fue el que primero entró al auto — Sigo pensando en que es una estupidez que te cases por dinero, pero es tu vida. Estás muy bonita y solo quiero que disfrutes esto, dime algo por favor.
— Gracias.
— Di algo más, me gusta tu voz. Me tranquiliza.
— Llévame con mi prometido — Y con eso su semblante cambió, miró fijamente en la carretera y no me habló más; si quería mi perdón no se lo pondría fácil, me había lastimado mucho con sus palabras.
« No éramos amigos ni nada por el estilo »
— Aún no puedo creer que serás oficialmente mi madrastra, una chica que podría ser mi mujer — Sus palabras sonaron bruscas y no presté atención a lo último que dijo, bajé del auto y entré al salón en donde me esperaba el abogado y mi prometido.
Este sonrió cuando me vió entrar y todos se pusieron de pie para que yo continuara, tenía un pequeño ramo rojo de rojas, las tomé con seguridad entre mis manos y continué el camino hasta donde estaba Hernán.
— Cariño, estás bellísima. — Sonreí en agradecimiento y el abogado comenzó hablar.
— Buenas tardes a todos, bienvenidos a la boda de Hernán y Adeline. — Todos saludaron y pude ver a mis abuelos en primera fila; sonreí hacia ellos.
— El motivo que los une hoy es el amor y es lo que estamos celebrando, sin más que decir comencemos con la ceremonia. — Dijo para después continuar:
— Hernán Bradford aceptas a Adeline como tu esposa para amarla, quererla,respetarla, estar con ella en la salud y en la enfermedad; hasta que la muerte los separe.
— Acepto — Dijo Hernán.
— Adeline Riggs aceptas a Hernán como tu esposo para amarlo, quererlo,respetarlo, estar con él en la salud y en la enfermedad; hasta que la muerte los separe.
— Acepto — Admití.
— Entonces ahora los declaro marido y mujer, porfavor firmen los papeles — Hernán me dió un lapicero, firmé y después lo hizo él.
« Oficialmente estábamos casados »
También firmé un documento en el que decía que si decidíamos dejarnos, los bienes serían por separado, cada uno se iría con lo que tenía.
— Hernán, puedes besar a tu mujer. — Este tomó mi rostro y me besó fuertemente, la primera vez que nos besábamos así. Hernán me puso el anillo de matrimonio y yo también a él.
— Un aplauso para los recién casados — Todos aplaudieron y una vez pudimos empezar con la fiesta, me acerqué a mis abuelos a abrazarlos.
« Los había extrañado mucho »
— Abuela, abuelo — Dije para luego besarles la mejilla — Los extrañé muchísimo.
— Y nosotros a ti hija, estás muy hermosa.
— Gracias abuela ¿Cómo estuvo su viaje? ¿Les gusta la ciudad?
— No niego que es muy diferente, pero todo está precioso. El salón es hermoso hija y la decoración también — Admitió mi abuela.
— Madrastra, ¿No me vas a presentar a tus papás? — Una voz a mis espaldas habló, sabía que era Atlas así que me volteé y lo presenté con mi pequeña familia.
— Abuelos este es el hijo de Hernán — Les dije a ellos — Atlas estos son mis abuelos, Mandy y Gilberto.
— Mucho gusto señores.
— ¿Cuántos años tienes? — Dijo mi abuelo.
— Casi la edad de su hija, parece más mi novia que mamá pero eso no importa ¿No? Ya es legalmente mi madrastra.
— Cariño — Unas manos tomaron mi cintura: era Hernán — Señores Riggs, es un placer tenerlos por acá, muchas gracias por venir.
— Felicidades por su compromiso señor Bradford, espero que haga muy feliz a mi nieta — Dijo mi abuelo.
— Que coincidencia, todos tenemos el apellido Bradford, mi madrastra tiene el apellido como si también fuera mi mujer — Atlas rió en voz alta y su aliento llegó a mí, estaba tomado; en solo unos minutos se había venido una botella de licor.
« Estaba loco y yo muy incómoda por la situación »
— No digas estupideces, es tu madrastra; madura un poco...
— Lo sé, solo bromeaba. — Digo este.
— Pensamos que tu hijo era un niño — Esta vez opinó mi abuela.
— Claro, sería más fácil para su nieta manipularme como lo hace con papá; pero les salió el tiro por la culata.
— ¡Atlas! ¡Cállate! ¡Estás tomado!
— No tengo que estar borracho para decir la verdad, ¿O no es cierto querida señora Bradford?
— Creo que tomaste de más, porfavor no nos arruines la fiesta — Contestó Hernán por mí.
— Me retiro a seguir con el banquete, un gusto conocerlos abuelos — Con esas palabras Atlas se marcó a su mesa, dejando el ambiente tenso; cuando nos relajamos un poco más continuamos con la ceremonia, disgustamos la comida y tomamos vino.
« Casi se arruina mi boda »
(........)
La hora del pastel llegó, ya Hernán me había presentado a todos sus socios; casi cuarenta personas que me decían lo hermosa que era y lo feliz que se veía Hernán a mi lado.
« Sabíamos fingir bien »
En total habían llegado cincuenta personas, era un ceremonia pequeña pero no faltaron las felicitaciones.
— ¡Que partan el pastel los novios! — Dijeron varios invitados en conjunto, Hernán tomó mi mano con cuidado, partimos un pedazo de pastel para luego comerlo juntos.
« El momento fue tan romántico »
« Solo que no había amor de por medio »
— ¡Muchas felicidades! — Dijo un socio de mi esposo, era la hora de tirar el ramo de rosas y primero me despedí de mis abuelos antes de marcharme a mi luna de miel.
— ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! — Lancé el ramo de rosas y una mujer del grupo lo atrapó, cuando me di la vuelta para ver quién fue; me llevé una enorme sorpresa. El ramo lo tenía Atlas y sonreía de forma macabra, este estaba tan borracho que sus ojos tenían un brillo lloroso.
— No sé por qué se comporta así — Dijo Hernán a mi lado — Solo hace el ridículo, ignóralo — Asentí y me quedé pensando si de verdad él sería el siguiente en casarse.
Una vez la ceremonia acabó, nos retiramos de la mano hacia el vehículo que nos llevaría a nuestra luna de miel.
— Esperen — Atlas venía detrás de nosotros, aún seguía muy borracho y se estaba tambaleando para caminar — Voy con ustedes, serán mis vacaciones.
— No digas tonterías, tienes tu universidad y...
— Tomaré algunas clases virtuales, voy muy adelantado con mi trabajo.
— Te veré en el puerto, quiero irme a solas con mi mujer. — Atlas impactado por esa confección casi cae al suelo de la impresión.
— No tengo en qué llegar — Volvió a insistir.
— El chófer que contraté para que deje a los abuelos de Adeline te llevará, ahora compórtate y nos vemos allá — Atlas tocó su arito y me miró mientras subía en el auto, su mirada nunca se apartó de mi en ningún momento.
« ¿Qué estaba pasando? »
(.........)
Nota autora:
Hola gente hermosa ¿Cómo están? 👋🏻
Les dejo el vestido de Adeline 😉
¿Qué piensan de Atlas? ¿Se merece el perdón?
"Tiro por la culata" quiere decir cuando haces algo con doble intención y no funciona.
Besotes 💋 y no olviden votar y comentar ❤️