El mundo odia a Hinata Shouyou

By Salemmcit0

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O Hinata Shouyou vs el mundo. More

Sinopsis + nota del autor
I
II
III
IV
V
VII
VIII
IX

VI

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By Salemmcit0

El día pasó sin pena ni gloria. Kageyama se encontraba en modo automático, aún procesando lo que había sucedido el día anterior. Uniendo pequeñas piezas de información lentamente, comprendiendo el comportamiento de su compañero ante ciertas situaciones, como era su particular nerviosismo al entrar a baños de hombres a los que no estaba habituado, lo poco que socializaba en el cuarto del club que usaban como camerino y más detalles que ahora le hacían sentido.

Se había quedado practicando saques con salto después de la práctica de la tarde, ido en sus pensamientos. Se sentía bastante relajado, con un peso menos. Tanto por haberse enterado de una cosa que el pelirrojo mantenía bien guardado, como por él mismo haberle contado una cosa que pocas personas sabían. Le gustaba sentir que tenía esa cantidad de confianza con alguien. Una especie de incondicionalidad.

Mientras caminaba hacia el paradero del bus, sacó su celular.

Sigues vivo?

Para tu pesar, sí.


Kageyama rodó los ojos, Hinata era demasiado dramático.

Espero que mañana estés lo suficientemente bien para jugar. No te colocaré ningún balón si sigues mal.

:((

Meanie-yama

Todo lo contrario. Estoy siendo un buen compañero. Tu salud va primero

Frunció el ceño.

Imbécil

Sí, así estaba mejor.

????
Aprendí mi lección el año pasado
Hoy solo he dormido y comido.
Mañana estaré como nuevo, ya verás.

Más te vale. Hoy la práctica estuvo particularmente aburrida

Awwwww, Kageyama Tobio me extrañó. Que honor

Hizo falta tu ridiculez

No tienes para qué esconder que extrañas colocarme el balón, Kageyama-kun

Como digas

Nos vemos mañana, Softie-yama~~~

.l.

Edgy

...

El pelinegro llegó particularmente temprano la mañana siguiente. Sonrió al ver que no fue el único. Una maraña de pelos cobrizos lo esperaba en el mismo sitio de siempre, al lado de su bici ya encadenada. Apenas sus miradas se conectaron, comenzaron a correr con todas sus fuerzas hacia el gimnasio.

Kageyama le gritó que estaba haciendo trampa, a lo que el otro simplemente rio. Tocaron la puerta del gimnasio al mismo tiempo.

Se miraron sonriendo, respirando agitados.

"Gané" dijo Hinata, como era de esperarse.

"Mentiroso" gruñó el más alto mientras introducía la llave, entrando, con el más bajo siguiéndolo al cuarto del club para cambiarse. "Habría ganado si no fuese porque empezaste antes que yo. Puedo ceder lo suficiente como para decir que fue un empate".

El pelirrojo simplemente rio, tirando sus cosas en su típica esquina, quitándose la parte superior del uniforme, dándole la espalda a su compañero.

Kageyama no pudo evitarlo y se le quedó mirando mientras se cambiaba también. Esta situación era tan cotidiana y aún así esta en particular se sentía distinta. Tenía la impresión de que su mejor amigo estaba demorándose más, quizás porque ya no tenía nada que esconder. O quizás eran conjeturas propias.

Sin embargo, al ver la cinta color durazno que se asomaba por uno de los costados del más bajo, recordó que había guardado una cosa en su bolso, por lo que después de haberse puesto sus zapatillas de voleibol, abrió el bolsillo pequeño, sacó el objeto y se acercó a un Hinata que ya estaba en su ropa deportiva.

"Toma" fue lo único que le dijo, sentándose al lado de él, quien estaba respondiendo un mensaje de texto, probablemente de Kenma.

Shouyou se quedó mirando la cinta kinesiológica que ahora estaba en sus manos. Estaba nueva y era azul. Frunció el ceño, mirando a su amigo.

"No estoy lesionado" le dijo, sin entender muy bien.

"Lo sé" respondió el otro, mirando hacia el suelo mientras se rascaba la nuca. "Mis padres me dieron esto como regalo de cumpleaños—"

"Qué regalo de cumpleaños más mierda"

"—y no me gustan estas cosas" al sentir que lo interrumpió, lo miró molesto y le quitó la cinta de las manos. "Qué maleducado eres, devuélveme esto".

Hinata soltó un chillido, agarrándola y comenzando a luchar contra Kageyama por ella.

"¡Es mía ahora! ¡Dámela! No puedes quitarme mi regalo".

El colocador rodó los ojos y bufó, cediendo el agarre.

"No fue el único regalo" aclaró casi haciendo un puchero, a lo que el otro rio.

"Termina de contarme, prometo no interrumpirte".

"El punto es que no uso esas cosas. Anoche la vi y me recordó a lo que usas tú para aplanar tu pecho" le explicó mientras lo miraba "pero esta es más angosta. La cosa es que se me llamó la atención e investigué. Resulta que son básicamente la misma cosa, salvo eso del tamaño. Y pensé que probablemente te serviría más a ti que a mí" terminó por decir en un murmullo, mirando hacia otro lado, rascándose la nuca, ruborizándose un poco mientras sentía los ojos se Hinata sobre él.

Al no escuchar respuesta, lo miró de reojo, notando que el chico se había quedado mirando fijamente la cinta que aún estaba acuñada en sus manos.

"Si no te sirve puedes pasármela. No sé que estaba pensando, por algo la que tú usas es más ancha" comenzó a decir, entrando un poco en pánico "y no es de un color tan fuerte. No sé en qué estaba pensando. Perdón".

Intentó quitársela de las manos sin éxito. El más bajo dejó la cinta al otro lado de la banca y lo miró a los ojos por un momento, con los suyos ligeramente cristalizados. De un segundo a otro, el más alto se encontraba siendo abrazado. Aplastado, más bien. Se permitió respirar con suavidad, relajándose, cerrando los ojos, rodeándolo con los brazos también.

"Gracias. De verdad".

"La verdad" empezó Hinata mientras estaban practicando pases unos minutos después "no me gusta que la cinta intente emular la piel".

Kageyama frunció el ceño mientras devolvía el balón.

"¿No es la gracia?"

"Para muchos sí pero..." se tomó un segundo para rematar, celebrando el hecho de que hubiese pasado la red, antes de sacar otro balón del carro y seguir el ejercicio. Aún estaban solos. "Supongo que me molesta que no sean el mismo color. El punto es que me has dado la excusa perfecta para probar con otro color, ahora que tengo una cinta azul" le dijo sonriente.

Tobio lo miró, curvando ligeramente una de sus comisuras.

"Ojalá sea el único uso que le des a esa cinta. Ni se te ocurra lesionarte".

"Nunca".

"Miren quien volvió" dijo Tanaka mientras entraba al gimnasio seguido del resto del equipo, sonriendo.

Nishinoya corrió hacia el bloqueador central, lanzándose encima de él y abrazándolo a la vez que gritaba su nombre.

Enoshita se acercó a Hinata para saludarlo, al igual que el resto de integrantes. Todos se encontraban bien animados, un clásico efecto que tenía el pelirrojo en la gente.

"Así que el rey recuperó a su reina al fin" dijo Tsukishima en una suerte de saludo "a ver si así deja de andar más gruñón que de costumbre".

Kageyama frunció el ceño al escucharlo, notando que la única otra persona que reaccionó fue su compañero, el resto, ya acostumbrado a los comentarios pesados del rubio, ni se inmutó. Nuevamente, era un día como cualquier otro.

Pero no lo era.

La expresión de incomodidad en el rostro de Hinata ahora para el pelinegro tenía otro tono.

"Entiendo que te encante meterte conmigo" comenzó él antes de siquiera darse cuenta "pero deja de hacer ese tipo de comentarios sobre Shouyou" se halló diciendo con un tono particularmente ácido "no es 'mi reina', ni somos pareja".

El silencio invadió el gimnasio por un par de segundos. Tsukishima rodó los ojos mientras Enoshita intentaba relajar los ánimos, dando instrucciones de lo que harían a continuación. Después el lugar fue invadido por varias conversaciones simultáneas que cada vez se hacían más bajas debido a que el resto del equipo se iba a cambiar de ropa.

Nuevamente quedaron ellos dos solos. Mirándose. Hinata tenía la misma expresión que hacía un rato cuando había recibido la cinta, pero en vez de acercarse a abrazarlo, se agachó para recoger un balón y lanzárselo a Kageyama.

"Practiquemos el rápido desde atrás" le dijo el más alto, a lo que el otro simplemente asintió con una ligera sonrisa.

Complicidad. No tenía muy claro qué significaba esa palabra pero sentía que podía describir aquella situación

...

"No tenías que haberme defendido de Shitty-shima" fue lo que le dijo Hinata a modo de saludo cuando se habían reunido a un costado del gimnasio a almorzar, se encontraban solos. "Es solo un comentario estúpido, como los que siempre hace. Ni siquiera tiene una intención transfobica" elaboró ante la mirada del pelinegro, quien simplemente siguió bebiendo de su caja de leche.

"No me gusta verte incómodo" fue lo que respondió mientras abría su bento para comenzar a comer junto al pelirrojo. "Además, su cara de constipación ante mi respuesta me hizo el día".

Hinata rio, escondiéndose en el cuello del más alto. Kageyama sonrió ante el gesto, cerrando los ojos, relajándose, tomándose un momento para oler el ligero aroma frutal de los mechones cobrizos que ahora estaban asomándose debido a la posición.

"Creí que practicar conmigo era lo que te hacía el día" murmuró al rato con suavidad.

El colocador rodó los ojos, acariciándole el pelo, sin decir nada.

"Tobio" lo llamó el pelirrojo, incorporándose para mirarlo a los ojos.

"¿Si?" Fue lo único que respondió el otro mientras seguía acariciándole el cabello pese al cambio de posición.

"Si hay algo que haga o una situación que te genere incomodidad dímelo" le dijo con seriedad, mirándolo a los ojos. "Ayer me puse a leer sobre el autismo y... No sé, soy un ser muy estridente. Quiero que estés lo más cómodo posible" murmuró.

Kageyama le sonrió mientras transportaba la caricia hacia uno de sus pómulos. "¿De verdad crees que te dejaría hacer lo que quisieras?"

Hinata bufó, haciendo un ligero puchero mientras se liberaba del agarre, volviendo a comer, con el ceño fruncido. "Yo solo intentaba ser amable".

El pelinegro se apoyó en el cuello del otro, sonriendo. Shouyou se sobresaltó ante el contacto inesperado, pero se relajó casi de inmediato, permitiéndose guiar sus dedos hacia el cabello del colocador, acariciándolo con suavidad.

"Gracias" fue lo que respondió después de un rato de silencio. "Si hay algo que me incomode te lo voy a decir. No te preocupes por eso".

...

Días después estaban en la casa de Kageyama. Era fin de semana y como ya era usual, se encontraban sentados en el sillón de la sala de estar viendo Slam Dunk después de haber entrenado todo el día.

Fue una buena practica, pensó para sus adentros. Shouyou estaba mejorando a pasos agigantados.

A saltos agigantados, más bien.

El pelirrojo de la nada se acercó más de un momento a otro, apoyándose en su hombro, acariciando su mano.

Tobio se sobresaltó por la sorpresa, sin poder evitar tensarse. Claramente su compañero lo notó, acabando con el contacto de inmediato.

"¿Todo bien, Tobi?"

"Sí" murmuró en respuesta, con sus ojos en la pantalla, sintiendo la mirada preocupada de Hinata encima. "Ando un poco... Sobrestimulado" agregó al par de segundos.

"¿Quieres que me vaya?" Le preguntó con suavidad, a lo que el pelinegro volteó para conectar sus ojos con los de él en una reacción casi instantánea.

"No" respondió automaticamente. "Me gusta estar contigo, aunque esté así" murmuró un poco apenado. "Perdón".

"No tienes que disculparte" le dijo con ese mismo tono suave de hacía unos momentos. "No has hecho nada malo".

Tobio asintió con lentitud.

"Me cuesta aceptar que mi actitud esquiva no te moleste" le confesó. "Eres mi primer amigo después de Kazuyo. Las personas no soportan mi comportamiento, como bien sabrás". Dejó de mirarlo. "No es de sorprenderse tampoco".

"Bueno, será porque soy alguien demasiado insistente y quizá pienso que no ser capaz de interactuar contigo de alguna forma es perder" murmuró con un poco de diversión en su voz.

Kageyama sonrió, sintiéndose más tranquilo. Le agarró la mano que estaba apoyada en el respaldo del sofá, entrelazando sus dedos.

No supo qué lo poseyó pero de un momento a otro estaba depositando un beso en los labios del más bajo.

Nada muy intenso tampoco. Un simple contacto de un par de segundos. Ninguno de los dos cerró los ojos siquiera.

Se volvió a sentar en posición para ver el anime, con sus manos apoyadas en sus propios muslos, mirando fijamente la pantalla, ligeramente sonrojado. Hinata lo estaba mirando fijo de nuevo.

"¿Qué fue eso?"

"Un beso, tonto".

"Sé que fue un beso" le respondió con un ligero puchero que denotaba molestia. "¿Qué significa?".

El de ojos azules se tomó un momento para pensar en su respuesta.

"¿Te gusto?" Le preguntó el pelirrojo en el intertanto.

"No lo sé" terminó por responder.

El bloqueador central asintió ligeramente con la cabeza, relajándose contra el respaldo, acercándose lentamente, recostándose en el hombro de su compañero al notar que ya no andaba muy esquivo.

No hablaron respecto al tema, se dedicaron a seguir viendo el spokon en silencio.

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