AMBIVALENCIA - Zapatterson...

By NaomiAle26

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La Agente Especial del FBI Natasha Zapata se encuentra con una situación que pudiera imaginar al reencontrars... More

PERSONAJES
PREFACIO
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1.
CAPÍTULO 2.
CAPÍTULO 3.
CAPÍTULO 4.
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6.
CAPÍTULO 7.
CAPÍTULO 8.
CAPÍTULO 9.
CAPÍTULO 10.
CAPÍTULO 11.
CAPÍTULO 13.
CAPÍTULO 14.
CAPÍTULO 15.
CAPÍTULO 16.
EPÍLOGO

CAPÍTULO 12.

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By NaomiAle26

Hola de nuevo mis queridísimos lectores!!!! Hoy se cumple un año desde que comencé esta historia, espero que les esté gustando... dejen sus comentarios me encantaría saber sus opiniones!!!! 💙💙

Es un placer compartir con ustedes 💙💙

Gracias por su apoyo!!! 💙💙


A la mañana siguiente...

– Si fuera tan amable de quitarme las etiquetas del suéter azul y de los vaqueros que acabo de comprar, podría irme con ellos puestos. Gracias – miró el reloj nuevo que llevaba – Me temo que se me está haciendo tarde.

– ¿Quiere que le guarde el impermeable y los vaqueros en la bolsa, con el resto de sus compras? – le preguntó la joven dependienta, dubitativa.

– No. Puede tirarlos a la basura... – pero de repente cambió de idea – No, mejor guárdelos. Tienen un valor sentimental.

Se estaba comportando como una estúpida, pensó mientras atravesaba el centro comercial en dirección a la peluquería, cargada con sus bolsas de ropa. Pero había llevado aquel impermeable y aquellos vaqueros la noche en que se vio con Natasha Zapata en la cafetería. La noche en que Natasha entró en su vida.

Esa mañana se habrían quedado durmiendo hasta tarde si Reade no las hubiera despertado. El viejo labrador simplemente había acercado su nariz húmeda a la primera pierna desnuda que había logrado encontrar y Patterson había abierto los ojos para ver un ondeante rabo detrás del hombro de Natasha.

– Finge que no estás – había murmurado la castaña abrazándola – A veces se da por vencido —

En aquella ocasión, sin embargo; no fue así. Cuando Natasha volvió al dormitorio, después de darle al perro la comida y la medicina, Patterson ya se había levantado. Estaba en la ducha. Lo cual no fue impedimento para que se encontraran allí...

Habían hecho el amor en medio de nubes de espuma. Solo cuando se estaban secando la una al otra, Natasha le informó de que tenía que pasar por la oficina para recoger una información que había encargado el día anterior; en otras circunstancias, habría intentado hacerle cambiar de idea para que volviera a la cama con ella, pensó Patterson, suspirando. En otras circunstancias, Natasha ni siquiera habría necesitado que le persuadieran, pero ambas sabían que la noche que acababan de compartir no era más que un paréntesis y que aquel paréntesis por muy dulce que fuera no podría interferir en la tarea que tenían entre manos.

Aunque no significaba que no pudiera permitirse rememorar aquella maravilla, se dijo poco después, mirándose en el espejo mientras la peinaba la su larga y rubia cabellera. Habían hecho el amor tres veces después de aquella primera vez... cuatro contando la escena de la ducha y a pesar del inefable placer que habían alcanzado, no se había tratado simplemente de sexo, habían hecho el amor y Natasha le había dicho que la amaba.

«Pero tú misma le habías pedido que te mintiera. Natasha te advirtió de que no podría darte lo que tú querías porque no le quedaba nada dentro que dar y luego tú le pediste que te mintiera. Incluso te prometiste que no harías lo que estás haciendo precisamente en este momento: convencerte a ti misma de que has resucitado a la otra mitad de Natasha Zapata» (NA: Claro que si, por qué no Patterson matándose sola)

Patterson seguía dada a creer que las palabras de la pequeña morena que hacía saltar todo su ser eran parte del calor del momento.

– Amiga, antes de que se vaya de aquí, la voy a dejar como a Cenicienta la noche del baile – le comentó la peluquera.

Sus palabras fueron un eco casi exacto de sus propios pensamientos., efectivamente, se sentía como una Cenicienta. De acuerdo, le había pedido que le mintiera. ¿Pero había sido todo una mentira? Sacudió la cabeza en una automática negativa y la peluquera la amonestó con la mirada antes de continuar con su tarea.

Lo dudaba, la mujer que había visto en el vídeo había poseído una inmensa capacidad de amar y aquella mujer se había quedado tan destrozada por lo sucedido, que ni siquiera diez años después era capaz de reconocer su dolor, pero no había desaparecido del todo, seguía existiendo; lo había visto la noche anterior y ella estaba enamorada de esa mujer.

Media hora después se hallaba esperando a Natasha en la puerta del centro comercial. Si realmente había conseguido concertar la entrevista, no tardaría en enfrentarse cara a cara con su suegra, no tendría más remedio que superar el temor que siempre le había suscitado, si quería sacar algo en claro de aquel encuentro... Cuando vio detenerse su coche, repentinamente fue consciente de la transformación que había experimentado su imagen y se preguntó cuál sería su reacción de la morena al verla. Con una punzada de culpa, pensó que tal vez no había debido gastarse tanto dinero en ella misma...

– Demonios, Patt... estás maravillosa – exclamó desde el coche con ojos soñadores, la rubia en definitiva la hacía perder la cabeza y ese no era momento de para perderla.

Ya había salido del coche y le había tomado las bolsas, pero en lugar de guardarlas en el maletero, se quedó mirándola con una expresión de auténtico embeleso y la punzada de culpa de Patterson desapareció.

– ¿De verdad? – Sonriendo, bajó la mirada al impermeable y los vaqueros que llevaba guardados en una bolsa – Se acabó la chica dura, Tash ¿Crees que la echarás de menos? –

–Oh, creo que probablemente seguirás siendo tan dura como siempre, cariño – arqueó una ceja – Así; como estás ahora eres el doble de peligrosa –

– Me he comprado algo más – le confesó, esbozando una temblorosa sonrisa, cuando Natasha ya estaba arrancando el coche – Es un regalo para Alexa... ¿Podrás hacérselo llegar a Alison para que se lo entregue? –

– No será necesario, Patt. Precisamente iba a decírtelo ahora... recibí una llamada en la oficina... Era Alison... Ella quiere verte – se encogió de hombros – Al parecer ayer Niel se puso en contacto con ella y le dijo que estábamos investigando lo de la bomba, no habría sido adecuado que se lo hubiera sugerido yo, pero dado que la petición procede de ella, no constituirá una violación del programa de protección. Le dije que nos veríamos en un terreno neutral y ella eligió un restaurante –

– ¿Ally quiere verme? – Patterson lo miró estupefacta– ¿Por qué? Al llegó a un acuerdo con las autoridades para permanecer escondida de mí, por el amor de Dios. Ella cree que yo maté a su marido y a su hermano, Natasha... ¿Por qué habría de querer verme ahora? – de repente se le ocurrió algo y una leve llama de esperanza ardió en su corazón – ¿O... acaso piensa que no fui yo? ¿Querrá... querrá devolverme a Alexa? –

– No lo creo Patt – deteniéndose frente a un semáforo en rojo se volvió hacia ella – Intenté hacer que suavizara su postura, pero no resultó. Sigue tan convencida de que eres culpable como el día en que testificó contra ti – el semáforo cambió a verde, pero ignoró los bocinazos de los coches que se impacientaban – Creo que quiere dejarte claro que jamás renunciará a Alexa y que ni siquiera merece la pena que lo intentemos –

Lo primero que pensó Patterson cuando entró con Natasha en el restaurante fue que Alison no había escogido un terreno neutral. Lo conocía de sobra por haber estado allí miles de veces, cuando era la vana y caprichosa señora Wagner.

Estaba segura de que más de un cliente la había reconocido. De repente, el nuevo aspecto que apenas una hora antes había fortalecido su confianza en sí misma, le pareció ridículamente fuera de lugar en aquel ambiente tan exquisitamente selecto.

– Recuérdame otra vez en qué siglo estamos – le preguntó Natasha, en un susurro, mientras seguían al maitre – Me pregunto si alguien en este restaurante se ganará honradamente la vida... –

– Lo dudo, Tash. Estamos rodeados de la flor y nata de NY y yo era una de ellos... –

– ¿Te gustaría seguir siéndolo? – la pregunta fue brusca, pero no vaciló ni una fracción de segundo en contestarla:

– ¡Diablos, no! –

Los comensales de la mesa ante la que estaban pasando en aquel preciso instante se quedaron súbitamente callados y Patterson reconoció a una de las mujeres, una morena exageradamente arreglada, antes de que pudiera volver la cabeza e ignorarla.

– Hola, Lilian –susurró – ¡Cuánto tiempo sin vernos! – y pasó de largo.

– Eso ha sido una chiquillada – Natasha le lanzó una mirada de recriminación mientras dejaban la mesa atrás, siguiendo al maitre, pero al momento esbozó una sonrisa – ¿Qué? ¿Te sientes mejor? –

– Sí – le devolvió la sonrisa – La verdad es que estoy algo nerviosa... –

– Pues no lo estés – su expresión se ensombreció – Al contrario que toda esta gente, Alison solía ser amiga tuya, pero se ha pasado los dos últimos años satanizándote, quizá una vez vea que no tienes cuernos, ni cola, se digne escuchar tu versión de la historia –

– ¿Y si no es así, qué vamos a...? –

Patterson se interrumpió cuando el maitre se detuvo ante una mesa exquisitamente adornada y se quedó paralizada en el instante en que la mujer de pelo oscuro que ya estaba sentada alzó la mirada hacia ella.

– Hola, Billie – se ruborizó Alison era la única que la llamaba de esa manera tan vergonzosa para ella, pero aun así no desvió la vista – Me... me alegro de que hayas venido. Gracias por haber concertado esta entrevista, agente Zapata –

Sintió un doloroso nudo en el pecho mientras se sentaba en la silla que acababa de sacarle el maitre. Fue vagamente consciente de que Natasha hacía lo mismo, a su lado al advertir su palidez y el temblor de sus manos, tuvo que recordarse que Ally era tan aprensiva como ella, la miraba con expresión alerta y desconfiada.

– Hola, Ally – pronunció al fin – Tienes... tienes buen aspecto –

– He subido un poco de peso desde la última vez que nos vimos –

El camarero escogió aquel momento para pedirles la orden de las bebidas, y Patterson abrió la carta del menú con una inequívoca sensación de alivio.

– Solo un agua mineral – murmuró – Con hielo, por favor.

– Yo tomaré lo mismo.

La voz de Ally apenas resultaba audible. Patterson adivinó lo que le estaba pasando por la cabeza. La última vez que se habían visto... había sido en los momentos finales de su juicio. Por aquel entonces, Ally estaba terriblemente delgada.

Había perdido a su hermano y a su marido en un mismo día, y apenas unas horas después de haber asistido a dos funerales sucesivos, le habían informado de que su mejor amiga era la principal sospechosa de ambas muertes. Varios meses más tarde, cuando tuvo que testificar contra ella, estaba al borde del colapso físico y mental.

Pero Ally era como ella, pensó Patterson: más resistente de lo que aparentaba. El valor y determinación que demostró a la hora de salvar a Alexa en el precipicio, dos días atrás, constituía suficiente prueba de ello. «Ella salvó a mi hija. Salvó a Alexa, y la ha cuidado como una buena madre durante estos dos últimos años», se recordó, emocionada. «A pesar de todo, jamás podré recompensarla por ello». Cerró la carta del menú y la hizo a un lado.

– Yo, en cambio, he adelgazado bastante desde la última vez que nos vimos – pronunció con tono suave – Quizá ninguna de las dos seamos las mismas de entonces, Alison. Voy a adelantarte algo... yo nunca te culpé por haber dicho la verdad en el juicio. Eso es algo que siempre quise que supieras –

– Yo creía que me odiarías... – repuso Alison – No sólo por haber afirmado que te vi entregarle el paquete a David antes de que abordara aquel avión, sino porque... me concedieron la custodia de Alexa. Si yo hubiera tenido una hija y la hubiera perdido nunca habría perdonado a la mujer que me la arrebató... – Patterson no tuvo oportunidad de contestarle, porque el camarero volvió en aquel momento con las bebidas, cuando le tocó elegir lanzó una mirada implorante a Natasha, que inmediatamente se hizo cargo de la situación.

– ¿Tú también quieres robalo, Patt, verdad? – le preguntó, entregando ambas cartas al camarero.

Asintió en silencio, un segundo después sintió que le tomaba una mano debajo de la mesa, apretándosela con gesto reconfortante. Aquel pequeño gesto la ayudó mucho.

– Tú no me la arrebataste, Ally, yo nunca pensé de esa manera. Mientras estuve en prisión, yo no podía cuidar a Lexie, no habría podido sobrevivir de no haber sabido que se encontraba a salvo contigo.

–Pero ahora estás fuera –un brillo de dolor asomó a sus ojos castaños – Ahora estás fuera y quieres recuperarla, ¿verdad? –

Pensó que Alison había cambiado. La única Wagner que siempre se contenía de hablar, que siempre se mantenía en un segundo plano, jamás habría abordado aquel asunto de una manera tan directa. Era obvio que estaba decidida a afirmar y a defender su posición, por muy nerviosa que estuviera.

– ¿Te dijo Niel que ayer estuvimos hablando con él? –El tono de Natasha era frío, distante y por una vez Patterson acogió con alivio aquella aparente falta de emoción, ya que pudo ver como Alison suspiraba profundamente.

– En efecto, Niel me telefoneó – admitió con un leve temblor en la voz – Sabía que Patterson había salido de la cárcel, por supuesto; pero Niel me dijo que usted parecía pensar que ella era inocente, agente Zapata. Me comentó que había reabierto la investigación –

– Oficialmente, no – Natasha frunció el ceño, recostándose en su silla – Lo cierto es que cometí un error, señora Dilaurentis y pretendo enmendarlo –

– Así que está convencida de que es inocente – abrió mucho los ojos mientras miraba a una y a otro – Te excarcelaron por un tecnicismo, Patterson... Por el amor de Dios, yo te vi hacerlo. Le entregaste ese paquete a David... ¡yo lo vi! –

– ¡Le entregué a David el regalo de cumpleaños de Alexa! – exclamó sin poder contenerse – ¡No tenía ni idea de que había una bomba dentro y tú lo sabes, Ally! –

– Sé que esa fue tu defensa, Patterson; pero, de todas formas, un jurado te encontró culpable. Encontraron tiras del mismo papel del envoltorio del paquete en tu residencia y también encontraron productos químicos... que demostraron que tú fabricaste la bomba allí mismo, en la mesa de la cocina de tu casa... –

– Pero nunca se llegó a demostrar que Patterson había aprendido a fabricar bombas – intervino Natasha, manteniendo un tono firme y tranquilo – Eso siempre constituyó un punto débil en la argumentación del fiscal –

– ¡Era una Wagner, por el amor de Dios! – le espetó Ally – Mi madre probablemente podría fabricar una si se viera obligada a hacerlo. Estamos en el negocio químico, agente Zapata –

– No todos – replicó Natasha – Usted no, por ejemplo... Usted se ha contentado con cederle a Lynne las riendas del negocio durante los últimos años y su hermano Niel rechazaría la dirección de la compañía si se la entregaran en este mismo momento –

– Ya se la entregaron yo se la entregué. Yo le pedí a él y no a mi madre, que fuera el fideicomisario de la compañía en nombre de Alexa – por un instante, Alison pareció más sorprendida que furiosa – Lynne se encarga del día a día de la empresa, pero está obligada a presentarle regularmente a Niel informes sobre su gestión – su mirada se endureció – Mi madre suele ver a su nieta una vez al mes, en mi presencia: esa es la máxima influencia que le permito que tenga sobre ella. Tuvo tres hijos y nos hizo muchísimo daño a los tres. No le permitiré que le haga lo mismo a Alexa –

– ¿La ha matriculado en Westside Grammar House? –le preguntó Patterson – Según Niel, Lynne tenía la intención de... –

– Antes tendría que pasar por encima de mi cadáver – la interrumpió Alison – Mi madre quería que la ingresara en Grammar, pero eso no va a suceder Alexa tendrá una infancia feliz... una infancia perfecta. No va a pasar por todo lo que he pasado yo... – añadió con voz quebrada por la emoción.

El camarero apareció entonces para servirles los platos. Patterson pensó que la convicción que tenía Alison de que ella era culpable parecía tan sincera como firme y eso significaba que las posibilidades de que pudiera recuperar a Alexa sin tener que pasar por los tribunales eran prácticamente nulas... a no ser que Natasha y ella descubrieran al verdadero asesino. Dobló cuidadosamente su servilleta, conteniendo las lágrimas. Sin embargo, y a manera de consuelo, el terrible temor que no había dejado de asaltarla desde el día anterior se había revelado infundado. Ally estaba ferozmente decidida a evitar que Alexa fuera ingresada en un internado.

Una oleada de alivio la invadió cuando alzó los ojos y descubrió a Natasha mirándola con un gesto de preocupación, esbozó una leve sonrisa en un intento por tranquilizarlo.

– Como le he dicho antes, cometí un error, señora Dilaurentis – prosiguió Natasha volviéndose hacia Alison – Un error que a su cuñada le costó la cárcel... Sé que no está de acuerdo, pero... ¿Le importaría hacer de abogado del diablo por unos minutos? –

Ally había bajado la mirada... Patterson pensó que, aunque hubiera encontrado el coraje necesario para enfrentarse a su madre, aquella conversación seguía suponiendo una verdadera tortura para ella, no pudo contener las lágrimas.

– ¿Abogado del diablo? – Sacó un pañuelo de su bolso – ¿Quiere que crea que fue otra persona la que puso la bomba? –

– Sí. Solamente como hipótesis –

– De acuerdo – repuso algo reacia – Supongo que podría agente Zapata, que querrá saber quién más quería ver muerto a mi hermano... La respuesta es... mucha gente – picó la comida y miró a Patterson – Niel se enfrentó con David cuando perdió toda ascendencia sobre la compañía, para él el dinero no era lo más importante. Recibía un suculento cheque regularmente, así que; no se resintió desde el punto de vista económico... pero, desde aquel día, sabía que Lynne lo vería siempre como al más débil de sus hijos y eso sí que lo afectaba. Los tres crecimos con la esperanza de ganarnos su amor... pero solo David tuvo éxito – se llevó un bocado de comida a la boca y masticó lentamente –. David triunfó, pero luego se volvió contra ella. No sé en qué medida quedó afectada por eso, pero sí sé que su primer ataque cardíaco no se debió al estrés; fue provocado por la rabia, la violenta rabia que la invadió cuando se enteró de que su hijo no solo la había marginado en consejo de administración, sino que la había sacadode la compañía – continuó encogiéndose de hombro y restándole importancia – Aunque no debería haberse sorprendido tanto. Fue ella quien le enseñó a ser tan despiadado – concluyó

– ¿Y usted? – inquirió Natasha

– Para mi hermano yo era insignificante agente Zapata – por un instante le tembló la voz– Jamás se interesaba por mi o le importaban mis opiniones –

– ¿Y qué hay de mí, Ally? – Patterson apartó los cubiertos incapaz de seguir comiendo o al menos de simularlo – Según la versión oficial yo quería el dinero de David sin David. Niel, por su parte, sospechaba que yo lo había matado para impedir que Alexa siguiera el curso tradicional de la educación de los Wagner: Westside Grammar House, Lynne y Blind Industries, pero... ¿Cuál crees tú que fue mi motivo para querer matarlo? –

–Yo no creo que quisieras matar a David. Al menos, no más que a Román o al piloto o a su secretario – respondió Alison con tono firme.

– No entiendo – murmuró Patterson mirándola estupefacta – Antes dijiste que no creías que yo era inocente –

– No creo que seas inocente, pero tampoco creo que tu objetivo fuera David, Patt –

De repente, volvió a ver en Alison a la mujer decidida que había salvado a su hija en el precipicio, todo lo demás se desvaneció: las lágrimas, la voz vacilante, la mirada baja; en aquel instante brillaba en sus ojos un odio implacable contra la mujer a la que antaño había considerado su amiga.

– Sé lo del acuerdo que firmaste con David antes de que naciera Alexa. Sé que tú nunca quisiste ser madre. Creo que si pusiste esa bomba, fue porque tu verdadero objetivo era tu hija. Por eso voy a asegurarme que no vuelvas a verla nunca más –

Hasta aquí este capítulo voten y dejen sus comentarios para conocer sus opiniones de la historia 💙💙
Gracias por su apoyo!!!! 💙💙

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