CANCIÓN RECOMENDADA.
Who We Love - Sam Smith, Ed Sheeran
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"Abby es Cam al teléfono"
La voz de mamá resonó sobre el ruido de la regadera.
"Le devolveré la llamada en cuanto salga"
"Eso dijiste anoche"
"Solo dile, mamá" me quedé quieta escuchando sus pasos alejarse y suspiré agotada.
Era sábado y desde el viernes que salí echa un desastre de la casa de Santos, no había vuelto hablar con ninguno de ellos.
Había llegado a casa y en cuanto mi celular sonó mostrando el nombre de mamá, llené una pequeña maleta y salí con Conni directo al aeropuerto.
No lo pensé, solo necesitaba salir de ahí, despejar mi cabeza y aclarar mis sentimientos.
No estaba siendo yo misma, yo no era una chica que iba por el mundo saliendo con dos chicos al mismo tiempo, traicionando confianzas y dejándose llevar sin pensar antes las cosas.
Mamá se había sorprendido pero luego me había abrazado con fuerza y cancelado todos sus compromisos para quedarse esos días conmigo. Yo había apagado el celular luego de enviarles un texto a los chicos diciendo dónde estaría por el fin de semana y que nos veríamos ya en clases, así que, al no poder contactarme decidieron intentarlo desde el teléfono de mamá.
"¿Podemos hablarlo ahora?" Dijo en cuanto me senté junto a ella en la mesa para desayunar.
"¿Sobre qué?"
"Sobre porque estás aquí"
"¿No puedo visitarte? Quizá te extrañaba" dije untando mantequilla en una tostada.
"Por favor Abby, en cuanto ví tu rostro supe que algo había pasado, te apareciste sin avisar y aún en uniforme. Por más que me extrañaras nunca lo habías hecho"
"Solo necesitaba cambiar de aire por un par de días"
"Sabes que puedes contarme lo que sea cariño ¿Están las cosas mal en casa? Recibí un llamada de la escuela"
"No te preocupes por eso"
"Si lo dices confío en ti pero quiero que me cuentes" insistió y le conté un poco de los últimos días en la escuela "es una locura hija"
"¿Estás molesta?"
"Claro que no" tomó mi mano "estoy orgullosa que defiendas tus ideales y que luches por lo que creas que es justo"
"Gracias, ma"
"Pero tampoco quiero que te metas en problema o que te lastimen"
"Estoy bien"
"¿Entonces porque estás aquí?" Suspiró cuando no le contesté y seguí comiendo. Ella tambien volvió a su plato "de acuerdo, ¿Tomaste tu medicina?"
"Si" mentí.
"Bueno, cuéntame entonces ¿Como van las cosas con el niño lindo de Gabriel?"
"Bien"
"Oh" la miré y sus ojos brillaron "así que es eso"
"Basta mamá no quiero hablarlo" me levanté molesta de la mesa y tomó mi brazo
"Está bien, lo siento no te presiono más" me detuve "por favor siéntate, Abby"
Volví a tomar mi puesto y un largo silencio se instaló entre nosotras. Cuando mi plato estuvo vacío, la miré por el rabillo del ojo y la ví jugar con su desayuno.
"Creo que me enamoré de otro chico" solté de golpe y ella dejó caer su tenedor.
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Me había despedido de mamá en el aeropuerto y cuánto la avioneta aterrizó, Conni ya estaba esperando por mi.
"¿A la escuela señorita?" Preguntó una vez subimos al coche mirando que ya estaba con el uniforme.
Había llegado a esa hora a propósito para seguir evitando a los chicos un poco más. Había organizado el uniforme con el que me había ido y le había pedido a Conni llevarme la mochila y libros cuando fuera por mi.
"Por favor" le respondí mientras encendía por fin mi teléfono y él arrancaba el coche.
Había pasado un fin de semana bastante lindo con mamá. Solo ella y yo viendo películas, conversando, nadando y riendo, solo pasando tiempo juntas.
Realmente lo había disfrutado y sobre todo luego de contarle sobre Santos, ella solo me había sonreído emociónada y abrazado con fuerza.
"Sé que piensas que mereces otra cosa además de todo el caos y el desastre de siempre, por eso siempre estás tratando de que los chicos dejen sus locuras y que yo cambié y actúe como una mamá normal y sé que sí te mereces lo mejor del mundo" acarició mi cabello "pero mi amor no confundas lo que crees que necesitas con lo que de verdad quieres y es para ti"
"Estoy muy confundida"
"Claro que no" sonrió "tu corazón sabe perfectamente a quien está llamando desesperadamente"
"¿Pero es lo correcto? Solo quiero normalidad y tranquilidad en mi vida, no pido mucho"
"Tu no, pero tú corazón y sangre si que quieren hervir y revolotear como locos" rió "por eso amas con locura a los chicos y jamás los dejarías" levantó una mano cuando intenté hablar "solo hay una manera de que aclares tu cabeza y tengas lo que siempre has querido de verdad"
"¿Cuál es?
"Intentarlo" levantó los hombros "y equivocarte si es necesario para que tu verdadero camino se ilumine"
"Te amo"
"Y yo a ti mi amor" me abrazó con fuerza y suspiré tomando la decisión.
"Llegamos señorita Wilde" aparté mis ojos de la pantalla del celular dónde aparecían todas las llamas y mensajes que había perdido. Los chicos, Gabriel, incluso Dora y ... Santos.
"Gracias Conni, te escribo luego" asintió y bajé del coche.
"No olviden este viernes la fiesta de San Valentín chicos y sobre todo no olviden conseguir pareja" llegué hasta los pasillos donde varias chicas del equipo de animadores entregaban panfletos.
"Gracias"
"Oye Abby, nuestra futura presidenta no puede faltar"
"Aún no sabemos quién ganó"
"Por favor, quien no fue al bar de Santos este fin de semana, Lío se encargaba de llevarlo" rieron "así que felicidades"
"¿Conocen a Santos?" Les pregunté confundida
"Dios, quien no conoce a Santos a estás alturas" volvieron a reír con picardía "a todos nos sorprendió que fuera un Levalle pero ahora está en el equipo de football, su bar es el sitio del momento, es parte de tu grupo y lo más importante..."
"Está buenisimo" terminó su amiga y suspiraron.
"¿Crees que puedas presentarnos, Abby?" me preguntó de pronto otra de las chicas y la miré sorprendida.
"No le prestes atención, mejor a mi"
"Oigan, oigan dejen la alborotacion" se detuvieron cuando Ben y Cam aparecieron tras de mí.
"¿Y que están haciendo?" Cam les quitó los panfletos de las manos "la reunión es hasta hoy ¿De dónde sacaron estos?"
"La profesora Susan nos los dió temprano, nos pidió que los entregaramos"
"Esa bruja" gruñó "¿Cómo se atreve a meterse con mi equipo"
"Todos los años no son las porristas quienes se encargan de esto?" Le pregunté "quizá solo quería ayudar"
"Pues pensó mal, este año las cosas serán diferentes" sonrió y la miramos confundidas excepto Ben quien sonrió complacido.
"¿De qué hablas?"
"Nos vemos después de clases en el gimnasio y les contaré el plan luego de discutirlo, claro está, con nuestra nueva presidenta para que autorice todo"
Las chicas asintieron y en cuanto se alejaron, los dos se giraron hacia mi.
"Hola" dije intimidada por sus miradas.
"Hola extraña"
"¿Te cansaste de ignorarnos?"
"Solo necesitaba tiempo a solas" comencé a caminar a clases obligandolos a seguirme.
"Puedes pasar tiempo a solas... Con nosotros"
"Tenemos definiciones distintas de tiempo a solas, Ben"
"Sé que te importa muy poco la presidencia pero estuvimos todo el fin de semana trabajando para que ganaras"
"La idea de estás elecciones era que cada quien votara a conciencia por la persona que creyeran va hacer un buen trabajo, Cam. No hacerlo bajo amenazas"
"Solo era un seguro"
"Claro que sí"
"Pues si porque ese puesto ya es tuyo"
Llegamos a la puerta de la primera clase y suspiré girandome a ellos.
"Escucha, me comprometí contigo y si realmente consigo las elecciones, entonces me comprometeré con la escuela pero hasta entonces, ¿Puedo tener un poco de tranquilidad, por favor?"
"Se anunciará el ganador al final del día en el gimnasio, hasta entonces eres libre de nosotros" me dijo molesta y tomando la mano de Ben, quien me dió una sonrisa triste, se alejaron.
"Tenemos esta clase juntos" les grité.
"Te estamos dando espacio Abigail, jodete" me gritó de vuelta y suspiré de pronto muy cansada.
"Eso no fue muy bien" me tense por completo escuchando la voz de Santos tras de mí "Hola"
"Hola" le respondí en un murmullo mientras se colocaba frente a mi.
"¿Está todo bien? Te escribí"
"Si.. yo, salí del país, fue de repente" respondí nerviosa y asintió.
"Si, los chicos me contaron. Estaban preocupados por ti"
"No tenían porque" le sonreí incomoda y entrecerró los ojos "¿Querías decirme algo? Dijiste que me escribiste" intenté cambiar rápidamente el tema.
"Bueno, quería agradecerte" lo miré confundida y rió. Eso no lo esperaba "Mi tia dijo que me cuidaste por un rato en casa"
"¿Que...?"
"Lo siento" rascó su cabeza luciendo apenado "recuerdo que te abrí la puerta de mi habitación y me ayudaste con el medicamento pero creí que era un sueño hasta que ella lo mencionó"
"Entonces, ¿No lo recuerdas?"
"Dime por favor que no te dí problemas"
Una punzada de dolor se instaló en mi pecho y bajé la mirada mordiendo mi labio con fuerza.
No debía sentirme decepcionada o triste, quizás fuera lo mejor.
"Por cómo te comportas supongo que sí fuí un idiota"
"No lo fuiste" aclaré de inmediato y miré sus hermosos ojos negros "tomaste la medicina y aunque intentaste luchar con el sueño, no pudiste y caiste dormido"
"Oh bueno, no niego que estaba preocupado, Thomas dijo que te vio bajar luciendo preocupada y me volví loco pensando en que pude decir o hacer algo que te hizo enojar" negué con una profunda tristeza y tomé aire profundo intentando lucir normal.
"Tenías mucha fiebre y fuí a decirle a tu tía, eso fue todo"
"De acuerdo" sonrió y lo imité aún con el corazón desbordado "entonces ¿Nos vemos en el almuerzo y me cuentas de tu viaje?"
"Tengo una cosas que hacer y no creo que vaya al almuerzo pero nos vemos en el gimnasio al final del día"
"Cierto, es el gran día"
"Si" susurré y volvió a mirarme fijamente "nos vemos, Santos"
No esperé su respuesta y entré de inmediato al salón de clases dejándolo a fuera. No compartíamos ninguna clase lo que haría que el resto del día fuera un poco más fácil.
No lo recordaba...
Nuestro beso, él no lo recordaba y mientras el recuerdo de ese momento seguía consumiendome y volviendome loca. Él simplemente lo había dejado de lado.
Tristeza, enojo, impotencia y cansancio me estaban invadiendo, mi cabeza estaba hecha una locura y por un segundo mi respiración empezó a ponerse pesada.
Sin prestar atención a ninguna de las clases, salí a toda prisa en cuanto el timbre sonó dando por finalizada la escuela. Los chicos tampoco habían aparecido en ninguna de las clases y eso me volvía aún más loca.
Caminé de prisa intentando llegar al baño más cercano y justo cuando divise la puerta, una mano tomó mi brazo obligandome a detenerme y girarme hacia él.
"Gabriel"
"Abby ¿Podemos hablar?"
"Ahora no Gab, veámonos después ¿Está bien?" Intenté alejarme pero volvió a retenerme.
"Espera" esta vez su mirada decidida cambió a una de preocupación "Abby ¿Estás bien?" Asentí rápido pero negó "No es cierto, ven aquí"
Nos llevó hasta un salón vacío y cerrando la puerta tras él, se acercó acunando mi rostro en sus manos.
"Hablame por favor ¿Qué pasa?"
"No pasa nada Gabriel, estoy bien" me alejé de su toque, ansiosa.
"Está bien" inhaló profundo tratando de recomponerse y me miró decidido "se que estás molesta por todo lo que ha ocurrido y lo entiendo perfectamente, pero tenemos que hablarlo y solucionarlo por qué no quiero arruinar esto Abby, de verdad me gustas"
"Gabriel" susurre sintiéndome horrible. traté de detenerlo pero negó.
"No, te he dado espacio. Estos días me he sentido muy mal por lo que pasó y no contestas mis llamadas, Abby"
"Hablemos después por favor..."
"Necesito aclarar las cosas ahora, quiero que volvamos a ser como antes. Todo iba muy bien, quiero tenerte en mi vida" dió un paso al frente y apreté los labios ahogando un sollozo "Quiero que seas mi novia, Abby"
Sus manos tomaron mis mejillas y bajó sus labios a los míos.
Nuestro primer beso.
Cerré los ojos con fuerza, lo sentí bajar una de sus manos hasta mi cintura y me apretó contra él. Sus labios eran suaves pero estaban firmes y cuando notó que no me alejé, empezó a moverlos con desesperación sobre los míos.
Dicen que hay que tener cuidado con lo que deseamos.
Y casi una vida después, de tantos años de amar en secreto a Gabriel, de soñar con este momento y sin poder evitarlo, las lágrimas escaparon de mis ojos fuertemente cerrados, no era desagradable, tampoco me estaba lastimando pero un sollozo se escapó de mis labios haciéndome separarlos y dándole a Gabriel acceso a mi boca. Su lengua entró con fuerza encontrándose con la mía y llevé mis manos a sus hombros intentando separarlo, había tenido suficiente, no podía más.
Lo empujé lejos de mi pero lejos de apartarlo, se apretó contra mi.
"Basta Gabriel" alcancé a decirle entre besos pero no sé detuvo "detente"
"Abby" susurró antes de volver a besarme.
Gruñó entre besos y me removí inquieta tratando de alejarlo pero cuando no pude moverlo ni un poco, la ansiedad recorrió mi cuerpo, la desesperación comenzó desde la punta de mis pies y fue subiendo por todo mi cuerpo, mis ojos se abrieron grande y los gritos y voces en mi cabeza estaban a punto de hacerla explotar.
Mi pecho dolió y me sentí mareada. cuando estaba a punto de rendirme, los brazos de Gabriel me soltaron de golpe.
"Que mierda estás haciendo?" Escuché que le gritaron pero ahora estaba contra la pared tratando de conseguir aire, me estaba ahogando.
"¿Que crees que hacemos? Déjanos solos" gritó de vuelta y quise golpearme con fuerza, abrí y cerré las manos sin poder controlarlo, otro sollozo se escapó y mi cuerpo fue bajando hasta quedar sentada en el piso.
"Estaba alejándote y seguiste adelante, voy a matarte"
"Lo entendiste mal, Lío. No es así"
"Lío" lloré en cuanto noté que era ella, mi amiga, ella me protegería "Lío"
"Maldito idiota, me encargaré de ti después. Lárgate"
Escuché forcejeos, pasos, murmullos y la puerta azotarse con fuerza hasta finalmente sentir sus delgados pero fuertes brazos a mi alrededor.
"Tranquila Abbs, estoy aquí, tranquila" mi cuerpo se derrumbó contra ella y los sollozos se volvieron más fuertes, los temblores atravesaron mi cuerpo y el ruido en mi cabeza no se detenía. Llevé mis manos en puños y comencé a golpearla con fuerza "Para Abby, detente. Te estás lastimando"
"Quiero que pare Lío, me duele" grité mientras una profunda tristeza me inundaba y la sentí alejarse.
"¿Dónde está tu bolso, trajiste tu medicamento?" Me sacudió cuando no le respondí "Abbs, mierda"
"¿Qué está pasando?"
"Thomas dijo que nos llamaste, que pasa?"
"Quédate afuera"
Tres voces distintas a Lío se escucharon llegar y me levanté de golpe con intensión de huir.
"Sujetala Ben, está teniendo un ataque de ansiedad"
"Carajo"
Unos fuertes brazos me envolvieron y luche por zafarme.
"Suéltame Ben, tengo que salir de aquí, me estoy ahogando"
"Oye Abby, linda mírame"
"Cam" reconocí su voz "Cam, no puedo respirar"
"Está temblando y su cuerpo está empapado Lío, date prisa" le gritó Ben y me sacudí con fuerza y lo golpeé sin intensión en el estomago logrando que su agarre se debilitará "Abby" gritó cuando escapé de sus brazos y corrí en dirección a la puerta pero antes de tomar el pomo en mis manos, otros brazos me envolvieron por detrás.
"No, déjenme ir, tengo que salir"
"Chica ruda por Dios" me derrumbé contra su pecho en cuanto escuché su voz en mi oído. Su cuerpo bajo con el mío hasta el suelo quedando ambos sentados.
"Abby necesito que te concentres" escuché a Cam y colocó su dedo pulgar en el centro de mi frente con pequeños movimientos circulares, como siempre hacía para relajarme en momentos así.
"No tiene la medicina aquí"
"Voy por la enfermera"
"Solo cierra las ventanas y la puerta, Ben" le ordenó Cam "silencio todos"
Se alejó unos pasos hasta los chicos dejándome con Santos.
"Necesito que respires Abby, miranos, estamos aquí contigo" mis ojos por fin se concentraron en las tres figuras frente a mí y solloce cuando otro temblor atravesó mi cuerpo, intenté respirar.
"Eso es, Abbs. Lo estás haciendo muy bien" murmuró Lío.
"Necesito que cuentes conmigo chica ruda" levantó mis brazos y los llevó hacía atrás sujetando su cuello "respira despacio, lo haremos juntos"
Asentí como pude y enterró su cabeza en mi cuello. Sentí su respiración golpear mi piel y cerré los ojos intentando concentrarme.
"Diez..."
"Diez" repetí con voz temblorosa.
"Sigue mi respiración. Nueve..."
"Nueve"
"Ocho..."
"Ocho" su respiración me hacía cosquillas y mi mente se concentró en él.
"Buen trabajo mi amor" escuché a Ben.
"Seis..."
"Seis" nuevas lágrimas está vez silenciosas reemplazaron a las viejas.
"Estamos orgullosos de ti, Abby"
"Cuatro..."
"Cuatro" mi vista fue más clara, el ruido en mi cabeza estaba silenciandose.
"Eres la persona más fuerte que conozco, Abbs"
"Tres..."
"Tres" los tres estaban sentados frente a nosotros, Ben abrazaba a Cam y nos miraba con mucho pesar, ella tenía el rostro manchado de lágrimas y se sujetaba a él con fuerza, Lío se abrazaba las piernas y estaba muy quieta con sus ojos fijos en mí, la preocupación se reflejaba en ellos, pero también parecía muy enojada.
"Dos..."
"Dos"
"Eres la chica más valiente y hermosa que jamás he conocido, Abigail Wilde" susurró en mi oído "tu puedes con el maldito mundo entero si así lo quisieras"
"Santos..."
"Uno" lloré un poco más "Por favor, chica ruda, uno..."
"Uno"
"Cero..."
"Cero" cerré los ojos y bajé mis brazos con cansancio, sus brazos suavizaron el agarre sin embargo no me soltó.
"Bien hecho" lo escuché seguido de un beso en mi cien.
"¿Qué quieres que hagamos Abby?"
"Estoy muy cansada" susurre.
"Te llevaremos a casa"
+
Abrí los ojos despacio y la oscuridad de mi cuarto me recibió.
No recordaba mucho lo que había pasado pero recordaba a los chicos y sobre todo oscuridad, llanto y mucho ruido.
Hacía mucho tiempo no tenía esa clase de ataques, estaba en tratamiento desde niña con terapias y cuando se hicieron muy fuertes, con medicamentos. Cam y Ben conocían muy bien, por desgracia toda esa situación, Lío llegó en medio de un muy mal momento pero en cuanto empezamos hacer los cuatro, en cuanto los tuve en todos los aspectos de mi vida ocupando todo mi tiempo, solo quedaron pequeñas que podía controlar sin problemas, era juiciosa con el medicamento pero lo cierto era que había un aspecto que ninguno de ellos podía ocupar, que era solo mío, mi decisión quien sería parte de ella.
Mi vida amorosa.
Tampoco había sido ningún problema, desde siempre Gabriel había ocupado ese lugar de forma platónica y como nunca nadie me había estremecido de la forma en que Santos lo estaba haciendo ahora, esa era la parte más tranquila y bonita de mi vida... Hasta ahora.
Estiré mi pierna y un pequeño gruñido se escuchó asustandome. Me senté de golpe en la cama y cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad pude ver a Lío acostada en los pieceros de la cama, Cam estaba dormida junto a mí y Ben en una cama improvisada en el suelo.
"Abbs ¿Estás bien?"
"Si, ven aquí. Te caerás" quejándose se levantó y se acostó a mi otro lado dejándome en medio de las dos.
"¿Te sientes mejor?" susurró en medio del silencio de la noche.
"Estoy mejor" le respondí en el mismo tono.
"Bien, sabes que cuando quieras háblarlo estaré aquí. No tengo prisa"
Callé por unos largos segundos, quizá pensó que me había quedado dormida pero su mano tomó la mía y le dió un suave apretón.
"Santos y yo nos besamos"
"¿¡Que!?" Cam se levantó de golpe.
"Sabía que no dormías"
"No quería molestarte" tuvo la decencia de sonar apenada y sonreí.
"Gracias"
"Está bien, Abby"
"No, no está bien. No sé que pasó conmigo hoy"
"No fue hoy, Abbs. Llevas mucho tiempo callando las cosas, tragándote todo y apuesto lo que sea que ni siquiera te estás tomando en orden el medicamento"
"Lo siento"
"No te disculpes solo cuéntanos" la voz de Ben nos interrumpió y suspiré ruidosamente.
"¿Es que ninguno de ustedes duerme?"
"¿Cómo podríamos?" Se sentó irritado y encendió la lámpara iluminando un poco la habitación "Abby hemos estado presente en muchas de tus crisis pero nunca en una como está, nos asustaste como la muerte"
"Ya no nos tienes la confianza para contarnos cómo te sientes"
"No es eso" me senté y ellas me imitaron "esque estábamos con tantas cosas que era fácil distraerme pero cuando llegaba a casa mi cabeza era un desastre y estaba bien porque seguía estando aquella línea, pero luego Santos me besó y hoy Gabriel y solo exploté"
Les conté todo lo que había pasado, desde el momento en que Santos me tiró a la piscina, como mis sentimientos desde ese momento fueron una locura, como no todo fue color de rosas con Gabriel, la fiebre de Santos, que no recordaba nuestro beso y finalmente lo de ese día.
"A favor de Santos, el chico estaba ardiendo en fiebre" finalmente dijo Ben luego de escuchar atentamente "Y ya saben lo que dicen de los enfermos y los niños, que siempre dicen la verdad"
"Esos son los borrachos, idiota"
"Y Santos estaba borracho de fiebre"
"Escucha Abbs" se volvió a mi fulminando con la mirada a Ben "Creo que deberías olvidarte de Santos..." Le tiró una almohada a Ben cuando intentó interrumpir "y también de Gabriel. Concentrarte en ti, en tus futuros proyectos y dejar de lado todo este drama por un tiempo"
"Estoy de acuerdo con Lío, Abby. Quedarte soltera un tiempo puede hacerte bien, además así puedes conocer a Santos mejor como amigos sin toda la presión de por medio"
"Y por fin dejar el alisado atrás" las tres miramos a Ben y levantó los hombros "me gusta tu cabello salvaje y se de buena fuente que a Santos, igual"
"Cállate animal"
"¡Team Santos!" Gritó depronto y Lío se lanzó contra él haciéndome reír.
Quería preguntar por él, si le habían contado sobre mi ansiedad ¿Cómo había reaccionado, se habia asustado?
Aún podía sentir sus fuertes brazos a mi alrededor apretándome contra su pecho y su aliento tibio en mi cuello.
"Eres la chica más valiente y hermosa que jamás he conocido, Abigail Wilde"
"Oye" susurró Cam sacandome fuera de mis pensamientos y atrás podía escuchar a Lío golpeando a Ben "siempre vamos a estar contigo, lo sabes" asentí conmovida "los cuatro contra el mundo"
"La mafia contra el mundo" gritó Ben soltándose de Lío y lanzandose en la cama sobre nosotras.
"La maldita mafia contra el mundo" gritó Lío siguiéndolo y me quejé por sus pesos pero al ver mi sonrisa, no se apartaron.
"Los quiero mucho chicos"
"Y nosotros a ti mi amor"
"Y justo por eso, me encargaré personalmente de Gabriel Lavalle"
"Lío"
"Tranquila Abbs, todo está bajo control"
"El no tiene la culpa, yo fuí la idiota con él"
"Yo no tengo amigas idiotas, es su culpa. Ahora mismo todas las redflags están activadas"
"Estoy de acuerdo con Lioneta, yo lo declaró... Culpable"
"De verdad ¿Pueden dejar que me encargue sola?"
"Claro Abby" respondió Cam y luego compartió un mirada con los chicos.
Una que decía claramente que Gabriel Lavalle se había convertido en su principal objetivo.