Frey (Darks #2)

By Ariana_Godoy

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Tercer libro en la Saga Darks (2021) Portada: BetiBup33 design studio. More

0 Intro
I. E I N S
II. ZWEI
III. DREI
IV. VIER
V. FÜNF
VI. SECHS
VII. SIEBEN
VIII. ACHT
IX. NEUN
XI. ELF
XII. Zwölf
XIII. DREIZEHN
XIV. VIERZEHN
XV. Fünfzehn
XVI. SECHZEHN
17. SIEBZEHN
XVIII. ACHTZEHN
XIX. NEUNZEHN

X. ZEHN

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By Ariana_Godoy

FREY

¿Qué más podía hacer?

Frey se preguntó mientras le servían la comida en la cafetería. No era lo más apetecible del mundo, pero él sabía que sí quería recuperarse y tener la energía suficiente para cualquier ataque, tenía que alimentarse.

Frey se sentó en la mesa de siempre junto a la ventana, afuera todo era blanco por la nieve y eso reiteró su opinión de que este sitio era el peor lugar para una institución como P.R.E.Y. Este clima era deprimente todos los días, ya había olvidado el sol, y con el pasar del tiempo, a Frey se le hacía más difícil permanecer aquí.

La pregunta que rondaba su cabeza volvió.

¿Qué más podía hacer?

Frey ya llevaba semanas allí, siendo una amenaza constante para Maren y eso no había sido suficiente para lograr su objetivo. Su plan no había sido a largo plazo, no esperaba que le tomara tanto tiempo llevarlo a cabo. No podía matarla hasta que pasara lo que él tanto ansiaba.

¿Debía herirla más? Eso también sería complicado, Rai y el enfermero eran una sombra peligrosa que rodeaba a Maren cada jodido segundo.

Cabello negro....

Eso fue lo primero que Frey vio con el rabillo de ojo y alzó la mirada para ver a Luna con su bandeja de comida a un lado de su mesa.

—¿Puedo sentarme?

—Sí.

Luna se sentó al otro lado, quedando frente a él en la mesa y empezó a comer como si nada. Pasaban tiempo en silencio juntos en las comidas y a veces en la sala común. Luna tenía algo que le recordaba a Kaia cuando estaba más pequeña, despertaba un sentimiento sobre protector y de hermano mayor en él, lo que le llevó a preguntarle.

—Luna, ¿cuántos años tienes? —Porque ahora que había pasado más tiempo con ella, la había detallado y había notado que sus facciones aún conservaban un aire infantil. Sin embargo, su forma de actuar y de hablar parecía la de alguien que había vivido mucho tiempo.

—Quince.

—Tu madre...

—Yo tenía doce cuando se colgó. —Frey nunca se acostumbraría a la facilidad que ella tenía para decir ese tipo de cosas. Por lo que le había contado, Luna había sido la que había encontrado a su madre muerta.

—¿Cómo terminaste aquí?

—Estuve un tiempo viviendo en la calle, luego... un enfermero que trabaja aquí me habló de este lugar y me trajo. Sé que cosas raras pasan aquí, pero tengo un techo y comida, es todo lo que me importa.

Frey guardó las palabras que le resaltaron de lo que dijo.

—¿Cosas raras?

Ella asintió y se acercó un poco más a la mesa para susurrar:

—Hay un sótano. —Ella echó un vistazo a los lados antes de seguir—. Tiene muchas entradas a túneles que dan al exterior y quien sabe a donde.

—¿Has estado ahí?

—Sí, pero solo la entrada —murmuró—. Hay habitaciones ahí abajo.

Bingo. Frey pensó, y casi sonrió porque consiguió información sin buscarla. Se aseguraría de sacar a Luna de este lugar cuando se fuera a modo de agradecimiento.

—¿Sabes por donde se llega a ese sótano? —Ella abrió la boca para responder.

—¡Luna! —Un enfermero apareció a su lado y Frey maldijo—. Vamos, es hora de tu sesión.

Luna se puso de pie, echando su silla atrás, tomó su bandeja y se fue.

#

—Tienes visita.

Frey asintió y el enfermero lo esperó. Estaba en la zona común, ojeando el exterior, aunque la visibilidad de los ventanales se reducía con el avance de la tormenta de nieve que habían anunciado desde hace días. ¿Quién vendría hasta aquí con ese clima? Frey no esperaba a nadie, así que eso lo puso alerta y empezó a considerar las opciones en el camino a la sala de visitas.

Cuando el enfermero abrió la puerta y Frey entró, se quedó paralizado por unos segundos porque era imposible que ella estuviera ahí. ¿Cuántos años habían pasado? ¿Dos? ¿Tres? Y ella lucía diferente, llevaba el cabello suelto y largo a los lados de su cara, tenía aretes dorados y un collar a juego. Sus ropas ya no eran negras o blancas, sino que llevaba un suéter rosa debajo de la chaqueta de invierno que traía entreabierta.

Al verlo, ella alzó la mirada y le dio esa sonrisa gentil que él recordaba muy bien. Frey dio un paso dentro y el enfermero cerró la puerta, dejándolos solos. Por unos segundos, reinó el silencio entre los dos. Muy pocas veces, él se quedaba sin palabras, pero verla a ella era como ser golpeado con todos los recuerdos de todo lo que pasó.

Y Frey que había sido bendecido con una memoria increíble, recordó muchos momentos, en especial, al inicio.

Él y Kaia dando un paso en el porche de esa casa mientras su madre los presentaba.

—Y este es su mellizo, Frey.

Su madre llegando de rojo a ese funeral, llamando la atención de todo el mundo mientras Frey caminaba agarrado de la mano con Kaia. Luego, Frey observó como Heist le había hablado al oído a la chica, asuntándola por primera vez.

Natalia y ella saludando a Frey la primera vez que entraron a la casa Stein.

Frey colocando una rosa sobre la lapida de Sofía, su muerte le había hecho pensar en cosas que había hecho de las que se arrepentía.

Y aquella noche que Frey lanzó el trapo a un lado dentro de la canasta de la basura sin despegar sus ojos de ella, sangre emergiendo de su golpeada nariz y deslizando sobre sus labios, mientras le sonreía con toda la intención de asustarla, de que se alejara de su familia porque Frey sabía que no terminaría bien para ella. Y con esa intención le había preguntado:

—¿Alguna vez te has enfrentado a un monstruo?

—Leigh Fleming. —Frey soltó de golpe—. Objetivo de Heist, hija de Thomas Fleming, objetivo principal por acciones criminales por investigar. —Frey se detuvo al darse cuenta de que estaba repitiendo el perfil que había memorizado antes de que ellos fueran a Wilson—. Lo siento, es un hábito.

Leigh no dejó de sonreír y se acercó a él.

—Frey Stein —respondió—. Chico silencioso y amable que me prestó su abrigo una vez en una tarde helada.

—Nunca devolviste mi abrigo —agregó Frey porque olvidar detalles no era algo que le caracterizara.

—Así es —Ella extendió sus brazos a los lados y le preguntó: —¿Puedo darte un abrazo?

Frey lo consideró y recordó aquella noche horrible en la que Carter le había disparado a Heist, como Leigh había estado ahí para él y para Kaia y se dio cuenta de que él tenía un lazo de cariño con ella. Frey asintió y pasó sus largos brazos por la cintura de ella y la abrazó. Leigh se agarró de sus hombros con gentileza.

—Me alegra mucho verte, Frey —susurró Leigh cuando se separaron—. Espero que estés mejorando.

—¿Tú estás mejorando? —Frey usó sus palabras para formular la pregunta mientras Leigh iba a una de las sillas, y él le seguía, sentándose en una frente a ella.

—Mucho, estoy muy bien, la verdad —aseguró, sentándose. Frey buscó algún indicio de que mintiera en su rostro, pero no había nada.

Le aliviaba saber que estaba bien. Cuando Frey recordaba los hechos, siempre llegaba a la misma conclusión: Leigh sufrió mucho en todo lo que pasó en Wilson. Y aunque, todos habían perdido demasiado por culpa de Heiner, Leigh fue un juguete para ese psicópata desde mucho antes que empezara todo y lo fue hasta el final. Le sorprendía verla tan bien y por eso también le preocupaba que estuviera aquí. No quería involucrarla en nada de esto.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó él directamente.

—Directo al grano, como siempre. —Ella descansó las manos sobre su regazo, sentada con la espalda recta, no perdía esa costumbre de la iglesia—. No deberías estar aquí, Frey.

—¿Viniste a decirme que hacer?

Ella sacudió la cabeza.

—Cuando me enviaste ese email hace unos meses, y te mandé la información, entendí tus motivos y lo dejé estar. Pero con el pasar del tiempo, quise investigar más sobre este lugar y encontré que—

—Que Heiner era uno de los contribuyentes principales de P.R.E.Y. —Terminó Frey por ella. Leigh ni siquiera se inmutó ante la mención del monstruo que le atormentó tanto. Lo que fuera que ella estuviera haciendo, estaba funcionando, Frey estaba orgulloso.

—¿Lo sabías? —preguntó ella, sorprendida—. ¿Y aún así viniste aquí?

—Por eso vine aquí.

—¿Qué?

—Por eso, te mandé a investigar a la chica, porque tenía la sospecha de que la enviarían aquí.

Leigh suspiró.

—Debí suponerlo —dijo sin ganas—. Me sentí toda una Sherlock Holmes al descubrirlo, olvidaba que se trata de los Steins, siempre están un paso adelante, ¿no?

Frey la observó, y su mente se movió con rapidez.

—Es una excusa.

—¿Mmm?

—Necesitabas una excusa para venir a Alemania, ¿no?

Las mejillas de Leigh se sonrojaron por completo.

—No.

Ah, algunas cosas no cambiaban, pensó Frey.

—¿Heist sabe que estás aquí?

—No, y no puedes decírselo.

—No planeaba hacerlo.

—De acuerdo.

—De acuerdo.

Silencio. Leigh se aclaró la garganta.

—¿Has logrado verla? —Frey sabía a quien se refería.

—No, pero sé a quien herir para hacerla emerger.

—Maren —dijo Leigh—. Aún no entiendo como terminaron esas dos involucradas, creí que Maren era alemana.

—Lo es.

—Entonces... no tiene sentido. —Frey podía ver la curiosidad en la expresión de la chica.

—Leigh —dijo serio, demandando su atención—. Esto es mucho más complejo que asesinar a alguien en venganza, es mucho más grande que eso y tú no puedes involucrarte.

—¿Por qué no? —Ahí estaba ese lado retador e intenso de Leigh que había enloquecido a su hermano.

—Porque estás mejor.

—¿Qué?

—Porque de los tres, eres la única que está mejor, que está saliendo adelante. Sigue así, no mires atrás, no mires a los lados, déjanos a nosotros manejar la oscuridad.

Ella bufó.

—Ah, sí, porque pobrecita Leigh es una indefensa que no puede manejarlo. —Ella sacudió la cabeza—. Sí, soy la única que ha mejorado porque decidí hacerlo y puse todo de mi parte. Ustedes se siguen escudando en venganzas y excusas, Frey. Al parecer, la única valiente de los tres soy yo.

Frey no dijo nada y ella se lamió los labios.

—Puedo ayudar.

—No. —Frey fue directo—. Heist fue muy claro.

La mención de su hermano sí que logró una reacción en la chica porque se tensó.

—¿Qué tiene que ver él?

—"Lo que sea que estés haciendo o planeando, deja Leigh fuera de ello." —Frey repitió las palabras de su hermano—. Heist me hizo prometerlo y no rompo promesas.

—Pero él si puede romper las suyas, ¿no? —murmuró ella y Frey no comprendió—. Has dicho que soy la única que está mejorando, eso quiere decir que él no ha ido a terapia, no ha dado ningún paso hacia adelante.

Frey se quedó callado porque no sabía que decir, no quería mentir, pero tampoco quería darle las razones suficientes a Leigh para que fuera a ver a Heist. Él no quería ser responsable de un rencuentro que aún no debía pasar porque su hermano no estaba listo.

—De cualquier forma, puedo ayudar, Frey. —Él abrió la boca para protestar, pero Leigh alzó la mano—. Puedo hacerla emerger y lo sabes. Yo le disparé a Heiner, soy la carnada perfecta, no puedes negarlo.

Tenía un muy buen punto, pero Frey no rompía promesas.

—No.

—No me iré de Alemania, vendré a visitarte cada semana. —Ella se puso de pie. Frey apretó las manos.

—Leigh.

—No quieres que me involucre, Frey, pero tengo todo el derecho de hacerlo. Yo también fui parte de todo lo que pasó, lo viví—

—¡Y por eso deberías quedarte quieta! —Frey alzó la voz de golpe, poniéndose de pie, la frustración corroyéndolo y sorprendiendo a Leigh—. ¡Apenas sobreviviste! Sigue con tu vida y ya está.

—¿Y ya está? —respondió Leigh con el mismo nivel de frustración—. ¿Quién te da el derecho de decidir que hago? ¿Ah? ¿Por qué tú y tu hermano creen que pueden echarme a un lado como si nada?

—Porque esto no tiene nada que ver contigo.

—¿No? ¡Yo estuve ahí, Frey! —exclamó en su cara—. ¡Yo estuve bajo sus garras por meses! De no haber sido por tu madre, habría terminado con mi vida tantas veces. Yo también tengo derecho a vengarla, a eliminar cualquier rastro que haya quedado de ese monstruo.

La determinación en ella era clara. Frey sabía que Leigh no se daría por vencida, y que de alguna forma u otra se entrometería en esto. Ella se giró y empezó a caminar a la puerta. Frey suspiró, frustrado porque odiaba romper promesas.

—Leigh.

Ella se detuvo, pero no lo miró. Frey volvió a sentarse.

—Siéntate. —Leigh dudó, pero lo hizo, cautelosa—. Tienes que hacer exactamente lo que yo diga, nada de desvíos o decisiones espontáneas. Estamos lidiando con muchas personas, no solo ella.

Era una mala idea, pero Leigh tenía razón, Frey ya llevaba tiempo en este lugar, siendo una amenaza directa para Maren, y aún así, ella no había emergido de las sombras.

Leigh sonrió, agradecida.

—Soy toda oídos.

—Habrá una salida grupal en dos semanas, nos llevaran al pueblo más cercano para el festival de invierno. Quiero que te acerques a Maren en ese evento, que sepa quien eres, que te vean.

Leigh asintió.

—¿Qué te hace pensar que eso hará que ella emerja?

—Porque eres su objetivo, Leigh, así como ella es el nuestro. Tienes que ser cuidadosa.

—Lo seré, no vine sola, mi padre jamás me dejaría venir sin guardias entrenados. Además, —ella sonrió—, No solo he trabajado en mi mente estos años, Frey, también sé como defenderme.

—Maren está altamente entrenada —comentó Frey—. No necesitas una pelea, con tentarla es suficiente. Recuerda que Maren solo es una puerta para llegar a Jaeda.

La mención de ese nombre causó una mueca en Leigh que Frey categorizó como asco. Mientras discutían los detalles, ella escuchaba atentamente y cuando se terminó la visita, Leigh le ofreció la mano, Frey no la tomó así que ella optó por ofrecerle un dedo, hacerlo más manejable para él, y Frey enrolló su índice con el de ella en señal de pacto.

—Hagamos esto, Frey Stein.

—Puede que no funcione.

—Funcionará.

—¿Cómo estás tan segura?

—Porque soy una experta en atraer monstruos.


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NOTA DE LA AUTORA: WHATTTTTTTTTTTT! MI CORAZÓN NO ESTÁ PREPARADO. 

LEIGH Y FREY DESTRUYAN TODO LO QUE QUIERAN, SIEMPRE LOS VOY A APOYAR, OKAY? NO ME IMPORTA NADA.  

Literal, este era el capítulo que más esperaba del inicio desde que empecé a escribir Frey. Esto los involucra a todos, lo que pasó en Heist fue como arañar la superficie de todo lo que está pasando y de lo que Frey está intentando erradicar. 

¿ESTAMOS LISTOS PARA QUE ARMEN LOS PINCHES CHINGADAZOS?

¡GRACIAS POR LOS CUATRO MILLONES DE LEÍDAS! Me sigue pareciendo tan increíble el apoyo que le dan a la Saga Darks. Nunca lo esperé, y me sigue sorprendiendo cada día. ESTAMOS BIEN LOCOS, WEY Y ME ENCANTA. 

AY NO, LA NOSTALGIA CON ESTA CANCIÓN DESDE HEIST T.T

MUAKATELA,

ARIANA FUCKING STEIN. 

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