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La cocina había sido decorada por ambos, al joven Metawin le encantaba decorar y dar su toque personal a los ambientes y, por supuesto, el Sr. Chiva-aree se lo permitió.
Una gran chimenea empotrada a la pared de piedra, ollas y utensilios colgaban sobre la gran mesa de madera que yacía al centro de la misma. Estantes y repisas de madera rústica, aún estaban en proceso de adquirir algunas cosas, pero podían cocinar con lo que había.
El Sr. Chiva-aree encendió la cocina a leña y de paso, la chimenea del salón.
Comenzó a pasarle al joven lo que le requería para preparar una sopa de pollo y las guarniciones. Puso una hogaza de pan en la cesta, cubiertos de plata y copas para el vino. Sirvió dos copas, una para él y otra para el joven, se sentó a contemplar al joven mientras se paseaba por la cocina y cortaba toda clase de verduras.
Puso el joven una olla con agua, cortó el pollo y verduras, mientras bebía de su copa y conversaba amenamente con el Sr. Chiva-aree.
El clima era frío, los trabajadores se habían marchado a sus casas a cenar con sus familias. Cada día se iban más contentos y agradecidos del joven que con esmero los atendía siempre, les explicaba junto a Max cosas de la fábrica y al mismo tiempo revisaba los documentos legales.
El Sr. Chiva-aree admiraba profundamente al joven, quien repartía su tiempo entre la fábrica y su familia.
Allí sentado en una silla en la cocina, mientras disfrutaba de su copa de vino y miraba la hermosa figura del joven pensó en que el tiempo ya se cumplía. El plazo que había prometido al señor Opas estaba por llegar a su fin.
Sabía perfectamente que la gente de los pueblos aledaños estaba hablando, murmuraban cosas a sus espaldas, pero el señor Perawat y el Sr. Chiva-aree se encargaban de silenciar toda habladuría.
Bien era sabido que la gente no vive su vida, vive de habladurías y del qué dirán, aparenta lo que no tiene demostrando su mísera existencia. El vivir pendiente de otros era el diario vivir de cuanta señora se sociedad existiera. Cualquiera podría pensar que por ser de la Aristocracia o de la burguesía eso no sucedía, pero, muy por el contrario, eran ellos quienes comenzaban la comidilla y ésta se esparcía de pueblo en pueblo por sus sirvientes.
La vida en aquel momento no era fácil, las apariencias importaban más, daba lo mismo si no tenías tierras, las podías heredar de personas tan lejanas, lo que importaba era el nombre, la procedencia.
Muy a pesar de ambos y, sin querer estaban en boca de algunas personas.
Una tarde, mientras Perawat se dirigía a casa de los Opas por haber sido invitado a cenar, se detuvo a comprar los dulces preferidos de las hermanas de su amigo Metawin. Al entrar a aquella confitería se encontró con la desagradable conversación.
- ¿Ha escuchado usted lo que dicen del joven Sr. Chiva-aree? – decía la señora al dependiente.
- No, ¿Ha sucedido algo? – cuestiona con preocupación.
- Y vaya que ha sucedido – responde acercándose a la mesa haciéndole un ademán con la mano.
En ese momento Perawat se aproxima para poder oír mejor.
- Fíjese que dicen que se trae algo con ese joven que tiene trabajando a su lado, ese que pertenece a la familia Opas – dijo asegurando la información.
Perawat sintió que toda su sangre hervía.
- ¿Cómo dice usted eso? – responde el dependiente que la atendía – yo creo que no es así, lejos se sabe que ambos son de buena familia, usted no debería andar comentando estos menesteres.
- Lo sé de buena fuente – y cuando quiso proseguir, Perawat intervino.
- Buenas tardes, señora ¿Cómo le va? – hizo una pequeña reverencia y vio cómo el rostro de la señora se desfiguró al reconocer al joven.
- Bu.. Buenas tardes – hizo una reverencia.
- Si ha terminado me gustaría comprar unos dulces – dijo alzando la voz.
- ¡Oh! Si ya estaba por irme – dijo nerviosa y pensando si el joven habría escuchado.
- Por cierto ¿Cómo va el divorcio de su hermana? Supe que a la pobre su marido la dejó – la señora abrió los ojos como plato y se dibujó el disgusto en su rostro.
- ¿Cómo puede usted decir algo así en un lugar público? Eso es privado, debería aprender a guardarse sus comentarios – dijo enfadada.
- Lo comento porque pensé, equivocadamente y me disculpo por aquello – puso una mano en su pecho y reverenció – que como usted está comentando la vida de ajenos yo podía preguntarle directamente a usted de su hermana, que sí es su familia, o sea, primera fuente – dijo con sarcasmo.
El dependiente llevó una mano a su boca para disimular la sonrisa que formó en aquel momento.
- No estaba comentan... ¡Permiso! – dijo pasando a llevar a Perawat en su intento de salir furiosa de la confitería.
- Tenga buena tarde – respondió sonriendo.
Obviamente él no iba a permitir que nadie hablara de su amigo, menos cuando todos tienen tejado de vidrio y la privacidad es eso, está mal andar comentando la vida ajena cuando no nos corresponde.
Compró lo que debía y siguió rumbo a casa de los Opas, en algún momento le comentaría esto al Sr. Chiva-aree para que tuviese más cuidado y así no preocupar a su amigo el joven Metawin.
- Il mio luce – se puso de pie y caminó hasta donde el joven. Tomó su cintura entre sus manos y posó su rostro en la nuca de aquel. Besó suavemente.
- Dígame ¿Quiere que prepare algo más? – preguntó refiriéndose a la cena. Volteando su rostro para mirarlo a los ojos.
- No, eso es más que suficiente – tomó una mano del joven y la besó – lo que usted prepare es más que suficiente para este cuerpo que no hace más que amarlo con locura.
Tomó aire antes de proseguir. El joven dejó todo sobre la mesa y volteó quedando frente a frente.
- ¿Es otra cosa entonces?
- Así es – besó suavemente sus labios – es acerca del plazo que impuso su padre.
En ese momento el joven recordó. Ya había pasado casi un año desde que terminó sus estudios, en unos meses el plazo impuesto se cumplía. La fábrica ya estaba en marcha.
- ¿Qué está pensando?
- En unas semanas me gustaría visitarlo formalmente y hablar con él. Ya es momento de que pensemos en formar un hogar, usted y yo.
- Lo sé, pero...
- ¿Pero?
- No nos podemos desentender de lo que la gente dice a nuestras espaldas, me inquieta que alguien pueda meternos en problemas, si su familia se entera... - fue callado con un beso.
- Pierda cuidado, lo que menos me preocupan son ellos, me preocupa su bienestar y el nombre de su familia, nada más. Moriría si a usted le pasa algo o si nos separasen, no podría con aquello – dijo con preocupación mientras acunaba el rostro del joven entre sus manos.
- Me asusta que lo deshereden, el nombre de ambas familias está en juego. Si tan solo la gente nos aceptase, si nos dejaran vivir...
- Pero no es así y si cometemos alguna imprudencia, ambos iremos a la cárcel y ahí se podría sellar nuestros destinos. Lastimosamente debemos ser cuidadosos y esperar, pero ese día ya se acerca y no sabe lo que emociona el saber que algún día despertaré con su cuerpo junto al mío – dijo abrazándolo.
La cena transcurrió tranquila, ambos sentados juntos disfrutando de una hermosa noche estrellada en aquella casa que se convertía en el hogar de ambos, en poco tiempo ¿o no?
~Miss Winita 🐰
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Holaaaaaaa ¿cómo están? Lxs extrañé tanto 😭
¿Quién me acompaña a madrear a la señora esa? Qué se mete! 😤
Por culpa de personas así, estamos como estamos. Ojalá algún día cada uno se meta en su propia vida y deje de comentar la ajena... love is love ❤️
Qué creen que pasará? 👀
El papi suegro los dejará vivir juntos?
Leo sus teorías, recuerden la ⭐️👇
Lxs adoro mucho 🌈❤️