——Ronaldo, dime que no es verdad, por favor.
——Era tan lindo... ——Suspira al igual que sus pretendientes cuando lo veían.
Marcelo se llevó una mano a la cara, frustrado.
Bien que no hacía falta recordarlo pero desde que ese muchacho le pegó en la entrepierna a Cristiano, este no se lo ha podido sacar de la cabeza. La situación suena irreal, ¿cómo te podés enamorar del que te dió tremenda patada en la zona que más te duele?
Ronaldo había roto su extraño pacto (casi hasta hacía uno de sangre para probar que lo cumpliría) de no enamorarse en todo el año.
Tuvo muchas citas, pero ninguna había resultado en alguna relación oficial y se había cansado tanto de intentar que se prometió no enamorarse, ya que, no valía la pena.
Y bueno, todo se fue a la mierda cuando apareció ese tal Leo.
——Cristiano, no lo vas a volver a ver ——La mirada asesina del aludido lo asustó.
——¡Ya sé! ¡Déjame ser feliz y fantasear que tenemos una relación! ——Exclamó, sobresaltando a José—— ¡Fantasear con que tenemos citas románticas! Celebrar nuestro aniversario de un mes... Luego el de un año... después de 4 años de noviazgo casarnos... tener dos hijos... ¡No, tres hijos! Dos chicas y un chico... Un perrito... ¿O un gato? ¡Las dos! Construir una casita grande para que todos podamos vivir felices juntos...
Marcelo y Semedo se miraron entre si, asustados de todo lo que su amigo estaba diciendo. Porque cuando Cristiano decía lo que pensaba, podía hablar en serio. Aunque esta vez no podría cumplirlo, no volvería a ver a Leo nunca más en su vida.
——Eh, Cris... Creo que estás imaginando mucho algo que nunca va a suceder.
——O tal vez si suceda...
——Lo viste recién hoy.
——Podré verlo otra vez...
——Te pegó en los huevos.
——Nunca confirmé si era masoquista o no...
——¡No lo vas a volver a ver!
——Si el destino quiere, tal vez lo haga de nuevo...
José y Marcelo resoplaron. Sus intentos de hacer entrar en razón a Ronaldo no resultaban como ellos querían, el moreno nunca aceptaba un "no" cómo respuesta a la hora de querer algo: el ser mimado toda su vida no le ayudó mucho.
Chicarito, que prefería no meterse en los asuntos románticos de su amigo, negó con la cabeza. Semedo lo miró feo.
——¿Y tú qué? Estamos tratando de hacer que Cristiano no pierda la cabeza por alguien que no volverá a ver.
——¡Nunca sabes lo que el destino puede hacer! ——Exclamó el aludido, siendo ignorado.
——Chicos, chicos, chicos... ——Se levantó de su asiento—— Cristiano nunca estuvo enamorado, ¿verdad? ——Ambos negaron—— Bueno, si nunca lo estuvo, tal vez solo esté confundiendo ese sentimiento.
Marcelo arqueó una ceja—— Explícate.
——Lo que quiero decir, es que Ronaldo nunca se había enamorado, entonces, tal vez confunda ese enamoramiento con atracción física.
——¿Dices que a Ronaldo solo le atrajo el físico de ese chico y que en realidad, no está enamorado?
——Asi es.
——¿Un simple Crush?
——Algo así.
José y Marcelo se miraron entre si, no convencidos. Luego, vieron a Cristiano el cual seguía contando múltiples escenarios ficticios de él y Leo. Claro que ninguno de sus amigos lo escuchaba. Semedo fue el primero en hablar.
——Chica, no creo que sea eso... nunca lo hemos visto así por alguien...
——Menos por un chico... ——Agregó Vieira, José le dió la razón.
——Creo que ese tal Leo en verdad le gusta...
Hernández rió—— Denle un tiempo... Denle la semana que falta para el regreso clases y van a ver como lo supera y dice que no es para tanto.
Los contrarios suspiraron, aceptando la petición de su amigo. Era el que más sabía acerca del "amor" en el grupo pero tampoco es que dara los mejores consejos. A decir verdad, ninguno de los tres estaba seguro de que sucedería con Cristiano y esos pensamientos que tenía.
——Aparte... ——Agregó Chicarito—— No creo que nuestro amigo sienta la palabra que empieza con a.
——¿Anemia? ——Inquirió asustado Marcelo.
——¿Qué? No. La que tiene cuatro letras, empieza con a y termina con r.
——¡Ajá! ¡Abur!
——¡No! ——Golpeó la cabeza del contrario, sin la intención de lastimarlo. Marcelo lanzó un quejido, mirándolo triste y confundido—— Cristiano siente amor por primera vez en su vida virgen-no-virgen.
——¿Y eso cómo funciona?
Semedo hizo un ademán, restándole importancia a su frase sin sentido—— Después te explico.
Lo único que esperaban es que la propuesta de Hernández se hiciera real, Ronaldo se salvara de las garras de lo feo que era el amor y volviera a ser la mierda andante que solía ser.
——Como sea, eres un maldito abusador, Semen.
——Mar, solo te pegué y ni te lastimaste y mi apellido es Semedo.
——El apodo te queda bien.
——¿Cuál de los dos?
——Ambos, negro.
——Racista.
——Siempre.
En la semana que quedaba antes del regreso a las clases en el último año del grupo, la actitud de Cristiano se podría resumir en tres simples palabras;
gay adolescente enamorado.
El día que fueron al mall, era 22 de febrero, miércoles.
Al día siguiente, jueves, fueron al hospital para confirmar que el golpe que Ronaldo recibió no iba a llegar a mayores y no era nada de lo que debían preocuparse por su salud física (y si no era algo serio, no le contarían a la mamá de Cristiano, claro que no).
Ronaldo solía ser callado y un tanto tímido con adultos desconocidos como doctores en este caso. Esa ocasión fue una excepción.
¿Razón? Se la pasó contando la situación al médico con un tono de enamorado.
——Y luego él me pegó en los huevos... ——Suspiró completamente.
A kilómetros se podía ver la cabeza en las nubes del abur (no, amor no, abur).
El mayor arqueo una ceja—— Nene, solo te había preguntado que cagada te mandaste para acabar así.
Cristiano rodeó los ojos—— De seguro le pusieron los cuernos.
——Si.
——¡JA, LO SA— ¿espere qué?
El viernes llenó de mensajes el grupo de WhatsApp que tenían los adolescentes diciendo las cosas que haría con Leo cuando se hicieran novios (le dijeron que no lo volvería a ver y los bloqueó por todo el fin de semana).
El sábado y domingo no supieron nada de él porque al enojarse con lo que le respondieron a los +99 mensajes pendientes que el chico había mandado a las tres de la mañana, los bloqueó de todas las redes sociales.
El lunes en la mañana volvió como si nada, no sé disculpó y los muchachos estaban bien con eso, acostumbrados a los cambios de ánimo de su amigo.
El martes fue, posiblemente, el peor de todos.
Un día antes de volver a la secundaria, se juntaban en la casa de alguno para charlar y ponerse tristes ya que no estarían juntos por no haber elegido mismas especialidades (solo Marcelo y José estaban juntos). El hogar "ganador", por no decir que elegían una al azar y se colaban sin avisar al dueño, fue por supuesto el de Cristiano quien estaba familiarizado y acostumbrado a esas repentinas visitas.
Solían hablar de los profesores de mierda que les tocaría a cada uno y de encontrarse en el recreo a la hora del almuerzo.
Esa tarde, Ronaldo se la pasó llorando todo el día.
——Pero Cris... ¿por qué lloras?
——Es— es que—
Y las lágrimas volvieron a salir violentamente, impidiendo al aludido decir una oración, siquiera formular otra palabra más.
Semedo exigió ayuda a sus amigos que estaban en la otra punta del sofá. Se hicieron los desinteresados, fingiendo usar sus celulares. José los maldijo mentalmente, tendría su venganza.
——Por Dios, ¿qué es lo que te ocurre? ¿No quieres volver al colegio?
——¡No es eso! ——Exclamó con dificultad entre lágrimas—— Osea, en parte si, ¡pero es otra cosa!
——Entonces cuéntame, imbécil.
——¡Es que no voy a poder volver a ver Leo!
——¿Recién ahora? ¿Recién ahora te das cuenta? ——La mirada de reproche que Cristiano le lanzó, fue una advertencia de que debía parar—— Al menos no tardaste un mes, ¡yeeei!
——Callate y pásame los pañuelos.
José suspiró e hizo caso al pedido de Ronaldo.
Era raro ver llorar al moreno, más si se trataba de situación amorosas porque nunca había sido motivo para entristecerse (según él). Las pocas veces que había llorado, solo fueron por finales raros y dramáticos de telenovelas de por ahí que Cristiano veía (un rarisimo gusto por los programas de televisión tenía).
Sin embargo, por más extraño que sonara, verlo así de triste por alguien lo ponía de la misma forma (no tan exagerado pero el mismo sentimiento). Odiaba ver a su mejor amigo desde la infancia decaído, siempre mostrándose fuerte, a nivel emocional y físico.
La posición en la que se encuentran es cómoda para José, de cierta manera. Cristiano apoya su cabeza en las piernas juntas y firmes de Semedo que acaricia su pelo en un intento de tranquilizarlo.
——B-Bueno... Este es tu último año y para superar a Leo, podrías buscarte a otra.
——No hay otra u otro como Leo y nunca lo habrá, espécimen.
Si, si alguien agarraba a Cristiano en su momento más sensible y bipolar, te apodaba con el nombre más cancelable, funable y desagradable que los mismísimos Twitter y Tik Tok temblaban.
Sus mejores amigos, las personas más cercanas a el, no se salvaban, al contrario, eran los que más sufrían las consecuencias.
Los tres hicieron contacto visual, uno más preocupado que el anterior. Luego, José y Marcelo vieron enojados a Chicarito, él cual se encogió de hombros con una sonrisa incómoda.
Todo era culpa de Hernández, como siempre.
María, la madre de Cristiano, se levantaba una hora antes al horario de entrada de la secundaria de su hijo para prepararse, que él lo haga también y así poder llevarlo (estaba de camino a su trabajo).
Ronaldo se despertaba de mala gana, una cara de perro, ojeras gigantes por quedarse despierto hasta las 4 AM, tardando una eternidad en el baño por disociar repentinamente, su desayuno apenas tocado, diez minutos buscando su uniforme y otros cinco minutos cambiándose porque se daba cuenta que se le hacía tarde.
Eso equivalía a unos 40 minutos.
No obstante, esa mañana fue diferente.
Su hijo se había levantado... Decaído. Le hubiera preguntado que le pasaba pero se había despertado (ella) más tarde de lo común y teniendo en cuenta que Ronaldo estaba haciendo todo más lento de lo normal, tuvo que apurar a su hijo y no tuvo tiempo de preguntarle su noche o esas mierdas.
Una vez llegó, se despidió rápidamente con un beso en su mejilla y casi que lo tiró a la calle. Digamos que una moto casi lo atropella.
No tenía un buen aspecto y eso era notorio pues al entrar al instituto, recibió miradas de estudiantes extrañados. Cristiano siempre lucía bien el primer día, queriendo causar una buena primera impresión con alumnos nuevos que no hablaría con ellos pero debía demostrar su autoridad de todas formas.
Al igual que su comportamiento más temprano con su madre, fue distinto.
Su pelo apenas duras arreglado, tampoco se veía mal despeinado, le daba un aire más rebelde. Bajo sus ojos había grandes bolsas que eran sus ojeras (eso no era de preocuparse, nunca dormía a horario). La corbata del uniforme mal atada, bien que Cristiano no sabía ponérsela pero siempre se veía decente al menos.
Ignorando a todas las personas ahí, concentrado en pensar en Leo y buscar a sus amigos, caminó a pasos vagos y lentos.
Encontró a Marcelo, Chica y José en uno de los casilleros y casi cae frente a ellos.
——Hey Cris ——Saludó el primer mencionado.
Ronaldo frunció el ceño y recostó su cabeza en el hombro de Semedo quien arqueo una ceja.
——¿Por qué la cara larga, negro?
——El negro eres tú ——Dijo a duras penas.
——Tu corbata y pelo son un desastre... Déjame arreglarte.
José peinó con sus manos el peinado de su amigo, no había cambiado mucho pero ya era más pasable. Él era en único en su grupo de amigos que sabía colocarse bien la corbata y todas las mañanas, antes de clases, arreglaba las de sus amigos.
Con movimiento sencillos y rápidos, logró su cometido. Cristiano no dijo nada pero el contrario sabía que le agradecía mentalmente.
——Ahora si, ¿por qué la cara de perro?
——Si es por el tal Leo te voy a pegar.
——Pegame.
Ay dios.
No, Cristiano no se quedó despierto hasta las cuatro de la mañana jugando videojuegos; le estaba llorando a una imagen mental del chico del local.
——Cris, no puedes seguir así ——Dijo Marcelo, los cuatro empezaron a caminar como hacían de costumbre——. Ya sé que solo pasó una semana desde que estás así pero si actúas de esa manera, va a llegar a mayores.
Ronaldo estaba de acuerdo con él, claro no lo aceptaría por su orgullo, antes muerto.
——Mar tiene razón. Estás exagerando mucho.
——¡Mentira! Sigo siendo el mismo.
——¿El mismo idiota? Siempre ——Bromeó Chica——. Lo decimos en serio Ronald.
Antes de que el aludido pudiera responder, chocó con alguien. Al andar tan distraído, casi se caía de no ser por Mar que lo agarró a tiempo. Ninguno veía el camino, era obvio que se chocarían en cualquier momento.
——Uh, perdoname, ¿estás— banca, ¿vOS NO SOS EL QUE ME ROBÓ EL PANTALÓN HACE UNA SEMANA?
Al elevar su voz, captó la atención de otros alumnos y la de Cristiano más que nada al escuchar esa voz extrañamente conocida. Había cerrado los ojos aturdido, creyendo que se caería. Cuando los abrió, se mostró sorprendido. Muy sorprendido.
——¿¡LEO!? ——Sonrió.
Y muy feliz.
——¿¡OTRA VEZ VOS!?
Hernández, Gallardo y Semedo se miraron entre si, no formularon palabra alguna pero a la vez, pensaron la misma.
Mierda.
La gracia era hoy actualizar ANYTHING pero como me quedé dormido y este es mi único tiempo libre en todo el día, subí esto para no dejarlos sin actualización.
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