DELICATE | julián álvarez

By lvndrhaze

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"Mi reputación nunca estuvo peor, y soy consciente de que esto no es lo mejor, pero aún así me gustaría que m... More

DELICATE
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By lvndrhaze

DOS DÍAS HABÍAN PASADO desde que los hermanos Dybala junto a Allegra y Oriana habían llegado a la Argentina y por ende era el día del asado que Paulo había organizado en su casa de Buenos Aires para reunir a la Scaloneta, no solo porque llevaban meses sin poder verse todos juntos sino también para tratar de integrar a las nuevas adiciones y que el grupo se volviera cada vez más funcional.

El cordobés de ojos claros había alquilado un inflable y un metegol para que los hijos de sus amigos y su sobrina pudieran jugar y no aburrirse mientras ellos charlaban, y había alquilado también mesas y sillas chiquitas para que ellos pudieran comer todos juntos porque para los nenes había comprado para hacer hamburguesas teniendo en cuenta que todos podían comerlas. Y poco a poco los jugadores con sus familias habían comenzado a llegar saludando a los anfitriones y a Gianna que había ido unas horas antes con Allegra para hacer las ensaladas con Oriana mientras Allegra jugaba con Paulo en el patio a la pelota, en lo que según Paulo era el inicio del entrenamiento para la futura futbolista de la familia porque a Allegra le gustaba bastante jugar con la pelota.

Mientras eso ocurría en la casa de Paulo y Oriana, Julián daba vueltas en su departamento con su teléfono pegado a su oído, pasando una mano con frustración por su rostro.

— No, Emilia, basta. —dijo una vez más— No me interesa lo que tengas para decir, te vi yo, con mis propios ojos, no es que me lo contó alguien más, no es un rumor o algo de los chimentos. —el chico de ojos chocolate hizo una pausa, escuchando la voz desesperada de Emilia del otro lado de la línea, aún seguía en Manchester ya que Julián había vuelto a Argentina solo— Te vi yo con el flaco, Emilia, no estaba delirando cuando vi como te lo chapabas mientras estaban en bolas, creo que es obvio que me cagaste ¿no te parece? —el cordobés escuchó como sonaba el portero con tres toques, indicando que Enzo había llegado, mientras del otro lado de la línea, su ahora ex novia, continuaba hablando— Pasado mañana Rafael va a pasar por mi departamento para buscar tu copia de las llaves, no pienso seguir hablando de esto, no hay justificativo para esto Emilia y no hay chance de que me hagas cambiar de opinión. Me tengo que ir. —y sin más, Julián cortó la llamada, soltando un suspiro frustrado.

Confirmando que estuviera todo desenchufado, Julián bajó y salió del edificio dirigiéndose hacia el auto donde ya aguardaban Enzo, Valentina y Olivia en su sillita en el asiento trasero. El cordobés se subió atrás junto a la nena, y Enzo le dedicó una mirada.

— Que carita Araña, ¿otra vez Emilia? —cuestionó su amigo mientras ponía el auto en marcha para dirigirse al barrio privado donde estaba la casa de Paulo Dybala.

Julián asintió— Desde que llegué a Argentina no deja de llamar y de escribir para tratar de hablar, no sé que tanto quiere hablar. —dijo frunciendo el ceño— Si yo te veo en mi propia casa, chapándote a otra persona y los dos estando casi en bolas, creo que es bastante evidente lo que estaba pasando, pero ella sigue diciendo que no es lo que parece.

— Que mina cara dura. —comentó Valentina con una mueca en sus labios.

— Rafael pasado mañana va a pasar a buscar su copia de las llaves para que se vaya de ahí, ¿estuve mal? —cuestionó el chico, porque a pesar de todo lo que había ocurrido se sentía un poco culpable por actuar de esa forma, quizás estaba siendo demasiado impulsivo.

Enzo negó— Si yo estaba en tu posición el mismo día que veía todo eso ya la sacaba de mi casa, pero sos demasiado bueno vos. —Valentina asintió de acuerdo, y es que ya habían pasado unos cinco días desde que Julián se había ido de Manchester y su ex novia seguía en el departamento que compartían llamándolo y escribiéndole en un intento por arreglar las cosas entre ambos— ¿Tan pelotudo se piensa que sos como para volver con ella después de lo que viste? Dos dedos de frente, era obvio que eso no iba a pasar, tendría que haber avivado y buscar algún lugar a donde irse.

Julián asintió, agachándose para tomar el juguete que se le había caído a Oli y devolviéndoselo con una sonrisita.

Valentina se giró en su asiento para observar al cordobés— Bueno, por lo menos esto te va a servir para despejarte un poco Juli.

— Sinceramente no tenía muchas ganas de venir porque no quería traer la mala onda, me tuvo fácil quince minutos en el teléfono repitiendo lo mismo una y otra vez, pero pensé en eso. Prefiero estar con los demás que probablemente me voy a cagar de risa o por lo menos distraer, a quedarme encerrado en casa pensando en esto nomás.

Para cuando finalmente llegaron a la casa de Paulo y Oriana ya todos los demás miembros de la Scaloneta estaban adentro con sus familias, incluso Lionel Messi había llegado con Antonella y los nenes, y se encontraban hablando con los demás. Los recién llegados se pusieron a saludar a todos que estaban afuera viendo como los nenes jugaban en el metegol, mientras otros corrían en el patio con una pelota y otros subían y bajaban del castillo inflable.

— ¿Cómo va todo Araña? ¿Qué onda la vida en Inglaterra? —Leandro lo saludó con un abrazo para que luego lo saludaran Rodrigo y Nicolás Tagliafico.

— ¿Y tu novia? ¿No vino con vos? —ante la pregunta de Rodrigo, Julián apretó sus labios en una línea delgada— Uhhh.... ¿toqué un tema delicado?

— Ya no estamos juntos, terminamos hace unos días. —Nicolás hizo una mueca con sus labios al escuchar la respuesta del cordobés.

— No tenía idea Juli, mil disculpas. —Rodrigo le dio una palmada en el hombro.

Julián le dedicó una sonrisa pequeña para tranquilizarlo— No pasa nada, casi nadie sabe todavía porque es bastante reciente, los únicos que sabían eran Enzo y Valentina, pero tarde o temprano se van a enterar todos. —se encogió de hombros tratando de restarle importancia.

— ¿Pero vos estas bien Araña? Mira que si necesitas algo estamos para darte una mano, nos chiflas en el grupo y estamos en un segundo. —le dijo Leandro con una sonrisa para tratar de brindarle apoyo.

— Si, es complicado, pero estoy bien creo. —los tres asintieron ante sus palabras, aunque no parecían muy conformes con la respuesta por parte del más joven.

— ¿Y pa'? ¿Cuánto le falta a eso? —la pregunta del Cuti llamó la atención de los tres que giraron sus cabezas para mirar a Lautaro que estaba junto a la parrilla, hablando con Otamendi y el Papu.

— Cinco minutos y está listo, si quieren vayan preparándose, ahora llevamos todo con Ota y el Papu.

Ante esto, todos comenzaron a ubicarse en las mesas que Paulo había preparado afuera para que pudieran entrar todos, llamando a los nenes para que pudieran ubicarse en las mesitas y sillitas, robándole una sonrisa a Julián al ver esa tierna escena. El cordobés se acercó a la mesa, tomando asiento junto a Lisandro que estaba con Muri, ambos hablando con Enzo y Valentina sentados en frente, y Alexis y Camila a un lado.

— Che, ¿y Gianna? —Julián observó con curiosidad a Paulo, que acababa de hacer esa pregunta— ¿La vieron?

¿Quién es Gianna? ¿Y por qué me parece conocido ese nombre? Pensó el cordobés con su ceño fruncido tratando de hacer memoria, porque estaba seguro de que había escuchado ese nombre antes.

— Creo que estaba en el castillo inflable. —Julián giró su mirada hacia el inflable viendo como Leandro se acercaba a este y parecía hablar con alguien adentro. ¿Gianna era la hija de alguno de los chicos? Porque si era así, entonces no recordaba haberla visto, lo cual era bastante raro porque ya había conocido a los nenes de todos sus compañeros.

Y segundos más tarde su pregunta fue respondida cuando una chica salió del interior del castillo inflable con una nena en sus brazos. Julián abrió sus ojos con sorpresa, observando con atención a la chica de cabello oscuro, ojos claros y ropa casual que hablaba con Leandro mientras sonreía y acomodaba la ropa de la nena que tenía en sus brazos. Ahora comprendía quien era la Gianna que habían mencionado. Gianna Dybala, la hermana de Paulo. Ahí fue que Julián la reconoció, y es que tan solo unos días atrás había visto varias noticias que la involucraban a ella y a Paulo, junto al nombre de un jugador holandés, recordaba haberla visto en algunas publicaciones que Paulo había realizado en sus redes sociales. Y, recordaba también que en varias ocasiones había visto su nombre en los programas de chimento que Emilia solía poner a la tarde para entretenerse, y su ex novia solía decir que la hermana de Paulo era bastante problemática.

La chica de cabello oscuro se acercó junto a Leandro a la mesa donde estaban todos, la nena en sus brazos, completamente tierna con sus cachetes gorditos y abrazando un peluche de Sullivan de Monster, Inc., observando a todos los presentes con curiosidad.

— ¡Hola! Todavía no habíamos tenido la oportunidad de conocernos. —comenzó la chica acercándose a donde estaban sentados ellos, dirigiéndose principalmente a los más jóvenes de la Scaloneta— Soy Gianna, la hermana de Paulo, un gusto conocerlos. —los jugadores y sus parejas la observaron con una sonrisa, devolviendo el saludo. La mirada de Julián se posó en la nena que tenía en sus brazos, que tenía sus ojos claros idénticos a los de la chica puestos en todos ellos— ¡Hola hermosa! —Gianna se agachó ligeramente para observar a Olivia que la miraba con curiosidad a ella y la nena en sus brazos— ¿Cómo se llama?

— Olivia, ¿y esta princesita? —cuestionó Valentina, alzando su mano para tocar con suavidad la carita de la nena quien con timidez la giró hacia un costado, ocultando su rostro en el pecho de la cordobesa.

Gianna sonrió ante eso, acariciando con suavidad la espalda de la nena— Ella es Allegra, perdón por eso, es bastante tímida y le cuesta entrar en confianza con las personas. —se disculpó con tono dulce— Corríjanme si me equivoco en sus nombres, pero son Alexis, Enzo y... Julián ¿no? Tengo recuerdos de haberlos visto jugando, pero me cuesta asociar las caras con los nombres. —dijo señalando a los jugadores a medida que los iba mencionando, sonriendo cuando los tres asintieron— Y las chicas si mal no recuerdo cuando Ori me dijo, ¿son Valentina y Camila?

— Exacto. —Camila sonrió amable— Es un gusto conocerte Gianna, a vos y a Allegra.

— ¿De qué cuadro sos Gianna? —ante la pregunta de Enzo los demás soltaron una risa— No sé de que se ríen, saber eso debería ser tan importante como saber el nombre de la persona. —Julián ahogó una carcajada.

— Del más grande, una disculpa gallina. —la cara de Enzo cuando escuchó eso fue todo un poema, Julián entreabrió sus labios ligeramente mientras Alexis alzaba su mano para chocar los cinco con la chica, robándole una risita.

— Con razón sentía olor a mierda. —murmuró Enzo— Bostera tenía que ser.

Gianna soltó una risa— ¿Quieren que les traiga una campera? Puedo pedirle unas a Paulo para ustedes, ¿o ya están acostumbrados a ser pecho frío?

Julián negó con diversión al ver cómo Leandro, que estaba sentado a la izquierda de Enzo, alzaba la mano para chocarle los cinco a Gianna— Eso Gia, como te enseñé.

— Gia, ¿dónde te vas a sentar? —Paulo se acercó a ella, una sonrisa en sus labios— ¿Querés que te traiga la sillita alta para Alle?

La cordobesa negó— No, me voy a quedar con ella allá. —señaló las mesitas donde estaban los demás nenes— Se quiere ir a sentar allá, pero le da vergüenza ir sola, así que me quedo con ella y de paso me fijo que coma. Después nos vemos. —dedicándoles una última sonrisa, Gianna se alejó de la mesa donde estaban todos los adultos para acercarse a las mesitas de los nenes que estaba a unos cuantos metros de donde estaban ellos, por lo que podían hablar tranquilos sin que los nenes escucharan.

Julián observó con curiosidad como Gianna saludaba a los hijos de Leandro y Papu que eran los que estaban sentados cerca de la punta, mientras sentaba a Allegra en una sillita y ella se sentaba a su lado en el pasto. La cordobesa agradeció a Otamendi con una sonrisa cuando le entregó dos hamburguesas, para luego comenzar a darle una a la nena, ayudándola a comer mientras hablaba haciendo reír no solo a Allegra sino también a los demás nenes que parecían adorarla.

No parece problemática. Pensó Julián con sus ojos en Gianna, y es que nada en ella le indicaba que podía ser una chica que estuviera metida en quilombos, no con esa sonrisa dulce, esos ojos claros amables y su tono de voz suave, no con la dulzura con la que se dirigía a la nena y a los demás.

— ¿La nena es su hija? —Julián dejó de observar a Gianna con la nena para observar a Alexis que acababa de hacer la pregunta, y es que él también tenía esa duda, aunque basándose en el parecido entre los rasgos de ambas, podía decir que eso era correcto.

— Sí, Allegra es la sobrina de Paulo. —respondió Leandro mientras tomaba un pedazo de carne de la bandeja que Lautaro había colocado en el centro— También la ahijada de él y de Oriana.

— ¿Y el padre?

Ante la pregunta de Enzo, los demás que conocían la historia fruncieron su ceño o pusieron expresiones que dejaron en claro que el padre no era una persona que le cayera bien a la Scaloneta.

— Es un imbécil. —dijo Paulo con sus ojos cargados de rabia— Ya no forma parte de la vida de ellas, o eso es lo que esperamos.

— ¿Qué pasó en el último partido? Vi algunas notas que hablaban de la pelea con el holandés ese, pero siempre que se trata de algo de Gianna tiran cualquier banana para dejarla mal a ella. No te expulsaron, ¿no Paulito? —cuestionó Ángel Di María.

Paulo negó con su cabeza— No, esas son boludeces que dicen en los programas de chimentos. El pase con Roma estaba firmado hace unas semanas ya, no tiene nada que ver con lo que pasó.

— No estaría entendiendo, no somos de mirar esas cosas con Valentina. —dijo Enzo, y Julián agradecía la caradurez de su amigo porque tampoco estaba entendiendo una mierda y tenía bastante curiosidad.

— El padre de Allegra juega en La Juventus también, ahí es donde lo conoció Gianna en su momento. Ambroos Mulder, el jugador holandés. Al pibe no le interesa ser padre, cuando se enteró del embarazo le dejó en claro que no le interesaba cumplir ese rol con Allegra y por eso Gianna decidió alejarse. —hizo una pausa, pasándole la ensalada rusa a Oriana para que pudiera servirse un poco— En el último partido que tuvimos Gianna y Alle fueron a verme con Oriana, por lo general van a verme cuando tienen tiempo libre, y esta vez el pelotudo se acercó a Gianna y trató de hacerse el vivo, y yo lo agarré justito. No se quiso alejar de Gianna cuando ella se lo pidió varias veces por favor, y encima estaba haciendo llorar a Allegra. Le terminé embocando una piña, y él no se quedó quieto tampoco, de ahí salió esto. —señaló el moretón en su pómulo izquierdo— Y en los chimentos empezaron a echarle la culpa a Gianna como siempre, diciendo que fue por su culpa, que el pelotudo trataba de acercarse a Allegra y ella no lo dejó y otras boludeces como que por esa pelea me echaron de La Juventus cuando nada que ver, siempre termina quedando Gianna como la mala y él como la víctima, incluso si salimos a desmentir todo.

— ¿Por eso vino a Argentina también? —indagó Rodrigo— El otro día le quería mandar un mensaje para preguntarle sobre todo el quilombo, pero supuse que no era lo mejor en ese momento.

Paulo asintió— Sí, además tiene que hacer algo relacionado a su trabajo y venir le convenía. Necesita despejarse un poco, y estas dos semanas probablemente le vengan bien, a ella y a Allegra también.

— Que hijo de puta. —murmuró Julián antes de que pudiera darse cuenta, pensando en cómo era posible que alguien actuara de esa forma, en cómo era posible que rechazara a su propia hija de esa manera.

— Sí, el peor. Pero ya le va a volver el karma. —dijo Oriana— Gianna es un amor y no se merece todo el odio que recibe, y se la viene bancando como la mejor, así que tarde o temprano todo lo que le hacen les va a volver y ella va a poder estar bien tranquila porque sabe que no hizo nada. —los demás que conocían a Gianna asintieron de acuerdo, no terminaban de entender como era que Gianna tenía esa reputación cuando la realidad era totalmente diferente.

De tanto en tanto, mientras disfrutaban del asado, Julián observaba la mesa de los nenes donde Gianna seguía sentada con Allegra, viendo como la cordobesa la ayudaba a comer mientras ella también comía una hamburguesa, o como le arreglaba los dos rodetes que la nena tenía hechos en el pelo y que la hacían ver aún más tierna mientras sujetaba con fuerza el peluche celeste. En un momento, Valentina se había levantado de la mesa con Olivia, y se habían acercado a donde Gianna y Allegra estaban, las dos nenas comenzando a jugar con las hojas y los lápices de colores que Paulo había traído para su sobrina mientras las dos mayores comenzaban a hablar. Y parecía que Valentina había pegado buena onda con Gianna porque las dos se encontraban riendo como si fueran viejas amigas que se reencontraban, Valentina tomando asiento junto a Olivia, quedando frente a las Dybala.

— ¿Venís, Araña? —Enzo se había levantado de su asiento, señalando con su cabeza a donde estaban Valentina y Gianna. El cordobés asintió, siguiendo a su mejor amigo a paso tranquilo, aprovechando para chusmear su teléfono notando que tenía varios mensajes de Emilia y algunas llamadas perdida de su parte. Soltando un suspiro, Julián eliminó las notificaciones, no tenía ganas de lidiar con eso en ese momento, lo estaba pasando bien y quería que el día continuara de esa forma— ¿Qué hace Oli? —el jugador del Benfica hizo una voz graciosa agachándose junto a su hija para ver qué estaba dibujando— Ah, pero sos toda una artista hija.

— Claramente no salió al padre. —dijo Julián provocando la risa de Valentina y Gianna, y que Enzo lo observara indignado.

— Puedo dibujar mejor que vos, la última vez que te vi dibujando parecía que lo habías hecho con los pies. —se quejó el más chico. Julián colocó sus ojos en blanco ignorando a su mejor amigo para observar lo que Allegra estaba dibujando. Era bastante abstracto, pero por los colores que había elegido parecía estar dibujando al peluche de Sullivan.

Julián se colocó en cuclillas, provocando que tanto Allegra como Gianna lo observaran con curiosidad y el cordobés notó que de cerca los ojos de Gianna eran aún más atrapantes y bonitos, y que Allegra los tenía similares a su madre, era como si la nena fuera una copia en miniatura de la chica.

— ¿Te gusta mucho Sullivan? —cuestionó el jugador señalando el peluche, y con timidez Allegra asintió moviendo su cabeza— ¿Quién te regaló tu peluche?

Gianna observó a su hija con una sonrisa, notando como la nena observaba con cautela al jugador para finalmente responder con su vocecita— Tío Pau.

— ¿Es como Olivia que va con su peluche para todos lados? —cuestionó Enzo observando el peluche de Sullivan y después el peluche de un oso que Olivia tenía sentado en la silla a su lado.

— Tiene adoración por ese peluche. No pensé que le iba a gustar tanto, pero tiene locura, a donde va ella va el peluche también, al punto de que si no lo tiene para dormir no se termina durmiendo hasta que se lo doy.

— Es porque se lo regaló el padrino y ella ama al padrino, ¿o no Alle? —Paulo llegó agachándose junto a su sobrina, dejando un beso en su cachete que provocó la risa de la nena— ¿Van a jugar al truco? Están armando unas partidas entre todos si se quieren sumar.

— Yo no, paso. —dijo Gianna negando con su cabeza— La última vez les gané y no me pagaron lo que habíamos apostado, son re chantas ustedes. —Paulo soltó una risa, recordando como los demás aún le debían esa plata a su hermana, y como ella siempre que podía les recordaba que les había ganado.

— Ah, ¿a vos también te hicieron eso? —cuestionó Julián, sus ojos puestos en la chica.

La cordobesa asintió— Habían ido a visitarnos algunos y armaron unas partidas, les gané a todos y cuando había que pagar se hicieron todos los boludos, ni un postre como compensación me dieron.

— Yo me quedo con Oli, seguro en un ratito va a querer ir al castillo inflable. —Valentina observó a su hija que continuaba dibujando.

— ¿Ustedes? —indagó Paulo mirando a sus dos compañeros de equipo.

— Si van a ser buenos perdedores y pagar las apuesta entro de una, sino me quedo dibujando con las nenas que no me van a cagar. —dijo Enzo colocándose de pie y provocando la risa de los demás.

— Para eso primero tenes que ganar Enzo, y dudo mucho que eso pase si sos un queso jugando. —Julián lo observó con diversión, también colocándose de pie.

— Bueno, discúlpame señor tengo un máster en el truco.

— Dale Enzo, deja de decir boludeces y camina. —le dijo su mejor amigo riendo y empujándolo ligeramente para que caminara junto a Paulo.

Durante el resto de la juntada, los futbolistas se quedaron jugando varias partidas de truco, apostando entre ellos, mientras las mujeres se habían acercado a Valentina y Gianna que estaba junto al castillo inflable observando como las nenas jugaban juntas, hablando de distintas cosas y poniéndose al día de lo que había ocurrido en ese tiempo donde habían estado alejadas debido a sus parejas y los equipos donde jugaban. Si bien varias de ellas ya hablaban por WhatsApp, aprovecharon a que estaban todas reunidas en un mismo lugar para armar un grupo donde estuvieran todas y así poder organizar, cuando estuvieran disponible y cera, juntadas para que los nenes pudieran jugar mientras ellas aprovechaban a charlar y pasar tiempo juntas. Sobre todo, sabiendo que el mundial se aproximaba y probablemente pasarían bastante tiempo juntas cuando este se estuviera llevando a cabo.

Para el final de la tarde, Gianna había terminado entablando una nueva amistad con los más jóvenes, ya que a los demás las conocía desde antes, acordando incluso organizar un día para salir a comer juntas con las chicas y las pequeñas, Olivia y Allegra, que se la pasaron toda la tarde de un lado para otro jugando juntas. Sintiéndose mucho más tranquila y cómoda, aprovechando la compañía de sus amigos que tan bien le hacía y que tanto andaba necesitando después de todo lo ocurrido en Italia.

Y por su parte, Julián había disfrutado de una tarde con sus compañeros de trabajo y amigos, aprovechando para integrarse un poco más al grupo, y teniendo también la oportunidad de conocer a Gianna y Allegra, dos personas que no había esperado conocer pero que habían logrado hacerlo sonreír con facilidad a lo largo de la tarde junto a sus amigos, algo que el cordobés en verdad agradecía.







nota de la autora: 

una vez más dejo en claro, por si no leyeron daylight, que me gustan los slow burn y que no pienso hacer que para el capítulo 5 los protagonistas ya estén juntos y amándose con locura. me gusta ver como la relación se va dando de a poco y los quilombitos en el medio asjajsj

aprovecho también para aclarar, y evitar futuros comentarios diciendo "pero eso no fue así" "pero el gol ese no lo hizo él" "pero eso no paso", que voy a realizar cambios en lo que pasó realmente y eso incluye los partidos y lo que pasa en ellos, por ende voy a modificar quienes hicieron los goles o como los hicieron para las cosas que tengo pensadas para la historia. 

por último, dejo avisado que no voy a actualizar tan seguido como actulizaba daylight porque tengo que estudiar para los finales y no puedo andar escribiendo todos los días como con la otra historia. 

eso es todo, que tengan un lindo día :) 

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