Estábamos en el autocar de camino al Camp Nou.
Pegué un gran bosteza, estaba muy cansada.
-Vaya, llevas todo el día así, ¿Qué no has dormido? -Paula, que iba sentada junto a mí me preguntó.
-Si te digo la verdad no. He dormido unas 5 horas.
-¿Y eso?
-Ayer, me pasé la noche hablando con...
-¡Quevedo! -Gritó antes de dejarme terminar.
-Sí. Pero no creo que haga falta que se enteren todos.
-Perdón. -Susurrando. -Pero es que es muy fuerte.
-Ya ves, una pasada.
-¿Y que tal? ¿De que habéis hablado? No sé, cuéntame algo.
-Bien, nada, hablamos normal, obviamente, nos contamos cosas sobre el otro y ya.
-¿Te gusta?
-No sé si eso puedo saberlo desde ya.
-Con ya sabes quién lo supiste desde el primer momento.
-Con ya sabes quién no lo supe, lo noté. A Quevedo aún no le he visto en persona, no sé que sentiría.
-¿Quedaréis?
-Tiene que ver cuando puede venir para Barcelona y yo ver si me pilla bien. -Le corté antes de que me hiciera otra pregunta. -¿Podemos parar con el interrogatorio?
-Perdona...
-Gracias. -Sonreí.
Al llegar al estadio los chicos se fueron al vestuario y después salieron a saludar al equipo visitante que estaba entrenando en el césped, el Getafe.
Me senté en el sitio de siempre, en las gradas cerca de los banquillos.
Puse mi chaqueta en la silla de al lado para que la gente sepa que está ocupada, guardándole sitio a Paula.
Quedaban minutos para que los jugadores entraran al campo y seguía sin aparecer.
Andrés vino como al principio de cada partido a hablar conmigo.
-Recuerda, MVP.
-Sí, no te preocupes.
-Por cierto, ¿estás esperando a Paula? -Señaló a mi chaqueta.
-Sí, pero no la he visto desde que bajamos del autocar.
-Ha recibido una llamada urgente, se ha tenido que marchar.
-¿Enserio? -Asintió. -Joder. Gracias.
-De nada. -Se marchaba pero le paré.
-¿Y tu no puedes sentarte conmigo aquí? Es que ver el partido sola...
-Me temo que no, tengo que bajar. -Señaló a los banquillos.
-¿Y no hay sitio para mí? -Sonreí.
-No quiero meterme en líos, pregúntale a otro a ver si te dejan.
-Vale.
Me dirigí a los banquillos dónde estaba el equipo técnico, los entrenadores y demás gente.
-No creo que debas estar aquí. -Me dijo Xavi.
-Por favor. -Supliqué. -No pienso molestar, yo me pongo allí en un rincón y no molesto.
-Martina...
-La chica solo quiere ver el partido con alguien, no lo veo un problema, hay sitio en el fondo. -Uno de los técnicos habló en mi defensa. -Si se sienta allí y no molesta como dice.
Xavi se le quedó mirando a él y luego a mí. Yo le estaba haciendo pucheros para dar pena.
-Está bien. Quédate. -Le abracé a él y al técnico.
-Gracias, ya veréis que no notareis mi presencia.
-No te preocupes, si seguro que molestas menos que algunos jugadores. -Reímos.
El partido comenzó con un pasillo de aplausos a los campeones de la Supercopa.
Gavi estaba sentado junto a mí, no ha salido como titular.
-¿Con quién hablas tanto? -Me miró.
-Con nadie. -Guardé el móvil.
-Con Quevedo... -Me guiñó el ojo.
-¿Para qué preguntas entonces?
-Para que me respondieras tú. Entonces, ¿Este ya es pasado pisado? -Señaló al número 8.
-Supongo...
-Me alegro que esté todo bien entre vosotros dos, porqué comenzaba a ser incómodo.
No sé yo si que no hayamos hablado desde la Supercopa es que todo vaya bien, pero bueno. -Pensé.
-Sí, sí, todo bien. -Respondí asintiendo lentamente y con mirada baja.
Escuché a todos celebrando gol.
-Vaya golazo. -Dicen todos.
Vi que todos corrían hacia Pedri e hizo su misteriosa celebración y otro gesto de raparse.
-Mierda, me lo he perdido. -Dije.
-Anda que estar sentada aquí y no verlo.
-Es que Gavi me distrae. -Intenté defenderme.
-Encima es mi culpa. -Dijo riendo.
-Mira. -Me mostraron una tablet con la repetición del gol.
-Hostias, ¿Allí veis todo? -Asintieron. -Pues sí, vaya golazo.
A medida que iba pasando el partido, en la segunda parte notamos que el canario se hizo daño.
Xavi se giró a ver a Gavi.
-Calienta a que sales. -Le dijo.
-Vale. -Se levantó y se puso el peto.
Unos minutos después Xavi le dijo a uno de los árbitros el cambio y él alzó el cartel con el 8 en rojo y el 30 en verde.
Pedri salió del campo chocándole las manos al sevillano.
Se lo llevó el fisio a verle.
Al volver se sentó en el sitio de Gavi, o sea a ser, a mi lado.
-¿Estás bien? -Le pregunté por las muecas de dolor que hacia y sus quejas al mover la rodilla.
-Me ha dicho que no es nada, estaré bien para el próximo partido.
-¿Seguro?
-Sí, no te preocupes.
-¿Puedo ayudarte en algo o...?
-Martina, estoy bien. Tranquila, no ha sido nada, una mal gesto y ya. -Dijo medio riendo.
-Vale, perdón.
-No tienes que pedir perdón por preocuparte por mí.
-Lo siento.
-Lo estás volviendo a hacer.
-Perdona. -Lo volví a hacer. -Ya paro lo juro. -Reímos los dos.
Me llegó una notificación que decedí ignorar.
-Puedes responderle.
-¿A quién?
-A Quevedo.
-Yo no he escuchado nada.
-Yo sí y estoy seguro de que es él.
-Yo no estaría tan segura... -Saqué el móvil. -Sí, es él.
-Ves. Paula dejó muy claro antes que os habláis. -Calló unos segundos. -Y vuestros tweets también. Estoy feliz por ti.
Noté un momento de tensión entre nosotros dos.
Ambos nos mirábamos a los ojos pero sin decir ni una palabra.
Andrés apareció.
-Martina, es la hora.
¿Cuánto tiempo llevábamos así para que el partido haya acabado ya?
-Voy. -Le dije.
Fui a dónde siempre, para la rueda de prensa del final.
Apareció Pedri.
-Vaya. Nos volvemos a ver.
-Si quieres me voy eh. -Dijo de broma.
-Que tonto eres.
-Chicos cuando os de la señal empezáis. -Hizo un gesto con la mano que supuse que era la señal.
-Estoy aquí con Pedri, goleador indiscutible que le ha dado la victoria al equipo pero, Pedri, sufriendo el final, ¿no? -Dije y él asentía a medida que yo hablaba.
-Sí, la verdad que sí, el Getafe es un equipo muy complicado, deja muy poco espacio de por medio y se meten todos atrás, pero bueno, conseguimos hacer el gol y a partir de allí no creo que tuvimos mucho el balón y nos faltaba ritmo para crear ocasiones.
-En los últimos partidos da la sensación de lo que os cuesta es cerrar los partidos. No sé si a pesar de el buen momento el que tenéis, primeros en la clasificación y ganadores de la Supercopa, hay que hacer autocrítica sobre todo que os cuesta cerrar los partidos.
-Sí, está claro que tenemos que aprender a cerrarlos todavía no lo estamos haciendo y es una tarea pendiente pero bueno, creo que estos tres puntos eran muy importantes y bueno, dedicársela al capi por los 700 partidos.
-Busi, te queremos. -Dije yo mirando a cámara. -Y para tranquilizar al público, ¿Tu rodilla bien?
-Sí, como te he dicho antes me han dicho que está todo bien, solo ha sido un mal gesto y ya.
-Vaya susto nos hemos llevado.
-Me gusta que te preocupes por mí. -Sonrió.
-Nos preocupamos todos, eres un jugador muy importante en el equipo y estás en muy buena racha, no diría en tu mejor momento porque nos queda Pedri para rato, pero estás que te sales.
-Gracias.
-Has marcado otro gol en tu casillero y para celebrarlo has hecho un gesto un tanto raro, ¿no sé si puedes explicarlo?
-¿El de los prismáticos?
-No, el de raparte, ¿Te vas a rapar?
-Vale, vale, ya decía yo. -Reía. -Bueno, pues nada, es por mi primo Abraham que ha venido a verme y se lo he dedicado porque es calvo. -Solté una carcajada.
-Menos mal, otro susto, porque no te veo yo con el pelo rapado eh.
-¿No? ¿No te gusta o qué? -Negué. -¿Y como lo llevo ahora?
-Ahora sí, te queda bien así.
-¿Estoy guapo?
-Sí... mucho. -Ironicé.
-Que mala eres.
-Encima que te digo que te queda bien así. -Los dos reíamos. -Bueno, pues gracias Pedri, seguro que tu primo está muy contento de que le hayas dedicado el gol.
-Gracias a ti y espero que sí.
Tenía prisa por salir del estadio antes de que las salidas se llenaran de fans.
Mi padre venía a buscarme.
-Martina. -Escuché a alguien llamándome. Al girarme le vi a él. -¿Te llevo?
-No, ha venido mi padre. -Señalé al coche.
-Vale, bueno, solo quería decirte que ha estado bien volver a hablar contigo. -Sonreí leve. -He tenido que hacerme daño y ser el MVP para ello, pero ha valido la pena.
-Me tengo que ir. -Miré a la gente que se estaba acumulando.
-Claro, tranqui, ya nos veremos. -Se iba.
-A mí también me ha gustado volver a hablar contigo. -Le dije. -Está guay que ambos hayamos sabido dejar lo "nuestro" atrás como adultos que somos. -Hice el gesto de las comillas.
-Sí. Ahora tu estás con Quevedo... Todo va genial. Espero que te vaya bien con él.
-Gracias. Ahora sí que sí, me voy. Nos costará salir. -Asintió.
Me dio un abrazo antes de que me fuera.
Un abrazo que por tonto que parezca hizo que me emocionara.
Caminé al coche con la cabeza baja para que no viera que estaba a punto de llorar.
-¿Ese era Pedri? -Me preguntó mi padre al sentarme.
-Papá.
-Lo siento, es verdad. Tus hermanos ya me han dicho que ahora es Voldemort.
-Madre mía.
-Pero bueno, ya habéis solucionado todo, ¿amigos?
-Eso creo. -Mi mirada estaba clavada al frente.
-¿Y con Quevedo? -No hubo respuesta por mi parte. -¿Cómo va todo con él?
-Hostias, me acabo de acordar que no le había contestado antes, gracias papá.
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Se ha podido volver a hablar con Pedri, ya es un avance, a lo mejor la fase como amigos nos dura más.😅😂
A ver qué pasa después...
Espero que os haya gustado💕
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