Invierno de colores✓

By Mari_p08

187K 15K 6.2K

LIBRO 3. SAGA «COX» Ethan es el prototipo de chico tímido que por lo general no tiene muchos amigos. Mack es... More

SINOPSIS.
UNO
DOS
TRES
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDOS
VEINTITRES
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
EPÍLOGO

CUATRO

7K 564 243
By Mari_p08

4. Manos a la obra

Di vueltas y vueltas por toda la habitación con algo de enfado. Tenía al menos todas mis prendas de ropa arrojadas por toda la estancia e incluso los zapatos casi haciéndome tropezar. Sin embargo, no podía detenerme, pues el asunto me estaba carcomiendo la cabeza a tal punto de dejarme sin ideas.

Esto era frustrante.

Ni siquiera entendía las palabras de mi amiga con cabello rizado, pues ella no lo había notado, pero hacía mucho que no le estaba prestando atención. Algo que, a decir verdad, debería estar haciendo ya que Wendy es experta en dar buenos consejos.

Además, si se entera que no la estoy escuchando sería capaz de dejarme sin estabilidad emocional cuando rompa nuestra amistad.

Detuve mis pasos, mirándola

—...y por eso creo que la situación en la que estás no es tan grave, ¿puedes creer que los pingüinos no usan smoking?

Parpadeé, repetidas veces

—¿Me... hablas a mí? —Me señalé

Asintió con su cabeza, en respuesta

—¿Por qué? ¿Acaso no me estabas prestando atención? —preguntó en tono acusatorio—. Lo sabía. Dije lo de los pingüinos para confirmar que no me estás oyendo y acabo de hacerlo, ¿es que no aprecias nuestra amistad?

Solté un suspiro, cayendo sentada en el borde de mi cama

—Tu no entiendes mi situación —negué, abrumada

—Claro que la entiendo, Mack, no es tan grave —se rió—. Puedo... digo, yo puedo prestarte un vestido para esa noche. Aún falta tiempo, seguro si no te gusta la primera opción entonces puedes comprar uno nuevo. Si empiezas a ahorrar desde ahora...

—¡Yo no sé ahorrar dinero!

—¿Cómo no vas a saber? Todo el mundo lo sabe.

—¡Yo no! —me tumbé por completo en el colchón, mirando hacia el techo—. Si veo algo que valga la pena comprar así sea completamente innecesario, lo haré.

—A ver, eso no... no es tan cierto —resopló—. ¿En qué te basas para decirlo?

—En la porcelana de la sirenita que está en mi tocador —señalé sin mirar—. O el portarretrato en forma de manzana que al final no usé porque no encontré una foto que fuese de ese tamaño. O puedo hablarte también sobre mi sombrero de playa que compré en invierno. Lindo, ¿eh?

Levanté un poco mi cabeza, solo para ver su mirada seria

—¿De verdad compraste ese sombrero? —frunció el ceño—. Te dije que era absolutamente innecesario cuando fuimos a esa tienda de artesanías.

—Al parecer llevamos dos años de amistad y aún no me conoces —volví a acostarme, soltando el aire como un globo desinflándose—. Creo que iré al baile con una bolsa de basura.

La oí reír

—Te felicito, esa es una buena estrategia de reciclaje. Puedes llenarla de brillantina y escribir «salvemos al planeta» justo detrás.

—Eso no me ayuda, ecologista —rodé los ojos, tapándome la cara con mi almohada

No oí respuesta alguna, en realidad diría que sus palabras se reemplazaron por sus pisadas cuando se levantó del sillón y se acercó a mí. Luego, solo sentí su peso hundiendo el lugar a mi lado

Retiró la almohada suavemente

—Mack...

—Mack murió —murmuré

—Genial —bufó. Entonces, me zarandeó con un poco de brusquedad, dejándome sentada abruptamente—. Oh, sabía que no habías muerto.

—Lo que sea que estás haciendo no me ayuda —la miré mal—. Wendy, ¿sabes? No tiene caso asistir a ese baile.

—¿Lo dices por el vestido? Mira, te ayudaré a...

—No, no es solo por eso —me apoyé en mis antebrazos, pensando—. Creo que tampoco tengo con quien ir.

Ella inclinó levemente su cabeza, analizando la situación

—Puedes ir con Mike —murmuró al final

Hice una mueca. La mayor de las muecas

—Primero me pongo esa bolsa de basura. Gracias.

—Tu hermano no es un chico feo o desaseado —me golpeó levemente con la almohada—. De hecho, es lindo y siempre huele bien.

Mi cabeza se movió en su dirección, lentamente. Ella fue consciente de sus palabras y logré percibir como sus mejillas se teñían de un rojo que demostró la vergüenza

—N-No... no quise decir eso.

—¿Olfateas a mi hermano?

—¡No hago eso! —me golpeó con un poco de fuerza. La risa brotó de mi garganta mientras ella se avergonzó más—. ¡Mack!

—Vale, vale —me calmé, respirando—. No olfateas a mi hermano.

—Me refiero a que... —se cortó a sí misma—. Tu hermano es un buen partido, pero entiendo que para ti es raro porque es tu hermano y seguro en lo único que piensas cuando lo ves es en sus calcetines sucios.

Enarqué una ceja

—¿También...?

—Solo cállate —me cortó, antes de que dijera algo más

Reí levemente

Ahora que analizaba la situación, sí era consciente de que Mike tenía un poco del atractivo que heredamos de nuestra familia. Digo, mi madre a la edad que tiene es demasiado bella y joven, mi padre es apuesto, aunque su carácter es una mierda. El punto es que mi rubio hermano mayor podría ser la cita ideal.

Pero no para mí.

Miré a mi castaña amiga, batiendo mis pestañas. Wendy dejó de prestarle atención a la mariposa que se adentró por la ventana y solo me miró. Pareció deducir mi mirada, pues en menos de un segundo empezó a negar.

—Oh, no.

—Oh sí —sonreí

—¡No!

—¡Sí!

—Ay, no puede ser —se puso de pie—. ¡No iré al baile con tu hermano!

—Eso harás —también me levanté, pisando el suelo con mis pies descalzos—. Lo harás por mí, pero también por ti. Si decides ir con Mike puedo decirle a Shawn que vaya conmigo, y tú podrás saber si el tonto rubio sigue sintiendo cosas por ti.

Eso en parte le interesó.

A pesar de que siguió sacudiendo su cabeza en desacuerdo

—Es que no... no... lo sé.

—¿Por qué?

—A ver, no le voy a pedir que vaya conmigo.

—Eso no es ningún problema, yo puedo decirle...

—Tú tampoco le dirás nada, Mack. No me hará un favor —blanqueó sus ojos—. Podrá ser lindo, pero es demasiado lento para entender ciertas cosas que a las mujeres nos gustan. Por ejemplo; pedirnos ir al baile de la forma más romántica posible.

Suspiré desganada

—Entonces si Mike por alguna razón te lo pidiera, sin que yo se lo dijera, solo porque naciera de su interior más profundo, tu... ¿aceptarías?

Se mordió el labio, planteándolo en su cerebro

—No sé qué está pensando esa loca cabecita tuya, Mackenzie Anne Blythe —soltó el aire retenido de un solo golpe—. Pero acepto.

Aplaudí con emoción

Entonces, la puerta se abrió de un momento a otro, causándome un respingo. Me fui para atrás y alcancé a llevarme una mano al pecho, justo cuando Jonas se asomó por el umbral con una sonrisita

—Demonios —susurré—. ¿No sabes tocar?

Él me miró seriamente, y al ver a Wendy solo sonrió

—Que dicha tienen mis ojos de ver los tuyos —suspiró, como si no lo creyera. Negué con algo de fastidio, mientras la castaña le sonrió con ternura

Awwww, eres tan tierno, dulcecito —canturreó—. ¿Se te ofrece algo?

—Tu suegra dice que bajes a desayunar.

—No es su suegra —le dije con más firmeza—. Entiéndelo, ¿sí? Tú tienes siete años y ella dieciocho, ni en un millón de... Un segundo, también puedes referirte a Mike.

Su mirada se tornó más severa, en lo que yo esbocé una sonrisita de satisfacción absoluta. Wendy enrojeció y al final terminó negando

—Ya me perdí, así que iré a desayunar.

Y entonces salió a pasos demasiado rápidos. Jonas se adentró un poco a la estancia, cruzando sus brazos con enfado

—Ya sé lo que haces.

—¿Y qué hago? —rebusqué mis pantuflas, cubriendo mis pies

—Quieres unir al inculto con mí Wendy.

—¿Y que si así fuera? —lo miré con los brazos en jarras—. Ambos tuvieron su historia de amor. Ya sabes lo que dicen, donde hubo fuego...

—¡No hay ningún fuego!

—Ya deja los celos, pitufirabioso —le pasé por el lado, dejando una palmadita en su cabeza que al final me devolvió con un manazo—. El último que llegue no comerá papas.

Salí corriendo y justo detrás oí su voz

—¡Mack! —me siguió a grandes zancadas, enfurecido

❄️

Mi corazón bombeó demasiado rápido cuando me detuve frente a la puerta de la enorme casa de los vecinos.

Troné mis dedos en un gesto que fue más de ansiedad combinada con los nervios. Al parecer sí estaba muy nerviosa, pues sin pensarlo empecé a repasar palabras en mi cabeza como si no quisiera que se me olvidaran. Lo cual es tonto, ya que socializar nunca ha sido un problema para mí.

Pero socializar con él si es un problema.

Nunca había sentido este deseo de hacer las cosas perfectamente.

Tomé una profunda respiración

—Muy bien, Mack, tu puedes —me susurré, entonces di dos toques en la puerta—. Puedes, puedes, puedes...

Lo que no me esperaba, es que esta se abriera de un tirón abrupto.

Di un respingo, retrocediendo lo suficiente para que mis pies resbalaran gracias a la nieve en el suelo, estuve a punto de caer de culo de no ser porque la persona que abrió se aproximó a sostenerme entre sus brazos lo más rápido posible.

Me quedé completamente quieta, el rostro de Ethan estaba muy cerca al mío

Mis manos se aferraron a sus hombros buscando estabilidad mientras que sus brazos estaban en mi cintura, pareció ser consciente de ello, pues los subió a mi espalda velozmente. Una vez acomodé mis pies en el suelo, me soltó, alejándose un paso

Aclaré mi garganta, sentí el calor subir por mi cuerpo

—Lo siento —murmuré

—No, yo lo siento —se rascó la nuca—. Te asusté.

—Es que... abriste muy rápido...

—Estaba esperándote —se delató a sí mismo, luego pude ver como él se dio cuenta de ello—. Digo, no esperándote... o sea si te esperaba, pero no literalmente en la puerta, fue casualidad. Aunque, un estudio dice que, en la mayor parte de los casos, no ocurren las cosas por casualidad, sino porque hemos hecho algo para que ocurran. No quiero decir que estaba detrás de la puerta, solo... te vi venir hacia aquí... digo, no es que te estuviera espiando eso se oyó mal, quiero decir que...

—Vale —interrumpí, un tanto divertida—. Te creo, estabas no esperándome.

—Exacto, sí —asintió

Reí

—Ahm... ¿puedo pasar? —le enseñé la mochila a mis espaldas con un pequeño movimiento de mi cuerpo—. Traigo muchas cosas.

—Por supuesto que sí —se hizo a un lado—. Estás en tu casa, ¿quieres algo de beber?

—Por ahora no, gracias —sacudí mis pies en la entrada para después pisar el suelo completamente limpio. Ethan cerró la puerta y lo agradecí ya que el aire helado era demasiado

—Bueno... ahm... ¿quieres ver a Federico primero?

Percibí que estaba evidentemente interesado en cualquier cosa que yo dijera o hiciera.

Nadie me había dado tanta atención en mi vida

Sentí un cosquilleo plantarse en mi vientre

—Está bien, puedo verlo después.

—¿Segura? Porque puedo acompañarte.

—Eres alérgico a los gatos —murmuré lo que recordaba

Soltó una pequeña risa, asintiendo

—Ahm... sí, tal vez tengas razón.

—Mejor vamos a trabajar, ¿te parece? —ofrecí, mirando hacia el frente—. ¿Dónde queda el ático?

—Claro, sígueme —se apresuró a caminar

Antes de que alguno de los dos pudiéramos llegar lejos, percibí dos siluetas escondidas detrás de una de las paredes, asomaron solo una parte de su rostro, y luego, al detectar que yo los observaba, se escondieron como si de un juego se tratara

Ethan se detuvo, soltando un suspiro

—Los estamos viendo —habló por lo alto

No se asomaron otra vez, de hecho, escuché susurros

—Todo es por tu culpa, ¿no puedes quedarte quieto?

—Tengo un tic nervioso, señora

—Eres un bruto

—Y tú una bruja

—Oigan —advirtió el chico

Entonces, la primera en salir fue la señora Nora, seguida del señor

—Oh —la mujer se llevó una mano al pecho—. Mack, que sorpresa verte aquí.

—Oh, vaya —continuó el hombre, luciendo tenso—. ¿Hace cuánto llegaste? Lo sentimos, es que... estábamos muy ocupados en otra cosa. Muchas cosas más, no en ustedes.

—En ustedes no —apoyó ella

El chico entrecerró sus ojos, luego me miró

—Ignóralos, por favor.

—Buenas tardes —saludé, con una pequeña sonrisa

Ambos me respondieron de la misma forma, con un asentimiento. Ethan volvió a caminar así que lo seguí por las escaleras hacia el siguiente piso. Mientras subía, volví a girar solo para darme cuenta de que los dos ancianos seguían mirándonos con una sonrisa amplia cada uno

Okey, fingiré que esto no ha sido lo más raro que he visto

La mujer me guiñó un ojo, justo cuando terminé de subir y los perdí de vista. No quería ni imaginar qué quiso decir con haber hecho tal cosa.

Nuestros pasos fueron lo único que se cortó el silencio, llegamos a otro lado cuyo camino no estudié, simplemente para detenernos en otra sala, donde Ethan bajó la pequeña cuerda y la escalera desplegable apareció a mi vista

—Después de ti —señaló

—Gracias —empecé a subir rápidamente. Ethan tardó un poco en seguirme, lo esperé a mitad de la estancia donde cada cosa se me hacía antigua.

—¿Y bien? —preguntó a mi lado

—Esto es... demasiado.

—Sí, eso pensé cuando lo vi.

—Podría ser la guarida de un asesino serial —bromeé—. O de un montón de ratas.

—Claro —se rio un poco—. Lo del asesino es lo más real, aquí podría vivir una persona perfectamente con comida y demás. Quizás por años.

—O ratas.

—No hables de ratas, por favor —pidió, aclarando su garganta—. No soy... las odio y si las veo posiblemente empezaré a gritar demasiado.

—¿Gritar... de gritar? —tanteé, con una ceja enarcada

—Posiblemente —repitió, pasando saliva—. Los insectos tampoco me gustan, así que ruega para no haya alguno o no podré defenderte.

Reí

—Puedo defenderme por mí misma —caminé hasta una mesa vacía donde descargué mi mochila—. ¿Quieres ver algo curioso?

—Me dan miedo las personas que dicen eso.

—Ay, por favor —resoplé—. No sientes miedo estando conmigo, ¿o sí?

—Siento muchas cosas, pero miedo jamás.

Enseguida sentí el bom bom de mi corazón en mis propios oídos. No dije nada por un momento, estaba ocupada conteniendo con todas mis fuerzas la sonrisa que quería esbozar por mis labios.

Cuando vi a Ethan lo primero en lo que pensé es que yo debería formar las charlas, acercarme y demás. Nunca he sido una chica cohibida, de hecho, las personas me describen como una persona habladora y dulce.

Ayer le pregunté si tenía novia de la forma más directa posible porque esperaba que captara el mensaje, pero dudo que hubiese sido así.

Al menos hoy no estaba tan tímido.

O hablé demasiado rápido.

—¿Podemos... empezar? —pidió, mirando hacia cualquier parte menos a mí

—Yo también —carraspeé

Me miró al instante

—¿Tú también qué?

Sonreí

—Lo sabrás —me encogí de hombros

No dijo respuesta alguna. Me dispuse entonces a sacar las cosas que traía, incluyendo las que le quité a Mike sin que se diera cuenta y las que le pedí a Jonas por cinco dólares la hora. Era un niño muy suspicaz, no pude ni entrar a su cuarto cuando ya lo tenía detrás de mí observando cada cosa que hacía.

Él sí da miedo.

—¿Por dónde quieres empezar? —pregunté

—¿Por dónde quieres tú?

—Okey —reí, sacando una hoja enrollada para abrirla en la pequeña mesa—. Hice unos planos sobre qué podríamos hacer. No conocía qué tan grande era el lugar así que las medidas seguro estarán mal.

Ethan pareció sorprendido, lo dejé ojeando las cosas mientras me quitaba mi abrigo y lo metía dentro de mi mochila. Recogí mi cabello rubio en un moño más bajo, así como también subí las mangas de mi suéter hasta mis codos.

—Tu... ¿hiciste todo esto de verdad? —me preguntó

—Me despidieron como niñera, así que tengo más tiempo —reí—. Ahora, si quieres cambiar algo, lo entenderé, puedes decirme y...

—Tu plan es... ¿hacer una especie de salón de estudios?

—No es tan así —negué—. Tu abuelo mencionó que este lugar estará libre. Bueno, por el momento hay que guardar algunas cajas, pero podremos guardarlas en aquella esquina —señalé—. El resto del espacio estará disponible, hay que aprovecharlo.

Asintió, comprendiendo

—Un segundo, ¿cuándo hablaste con mi abuelo?

—Desde unas semanas antes de que llegaras —respondí, mirándolo—. Él mencionó que quería tenerlo listo para cuando vinieras y pudieras pasar el tiempo aquí.

Frunció el ceño

—¿Qué...?

—Sí —leí su mente—. Yo ya sabía que vendrías de vacaciones.

Entreabrió sus labios, sin saber qué decir

—A decir verdad, tus abuelos me dijeron muchas cosas sobre ti —caminé hasta una de las paredes, ojeando lo que había allí—. Te llamas Ethan Richard Cox, tienes veintiún años, te gustan mucho los libros, tocas un instrumento que aún no deduzco cuál es, le tienes fobia a los insectos y... nada más, supongo.

Me giré hacia él, se encontraba analizando la situación

—Así que no solo lo de la pintura fue un engaño —susurró para sí mismo

—El viejo Edward es un tipo... astuto —murmuré—. Cuando me dijiste que arreglarías el ático quise venir, espero no haya sido un problema.

—De hecho, estoy feliz de que estés aquí —me miró—. Yo no habría podido pedir tu ayuda por mi mismo.

—Eso noté —bromeé

Él sonrió un poco

—Entonces... eres una chica con muchas sorpresas.

—De hecho, soy... una chica común —me encogí de hombros

—Ni tanto.

Volví a la mesa, observando los planos

—¿Y bien? —pregunté—. ¿Nos ponemos manos a la obra?

Me dio una sonrisa

—Manos a la obra.

Al menos veinte minutos después, ambos teníamos dos tapabocas que yo había traído de una caja nueva que le robé a mi madre. El polvo era demasiado, seguro que si no teníamos cuidado terminaríamos estornudando por doquier.

Menos mal pensé en todo

Parezco una ancianita

—Mierda —el chico descargó la última caja cerca de la escalera para bajar. Luego me miró con algo de cansancio—. No es justo.

—Te dije que te ayudaría, pero no quisiste —continué, tomando la última medida de una de las paredes—. Nop, creo que la pintura no alcanzará.

—La compraremos cuando vayamos a usarla —se sentó en el suelo, bajando el tapabocas hasta su mandíbula—. Por ahora moriré del cansancio, por favor, no dejes que mi cuerpo se pudra aquí.

Reí, quitándomelo también

—¿Siempre eres tan dramático?

—Oye, lo único pesado que he cargado en mi vida ha sido el árbol de navidad cuando tuvimos que trasladarlo a la otra esquina de la casa porque mi hermana vomitó

—¿Le vomitó al árbol? —giré al preguntar

—No, vomitó cerca del árbol.

—Pobrecita, seguro estaba enferma.

—¿Enferma? Ella se lo buscó, escaló la encimera para rebuscar dulces en los gabinetes, se comió al menos una caja entera de ellos, por poco termina de enloquecer.

—¿Sabes? Cada vez que la nombras pienso que tiene un enorme parecido a Jonas.

—Yo también lo creo —sonrió, pasándose una mano por la frente para quitar el rastro de sudor

—Puedes descansar —propuse—. Yo llevaré lo demás.

—No, yo lo haré —se puso de pie

—Descuida —avancé hasta la caja que estaba junto a la ventana, sobre ella había una libreta que no noté, así que cuando la levanté, esta se cayó

—Mack, no...

Algo confusa, dejé la caja en el suelo y me agaché a tomarla, antes de que Ethan me la arrebatara. Leí la página que se encontraba abierta

5 datos curiosos sobre los gatos

1. Pueden pasar 14 horas dormidos

2. Pueden saltar desde más de 3 metros de altura

3. La mayoría no tienen pestañas

4. Pueden rotar sus orejas 180°

5. Los gatos tienen cinco dedos en cada pata delantera, pero sólo cuatro en la parte posterior

No seas un cobarde, y háblale:)

Al terminar de leer, lo miré lentamente. Tenía las mejillas rojas por la vergüenza

—Ethan...

—Era para una tarea —me arrebató el objeto, como era pequeña la guardó sin problemas en el bolsillo trasero de su pantalón—. ¿Continuamos?

—¿Lo investigaste... por mí? —no pude evitar que mi voz saliera entre una mezcla de emociones que al final no deduje cuál de todas

Cerró sus ojos un momento, mientras respondía

—No soy bueno llevando una conversación —confesó, mirando el suelo—. Pensé que como te gustan los gatos... podría hablarte sobre eso.

Poco a poco, empecé a sonreír

—Pero si se supone que yo era la que estaba intentando no hablar de más para no aburrirte.

Me miró abruptamente

—No... ¿qué?

—Tus abuelos no me dijeron todas esas cosas sobre ti, yo se las pregunté —me encogí de hombros—. Solo... quería conocerte más.

Pareció entrar en cortocircuito

—Me siento muy halagada de que hayas hecho todo esto —pasé saliva—. Pero podrías hablarme de cualquier cosa. Ya eres interesante como eres.

Poco a poco su sonrisa volvió, y la mía se ensanchó

❄️

—¡Stop!

Mi grito alertó a las dos personas que jugaban conmigo. Jonas soltó un bufido molesto al mismo tiempo que volteaba su cartuchera con colores, arrojando todo por la mesa, mientras tanto, Mike se quedó quieto, analizando si Europa era un país válido por la letra E.

—Muestren sus hojas, par de bobos —canturreé

—¡Me faltó la fruta! —gritó el pequeño

—No existe una fruta por la letra E —le respondí, tomando la suya. Analicé lo que había escrito con dificultad ya que lo hizo rápido e inentendible—. ¿Qué es esto? ¿sueco?

—¡Lo hice lo más rápido que pude! Apenas me han enseñado a escribir todo un párrafo, estás haciendo trampa.

—Dilo sin llorar —le saqué la lengua, devolviéndosela—. En donde dice nombre, ¿qué pusieron?

—Ector —leyó Mike, con orgullo

—Héctor es con H, bruto —Jonas le sacó la lengua, el mayor se quedó pensativo—. Yo puse Edelmira.

Resoplé

—Yo puse Ethan —respondí con una pequeña sonrisa. Sus miradas curiosas me confundieron—. ¿Qué?

En eso, escuchamos toques en la puerta. Mi madre salió, divertida por nuestra pequeña disputa y abrió la puerta formando una conversación con la persona del otro lado

Anoté cien puntos en mi hoja, mientras escuché pasos aproximándose. Entonces, puse mi vista en mi madre y un chico pelinegro que se asomó también.

—Shawn —lo nombré—. Hola.

—¿De nuevo tú? —el menor puso una mueca

Shawn se rio

—De nuevo yo, pequeñín —se adentró a la estancia, revolviéndole el cabello a lo que mi hermano le dio un manotazo

—Más pequeñín será tu cerebro.

—Mack de mi corazón, ¿podemos hablar un momento? —me preguntó

—Claro —me levanté—. No hagan trampa, lagañosos.

—Por supuesto que no —resopló el mayor, pero en cuestión de segundos se inclinó para ver mi hoja. Le di un golpe en la frente que lo devolvió

Jonas soltó una corta risa

—¿Para qué intentas copiar si de todas formas escribirás mal?

Los dejé discutiendo mientras me iba con Shawn al jardín, teniendo un poco más de privacidad. El chico guardó las manos en sus bolsillos, luciendo algo apenado

—¿Qué pasa? —pregunté—. No me digas que vienes a cancelar ser mi cita para el baile.

Fue una broma, aunque Shawn solo apretó sus labios

—¿Qué? —casi chillé

—¡Lo siento! —se apresuró—. Recordé que ese día tengo un compromiso familiar, lo lamento, Mack. No puedo acompañarte.

—P-Pero... —mi humor decayó—. ¿Entonces con quién voy a ir?

—Dile a Jonas —propuso en broma

—El muy loco sería capaz de pedirme dinero si acepta.

—Entonces... ve con tu papá.

—Mi papá nunca está —bufé

—De acuerdo, entonces díselo al bombón de tu vecino —animó con una sonrisa ladeada—. Mike me dijo que has ido mucho a su casa

«Al bombón de tu vecino»

—¡Es una buena idea! —sonreí—. Aunque... tu... ¿crees que aceptará?

—Depende de cómo se lo pidas —encogió sus hombros

Asentí, pensándolo mejor

Ethan sería capaz de tener un colapso si le pido una cita, así que no será una pedida normal como algo básico y sin importancia. Por supuesto que no.

Será al estilo Mack

—Es una buena idea —le respondí—. Lo haré, gracias por avisarme que no puedes ahora y no el día del baile como cualquier idiota lo haría.

—Oye, somos amigos —puso una mano en mi hombro—. Espero que te vaya bien, yo... debo irme ahora a trabajar.

—Claro —dejé que se fuera, empezando a despedirse de todos

Apenas lo hizo, fui consiente de las cosas

Iba a pedirle una cita al chico más lindo que hubiese visto

¿Cuáles son mis probabilidades de ser rechazada?

De acuerdo, Mack. No hiperventiles. Es normal.

—Estarás bien —me dije en un susurro, y después solo volví a la mesa donde continuamos con el juego que al final yo terminé ganando

Al anochecer, cuando la cena llegó, las cosas se pusieron tensas en la casa, pues mi padre decidió llegar a cenar con nosotros en esta ocasión. Lo que quería decir que no había rastro de la diversión que vivimos en la tarde justo en este comedor, sino todo lo contrario a eso.

La actitud del hombre era entre hostil y seria como de costumbre. Solo que esta vez parecía más de lo usual. Incluso mi ceño estaba fruncido intentando averiguar qué era lo que le molestaba ahora de su familia.

No probé bocado

Jonas ya no estaba sonriendo o creyéndose el rey de Inglaterra, más bien comía casi con sus manos realizando movimientos torpes, como si pensara que algo no fuese a salir bien. Mi padre no era un hombre violento, pero con sus palabras golpearía a cualquiera.

De repente, mis pensamientos se cortaron de raíz cuando oí mi nombre

—Mackenzie —pronunció él

—¿Sí, padre? —pregunté, mirándolo

—¿Puedo saber por qué ayer no usaste el libro de economía que dejé en mi despacho para ti?

Libro de economía

Mierda, lo olvidé por completo

Mis manos temblaron ligeramente

—Y-Yo.... Me ocupé en la cafetería de mamá, ayudándole.

Me miró fijamente, aumentando mi nerviosismo

—¿Ah sí?

—Sí señor.

—¿Entonces por qué tu madre me informó que estuviste en casa de los vecinos?

Sentí la tensión dispararse en mi organismo. Miré a la mujer, esta solo siguió comiendo sin devolverme el gesto. Estaba avergonzada. Me sentí tan atrapada que intenté refugiarme en las miradas de mis hermanos, pero ni eso obtuve.

—Y-Yo... los señores Houston me pidieron un favor y...

—¿Los señores Houston? ¿O el chico que ahora vive allí?

Pasé saliva

—Padre, no es...

—No quiero que empieces a descuidar tus obligaciones por nada y menos un chico —bramó—. El próximo año entrarás a la universidad, queda muy poco y ni siquiera has empezado a leer los libros que te ordené.

—Lo haré, es solo...

—No quiero saber que volviste a esa casa —señaló—. Y mucho menos que volviste a relacionarte con ese chico que puede ser una mala influencia para ti, ¿entendiste?

No lo miré, estaba ocupada sintiendo mi corazón latir demasiado rápido

—¿Entendiste, Mackenzie? —el pequeño golpe en la mesa me sobresaltó

—Sí, padre —musité

—Bien —se limpió los labios con una servilleta—. Mañana no saldrás de tu cuarto hasta que no me hagas un informe sobre el libro que tenías que leer hoy.

—¿In-Informe? —lo miré

—Eso dije —asintió—. Es la única forma en la que puedo asegurarme de que hiciste lo que te ordené.

Solté el aire muy lentamente

—Sí, señor.

No dijo nada después de eso. Y yo también decidí quedarme callada o si no, las cosas serían mucho peor.

Mis ánimos bajaron en picada

Adiós, cita. 

Adiós, Ethan.

*

¡Gracias por leer!

Instagram: mar_ip08

Tik tok: marip_.08

<3

Continue Reading

You'll Also Like

94K 5.2K 10
El laberinto solo fue el comienzo de todo lo demás, ellos creerán estar a salvó pero se enfrentarán a cosas peores. Todo será nuevo y más peligroso p...
138K 11.2K 73
Si estás listo, el corazón está abierto, estaré esperando, ven y encuéntrame. Si estás seguro del "para siempre", estaré esperando, ven y encuéntra...
372 146 12
Claudette Bovary es la mejor bailarina de su generación, el ballet ha formado parte de su vida desde que tiene memoria. Para ella es impensable que a...
371 59 8
[Contenido Shifting] Está es mi experiencia en mi realidad deseada. Mi realidad deseada es una mezcla de tres universos/realidades los cuales son Ma...