𝐇𝐄𝐘 𝐄𝐌𝐎 𝐁𝐎𝐘 ! ! Cris...

Af issaackk

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Cristiano amaba a ese chico "emo" de cuarto año que no sonreía casi nunca, siempre con una cara de orto (y pe... Mere

Rescatate, Cristiano.
¿Que él es qué?
Cagada de las grandes

Primera vista.

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Af issaackk

Ronaldo no sabría decir si su vida era un completo desastre o vivía un cliché de telenovelas baratas que veía con su mamá de vez en cuando.

Gracias a la genética y el metabolismo rápido de su abuelo paterno, tenía un buen físico. Osea, hace ejercicio seguido y es parte del equipo de futbol que representaba en su secundaria. No era alguien goloso, no abusaba de su metabolismo, pero de vez en cuando, se permitía alguna comida chatarra si no quería cocinar o si su mamá no estaba en casa. Desde pequeño sus familiares habían notado lo flaco que era para su edad, su peso no era el ideal acorde a esta y eso que no comía tan sano pero eso mejoró cuando pegó el estirón a los 11 años y mejoró su alimentación.

Era guapo, eso no se podía negar, pero si alguien es beneficiado con la belleza física, siempre va a tener un problema. Y ese inconveniente de Cristiano era su personalidad.

Uno era capaz de ver el tipo de persona que era con solo echarle una mirada rápida a esa sonrisa brillante pero arrogante. Las que se fijaban en su físico y Ronaldo las miraba, se enteraban de la mierda de persona que era de la peor manera.

Cristiano era muy egocéntrico, fuerte, orgulloso, inteligente, enojón, impaciente, impulsivo y un montón de mierdas que solo describían lo terrible de su personalidad (es decir, todo de él en si).

Las personas que conocían esa faceta horrible del moreno no comprendían como era posible que alguien como lo era Cristiano fuera popular entre las chicas y tuviera muchos amigos. Pero a la vez, muchos enemigos.

No obstante, los amigos mas cercanos de Ronaldo negaban tales cosas; para ellos, Cristiano era muy diferente a lo que otros alumnos de distintas especialidades decían.

¿Un ejemplo sencillo? Su gusto por la moda.

--¿Qué es eso? --Lo cuestionó-- Tienes gustos peores que mi propia hermana, Chica.

--Tampoco te creas un diseñador de moda profesional.

--Tengo mejor gusto que tú.

Eso no era una mentira del todo. Cristiano se veía bien con el uniforme de la secundaria (uniforme que por cierto es horrible) pero fuera de este, en salidas de amigos, usaba ropas... no tan agradables a la vista de algunos. Tenía gustos raros, según Chicarito, Marcelo y José (sus tres amigos mas cercanos), cuando se trataba de lo material. Era fan de las cosas caras que pocos se podían permitir, ya sea el último modelo de un celular, alguna prenda popular en esos días, auriculares costosos, entre otras cosas. No obstante, nunca lo veían usando esas cosas, nunca.

Siempre utilizaba una excusa como;

"--Es que mi mamá no me deja usarlo porque está para lavar."

Cristiano era bueno mintiéndole a las chicas mas que nada pero sus amigos que lo conocían desde pequeños (excepto Marcelo, el se coló en la amistad en tercer año) sabían a la perfección en que momento mentía y en que momento decía la verdad (casi nunca la decía pero bueno).

A causa de esa extraña afición por la moda, iban seguido al mall, muchas veces Cristiano iba solo pero alguna que otra vez a sus amigos se les permitían acompañarlo. Los lugares que mas iban (por no decir los únicos) eran el Starbucks, el cual Chicarito pagaba todo por ser el único que llevaba el dinero, el arcade, del cual no salían hasta que José sacara AL MENOS un peluche de las maquinitas con gancho, a una farmacia, porque la mamá de Marcelo siempre le pedía que le comprara sus medicamentos (los cuales Chica pagaba siempre).

Pero al local que en todas las salidas visitaban era una tienda de ropa masculina que Cristiano amaba con toda su alma. Incluso si los demás no tenían ganas de entrar, siquiera chismear desde afuera en la vidriera, terminaban cediendo por las insistencias.

Y porque si se negaban rotundamente, Cristiano se enojaba. Y él era una fiera enojado.

--Por dios santo, ¿tan mal gusto tienen ustedes tres? Son peores que mi hermana y ella tiene muy mal gusto. --Ronaldo tampoco medía sus palabras al hablar de otros.

--Gracias por la comparación.

--¡Pero es en serio! ¡No puedes usar eso! --Dijo, señalando la ropa Chicarito el cual bufó.

--¿Por qué no?

--Porque es horrible como tú cara.

--Gracias, últimamente tenía problemas de autoestima --El moreno rodeó los ojos.

--Sabes que es un chiste, Chica. --Sus ojos analizaron con rapidez el lugar, buscando alguna prenda que fuera linda o al menos, le quedara bien a su amigo-- ¿Y eso?

Señaló un jean en la sección de pantalones.

--No sé, tu eres la Edna Moda del grupo.

--Me halagas.

--Me parece que eso era un insulto --Intervino Semedo.

--Mira, de seguro te queda perfecto.

Ignorando el comentario de José, se levantó del pequeño sofá del local y tomó la prenda. Sin embargo, otra mano se posó al mismo tiempo que él, en la misma prenda, pero en el otro extremo.

Cristiano subió la mirada, arqueando una ceja. Tampoco levantó su cabeza mucho, el contrario era de estatura baja.

--¿Te importa? La vi primero --No cabe resaltar que no era para nada amable con desconocidos.

--¿Y? ¿Crees qué me importa? Yo también la quiero flaco.

El contrario era chiquito en altura, Ronaldo le calculaba unos quince años, dieciséis máximo. No se podía ver su cara, llevaba puesto un buzo negro con una capucha, parecía quedarle grande ya que le llegaba casi a la rodilla. En letras grande, en medio del buzo, decía "My Chemical Romance", no entendió la referencia de esa frase.

--¿Y tu crees que a mi me importa que la quieras? Yo también la necesito.

--Me chupa tres huevos, no significa que yo la quiera menos.

--Es para mi mejor amigo.

--Perfecto, yo la quiero para mi y vos para tu amigo, yo tengo más derecho, gracias. --Jaló la prenda con la intención de llevársela, le costó al principio porque Cristiano tenía mucha fuerza.

--¿Disculpa? De seguro que no te quedaría bien, te ahorro el dinero desperdiciado y la vergüenza. --Ahora fue el mayor el que tiro del pantalón para su lado.

--A vos ni eso que tenés puesto te queda bien.

--Me veo mejor que tu.

--En tus sueños.

--Ni tu mamá te va a decir que te ves bien con esa ropa.

Era una pelea de insultos en la cual, cada que uno hablaba, tiraba del pantalón, estirándolo y con el riesgo de que se rompa, ambos teniendo que pagarlo.

Algunas personas de la tienda se habían juntado alrededor, viendo curiosamente la discusión que los adolescentes tenían. Chicarito, José y Marcelo formaban parte de la multitud.

Si, tenían que intervenir pero eran fanáticos de esas peleas. Ni siquiera era temporada de descuentos y su amigo y ese desconocido peleaban como si fuera el último pantalón de la tienda.

--Tu mamá se habrá arrepentido de tenerte porque no se como te banca... --Susurró.

No obstante, Cristiano pudo escucharlo. Furioso, lo tomó del cuello, lo atrajo hacia él, elevándolo en el aire. Ronaldo podía intimidar a sus "victimas" de esa manera, siempre funcionaba. Pero el menor no se inmutó y no se mostraba asustado. Al menos, el moreno no veía su expresión de pánico por la capucha.

--¿Qué fue lo que dijiste?

--Que me da lastima tu mamá. Aparte de boludo, saliste sordo.

--Tienes agallas, niñato.

--¿"Niñato"? --Dijo ofendido-- Que parezca un minion no me convierte en un pendejo de 10 años, pelotudo.

Cristiano no tenía idea alguna de lo que esas palabras o apodos significaban pero por el tono de su voz y la forma en la que el desconocido las utilizaba, parecían ser insultos.

Y a Ronaldo no le gustaba ser insultado.

Pero la valentía de ese chico que ni siquiera se asustaba por la diferencia de altura y fuerza le gustaba.

Hace tiempo que no había encontrado a alguien que lo desafiara tan decidido.

La discusión era por una estupidez, eso no lo negaba.

Y Cristiano amaba pelearse por idioteces.

--Escucha una cosa, pendejo. --Dijo en un intento fallido de intimidarlo.

El menor río-- Re forzado, no me asustas, grandulón. No vale la pena temerle a una jirafa que solo tiene aire allá arriba --Señaló su frente, haciendo referencia a su cerebro.

Eso fue el punto de quiebre para el moreno.

Levantó su puño, listo para golpearlo. De nuevo, el contrario no hizo nada y no parecía tener miedo.

--¡Pará, pará, no lo golpees boludo! --Entre la gente que los habían rodeado, apareció un rubio.

Cristiano lo miró, con la mano elevada, esperando a que hablara.
Tomó aire, como si hubiera corrido una maratón.

--Pará boludo, no le pegues... quédate con el pantalón pero soltalo.

Ronaldo por un segundo, había olvidado la razón de esa discusión que casi llegaba a loa golpes. Odiaba que lo interrumpieran en una pelea pero la intervención del rubio era mejor que la de un guardia de seguridad que extrañamente, no apareció.

Al principio dudó pero terminó dejando al menor. Casi se caía al piso de no ser por el otro, que aparentaba ser su amigo.

--¿Sos boludo o te haces Leo? --El aludido bufó-- Sácate esa capucha por el amor de Dios.

Hizo caso y Cristiano se quedó mudo.

¿Conocen esa mierda de enamorarse a primera vista? Ronaldo no creía en esa estupidez.

Es decir, ¿cómo es posible que te enamores de alguien desde el primer segundo que lo ves? No tienes ni idea si es una persona horrible o muy buena y tal vez no la vuelvas a ver en tu vida.

Es triste, encontrar a una persona muy atractiva en el colectivo que te enamoras ahí mismo, decaído porque sabes que no la vas a volver a ver en tu miserable vida.

Tal vez lo dice porque a decir verdad, nunca se ha enamorado. Ha tenido varias citas con distintas mujeres pero ninguna atrapó su corazón y las abandonaba a la cuarta o quinta cita. La que más duró fue de una de ocho citas, era la hija de una amiga de su mamá y tuvo que salir con ella por obligación -y está de mas aclarar que no le caía bien-.

Él no creía en esas cosas del amor y se había dicho así mismo que nunca le sucedería algo como eso.

O eso pensó hasta que vio a ese tal Leo sin capucha.

No tenía largo pero al parecer se lo había dejado crecer, las puntas formaban una curva con forma de U, su pelo era color castaño, tan oscuro que en un lugar poco iluminado podía pasar desapercibido y simular ser un negro. Estaba prolijo en ese momento pero era de esas melenas que se despeinan fácilmente y un dolor de cabeza, aunque el ser lacio lo compensaba. Y dios, cuando hizo contacto visual, se quedó helado. Sus ojos eran diminutos al igual que su altura, un marrón brillante que había captado toda su atención, quedándose petrificado como una estatua de piedra.

Bueno, estaba tan quieto y mirando fijamente a la pulga que Leo sentía su alma y figura ser analizada de pies cabeza-- Kun, me asusta que me mire como un desquiciado. --Susurró en el oído del aludido.

--Vos te buscaste, te jodes pendejo --Leo bufó y Kun se acercó a Cristiano--. Perdón por lo de mi amigo, ni idea que mosquito le picó. --Bromeó aunque Ronaldo ni una mueca hizo-- E-Eh, bueno, nos vamos.

Tomó a Leo de su abrigo, listo para llevarlo fuera del local como un saco de papas. El menor forcejeó y trato de zafarse.

--¡Pará! Quiero hacer algo primero --Kun suspiró, dejándolo ir.

Se acercó al moreno, quedando frente a frente otra vez pero dejando una corta distancia. Esta vez, Cristiano si reaccionó y bajo su mirada para verlo, esperando que dijera algo. Un insulto por casi golpearlo o dejarlo caer, probablemente.

No se esperaba una patada en los huevos.

Leo parecía haberlo golpeado con fuerza, tanta que el impacto de su pie en verdad le dolió, mas allá de que a cualquiera le hubiera dolido. Colocó sus manos en su entrepierna, cayendo de rodillas al suelo, luego cayó completamente. Adolorido, se mordió el labio inferior hasta dejar marca, tratando de aguantar el dolor y no echar balbuceos y gemidos lastimeros. Sus amigos se dieron cuenta que ahora si debían intervenir.

Fueron al rescate del moreno, ayudándolo a al menos quedarse arrodillado en el piso. Vieron molestos a Leo y antes de reclamarle, dijo;

--Por machito, marica. --Si Cristiano no le pegaba a Leo, José lo haría--. Chau, me voy a la mierda.

Ahora fue él quien agarró a Kun de su remera, el cual lo miró enojado por el escandalo que había hecho. Tampoco tenía mucho caso, sabía que Leo ni en pedo se iba a disculpar.

Una vez se fueron, las personas alrededor se quedaron mirando a Cristiano, aún lastimado, sollozando. Marcelo los miró tan mal que de inmediato se fueron, dejando a los adolescentes solos.

--¿Estás bien? Tranqui, ya mismo nos vamos a casa, yo te pago el pantalón. ¿Querés ir al médico primero o-

--Chica... --Interrumpió Ronaldo, preocupando aun mas al contrario porque habló bajo-- Creo que me enamoré.

--¿Qué?

BOLUDO, NO ME PREGUNTEN PQ pero esto se me ocurrió mientras escuchaba "Hey Emo Boy"

SAJAAKSKS bueno, que tal? el cap, digo.

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