Annie
La chica esa, flor, dijo que esas balas estaban jodidas por brujas y por esa misma razón mi hermano cayó al momento en que cayó Sadock, que no nos preocupáramos porque despertaría, la cosa es que no se sabe cuando.
Estaba llena de preocupación por mi hermano y de verdad que me quería quedar con él para cuidarlo, la mirada severa de Dereck me decía que nuestro tiempo aquí había acabado, ya van tres días después de la guerra, y al parecer está chica; Alexa, sabe cuidar de mi hermano, no le ha quitado el ojo de encima.
Pasa todo el tiempo con él a excepción de los momentos en los que Rosita le tiene que dar baños, siempre sale sonrojada de la habitación.
Ellos son algo complicados, porque si hablamos del carácter de mierda de mi hermano y las actitudes un poco curiosa y delicada de esa chica, son un nudo de peleas.
—Llegó el momento de partir —me dice Dereck, yo asiento con la cabeza, abandonado la cabaña.
Me monto en Infierno y comenzamos a caminar hacia el portal, se supone que ningún guardia sabe que vengo para acá, ningún guardia sabe que estoy apunto de ir al inframundo, por eso visto con una toga con capucha que cubre mi rostro, no llevo ningún collar en el cuello así que mis ojos son rojos, uso una peluca castaño claro y sin olvidar mi máscara negra, la blanca era solo especialmente para matar a Lila ya después de su muerte no me servía, y más que todo porque se llenó de sangre.
Máscara blanca para relucir la libertad y paz que trae con sigo la muerte de Lila, el limpiar mi nombre a pesar de lo difamado y sucio que a quedado, su sangre embarrada en la máscara fue el fin de una guerra interna conmigo misma.
Atravesamos el portal junto con el resto de demonios que estaban listos para regresar a casa, al reino de guerra.
Cuando atravesamos el portal a lo lejos estaba una chica estudiando a sus guerreros.
—¿Quien es? —le pregunto a Dereck casi reconociendo a la chica.
—Ella es Zaria, la duquesa del reino de la guerra, nunca te lleve porque te hubiera convidado a pelear y con lo terca que eres hubieras aceptado. Ella nunca ha perdido ni una sola batalla.
Me incorporo. Eso sonó jodidamente interesante.
Me quito la máscara y la coloco en un bolsillo grande de mi toga, me bajo de Infierno y cuando ya estamos cerca de Zaria me doy un golpe con la realidad.
—¿Zazy? —le digo haciendo que se gire a mirarme.
Palidece y me sonríe.
—Hola, Annie, yo... solo, soy yo, ya sabes yo, tu amiga, no sabía nada, me enteré cuando se descubrió tu verdad, pero antes de eso no sabía nada, ni se te ocurra pensar que fingí que no sabía quien eras porque no —me abraza —, estoy feliz de que estés aquí, ahora las salidas aquí van a ser más frecuentes y no tendré que tener cuatro ojos por estar en territorio de hombres lobo.
Se despega de mi me zarandea feliz.
—Perdóname, porque si sabía quien eras en la última vez que nos vimos en el bar —señala a Dereck —, él... me hizo perseguirte hasta encontrarte.
Miro a Dereck y se encoge de hombros como si nada, le da igual. Se va hacia Cerbero al parecer.
—Relájate, también pensé en eso de salir, no quiero pasar tanto tiempo con él —le digo con voz baja y le señalo con mis ojos a Dereck que está con Cerbero acariciandolo mientras éste olfatea a su hijo.
—Pero si están casados, ¿todavía lo odias? —no sé ni qué carajos responder ante esa pregunta, yo solo sé que quiero acariciarlo como boxeador a saco de boxeo.
—Es complicado, Zary —le digo y ella se acerca para susurrarle.
—Cuando no lo quieras ver, vente a mi hogar, ahí estarás a salvo, solo tendrías que soportar escuchar quejidos de pelea en unas horas parciales de la mañana que es cuando todos entrenan pero más nada —me planta un beso en la mejilla y es cuando viene el recuerdo a mi cabeza.
—¿Te gusta Alestey? —le pregunto y ella se queda por unos segundos congelados.
—¿Por qué lo preguntas? —me dice para luego enrojecer.
—Antes de irme de aquí, escuche cosas, solo eso.
—Es... ahora es mi esposo —dice apenada —, ahora soy una mujer de familia sabes...
—Vaya, la mujer más alocada se casó —cuando veo que Dereck se acerca a mi como salida pienso en huir —, adiós, creo que llego el momento de que me encierre en una habitación por la siguiente eternidad.
Una de las cosas que nadie sabe y creo que solo Dereck, es que me traje de vuelta la daga, según él es como mi regalo para que yo vea que me tiene plena confianza.
Pretendía subirme en infierno pero al parecer se a quedado recostado al lado de su padre, vaya mierda, ahora si estoy sola, creo que mis días aquí los pasare en mi habitación y escapándome hacia el reino de Erodys y Zaria.
Al darme cuenta que ya tengo casi al lado a Dereck comienzo a correr hacia adelante para no tenerlo al lado.
El ambiente es pesado a mi alrededor todos me ven como una lacra extraña, claro, no han olvidado las mentiras de esa perra traicionera, es una mierda en vano porque ya tengo a Dereck tomándome de la cintura.
—¿Estas lista para manejar a tu reino? —me tenso e intento apartar su brazo pero besa mi mejilla intentando distraerme —, cada vez que intentes eso te besare y no me hagas llegar a tus labios.
—¿Y si te pateo y estranguló tus testiculos? —me lanza una sonrisa perversa.
—Sobre patearme; no creo que le quieras regalar el mejor espectáculo de la vida a Zaria, además de que te atacarían todos los demonios porque ellos no te ven de un buen agrada, cosa que cambiara pronto y con respecto a lo de los testiculos; no creo que quieras quedarte sin futuros hijos, y claro que te permitiría estrangularme los testiculos, pero si viene con una mamada incluida.
Le pellizco la costilla enojada y vuelve a besarme el cachete pero esta vez más cerca del labio.
Es un idiota insoportable, después de haber tenido la oportunidad de romper el papel en su cara porque lo tuve en mis manos; no podía hacer nada porque debía ayudar a mi hermano.
Pero mientras que lo ayudaba desapareció el acta de matrimonio, por más que lo buscara no lo encontré, ¿que pasó cuando le reclame? Termine contra la pared recibiendo varias lamidas.
Vida de mierda, es una vida de mierda, y yo soy una mujer de palabra, aunque puedo largarme donde quiera no lo haré, no es que me guste de verdad...
Conmigo llevo un bolso donde están dos cosas importantes, uno, es la bebida en su nueva fórmula creada por Tina, la cuestión es que me dijo que no sería inmediata, y dos, es la otra pócima que se supone que me ayudaría con mi fertilidad pero lo las quiero, estoy que las rompo contra una roca porque realmente no quiero que por descuido Dereck me deje preñada o algo así.
Aunque la nueva fórmula de la pócima que ya no es capaz de darte infertilidad, con lo jodida que estoy, pues hizo que Tina creara otra cosa que me ayudara a mejor eso, no será inmediato, más bien me dijo que podrían pasar diez o hasta cien años más, todo depende de mi y mi constancia y como mi cuerpo acepte a la pócima, sino simplemente me quedare así para siempre.
Ahora solo estoy fija en un plan, convencer a Dereck para que me ayude con una cosa que quiero hacer, aunque es misión casi imposible quiero solo verla...
—¿En que tanto piensas? —susurra en mi odio causándome escalofríos —, tienes que estar lista para hoy cuando te corone delante de todos los demonios.
Siento la presión en mi pecho y por inercia me suelto de él y corro hacia la mansión, está detrás de mi e imagino que se ha de estar preguntando porque corro como una loca sin razón.
Pues digamos que es momento de beber mi otra dosis y por poco lo olvidaba.
Cuando llego a la que era mi antigua habitación sin tener que estar junto a Dereck abro el bolso y bebo, cuando se esfuma suspiro...
No voy a mentir más, siento algo por Dereck, pero no se compara a lo que siento cuando estoy en mi modo mujer lobo, eso me partiría por dentro, o bueno, no tan literal, pero si parecería una loca garrapata por estar conteniendo en una compresa mis sentimientos, si se desborda creo que ni yo misma me reconoceré.
—¿Annie? —tocan mi puerta y es Dereck.
Vaya que cambio, antes hubiera roto la puerta, o tal vez no lo ha hecho porque estoy pegada a ella y si la rompe me cae encima.
Suelto un suspiro y guardo la pócima para luego deslizar el bolso hacia un sofá que está cerca de la puerta.
Me aparto de la entrada y me alejo, y efectivamente era mi segundo pensamiento ya que rompió la puerta y la lazo hacia un lado.
—¿Por qué carajos rompes mi puerta? —digo enojada cruzándome de brazos.
—¿Tu puerta? No tu puerta es nuestra puerta y está no es, ¿sabes dónde está? En nuestra habitación que claramente no es esta —voy hacia la cama de esta habitación y me recuesto en ella —, vamos a nuestra habitación —no hago nada —, Annie —dice como advertencia.
—Pues no me voy a levantar, te puedes estar largando a la puta mierda que aquí estoy... —tiran de mis pies, doy un pequeño grito y no paso ni un minuto cuando ya tenia los pantalones abajo y la cara de Dereck en mi coño —, ¿Como carajos puedes ser tan rápido? —me quejo viéndolo de la posición en la que esta y mejor miro al techo para ignorar su cara haciendo lo que hace.
—Tal vez así te convenza en venir a mi habitación —dice me derrito al sentir su aliento ahí... muy ahí.
—La única forma en que duerma contigo... resaltando la palabra dormir... dormir, que te quede claro eso, es que me lleves...
—Está bien —lame de la nada haciéndome morder mi labio inferior.
—Ni siquiera te ye dicho a donde —digo jodida.
—No es necesario, lo que sea que quieras te lo daré —trago duro y respiro pesadamente.
—Vaya... entonces ni se qué ocurra arrepentirte después por lo que te voy a pedir.
—Jamás si es por tenerte todas las noches junto a mi —me voy a dar golpes de pecho, lo juro que lo haré —, pero tú tienes que responderme un par de preguntas —levanta el bolso con las pasiones y me estremezco jodidamente nerviosa, pero fácilmente el nerviosismo se pasa cuando siento el azote que le da a mi coño.
—Eres un maldito... ahh —aprieto las sábanas intentando no llevar mis manos a su cabello y tocarlo.
Pero la carne es débil, y terminó jalando su cabello cuando a fuerza mayor siento un golpe retumbante de placer en aumento.
—¿Que... qué carajos me... ahh, haces —estoy completamente agitada y con la mirada ida.
—No lo sé, ¿como lo sientes? —mi punto, mierda, mi punto —, ¿más fuerte? ¿Acaso no recuerdas quien te está jodiendo mi coño? —llevo una mano a mi cara mientras la otra sujeta su cabeza.
—No... no es tuyo —da una lamida para luego apartarse haciéndome soltar su cabeza, entran dos dedos y comienza una terrible lucha.
—¿Que dijiste? Creo que a veces no logro escuchar bien con mi dedo meñique —es un idiota. Ralentiza los movimientos de sus dedos y agitada estoy que le lanzo una almohada por no joderme bien.
—Carajos... eres un maldito.
—No oigo lo que creo que debería escuchar, ¿de quien es este coño?
—Del lechero —agarro una almohada y tapó mi cara para gritarle desesperada.
—Respuesta incorrecta —saca sus dedos dejándome vacía pero no falta mucho para que comience a besarme por todo el coño.
Me meneo en su cara y el muy maldito me agarra con fuerza de las caderas para dejarme quita.
—¿Quien es el dueño de este coño? —me da una rápida lamida que me hace llorar por sentir algo más después de los besos.
Así que a través de la almohada me humillo.
—Tú... —digo en la almohada y comienza a besar mi clitoris.
—Creo que no escuche bien... —pasa su lengua otra vez.
Me quito la almohada enfadada.
—¡Que tú carajo! ¡Tú eres el dueño de mi coño..! —me sorprendo por lo que digo pero me da un ataque doble de manos y boca que me vuelve nada.
Cuando me doy cuenta estamos en su puta habitación, jodido cara de...
—Ah... De..
—Dilo, lobita —Lanzó la almohada hacía no tengo ni mierda de idea y lo suelto.
—Dereck... —me voy, y me voy en su boca, dejando que disfrute cada centímetro de mi coño vuelto sensibilidad y éxtasis.
—Amaría ver este coño pariendo nuestro futuro hijo —lo palmea para luego sonreírme —, ahora quiero que me digas que carajos es lo que está dentro de este bolso.
No sé si sentirlo como algo excitante o algo por lo que ofenderme porque él no es el que lo va a parir si ese fuera el caso.
—Annie, ¿que es esto? —me señala el bolso que trae en la mano.
Mi bolso, me pica la piel y estoy jodidamente nerviosa.
—Annie —repite mi nombre otra vez y me siento tan vulnerable por haber tenido un jodido orgasmo.
¿Como mierda voy a poder mentir o tomar en serio la conversación si tengo mi coño con su cara diez centímetro de distancia?
—Annie, si no me dices soy capaz de llevarlo ante la reina del aquelarre y preguntarle qué mierda andas consumiendo —trago grueso e intento escapar pero me aprisiona las piernas con sus antebrazos.
—¿Por qué tendrá que responderte? —Dereck arquea un ceja.
—¿Por qué soy tu esposo? —agotada de su pregunta sedo y porque estoy cien por ciento segura que no se callará hasta que le responda.
—Esa bebida es para no sentir amor por ti en mi forma lobuna —le señalo la que tiene en la mano —, lo hice para no tener que arrancarme el corazón por toda la mierda que me hiciste sentir hace mucho tiempo. Fue realmente jodido, tanto que bebí eso contando con el riesgo de no poder convertirme en loba, perder mi aroma, ya no puedo hablar con mi loba Clo y... —trago saliva y coloco mis manos en mi cara para no verlo —, la otra es para recuperar mi fertilidad, ya que la primera bebida me fue matando el utero, metafóricamente hablando, así que ya no puedo engendrar hijos, a nadie, así que tu sueño de ver mi coño abriéndose en dos mientras sacó una cabeza debería esfumarse porque no pienso beber nada para recuperar nada
Me sobresalto cuando escucho un vidrio estallar contra el piso, cuando quito mis manos miro que es la posición, así que frunzo mi entrecejo.
—No, esa no —me quejo —, esa está mejorada, no jode uteros, permitirá que me trasforme, dura menos horas, no veinticuatro como quisiera pero podré hablar con Clo, cuando lo volveré a hacer no tengo ni puta idea.
—¿Lo dices tan tranquila? —dice Dereck incorporándose y poniéndose de pie —, estabas apagando tus sentimientos por mi mientras te jodias a ti misma.
Me incorporo sentándome en la cama.
—No, lo que hacía era deshaciéndome del sentimiento de amar a un idiota que me trato como el culo, eso hice, lo siento por no poder parirte hijos, si es que no te sirvo ya entonces déjame y lárgate de mi vida —Dereck se lleva el pulgar y el índice al puente de la nariz para masajearlo.
—Annie, me importa un carajo si puedes o no puedes partirme un hijo, si estás aquí es porque te amo a ti, no lo que me puedas dar —me dice muy serio y yo siento ese apretón en el pecho otra vez, su mirada enojada cambia a una más tranquila cuando lo piensa o más bien lo recuerda —, "no me lo puedo arrancar del pecho, y aunque intente reparar las cosas le costará tiempo" eso quiere decir que aunque hayas bebido estas porquerías —levanta el bolso —, todavía me amas. Lobita, lobita, lobita, eso me acaba de endurecer más la polla.
—Déjame y vete —digo mirando hacia otro lado con la cara roja.
Ciento sus dedos en mi mentón subiéndome la cabeza para que lo mire.
—No... no me rendiré contigo, te perdí una vez, no puedo volver a hacerlo, quiero que te quede eso en claro, y soy capaz de cumplir todos tus caprichos para verte feliz. Así que no me importa si bebes eso porque se que tú corazón me pertenece, que me amas así como yo lo hago aunque te niegues a aceptarlo —acaricia mi mejilla y yo trago saliva —, lo que si te recomiendo es que suspendas toda bebida que jode tu amor por mi porque de igual forma lo sientes y eso no lo podrás opacar nunca.
Quito su mano de mi mentón.
—No puedo, si dejo de beberla sentiría el triple por ti, sería un desastre —digo mirándolo a los ojos seria.
El me sonríe.
—El mejor desastre diría yo —esconde un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y besa mi frente —, haste la idea de que eres mía, mi hermosa lobita esposa y tengo pensado que esto sea para siempre, no te resistas a la corriente Annie, déjate llevar por mi. En el armario esta la ropa que usarás para la coronación, son simples formalidades, no tendrás que derramar la sangre de tu palma en ninguna hoja.
Sale de la habitación dejándome vuelta mierda de la cabeza, vaya... Annie la más jodida.
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Hola mushashas Ahhh🫣
Buenas, buenas, todo lo que inicia tiene que acabar y este no será la excepción por desgracia, está historia ya está casi llegando a su fin y de verdad gracias a todos las que comentan, me regalan su voto y están ahí leyendo.
Att: Eliana Batista❤️