Solange

By KryzizBonny

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Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una... More

Advertencia
Prefacio
Capítulo 1 - Una Segunda Vida
Capítulo 2 - Emblemas
Capítulo 3 - Fracasos y Conquistas
Capítulo 4 - Liderazgo y Confrontación
Capítulo 5 - Equipo Integrado
Capítulo 6 - El Punto Débil
Capítulo 7 - Vida Mortal
Capítulo 8 - Iniciación
Capítulo 9 - Cabeza Fría
Capítulo 10 - Siguiente Nivel
Capítulo 11 - Dulces 16
Capítulo 12 - Corazón Roto
Capítulo 13 - Delirio
Capítulo 14 - Jack de la Morte
Capítulo 15 - Promesas, Secretos y Dudas
Capítulo 16 - Historias que se Tocan
Capítulo 17 - El Innombrable
Capítulo 18 - Doble Pérdida
Capítulo 19 - Rostros Amigables
Capítulo 20 - Recompenza
Capítulo 21 - Verdades
Capítulo 22 - Confianza
Capítulo 23 - Convivencia
Capítulo 24 - Rivales
Capítulo 25 - Invitada
Capítulo 26 - Vándala Juvenil al Volante
Capítulo 27 - Verdades que Destruyen
Capítulo 28 - Un rostro extraño
Capítulo 29 - Colapso
Capítulo 30 - Torn el Vampiro
Capítulo 31 - Ayuda
Capítulo 32- Bloqueos y Reuniones Secretas
Capítulo 33- Fuego, Lluvia y Burbujas
Capítulo 34- Revolución
Epílogo
Créditos

Capítulo 35 - Cosas que se ganan, cosas que se pierden.

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By KryzizBonny

⚔️ Antes de empezar: Además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio por si lo quieren escuchar al tiempo que leen. Solo hagan swipe izquierda en cada imagen y den play al video.

—¡KIM! —Solange corrió a abrazarlo. Parte del equipo designado estaba con él —. ¡Lograste entrar!

—Sí, nos separaron con el loop. Sabía que estarías bien pero... TE VES TERRIBLE, ¿qué sucedió?

—Siria... ella...

—No expliques nada, con decir su nombre ya dices mucho —dijo él concentrando su atención en su ojo —. ¿Eso va a estar bien?

—Yo espero —dijo Solange, la verdad es que no había siquiera pensado en ello. Por raro que sonara, su ojo izquierdo no era prioridad en ese momento.

—Bueno, eh... hay un problema, cambiaron claves del cuarto donde está la computadora. El equipo está en eso.

Llevaban un dispositivo para descifrar la contraseña pero tomaba tiempo. Parecía como una película de espías. El aparatillo cambiaba números rápido y emitía soniditos, pero no había logrado nada.

Genial.
A ese paso, los atraparían.
Solange suspiró con cierta desesperación y cruzó los brazos.

—Shh —le pidió Kim con cierta vergüenza. Aquellos descifrando el código les habían dirigido una mirada de muerte ante ese sonido de queja.

Solange arrugó los labios. Estaba conciente que estaban haciendo lo mejor que podían pero como que después de casi morir desangrada y matar a su propia prima no tenía la paciencia para esperar, además seguía temiendo que la inyección pudiera volver a destruir su voluntad.
Y entonces lo vio.

Justo ahí cerca de la perilla de metal, estaba en el filo un tipo de hendidura.

—Uh... ¿es eso un lector de tarjetas?— preguntó Solange con curiosidad.

Kim echó un vistazo a esa parte de la puerta que lucía viejo y obsoleto. Como si en efecto, hubiesen usado tarjetas antes, pero luego añadido otro dispositivo más moderno sobre eso.

—Oh... luce como eso pero no he visto a nadie que ponga tarjeta en esta sala —dijo Kim.

Solange sacó su carnet del trabajo de uno de sus bolsillos y se encogió de hombros.

—¡JA! No hay forma que eso funcione —le dijo Kim con cierta burla.

Solange la deslizó, la puerta emitió un beep y se abrió.

El equipo de cifrado tenía la boca abierta.

—Soleil. No pueden restringir el apellido —le dijo Solange —. Aunque no tenía idea que incluso bajo estas condiciones... digo, supuestamente siendo líder de un movimiento en contra... pero...

—¡Wow! Son tontos o el nepotismo está cabrón —dijo Kim con su acento adorable.

—Un poco de ambos —le contestó Solange aguantando la risa, aún cuando Kim se había dedicado a estudiar y aprender suficiente español, aún la agarraba desprevenida cuando usaba groserías o palabras no comunes.

Entraron y tanto Kim como otros de sus compañeros corrieron hacia las computadoras. No podían perder tiempo. Con manos habilidosas teclearon códigos y comandos que Solange no pudo entender.

Ella se quedó cerca de la entrada vigilando. Por primera vez después de su combate con Siria pudo examinar sus heridas. La mayoría ya habían cerrado gracias a la ampolleta de sangre de vampiro, aunque el tenerla aún en su sistema le trajera una ansiedad terrible.

—Ugh... está bloqueado —escuchó a uno de los chicos quejarse.

—Esta también —dijo Kim. Él miró hacia todos lados después de que su computadora misma marcara error varias veces. Como si buscando algo más.

Y entonces sin siquiera escucharlo, Solange sintió un golpe que a cualquier mortal le hubiese destrozado la mandíbula.
Sus compañeros se levantaron de inmediato para ver qué sucedía.

—¡¿Estás bien?! —escuchó a Kim gritarle tras verla girar por el piso.

Fuera de sentirse como una piñata, estaba bien.
—Yo... —dijo Solange levantándose pero cayendo de nuevo como si le hubiesen movido el suelo. El golpe fue tan fuerte que el dolor se le distribuyó a las sienes quitándole la vista por unos segundos.
Pero no tuvo que ver al agresor para saber de quién se trataba. El profesor Deepak, retirado de la cacería y decano de la academia, siempre tenía un ligero aroma fragante, pues meditaba y entrenaba con unas cuantas varitas de incienso.
Era muy raro aún entre mentores y maestros usar fragancias, la mayoría no estaban autorizados, por tanto Solange lo reconoció de inmediato.

—Profesor — dijo Solange apenas pronunciando las palabras tras la hinchazón inmediata de su boca. El profesor no era joven pero sabían de sobra de sus capacidades.

—Esto se termina ahora. Me causa una gran decepción que estén tras este golpe. Espero estén contentos. No tienen idea del daño irreversible que traerá esto. Solo están causando división —dijo él.

Los presentes sintieron un dolor en el corazón en cuanto dijo eso. De todos los profesores, Deepak siempre había sido como un tío buena onda. Estricto pero muy amable y con un conocimiento preciso de su materia. Uno de los mejores profesores de la academia sin duda. Justo después de exterminar a la Corte, sí, había sido de los profesores que habían hecho muchas preguntas sospechosas, pero siempre asumieron que lo hacía porque lo obligaban a, nunca pensaron que de verdad apoyara al sistema.

—¿Nosotros? —por primera vez Kim lo miraba de forma retadora —. Esto no estaría sucediendo si no quisieran controlarnos como sus marionetas, ¿no les satifacen nuestras vidas? ¿Por qué quieren también nuestra voluntad? Se han dejado caer en lo peor, se han convertido en villanos.

Solange quiso decir algo para apoyar aquello pero el golpe solo le permitió balbucear cosas incoherentes por unos segundos. Los otros chicos, aprovechando el drama, volvieron a las computadoras.

—Nosotros tuvimos que aceptar nuestros destinos —dijo el profesor Deepak.

—Sí, ustedes, los que sobrevivieron, lo aceptaron —lo corrigió Kim— y quienes no, pudieron desertar. Ahora no quieren dejarnos opción.

—El uso del suero trae también felicidad. ¿Qué no ven que estamos haciendo lo mejor para ustedes? —le contestó el profesor.

—¿Y qué tal si mejor lo usamos en ustedes? —balbuceó Solange. ¿Traía felicidad? ¡JA! Ella misma lo había experimentado, no había sentido felicidad alguna... ¿o era quizás ella tan miserable que ni eso tenía efecto? Se quedó pensando unos segundos, como para detectar cualquier cambio pero no... no había alguno.

Sonaron entonces diferentes beep. Todas las computadoras emitieron esos soniditos molestos de error y se apagaron al unísono. El equipo de cifrado se miró confundido. Solange y Kim se miraron de reojo con cierto pánico.

—Para borrar cualquier cosa de la computadora central se requieren cinco llaves físicas que no van a conseguir, he ahí por que están esas cerraduras. Las llaves están esparcidas por todo el mundo bajo estricta custodia. Me sorprende que no hiciesen la investigación apropiada. Todo esto fue para nada —dijo el profesor Deepak señalando una caja al lado de la computadora del centro.

El aire se sintió pesado.

—Lo siento Kim. No hay opción —dijo Solange. Kim asintió.

Solange sacó de su capa sus sables y corrió hacia la computadora central. Sabía dónde estaba ubicada su memoria, habían estudiado rápido cada componente. Solo tenía que hacerla pedazos. Por regla, todo contenido tan delicado debía solo estar ahí, sin transmitirse ni subirse en línea. Lo habían confirmado junto a Pres y la madre de Israel. Los archivos de la investigación no estaban disponibles en ningún otro lugar.

Pero el profesor se movió de inmediato y no dejó que la hoja siquiera tocara el escritorio. Hubo un forsejeo. Tras no avanzar Kim también se lanzó a la pelea pero parecía ser nada para el profesor Deepak.

Los otros chicos de cifrado o eran muy jóvenes para tener habilidades pasables en la espada o llevaban tanto tiempo trabajando en inteligencia y computadoras que estaban fuera de práctica. No tenía caso que interfirieran, solo estorbarían. Cuando pudieron, salieron de ahí.

El mayor problema es que el profesor Deepak había sido su profesor de armas, por tanto, sabía perfectamente sus movimientos, sus carencias, cuándo descuidaban su guardia. No lucía con intenciones de herirlos de gravedad, pero no los dejaría ganar.

Solange y Kim atacaban mientras que el profesor deepak con sus espadas curvas como en forma de gancho solo redirigía sus ataques, haciendo que los mismos Kim y Solange se hicieran daño el uno al otro. Era una sensación como si fueran títeres.

Las únicas ventajas que tenían Solange y Kim eran ser dos contra uno (que no estaba resultando muy ventajoso) y su estamina.

El profesor sabía eso, no solo era bueno peleando sino que sabía bien de estrategia. Así que sacó de su manga el hilo de metal irrompible y con ello le atrapó los dedos una mano a Solange atándoselos en un puño incómodo y haciéndole tirar una de las espadas.

Kim aprovechó la apertura pero el profesor dio un giro inesperado, y le soltó una patada tan fuerte que lo mandó volando por los aires y estampándose en la pared fuera del cuarto de la computadora. Solange lo escuchó jalar por aire, se lo había sacado.

En ese mínimo momento de distracción, el profesor le ató la otra mano y le junto las muñecas de golpe.
Con las manos atadas así solo había una última cosa que podía hacer. Un arma que el profesor no tenía ni idea que llevaba consigo. Uno, porque ya no se hacían "oficialmente" y dos, por la peligrosidad de ellas en espacios cerrados. Un arma que su querida amiga Georgina le había dado.

Solange las tomó del bolsillo de su pecho.

Todo sucedió muy rápido.

Kim jalando por aire asomó la cabeza de nuevo dentro de la habitación.

El profesor había sacado más hilo para amarrarle los pies a Solange y derribarla.

Solange había evadido el movimiento del profesor de un salto, estando en el aire, su mirada estaba fija en la computadora central.

Kim vislumbró las esferas en la mano de su compañera, quiso gritar que se detuviera pero el oxígeno aún no regresaba a sus pulmones.

El profesor Deepak la miró triunfante cuando en un segundo intento le atrapó un pie pero se quedó helado cuando notó que las dos esferas salieron disparadas a direcciones diferentes.

Primer bote.
El profesor soltó el hilo y Solange le dirigió la misma mirada triunfal que él le dio segundos antes. Pudo ver que el profesor quiso atraparlas antes de ese primer contacto pero no tuvo éxito.

Segundo bote.
Justo como sus antecesoras, las esferas se activaban con el primer impacto. El profesor sabía eso, así que miró con terror sus alrededores por un escape.

Tercer bote.
Ambas pelotas, viniendo de diferentes ángulos pegaron en la computadora principal y todo estalló.

Tanto Solange como el profesor Deepak alcanzaron a cubrirse con las capas. Por su posición en el momento de la explosión el cuerpo del profesor salió disparado seguido por el cuerpo de Solange. Ambos impactándose contra una pared tan fuerte que la derribaron.

Solange se levantó de inmediato, no solo el profesor había amortiguado el golpe, sino que sospechaba que el tener aún la sangre de vampiro en su cuerpo, había logrado mantenerla conciente.
De inmediato sacó su herramienta para deshacer el nudo del hilo de metal, era un tipo de tijera en la que se contenía un químico especial, cargó al profesor, quién yacía inconciente y salió de ahí saltando las flamas.

Una alarma sonó y los rociadores se activaron.

Kim y los demás del equipo los sujetaron en brazos en cuanto salieron y tras alejarse de ese piso lleno de humo, los pusieron en el suelo.

—El profesor estará bien— dijo uno al tiempo que revisó sus signos vitales.

Solange tosió mientras bebía agua y le ponían una crema en el rostro. Estaba segura que había perdido al menos una ceja y varias pestañas. Su pecho y garganta le raspaban y la piel que no tuvo cubierta por la capa, le ardía.

Kim y otros se levantaron de pronto, como si hubiesen escuchado algo y se quedaron viendo al vacío unos segundos, estaban recibiendo mensajes mentales.
Por unos momentos se vieron y despues de una carcajada audible se abrazaron fuerte.

—¡Ganamos!— dijo Kim con tanta emoción que se le fue la voz y desafinó al final. Podemos bajar sin problemas.

—¿Qué?— musitó Solange. No lo creía posible. Tras borrar la computadora, si es que llegaban a ese momento, estaba segura que los interceptarían. La academia había subido sus defensas a un punto que los había agarrado desprevenidos, ¿Cómo era posible? ¿Era una trampa?

—Varios profesores nos apoyaron. Aparentaron estar del lado de la academia pero en cuanto entramos, se volvieron en su contra. De hecho fue la razón por la que pudimos entrar, la profesora Taiyou hizo guardia en la puerta principal, cuando llegamos nos dio acceso inmediato y nos protegió de varios otros.
Solo faltaba nuestro equipo con la destrucción de los archivos. Quedan algunas familias de ser interceptadas pero en general ya terminó.

Solange asintió, quería de verdad creer eso.

El profesor Deepak despertó con un gruñido, se veía muy molesto de estar atado.

—Desátenme en este momento.

—No profesor. No se preocupe, pronto no recordará este disgusto —le dijo Kim con una sonrisa irónica—. Será muy feliz.

—Marquen mis palabras, al paso del tiempo, volverán a hacer lo mismo que nosotros —dijo él.

—No lo haremos porque cada que pensemos en dar un paso en falso recordaremos a todos los compañeros que perdimos —le dijo Solange.

Las familias restantes fueron interceptadas. Fue una labor de varios días, y al principio todos se sentían muy optimistas con aquel logro... pero entonces varias situaciones comenzaron a surgir.

—El problema— explicó Miranda en uno de sus pocos descansos, la pobre había perdido mucho peso y le habían brotado varias canas, era evidente la gran carga que aquello se estaba cobrando en su cuerpo— es que son demasiados, los primeros no fueron un reto pero después de treinta y tantos me doy cuenta que no puedo borrar tanta información permanentemente.
Puedo seguir borrando todo sobre el virus y la información detallada de la investigación eso es fácil porque son detalles que sus mismos cerebros olvidarían de no ver o leer nada relacionado por un tiempo. Pero borrar los recuerdos generales, eso es mucho más difícil porque esos se agarran de otros y otros y si no se hace con cuidado, puedo afectar permanentemente sus cerebros. Es como intentar cortar una porción de un sueter tejido sin que se deshaga.
Si borro solo lo esencial, no podrán usar la investigación PERO recordarán nuestra rebelión quizá y buscarán un responsable.
A menos que pudiésemos mantenerlos durante casi un año no me será posible hacer un trabajo completo. Lo siento mucho, yo... me siento inútil.

—No, Miranda. Fue nuestra culpa. Debimos haber pensado en el desgaste físico —dijo Julieta—. No teníamos forma de saber, jamás se ha hecho algo así.

—¿Qué haremos entonces? —preguntó Solange. No podían mantenerlos así. En tan solo dos semanas empezaban las visitas de aliados y de las mismas Tribus Sinne internacionales.

—En este momento, debo cederte a ti la decisión —dijo Julieta—. Muchos recordarán que eres la líder. Creeme que hablaré y dejaré en claro que fui yo, pero aún así quizás sufras terribles consecuencias.

Solange suspiró. Las opciones eran dejarlos libres con ese borrado limitado que definitivamente les traería problemas o eliminarlos.
Por horrible que sonara, aunque los demás grupos se enteraran que algo sucedio, el castigo sería menor al no tener testigos.
Pero no, eso no era opción para Solange, eran personas cercanas a todos los rebeldes. Personas que amaban. Sus propios padres estaban en ese grupo.
Ya había perdido a muchas personas queridas. No podía ni imaginar perderlos también a ellos. No podía imaginar hacerle eso mismo a tantos de sus compañeros.

—Julieta...  No puedo decidir solo yo. Siria sabía que eras líder, es posible que más tengan ese conocimiento.—advirtió Solange primero.

—Es posible. Pero sabes que estoy preparada para cualquier castigo, pese a que aceptaste, me doy cuenta de lo injusto que fue, estuve preocupada cada segundo que estuvimos en la academia—le dijo Julieta —. No tienes que sentir responsabilidad, yo daré la orden final, pero no quiero quitarte la opción de ser libre. Fui yo la que te involucró.

—Yo también estoy preparada. Bien... si quieres mi opinión creo que es esencial que el borrado se concentre en relación al virus. No me importa si recuerdan que yo estuve incitando todo esto —dijo Solange —. Tu arriesgaste la vida y todo cuando yo te necesité... me siento orgullosa de poder hacer lo mismo.

Julieta asintió.
—Así será.

—Está dicho entonces —dijo Miranda con cierta tristeza.

Pasaron unos días antes de comoletar ese proceso. Fue solo cuestión de minutos después de liberar al último sujeto en ser borrado bajo las condiciones acordadas.

Julieta convocó a reunión en el auditorio. Tanto estudiantes como profesores que los apoyaban y cazadores aliados de las Tribus Sinne que llegaron después, se habían quedado en las instalaciones de la academia.

—El momento que temíamos llegó. Por obviedad aquellos liberados no se quedaron callados. Se ha corrido el rumor a través de los aliados internacionales de las Tribus Sinne y no están contentos —le dijo ella —. Han mandado mensajes furiosos. Amenazan con retomar la academia a la fuerza si no abandonamos voluntariamente. Se borraron por completo los recuerdos del profesor Deepak, fue uno de los primeros, por tanto no saben aún que destruimos la computadora central.

—Desde que el vampiro Torn y Miranda nos advirtieron, preparé alianzas —dijo Solange — con los Aldo y el Círculo de la Luna, esperamos ellos puedan abogar por nosotros —dijo Solange —. Pase lo que pase, al menos destruimos todas las investigaciones sobre el virus, todas las muestras y todo el material creado.

—Si leyeron nuestro reporte— dijo Julieta —, saben que las primeras muestras que Augusto Aldo tomó fueron de la vampira Michiko. Cirse destruyó ese laboratorio sin saber qué destruiría. Años después se consiguieron muestras de la sangre del vampiro Jack de la Morte cuando los capas blancas usaron el demonio para destruír a todas las familias de vampiros colmena en Singapur, es ahí cuando se retomaron las practicas y se empezaron los planes para el suero de control, logrando su fabricación completa unos días antes de nuestra rebelión en la academia.
Los vampiros en la línea del demonio ya no existen, por tanto no pueden volver a sacar muestras. No hay forma de que puedan volver a fabricar el suero y aunque lo hagan, tenemos ahora un antídoto gracias a nuestra depresiva Solange.

—Gracias— dijo Solange de forma sarcástica ante aquella exposición sobre su salud mental.

—Gracias a ti —le dijo Julieta de forma honesta.

Solange y Julieta entraron al salón de reuniones. La madre de Israel representaba a la familia Aldo y la directora del Círculo de la Luna también estaba ahí. Se iban a ver con ellas puesto que eran por el momento, la única alianza posible.

—En primera, felicitaciones por sus acciones. Queremos que sepan que estamos muy sorprendidas por todo lo que han logrado —dijo la madre de Israel.

—¿Pero? —dijo Julieta cortando aquello. Sabía lo que venía, no conocía a los Aldo, le asqueaba el Círculo de la Luna y no estaba de humor para cortesías aunque fueran en ese momento la única opción que tenían para subsistir.

—Tras que nos mandaron todos los correos con todas las ... preocupaciones de las Tribus Sinne y aliados, se dará una reestructuración. Los Soleil ya no serán la rama principal de la dinastía en México. Serán los Aldo —dijo la directora del Círculo de la Luna, Artemisa Lua.

—A la mierda con eso— rugió Julieta. Solange la vio con los ojos bien abiertos. Julieta no era así con sus superiores... aunque claro, ella no consideraba a los Aldo o el Círculo de la Luna superiores.

—Tranquila —le pidio Solange —. Julieta, mi familia apoyaba el viejo sistema, organizaban reuniones sobre el futuro uso del suero de control, que mis padres no hayan tenido una participación más activa al final para protegerme, no quiere decir que los Soleil no hubiesen sido los principales causantes. Viste los papeles con todas las pruebas, Siria era una Soleil, ella misma estaba como directiva de varios proyectos con el suero. Es justo.

—No es todo —dijo Artemisa con seriedad. Su cabello gris caía en ondas en su camisa blanca formal. En el cuello llevaba un prendedor de safiro con una luna.

—¿No es todo? —dijo Julieta —. Señoras, ¿con tantas demandas por qué querríamos ser parte de su nuevo sistema? Somos organizados, podemos ser autosuficientes. Con todo eso estamos mejor trabajando solos.

—Señoritas Soleil y Taiyou... no estamos aquí para dañarlas sino para ayudarles a encontrar la mejor solución. No pueden trabajar solos porque son demasiados y no tienen clientes —dijo Artemisa —. Sin demanda, no hay trabajo y sin trabajo no hay dinero. Ser cazador sin vampiros para cazar, bueno, no es posible. Saben bien que el Círculo de la Luna trabaja con solicitudes muy limitadas, les puedo asegurar que es muy difícil subsistir así. Los clientes de las Tribus Sinne son muchísimos y las cantidades que ponen para la eliminación de vampiros son enormes, unas de las más altas a nivel mundial. Necesitan mantenerse parte de las Tribus Sinne, si no hacen una reestructuración rápida donde ambas partes lleguen a un acuerdo, mandarán nuevos representantes y el sistema volverá a ser el mismo.

Julieta refunfuñó. Se había concentrado tanto en la excelencia de entrenamientos y cacería que jamás pensó en la parte económica.

—Por el momento, este golpe no solo ha enfurecido a las Tribus Sinne de otros países sino también a varios de sus aliados —dijo la directora tomando una pausa—... en especial a..

—Oh, no —murmuraron Julieta y Solange, por la forma en la que su manó tembló involuntariamente y por su pausa no planeada sabían perfectamente a qué grupo se referían.

—A los Cazadores del Vaticano— continuó la directora.

Oh, maldición.

—Tienen demandas muy específicas sobre ustedes y la joven Miranda —dijo la madre de Israel.

Solange jadeó involuntariamente. Julieta estaba en un shock tal que no pudo ni respirar.
Siempre les habían advertido que con el Vaticano no se jugaba, que tenían ojos y oídos en todas partes y que no hacían excepciones. El que supieran exactamente quiénes eran líderes secretas; Julieta y Miranda, lo demostraba.

Una traición así seguro pediría las cabezas de las tres, no en sentido figurado sino sus cabezas literales, cada una en una caja, bien preservadas y envueltas en plástico de burbuja.

—No les gustó lo que hicieron con la investigación pero el exterminio de la Corte fue algo que habían estado intentando por mucho tiempo. La Dinastía del Sol recibió diversas multas por no lograrlo.
Relajaron la presión cuando murió tu hermano Garret. Creyeron que aquello había sido prueba de que de verdad no podían, y no que no querían.
Así que esa acción les dio puntos a ustedes. No piden la muerte de ninguna.

Aquello fue un alivio.

—Lo que piden es que se les separe permanentemente. En primera instancia quieren que la señorita Taiyou sea parte de los cazadores del Vaticano.

Julieta se cruzó de brazos a la defensiva.
—No soy Católica.

—Señorita Taiyou, no están jugando.
Sabe quiénes son y cómo operan. Si no desea "desaparecer misteriosamente" mejor vaya aprendiendo los rezos básicos, y sabe que se lo digo de corazón como otra atea —dijo Artemisa.

—Son hasta ahora, fuera de nosotros los Aldo y el Círculo de la Luna, la única otra organización de cazadores que respetará su deseo de celibato —le dijo la madre de Israel—. Sabemos por su expediente que esa es una de las cosas que más desea. Comparten también su visión de no-excepciones en relación con los vampiros. Es por eso que están interesados en usted.

Ella gruñó de mala gana.
—Entiendo —dijo entre dientes —, lo haré.

—Desean que Miranda se quede como psíquica de las tribus Sinne como prueba de buena fe. Solo piden que les asista cuando lo requieran. Ellos ya tienen a sus propios psíquicos.

—¿Y yo? —preguntó Solange.

Artemisa y la madre de Israel se miraron con cierta pena.

—Piden tu memoria y exilio. Sabes que los Soleil jamás han estado del lado bueno del Vaticano por haber sido los primeros cazadores en separarse de la fe. Están aprovechando la situación para quitarles poder —dijo la madre de Israel.

—¡ABSOLUTAMENTE NO! —vociferó Julieta golpeando en la mesa.

—Negociamos que pese al borrado, te dejen trabajar bajo el Círculo de la Luna si deseas seguir como cazadora. Las misiones que obtendrías serían a través de nosotros —le dijo Artemisa.

—Desafortunadamente no podemos prometer que sea suficiente ingreso. Pasaremos más misiones al círculo de la Luna por todo su apoyo a nuestra familia a través del exilio, pero tras la eliminación de la Corte, no sabemos cuánto trabajo llegue a surgir —dijo la madre de Israel.

—Si no se nos obliga a la reproducción, poco a poco quizás se compense— dijo Solange con cierto optimismo.

—No podemos saber. Tras un grupo tan grande de vampiros eliminado puede llegar otro grupo sanguinario, o las cosas pueden llegar a volverse como en Islandia o Corea, sin vampiros que den problemas.

—Sí, eso ya lo habíamos considerado. Pero esto no es justo. ¿Por qué Solange tiene que...

—Julieta... está bien —le dijo Solange. Sabía que su amiga se sentía culpable por involucrarla, por dar la idea de que ella era la líder principal sin ser verdad. Pero él Vaticano seguro sabía bien todo eso y solo aprovechaban la oportunidad. Sí, era algo drástico pero quizás olvidar no era tan malo, quizás era justo lo que necesitaba. Amaba a su equipo y a tantos de sus compañeros... pero había sufrido también mucho. Muchas cosas por las que había pasado la habían marcado de forma permanente y cada día le dolían, cada día crecían más y más en su cerebro, como si fueran raíces.
El pensar que quizas, podría olvidarlas, fuera de angustiarle, le hacía sentir como que había una posibilidad de tranquilidad.

—Desafortunadamente esto fue lo que conseguimos como negociación —dijo Artemisa.

—¿NEGOCIACIÓN ? —espetó Julieta soltando una carcajada—. Esto suena a que caímos del control de unos para caer en el control de otros. SON MIGAJAS.

—Señorita G...

—TAIYOU —corrigió ella tras que casi usan su apellido pasado.

—Señorita Taiyou —corrigió la madre de Israel, lucía como si de verdad aquello le angustiara—, me perdona pero tuvimos que hacerlas en cuanto nos llegó el aviso de que los cazadores del Vaticano ya estaban por tomar su avión en camino para arreglar el asunto ellos.
Véame como guste, antagoníseme si desea, pero yo le aseguro que hice todo por salvarles el pellejo. Yo no les deseo mal alguno, al contrario, tengo mucho que agradecerles, el que tan solo exterminaran a Cirse, a aquella que me quitó a mi hijo... —pudo notar tensión y tristeza en su voz—. No tienen idea de lo que significó para mí y para toda nuestra familia. De verdad que intentamos todo para conseguirles el mejor trato. Lo lamento de verdad, Solange —añadió al tiempo que le resbalaba una lágrima.

Julieta y Solange regresaron a darles la noticia a Kim, Kathy y Miranda.

—Hay ciertas condiciones. Es claro que no quieren otra rebelión así —dijo Julieta y explicó a detalle su destino y el de Miranda.

—¿Y Solange? —preguntó Kathy.

—Aprovecharon para dar un buen golpe a los Soleil —dijo Julieta bajando la mirada—. No me imaginé que algo así fuera a suceder... otros Soleil de otros países no quisieron intervenir.

—¿PERO QUÉ FUE? —vociferó Kathy.

—Exilio completo. Podré seguir cazando si lo deseo, pero practicamente será lo mismo que le hicieron a la profesora Alemina. Mis misiones serán a través del círculo de la luna.

—¿Y qué pretenden? ¿Que no volvamos a verte? —preguntó Miranda.

—Exactamente eso. Me harán olvidar todo. No podré volver a tener contacto con ustedes. Les borrarán de mis memorias.

—Te pedirán que lo hagas, Miranda —le dijo Julieta —. Para poner a prueba tu lealtad y habilidad. Traerán a otros psíquicos para evaluarte y vigilar que hagas el borrado completo.

—Pero no es justo. ¡No lo haré!

—Tienes qué, el trato es conveniente —le dijo Solange tomando su mano—. Además sabes lo que he perdido, todo por lo que he pasado... en realidad me estarías haciendo un favor. Y más que nada, si puedo hacer una solicitud, sé que se dejan las memorias relevantes a los muertos pero ayúdame a borrar a Nolan. Es algo que me ha afectado tanto... si pudiese quitarlo de mi mente... podría arreglar tantas cosas...

Los ojos de Miranda se llenaron de lágrimas ante aquella mención. Nolan había sido como su hermano, y por tanto solo quería recordar los buenos momentos... pero no podían descartar lo que había dicho Cirse; que su objetivo había sido asesinarla en venganza contra los Soleil. Esa terrible incentidumbre de traición a Solange, le daba nauseas y una agonía terrible.
Asintió y abrazó a Solange fuerte al tiempo que asentía.

Llevaron a Solange esposada y la sentaron en la única silla de la habitación.

—¿Estás cómoda? ¿Un té mientras esperamos?— preguntó Kathy agitada hurgando las instalaciones —. ¡Ah, mira! Justo como sospeché, ponen todo el buen té aquí— dijo metiéndose en la camisa unas cuantas bolsitas —dijeron que ya no había Earl Grey... que ya no les surtían. ¡Mis polainas! —Toma, llévate unos que los necesitarás en la pobreza.

—Kathy... —le dijo Solange al tiempo que le metía bolsas de té en el brasiere y los bolsillos, tuvo que detenerla cuando le jaló los pantalones y las panties para meter otros ahí. Había cosas más importantes de las cuales preocuparse en ese momento, pero quiza Kathy no podía procesar sus sentimientos de forma correcta.

La puerta se abrió en un rechinido.
Miranda entró escoltada por varias personas. Eran todos mentalistas y tres famosos psíquicos de otros grupos, uno venía del Vaticano, otro de los Capas Blancas, otro de una asociación muy famosa en rumania, los conocían por varios artículos en revistas oficiales de cazadores.

Al final entraron Kim y Julieta, quién ahora vestía el hábito de las cazadoras del Vaticano, unos ropajes rojos que se asimilaban entre la capa de un cazador y las ropas de una monja. Habían concedido un permiso para que viera la ceremonia de borrado y se despidiera de su amiga, al siguiente día partiría a la Santa Sede.

—¿Lista? —le preguntó Miranda acariciando su cabello con cierta melancolía.

Solange miró a su equipo y asintió, cerró los ojos ante el tacto de su amiga en sus sienes. Solo vio una luz antes de sentir una presión extraña. Escuchó a lo lejos unos murmullos incoherentes y un zumbido que se hizo más y más fuerte.

FIN.



Notas de la Autora

Guarden esos tridentes, tomates y esas antorchas que todavía falta el epílogo. >:O

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