Una sesión de fotos peculiar.
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________'s pov:
Últimamente estoy en muchos proyectos con Nijirō.
¡Oh, cierto! Ahora nos hablamos por nuestros nombres.
Somos buenos amigos y nos gusta trabajar juntos, además de que las empresas las empresas nos contactan a menudo para que trabajemos juntos.
Somos un buen equipo, pues tenemos muy buena comunicación.
Hoy tenía otra sesión de fotos, pero está vez de noche; sería en un hotel que abrió recientemente.
Mi manager se encargó de llevarme al hotel.
Al llegar ya estaban casi todos, incluído Nijirō.
Él se acercó en cuanto me vió.
—¡______! Que bueno que llegaste, Joe está muy emocionado.– Me dijo Nijirō con una sonrisa en su rostro.
—¡Aquí están mis dos protegidos! Vengan, les daré sus vestuarios. No habrán cambios, sólo usarán estos.– El director nos extendió dos cajas blancas. Al abrir la mía encontré un vestido blanco sencillo. Al parecer, el vestuario de Nijirō también era sencillo, constaba de un pantalón blanco y una camisa igualmente blanca.
—Cámbiense y acompañenme.– Nos dijo una mujer del hotel.
Cada quién fue a su respectivo vestidor.
Al salir, me sorprendió que no me maquillaron ni me peinaron, a Nijirō igual lo desconcertó esto.
Fuimos con la mujer que nos habló antes, y ella nos llevo a un tipo de terraza que estaba por encima de la piscina del hotel.
Al llegar, ambos nos asomamos por el borde y nos percatamos de que había un camarógrafo DENTRO de la piscina.
—¿Qué vamos a hacer?– Preguntó Nijirō.
—Algo fácil.– Dicho esto, la mujer arrojó a Nijirō desde la azotea.
—¿¡Qué le pa- No pude terminar la oración porque me arrojó a mí también.
Caí en la piscina y me di cuenta de que el camarógrafo tomo una fotografía.
La piscina era muy profunda y no lograba tocar el fondo, así que el espacio para tomar la fotografía era muy amplio.
Nijirō me tomó de los hombros y me ayudó a llegar a la superficie.
—¿¡Por qué nos arrojaron?! – Gritó Nijirō.
—Es que ese era el concepto.– Se excusó Joe.
—Sí pero nos hubieran avisado, pudimos haber salido heridos.– Reclamó Nijirō.– ¿Estás bien?– Me preguntó está vez a mí.
—Creo que tragué cómo dos litros de agua, pero sí, estoy bien.– Dije mientras me quitaba el cabello mojado de la cara.
—Vamos, hay que salir de acá.
Nijirō y yo salimos de la piscina y nos fuimos a nuestros vestidores.
Me dieron una bata y salí.
—_____, Nijirō, vengan a ver las fotos.– Nos llamó el director.
Sin duda alguna, las fotos eran realmente buenas, pero eso no borra el hecho de que casi nos matan.
—¿Vamos a tomar algo, _____?– Me preguntó Nijirō, y yo asentí.
Fuimos a un pequeño bar que estaba cerca de la piscina y pedimos dos jugos.
—Me asusté cuando me arrojaron.– Hablé primero.– Sabía que estaría bien, pero no pude evitar asustarme.
—Te entiendo, yo por un momento creí que intentaban fingir un accidente para que ya no nos contrataran.– Me contestó Nijirō mientras se reía ligeramente.
Nos quedamos en silencio hasta que nos percatamos de que nos habían fotografiado mientras estábamos sentados.
Ya era la segunda vez que pasaba esto, ¿qué la gente no tiene nada que hacer?
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