Una de las peores cosas de tener a un ser querido desaparecido es no saber cómo está.
¿Estará muerto?
¿Comió?
¿Tiene frío?
¿Le están haciendo daño?
Miles de preguntas pasan por tu cabeza y se mezclan con la desesperación de no tener la respuesta a ninguna de ellas.
Habían pasado 48 horas desde que Camila había desaparecido y Lauren no tenía pistas sobre el paradero de la chica, no sabía si estaba viva, muriendo de hambre y frío o si ya estaba muerta, y con cada tic tac del reloj la frustración se hacia más grande.
¿Dónde había visto a ese tipo?
Apagó la luz de su habitación y salió al pasillo con la caja de cigarros que le había llevado Camila al hospital, se sentó junto a la ventana y comenzó a darle vueltas al pequeño paquete mirando hacia el cielo.
"¿Dónde estás, Camz?"
Suspiró y arrojó la caja lejos con furia, al caer, esta se abrió haciendo que todos los cigarros se esparcieran por el suelo, Lauren se levantó y los colocó lejos de ella con una fuerte patada, tomó una cerveza de la nevera y de fue a su habitación a dormir.
Y no vio la pequeña nota que había caído de la caja.
Mientras tanto, en algún sucio rincón, Camila luchaba por mantenerse despierta, sabía que no le quedaba mucho si nadie la encontraba pronto o si nadie le arrojaba un abrigo y algo de comida, lo que pasara primero.
Ella sabía que no iba a estar poco tiempo ahí, no contaban con el dinero para pagar un rescate, pero no se imagino que la dejarian abandonada en el medio de quién sabe dónde.
Cambio de posición en el suelo, buscando sin éxito, la manera de estar cómoda. Cerró los ojos.
"Solo unos pocos minutos" Se dijo a si misma.
Y poco a poco se fue quedando dormida, rendida, deseando no despertar.
***
— ¡Camz! — Gritó Lauren, corriendo hacia ella lo más rápido que sus pies se lo permitian.
Camila se dio la vuelta, sonriendo mientras extendía su brazos hacia la chica.
Lauren trató de acelerar, pero mientras más se acercaba, más se alejaba Camila de ella.
Comenzó a sentirse asfixiada, y la castaña seguía sonriendole como si no notara que no podía llegar a ella.
— Camz... Camz... Camila, no puedo — Jadeó mientras corria con todas sus fuerzas.
Los ojos de Camila se llenaron de lágrimas y se dio la vuelta, caminando cada vez más lejos de Lauren.
— ¿A dónde vas? — Preguntó, deteniendose de golpe al observar la reacción de Camila. Salió volando hacia atrás y quedó tendida en el suelo.
— ¡Camila! ¡Camila! ¡Camila!
— Lauren, despierta — Dijo Dinah sacudiendola con fuerza mientras se sacudia y gritaba el nombre de la castaña con el cuerpo y la ropa empapados de sudor.
Lauren abrió los ojos de golpe, con la respiración agitada. Comenzó a llorar.
— La vi, Dinah. Estaba tan cerca — Contó con angustia.
La morena la miró con tristeza y se sentó junto a ella en la cama.
— Fue un sueño Lauren — Pasó su brazo sobre los hombres de la chica y frotó su brazo, tratando de reconfortarla.
Lauren escondio la cara en su cuello, tratando de calmarse.
— Hey, que Camila no esté no significa que puedas tratar de seducirme — Bromeó Dinah, tratando de animarla.
Soltó una pequeña risa mientras se separaba de ella y se secó las lágrimas.
— Tienes razón, es que estas jodidamente buena — Respondió, retirando las sábanas de sus piernas, dispuesta a levantarse.
— Espera — La detuvo extendiendo su brazo delante de su pecho — Deberías quedarte aquí mientras yo te hago el desayuno, te vez cansada — Dijo, a pesar de tener las mismas bolsas bajo los ojos que Lauren.
Con un movimiento de cabeza, se negó.
— No puedo quedarme aquí mientras no sé si Camz tiene la misma cama cómoda que yo, no puedo comer mientras no sé si ella ha comido desde su desaparición. Come tú, yo limpiare el desastre que hice anoche — Contestó con un tono de voz que dejaba a entender que no cambiaria de parecer por nada del mundo.
Bueno, si Camila aparecía a cambio de dejar que un huevo llegara a su estómago tal vez podria cambiar de opinión.
Se levantó y camino hacia la cocina con Dinah pisandole los talones, le indicó rápidamente dónde se encontraba la comida y se dio la vuelta para ir a recoger los cigarros y devolverlos a su caja.
Mientras los tomaba de a dos, vio un pequeño papel doblado a la mitad, soltó todo lo demás y lo tomó con curiosidad.
— ¿Qué es R.B? — Preguntó la morena, que se había acercado al notar la inquietud de Lauren.
— No tengo idea, siento que he visto estas iniciales antes pero no puedo recordar donde — Contestó, sintiendose igual de perdida.
Lo volvió a doblar y recogió lo que había en el suelo, colocó todo sobre la mesa y se sentó, el olor que inundó en ambiente provocó que su estómago rugiera pero Lauren estaba demasiado concentrada tratando de recordar dónde había visto esas letras cómo para prestarle atención.
"R.B, R.B, R.B"
Fruncio el ceño y buscó su celular, marcó el número de Normani y después de cuatro beeps, escuchó la voz de su mejor amiga al otro lado de la línea.
— Mani, es urgente ¿Te suenan las iniciales R.B? — Preguntó sin soltar la nota.
— ¿R.B? ¿Qué es eso? — Contestó Normani, Lauren suspiró con decepción.
— No tengo idea, pensé que quizás tu sabrias, gracias de todas formas — Iba a colgar cuando la chica la interrumpió.
— ¿Tal vez es una empresa? — Sugirió.
— Podría ser, pero ¿Que tiene que ver en todo esto una empresa? Estoy buscando a alguien que quiere vengarse de mi, no se por qué, pero la única empresa en la que he estado es en la de el estúpido de Simon y esta persona es de mucho antes — Respondió Lauren.
— ¿Tal vez es alguien de la escuela? Podría llevarte los anuarios y revisamos juntas — Se ofreció la chica. Lauren accedio y le dijo que fuera a la una de la tarde.
Decidió que si tomaría algo de desayuno, iba a ser un día muy largo.
Le dijo a Dinah que volveria pronto y le explicaria, tomó su chaqueta mientras masticaba la comida y bajaba las escaleras a toda velocida y se subió a un taxi que la llevaría hasta Cowell's.
Y justo como esperaba, él estaba ahi, vigilando a los empleados encargados de limpiar el desastre que dejaban las personas todas las noches. Al verla, sonrió.
Ella se acercó a él y se colocó a su lado.
— Si lo que buscas es una pista, olvidalo — Advirtió mientras miraba a otra parte.
— No busco una pista, sólo quiero saber una cosa — Dijo Lauren.
Él soltó una carcajada.
— De acuerdo, pregunta y yo decidire si contestarte — Respondió.
— ¿Puedo hablar con Camila? — Preguntó esperanzada.
— ¡Claro! ¿Por qué no me lo pediste antes? — Contestó con sarcasmo. Lauren rodó los ojos.
— ¿Entonces puedes decirme si está comiendo? — Insistió.
— No, no está comiendo. Fui muy específico, o te apuras y averiguas o ella se muere, fin de la historia — Dijo con fastidio.
Lauren hizo una mueca de disgusto.
— Te propongo un trato, cada vez que te diga algo sobre quién creo que eres y acierto, le das comida, agua y abrigo de ser necesario ¿De acuerdo? — Propuso la pelinegra.
— ¿No me estás escuchando? No voy a hacer eso — Se negó.
— Solo por esta vez ¿O tienes miedo de que te gane en tu propio juego? — Lo provocó Lauren.
Él lo pensó por un momento, apretando los puños y accedio a regañadientes.
— Tienes mi edad y eras de mi escuela — Dijo, rogando para que fuera cierto.
— Que inteligente — Respondió con sarcasmo.
— Bueno ¿Acerté o no? — Preguntó, comenzando a cansarse del chico.
— Acertaste — Contestó, burlandose de ella — Pero no soy yo.
Lauren no pudo evitar que la confusión se reflejara en su rostro.
— ¿Cómo que no eres tú? — Presionó.
— No más pistas, va contra las reglas. Le dare comida a la chica — Respondió cortante, indicandole a Lauren que no hablaria más y se alejo.
"Mierda".
***
Desgraciadamente, despertó.
Pero se encontraba más débil y más desesperanzada que minutos antes de quedarse dormida.
Le dio un golpe fuerte al piso y maldijo millones de veces. Miró a la izquierda y notó una pequeña bolsa.
Se arrastró hacia ella y la tomó entre sus manos y casi llora de felicidad al sentir el calor llegar a sus manos y el olor a carne y salsa llegar a sus fosas nasales.
La abrió con desesperación y devoró parte de su contenido y bebió un poco de agua, queriendo guardar algo para más tarde, ya que no sabia cuando volverían a darle de comer.
También había un abrigo adentro y se lo puso rápidamente, sintiendose mejor. Introdujo las manos en los bolsillos y encontró una nota.
"Lauren lo está haciendo bien. Por tu bien, debe seguir así."
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¡Aquí está el capítulo! Que lo disfruten.
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¡Los quiero!