SWEET NOTHING¹ ✓ ━ pablo gavi

By folklorevans

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SWEET NOTHING !! ⚽️🌌━ they said the end is coming, everyone's up to something, i find myself running home to... More

。゚・ SWEET NOTHING
↳ the gallery
oo2. ruined mission
oo3. the game begins
oo4. he is happy?
oo5. secret's out
oo6. brotherhood
oo7. happy birthday
oo8. 18 wishes
oo9. new album!
o1o. now they know
o11. uncomfortable
o12. little home trip
o13. important details
o14. locked feelings
o15. golden moments
o16. in safe hands
o17. a little scandalous
o18. worrying about you
o19. a forbidden land
o2o. it's sofia's day!
o21. what a gift, uh?
o22. 19 wishes
o23. release day
o24. the detonation
o25. to be brave
o26. own thoughts
o27. in major trouble
o28. in major trouble ii
o29. a little of help
o30. unexpected player
o31. you're the wish
o32. epilogue
gracias, gracias, gracias

oo1. i can't, pedri

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By folklorevans

OO1. ❝ dreaming about the day
when you wake up and find that
what you're looking for has been
here the whole time

NO PUEDO, PEDRI














































💌 ━━━━ MUCHAS VECES PERDEMOS COSAS POR NO INTENTAR. Sí, y a pesar de eso aún hay gente a la que en realidad no le importa demasiado perder por el miedo al riesgo de tratar algo que a fin de cuentas no les causa tanta certeza. ¿Cómo viven de esa manera? Sólo se acostumbran, tal vez. Quizás su zona de confort y su lugar seguro es mucho más valioso que perder algo por sólo intentar.

Pero, también se puede ganar ¿No? Bueno, personas como Sofía Cadaval no estaban muy emocionadas de aventurarse a averiguarlo.

La joven cantante había pasado toda su vida en la bella España. Su padre siendo un doctor español y su madre una profesora británica, la cual se fue a vivir a aquel país por amor a su marido. Sofía creció en Sevilla pero se mudaron a Barcelona una vez que la carrera musical de la joven comenzó a ir en ascenso.

Ella no era muy sociable, lo cuál no le permitió tener un gran grupo de amigos. No obstante, el fanatismo de su padre por el fútbol nacional y del gran club Barcelona la hicieron conocer a dos jugadores de dichos equipos en una de las fiestas luego de un triunfo. Eran los tres de casi las mismas edades en ese entonces, por lo que casi de inmediato conectaron y desde ese momento no se separaron.

Pablo y Pedri eran todo para Sofía, y Sofía también lo era todo para ellos.

Pero...Obviamente hubo un diminuto problema. Bueno, no era problema como tal pero para ella sí podía caber en esa descripción.

Cadaval comenzó a sentir cosas por Gavi.

¡Por favor! ¡Ella era joven! No hay nada más lindo que enamorarse a esa edad, es como el período perfecto para encontrar a ese alguien especial para ti y, aunque ella no quisiera admitirlo en voz alta, Sofía creía que Pablo podría ser ese alguien para ella.

Sin embargo, lo calló por meses ya que le asustaba terriblemente la posible reacción que él podía tener ante esa confesión. Así que todo ese tiempo se conformó con su amistad, con mirarlo, con escucharlo y con escribirle canciones sin que se diera cuenta de que estaban dedicadas para él.

Lamentablemente ella se lo terminó confesando a 3 personas: A su hermano mayor que a escondidas leyó uno de los mensajes de texto que le había enviado a Pedri. Evidentemente Pedri era otro de los que sabía ya que él era muy intuitivo y comenzó a darse cuenta por sí mismo y finalmente Andrea, otra de sus únicas amigas ya que Cadaval necesitaba que una mujer supiera y le diera consejos, no solamente dos hombres que se quedaban congelados ante la emocionalidad de una mujer.

Vaya grupito ¿No?

Bueno, ellos fueron los que apoyaron a Sofía por meses cuando eligió que lo mejor era tragarse sus sentimientos sin decir nada.

Hasta que llegó un día.

Ya habían pasado los meses suficientes como para que sus amigos le insistieran que dejara salir de dentro de sí sus sentimientos por el apodado Gavi. Básicamente la habían acorralado a hacerlo porque era el momento perfecto y el período de tiempo perfecto. Además, si seguía guardándoselo probablemente aquello se la comería viva.

El momento que aprovechó fue cuando tuvo que viajar a Valencia por un pequeño concierto que iba a dar y justo en esos mismos días el equipo de fútbol Barcelona tendría que viajar a esa misma ciudad para disputar un partido con el club local. ¿Coincidencia? No lo creo. Por esa razón, el futbolista Pedri y amigo de Cadaval, la convenció finalmente de declararse ante Gavi de la forma en que ella quisiera, pero debía hacerlo ese mismo día.

O no...

—No puedo hacerlo, Pedri.

El aludido cerró los ojos y suspiró—Sí, sí puedes.

—No puedo.

—Que sí.

—Me va a dar un ataque de pánico —se aferró al pedazo de papel escrito en sus manos—. Estoy muy chiquita.

Se golpeó la frente con la mano—No lo estás...No lo estamos y ninguno lo está —puso sus manos en sus caderas—. Vamos, ya tienes todo listo, sólo debes dejarle la carta, ni siquiera le vas a hablar.

—Pero sí una vez que él la lea y venga a buscarme porque me declaré —se cubrió el rostro—. Esta es una pésima idea.

Ambos tenían el tiempo en su contra. Se encontraban en el hotel donde el conjunto azul-grana se hospedaría durante el encuentro y para su buena suerte Pedri y Pablo compartirían habitación, lo cual le daba a Sofía la oportunidad de plantar su carta. Estaban en el pasillo esperando que a Cadaval se le pasara el pánico pero González ya tenía que irse, porque el bus del equipo pronto se iría al estadio.

—No lo es —la tomó por los hombros—. Íbamos tan bien Sofi, llegaste al punto de escribirle la carta.

—Lo sé —hizo una mueca—, pero quizás me arrepentí, tal vez puedo vivir con el hecho de que nunca le diré que me gusta.

—No puedes hacer eso —alegó—. Ya has llegado muy lejos. Seguir posponiendo esto te hará peor...Tienes que decirle.

—No sé, se me han ido todas las ganas de hacerlo.

—Vale, a ver —se alejó un poco y juntó las palmas de sus manos mientras meditaba—, refresquemos tu memoria y dime qué es lo que te gusta de él.

—¿Qué? ¿Por qué? —inmediatamente el rubor subió a sus mejillas—. No...No creo que sea necesario —se puso levemente nerviosa.

—Pues es buena idea. Si recuerdas lo que te hace sentir podría animarte a dejar la carta —se encogió de hombros.

Ella lo meditó por largos segundos hasta que suspiró cansada—Yo...Eh...Yo...Es que...Me...Aunque suene raro me gusta cuando se enoja —inconscientemente rió—. Las caras que pone cuando se enfada en medio de un partido son para enmarcar, te juro.

—Sí —rió igualmente—, clásico de Gavi.

—Me gusta que respete mi espacio, que no me haga sentir incómoda o que me fuerce a hacer cosas que no quiero hacer...No sé, el simplemente lo entiende, ni siquiera hace la situación mucho más compleja de lo que ya es.

—Y sabemos lo mucho que amas tu zona de confort.

—Así es —sonrió—. Me...Me gusta cuando estoy usando un gorro y él lo jala hacia abajo para que cubra toda mi cara —rió—. Es algo muy random, lo sé, pero me gusta.

—Ahora entiendo porqué usas gorros tan seguido —rió apuntándole con gracia.

—Bien, bien, lo reconozco —se arregló el cabello nerviosa—. Me gusta cuando llega a un lugar y busca a su gente conocida con su cara de perrito perdido...Se ve tan tierno y gracioso —rió—. También cuando me hace practicar con él, cuando sólo va a mi casa a escucharme tocar el piano, cuando me deja medir mi mano con la suya, cuando se da el tiempo de escucharme...

Ella hizo una pausa cuando se dio cuenta de que su lista de hacía cada vez más larga y sabía también que podría seguir todo el día hablando sobre eso.

Suspiró—Me gusta mucho que me pone atención cuando le digo que escribí un poema o una canción.

—Oye, todos lo hacemos.

Ladeó la cabeza—No cómo él. Pablo no se da cuenta pero inconscientemente se emociona mucho, me llama una genio, una persona talentosa y me escucha atentamente...

Realmente a ella le encantaba que hiciera eso.

—Me encanta que me haga sentir suficiente. Todo el mundo y la industria exige de mí pero cuando estoy con él...Dulcemente es nada. No tengo nada que probarle, el me quiere tal y como soy...Bueno, como amiga —soltó un gruñido y se dejó caer sentada en el suelo arrastrando su espalda contra la pared—. Ya no sé qué hacer Pedri, tengo mil y un motivos.

—Pues hazlos valer —se inclinó para quedar a su altura—, deja la carta.

—Me da miedo —confesó.

—Oh vale, ¿Qué es lo peor que podría pasar?

—La verdad no quiero ni pensarlo.

—Bien —hizo una mueva pensando—. ¿Puedo ver la carta?

Ella abrió los ojos cómo platos—¿Qué? No, claro que no, es...Es privado.

—Pues como quieras, y ¿Qué es lo que escribiste?

Frunció los labios—Solamente lo que siento por él; mi confesión...Y...Un pequeño poema, claro.

La sonrisa de Pedri dejó notar su orgullo—Por supuesto que lo hiciste...Es lo que haces mejor.

—Deja de darme cumplidos, no me está ayudando, voy a ponerme a llorar, Pepi.

—Bien —sacó algo de su bolsillo y se lo entregó—, ya tengo que irme así que puedo decir que hice mi mayor esfuerzo. Esta es la llave de repuesto de nuestra habitación, cuando te sientas lista vas, la dejas y te retiras. ¿Viste? Así de simple.

—Suena sencillo sólo decirlo —murmuró tomando el objeto.

—Te deseo suerte —chocaron las palmas de sus manos en signo de despedida—. Me están esperando...Tú haz lo tuyo, no sigas reprimiendo lo que sientes —se puso de pie.

—Gracias...Nos vemos en el estadio.

Se volteó y chasqueó la lengua—Tú sí sabes.

Cuando Pedri se fue Sofía sintió que el pecho se le apretaba por el hecho de tener que enfrentar aquella situación por su propia cuenta. Luego de acabarse a mordidas casi toda la piel de su dedo pulgar de la mano por puro nerviosismo, ella se puso de pie en frente de la puerta para encarar sus miedos.

—Bien...Bien —caminó de un lado a otro—. Es mejor hacerlo rápido, mientras menos lo piense mejor...Que sea rápido, como quitar una curita —tomó aire—. Uno...Dos...Tres...Y me arrepiento —gruñó mientras detenía su caminata a la puerta—. ¿Cómo puedo ser tan cobarde?

La verdad así se sentía, y no era nada lindo.

—Vale, se acabó, lo haremos rápido, saldremos y todo estará hecho —volvió a decirse a sí misma—. Uno...Dos...Tres.

Tal y como se había dicho actuó con rapidez. Puso la tarjeta llave sobre el lector de la puerta e ingresó sin más al cuarto, cerrando rápidamente la puerta a sus espaldas como si eso la ayudara a mantenerse dentro sin huir.

—Bien...No fue tan difícil.

Tenía razón, porque ahora venía la parte difícil.

Sofía se encontró con un pequeño dilema.

Observó el lugar e inmediatamente identifico las camas. Sin embargo, no pudo reconocer cuál era la de cual.

—Eh... —se congeló al frente de ellas—. Ay no.

No había nada allí que indicara cuál cama pertenecía a los jugadores. Todo estaba limpio, ninguna maleta estaba desarmada y ellos se habían llevado sus cosas personales al estadio. De hecho, las maletas aún permanecían en la. No había nada que le diera un indicio.

—Bien ¿Y ahora qué?

Ya era muy tarde para llamar a Pedri. Él ya debía de haber llegado a la práctica antes del partido y eso le imposibilitaba usar su aparato móvil hasta después del encuentro. Y, si aún no llegaba, él tenía la costumbre de apagar su celular cuando iba a un juego, por lo que no tendría oportunidad de llamarte a su amigo.

Vamos, vamos, vamos ¿Qué cosa allí le podía indicar cuál era la cama de Gavi?

Izquierda o derecha, izquierda o derecha, izquierda o derecha.

—A ver —comenzó a hablarse a sí misma—. Pablo no tiene ninguna preferencia específica a la hora de dormir...Pedri tampoco —caminó en círculos—. Sin embargo, creo que Pablo le deja a Pedri la cama que da hacia la ventana cada vez que viajan...Sí...Creo.

¿Iba a tomar esa oportunidad? No tenía nada más que la iluminara.

—Vale, al diablo, hagamos esto de una vez, debe ser esa —señaló la cama a su derecha.

Caminó los pasos que la separaban de la cama y con los dedos temblando depositó el trozo de papel doblado sobre la almohada. Lo miró unos segundos y tuvo que apretarse la mano con la otra para no sacar la carta de ahí y salir huyendo.

Ya estaba hecho.

Lo logró.

Ya estaba el primer paso de su declaración de amor.

Casi a punto de desmayarse por el nerviosismo, la cantante salió del cuarto, cerró todo y se fue de allí con velocidad evitando que un impulso de idiotez se apoderara de ella y la hiciera volver por la carta. Mientras menos lo pensara era mejor; ya estaba hecho.

La chica finalmente llegó al estadio en donde el Barça se enfrentaría al Valencia y subió rápidamente a su asiento a la espera de que el encuentro iniciara. Le costó bastante poder concentrarse en el partido ya que por los primeros minutos estuvo sentada, con la vista al suelo, con sus pies moviéndose sin parar y pensando en lo que había hecho recientemente.

¿Qué le diría Pablo? Si la rechazaba ¿Eso arruinaría su amistad? ¿Los separaría permanentemente y cambiaría todo entre ellos?

Cadaval estaba asustada.

Finalmente decidió disfrutar del juego y celebró una victoria más de su amado conjunto azul-grana que venció a los dueños de casa 1-0 con un gol de último minuto de Lewandowski. Era una victoria importante para el equipo y los hacía avanzar cada vez más en la tabla de posiciones.

El partido terminó y los jugadores festejaron, se felicitaron y saludaron a la hinchada para luego irse a sus respectivos camarines y posteriormente al hotel.

Sofía divisó a Gavi, y Gavi la divisó a ella. Se saludaron con emoción y la cantante levantó sus pulgares en alto mientras saltaba, felicitando a su amigo por aquel triunfo y teniendo el corazón a mil por hora.

Estando ahí en la tribuna, alentando al equipo ganador, viendo como Gavi se despedía de la hinchada y esperando su momento para bajar a saludarlo...A Sofía se le apretó el estómago.

Oh no.

Nop.

No, no, no.

Se arrepintió.

Cuando sus ojos conectaron con los de él Sofía se arrepintió.

Su sonrisa se esfumó.

Su seguridad desapareció.

No había más valentía.

Momento de abortar misión.

—Pedri —lo primero fue casi un susurro inconsiente—. ¡Pedri! ¡Pedri!

La castaña comenzó a moverse entre la gente para ver si con suerte alcanzaba a encontrar a su amigo.

—¡Me arrepentí! ¡Aborta misión! ¡Aborta misión!

Estaba desesperada. Fue como si de un momento a otro toda la valentía que se le había acumulado se fuera en el aire como un globo desinflado volando. Fue un súbito sentimiento que la atacó brutalmente.

—¡Hay que recuperar esa carta ahora!



























































HOLA HOLA, QUE EMOCIÓN ESTO. YA TENEMOS EL PRIMER CAPÍTULO ARRIBA.

qué nervios y qué ganas de ya iniciar.

qué les pareció? que opinamos de la sofi ya que la conocemos? que irá a pasar con la carta? AAAA se vienen cositas. déjenme saber que les pareció, les estaré leyendo <3

estoy un poquito delicada de salud así que menos mal deje otros capítulos escritos muajajaja así que espero poder subirlos cuando pueda.

en fin! gracias por todo el apoyo que le han dado a esta fic. les amo! nos vemos prontooo<333

nat

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