notice me • erling haaland x...

By skyguyapologist

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Julián Álvarez es campeón del mundo, ni más, ni menos. Erling Haaland lo estuvo esperando pacientemente dura... More

Capítulo I: Campeón Mundial
Capítulo II: Cuando No Estás
Capítulo III: Bastará
Capítulo V: Me Enamora
Capítulo VI: Pasos Al Costado
Capitulo VII: Yo Te Diré
Capítulo VIII: Voy A Vos
Capítulo XIX: Yo No Soy Celoso
Capítulo X: Somos Novios
Capítulo XI: Contigo En La Distancia

Cápitulo IV: Antes Que Ver El Sol

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By skyguyapologist

El siguiente partido del Manchester era con nada menos que el Chelsea, equipo que estaba poniendole los pelos de punta por la indecisión que mostraban para con su amigo Enzo, Julián tenía muchas ganas de desquitar sus frustraciones en la cancha, no solo por el pase improbable de su amigo, sino porque la situación con un cierto rubio empezaba a impacientarlo, Erling estaba más atento que nunca físicamente, lo llavaba de un lugar a otro con su brazo sobre sus hombros o alrededor de su cintura, le sonreía cada vez que cruzaban miradas en el comedor y no dejaba de encontrar ocasión para marcarlo en los entrenamientos, siempre estando ahí, siempre al alcance de su mano.

Pero él y Julián ya no charlaban como antes, no podían mantener una charla por mas de unos 10 minutos porque alguno siempre buscaba alguna excusa para terminarla e irse a otro lado. No habían discutido, no habían peleado, simplemente la tensión indiscutida entre ellos se volvía cada vez mas densa, más dificil de ocultar. Estar juntos en su habitación se había vuelto un ejercicio de resistencia, cada vez que el noruego se cambiaba frente a él, despojandose agilmente de su ropa, Julián tenía que contar hasta 100. Era asfixiante.

Julián miraba como Erling se paseaba por el predio con su pelo suelto y al viento después de su ducha, con total despreocupación y sin percatarse de la mirada del castaño sobre él, este bufó y se levantó del sillón donde estaba. Salió sin despedirse de sus compañeros, caminando con paso apresurado a su habitación. Al abrir la puerta el perfume del noruego -regalo de Julián, por cierto- lo invadió y tuvo que dar un par de bocanadas para acostumbrarse, pensó que podría escapar un rato de su compañero, pero ahora que toda la habitación parecía impregnada con su aroma se sentía abrumado, necesitaba salir de allí, en ese mismo instante se encaminó a su comoda y tomó un pantalón, se cambió y decidió que no tenía porqué cambiarse la campera del club, dió una ultima ojeada a la habiatación, guardó su billetera y su telefono en los bolsillos del jean, tomó un gorro de la mesa de luz y salió. Caminó lo más rápido que pudo hacia la calle, solo cuando estuvo afuera sintió que podía respirar.

Caminó sin rumbo durante lo que parecieron horas, llegó al centro, las calles estaban concurridas, había autos yendo y viniendo, y la atmosfera estaba cargada de monotonía. Julián trató de dejarse llevar por ella, intentó no prestar atención a su desbordante corazón que le imploraba por un descargo, un consuelo, un hombro amigo. Nunca se quejaba de su decisión de estar lejos de casa, no es como si no tuviera amigos en el City, pero ahora mismo habían una o dos personas con las que hablaría de esto, y ninguna de las dos estaban en condicieones de responder, la primera, su madre, seguramente dormía en su cama en Argentina y la segunda persona, su amigo y compañero de cuarto durante su tiempo en la selección, Enzo, seguramente estaba ocupado con el Benfica. De cualquier manera la cabeza de Julián estaba en tal estado que no quería ni podía poner sus pensamientos en palabras, quería a Haaland y sabía que el rubio debía de quererlo también, no había otra explicación para sus incansables cuidados, sus incesantes preguntas sobre su día o la ternura de sus palabras. Pero si se querían, ¿por qué no pasaba nada entre ellos? El cordobés ya sabía la respuesta, la sabía pero no se atrevía formularla enteramente en su cabeza, porque al hacerlo tendría que enfrentarla.

La verdad impronunciable que amenazaba con materializarse en cualquier momento era que si algo pasaba entre ellos, si uno de los dos daba ese paso adelante, habría posibilidad de que todo terminara consumiendose tan rapido como un fosforo, ardiente y luminoso en el principio, pero que al consumirse puede quemar para luego enfriarse para siempre.

No habría vuelta atrás, no podrían ser capaces de volver al lo que eran, a las caricias robadas en los vestidores, a las palabras dulces susurradas en la seguridad de la madrugada y a los exagerados gestos en público que permitía la cultura del deporte. El argentino no era tan ingenuo como parecía, quería que Haaland diera ese salto con él y que lo intentaran, quería que sus muros desaparecieran y lo invitara a entrar, temía empezar a resentirlo por cuidarlo tanto que lo cuidaba de él.

Julián no era una persona ajena a las decisiones dificiles, pero casi siempre el camino parecía labrado ante él, las decisiones, aunque dificiles en el momento, eran claramente el paso en la dirección correcta. Esta vez, sin embargo, no tenía idea de que era lo que debía hacer, cual era el paso a seguir para que pudiera hacerle entender a Erling cuanto significaba para él.

La noche cayó sobre la ciudad y tuvo que emprender su viaje de vuelta a la concentración. Caminó lo mas despacio posible para alargar el camino, no estaba de animos para cenar con el equipo o para nada en realidad, solo quería dormir.

-

El partido contra el Chelsea llegó y se fue como un suspiro, o así lo sintió el argentino que tuvo que verlo en su totalidad desde el banco de suplentes. Había discutido con su técnico acerca de ponerlo en el banco otra vez cuando anunció a los 11 titulares unos días antes del partido y con el pretexto de enseñarle una lección, Guardiola le dijo que ahí mismo se iba a quedar hasta que se le bajaran "los humitos de campeón del mundo, que la copa ya acabó, hombre. A ver si espabilas de una vez, que andas distraído desde que regresaste de Argentina". No podía creerlo, realmente no podía.

-Este club de mierda -maldijo cuando salió de la oficina de Pep.

-Epa, ¿que ha pasao', Juli? -era Rodri que pasaba camino a su habitación.

El español era de una naturaleza tranquila, era bastante querido por todos y muchas veces había querido acercarse a Julián, al ser uno de los pocos que hablaban español en el club inglés. Sus intentos habían cesado este último tiempo ya que interpretaba la timidez de Julián por apatía, así que se limitaba a algún saludo amable o preguntas casuales.

Rodri no sabía que acababa de hacer la pregunta que Julián más necesitaba que le hicieran desde hacía semanas.

-No, boludo, pasa que... ¿Tenés un chachito pa' charlar? Te invito un café.

El asombro se hizo notar en la cara de su compañero, era la mayor cantidad de palabras que había conseguido arrancarle al argentino en su corta temporada en el Manchester, Julián por su parte también estaba aturdido por su propio ataque de confianza y se arrepintió al instante, que tarado que soy, pensó. Estuvo por disculparse y salir corriendo cuando el español lo sacó de sus pensamientos rodeando sus hombros con el brazo.

-Claro que si. Que me habías tomado por sorpresa, no te hacía un hombre de café.

Comenzaron a caminar por el pasillo que los llevaba al comedor.

-¿Y un hombre de que me hacías?

-Pues de mate, hombre, que sé yo.

-Da, culiao'. Si nadie toma mate acá, no me gusta tomar solo.

-No lo sé, solo te digo que al Kun le cumplía el capricho de tomar mate de vez en cuando.

-¿Vos me estás diciendo en serio?

-Pero claro, tío. Pero te advierto que solo lo tomo dulce, aún no pillo como os gusta amargo.

-Pero si el Kun lo tomaba amargo.

-Era nuestro secreto, no se lo digas a nadie, ¿eh? -el tono de Rodri era tan relajado, tan fácil de seguirle la charla que Julián no pudo contener la sonrisa.

-Dale, dale. Yo no digo nada, aparte me sirve porque yo lo tomo dulce también.

Entraron en el comedor y se acercaron a la parte con las cafeteras, el juego de mate de Julián estaba en su habitación y por mas que Rodri se hubiera ofrecido no quería cruzarse a Erling en ese momento.

-Estamos de suerte, entonces. Vamos, araña, dime que anda pasando en esa cabecita tuya.

Fue así como con un café de por medio, Julián se permitió hablar de sus inquietudes, la mirada atenta y amable del hombrre sentado frente a él le dio seguridad y el hecho de que pudiera hacerlo en español le daba una rara sensación de confidencialidad, aún si alguien los escuchara no los entenderían. Primero habló sobre lso comentarios de Guardiola, que era la razón de la conversación en primer lugar, Rodri le dijo que no se lo tomara personal.

-Aveces estas cosas pasan, Julián. Puedes ser el mejor jugador del mundo y ser enviado a la banca igualmente, el deporte es así.

-Pero, ¿a vos te aprece justo esto, Rodri?

-No es sobre si me parece justo o no, Juli. Aveces simplemente tenemos que hacer cosas que prefeririamos no hacer. Es parte del fútbol y de la vida -el español sentía que lo perdía así que decidió cambiar el rumbo de la conversación- escúchame, volverás a la cancha antes de lo que crees, pero creo que esto no es todo lo que te tiene preocupado, ¿verdad?

El argentino miraba su taza medio vacía, debatiendose entre contar los problemas más cercanos a su corazón o levantarse y agradecerle a Rodri su tiempo.

Pensó en su angustia y en como estaba afectando otros aspectos de su vida, pensó en el comentario de Guardiola, distraído, así que así era percibido desde afuera su torbellino de emociones, la incertidumbre, la duda, la ansiedad, todo acomodado bajo una pequeña e inofensiva palabra, distraído. Ojalá estuviera distraído, si lo estuviera podría pensar en cualquier otra cosa que no fueran ojos azules, camisetas perfectamente dobladas en la punta de la cama o el fantasma de un beso en su mejilla. Podría ser capaz de no sonrojarse con cada mirada o de formular una oración mas larga de cuatro palabras. Distraído.

-Bueno, te cuento. Pero mira que no voy a dar nombres, eh.

Los ojos de Rodri brillaron al escuchar eso, se acomodó en su asiento, puso los codos sobre la mesa y apoyó la cabeza en sus manos como un niño, ya no había vuelta atrás.
Sin dar nombres le contó todo, que tenía un amigo muy cercano con el que antes de partir al Mundial habían tenido una especie de tensión sin resolver y que ahora no sabía que hacer, no sabía cómo sacar el tema a la luz o si debía hacerlo, no sabía cómo salir de esa situación porque no quería perder lo que ya tenían. Habló y habló sin ser interrumpido por varios minutos, al punto que su café quedó frío y olvidado en la mesa, sentía cómo se le quitaba un peso de encima con cada palabra que salía de su boca. Su compañero se limitaba a asentir y hacerle gestos de aprobación o negación con las manos, cualquier cosa para que el cordobés no parara de hablar. Al llegar al final del relato hizo una mueca de desconcierto levantó los hombros.

-Así que no tengo ni la más pálida idea de que hacer, Ro. Básicamente es eso lo que me pasa.

El español sonrió al escuchar el apodo, se echó atrás en la silla quedando recostado en el respaldo y lo miró durante unos segundo que a Julián se le hicieron eternos.

-Está bien, Juli. Ahora óyeme tú a mí. ¿Estás seguro que está persona, a la cuál no conozco claro, te puede ser recíproca?

De nuevo los ojos de Haaland invadieron su mente, asintió sin más.

-Pues yo creo que debes buscar el momento para actuar, y hacerlo cuando lo creas correcto. Sin apresurarte, ¿sabes?

-Pero yo no se cuando más pueda seguir así.

-Bueno pero esto es un tema de dos personas, ¿no crees? ¿no querrías que esta persona tomara en cuenta tus sentimientos antes de actuar?

El argentino no pudo evitar soltar un bufido de frustración, aun cuando estaba pensando en confesar sus sentimientos por Erling no podía dejar de pensar en lo que él quería, en lo mucho que deseaba esto. Se sintió un poco egoísta, evitando a Erling cada que podía porque no lograba contener los caprichos de su corazón, escapando de las conversaciones porque no quería llegar a algún tema crucial que los obligara a hablar sobre el elefante en la habitación, Julián se creía un hombre íntegro, pero en ese momento, con su compañero sonriéndole amablemente, con media taza de café frío y el corazón nublado, se sentía como un niño.

-No, tenes razón, loco. Tengo que pensar nomás -dijo al mismo tiempo que se pasaba una mano por el pelo, su cuerpo delatando su exasperación.

Rodri asintió y en ese momento sonó su teléfono, lo sacó del bolsillo y atendió una llamada. Le hizo una seña a Julian de que debía atender esto, lo saludo chocándole el puño que tenía desocupado, se levantó de su asiento y salió del comedor.
Sintiendo su propio teléfono vibrar, el cordobés lo saca de su bolsillo y mira los mensajes no leídos del grupo de la selección, hay unos cuantos hablando del partido contra el Chelsea, que más les valía ganar para vengar a Enzo, que Julian le dijera al androide que jugara bien y les rompiera todo el arco por dar tantas vueltas con el asunto. Dejó escapar una risita mientras contestaba.

Cuando hubo acabado se levantó y juntó las tazas de la mesa llevándolas a la cocina, las lavó mientras cantaba en susurros una canción que escuchó en la mañana apenas se levantó.

-Ay, ¿cuándo?, mi vida, ¿cuando va a ser el día que tu pared desaparezca?

-

Fue así que el 1-0 le dio venganza a los amigos de Fernández, Julian estaba en la banca con la cabeza en cualquier lado menos allí, solo prestaba atención cuando cierto rubio pasaba como un rayo delante de él.
Cuando sonó el silbato final sus compañeros fueron a festejar con los que habían jugado, él se quedó quieto en su lugar, sin saber realmente si estaba contento por la victoria o no.

-

A lo lejos Erling observaba como su castaño favorito miraba a un punto lejano, o más bien a la nada con una expresión ilegible mientras él recibía palmadas y abrazos de felicitaciones, las palabras que Silva pronunció el día que Argentina salió campeón resonaron en su cabeza.

¿Querrá irse?, pensó.

No podía permitirlo, no iba a permitirlo.

-

N/A: este capítulo está inspirado en la canción homónima de Coti con Dani Martin 🤍

Capítulo cuatro!!! Ojala lo disfruten, es un poco más denso que los anteriores pero quería que conocieran más a mi Juli, la araña anda perdida en su cabeza 😭
Gracias otra vez por todos los comentarios que van dejando, me alegran el día 💕

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