—Havva. ya terminaste tus lecciones? —preguntó la sultana a quien consideraba como una madre.
— así es, he terminado. — Le sonreí.
—Muy bien, en unos dias volveremos a la capital. Mustafa tendrá su ceremonia y luego de un tiempo iremos a la provincia que su majestad le asigne — asentí con mi cabeza sonriendo
— Dejaremos edirne para siempre sultana?
— Lastimosamente si, pero no te preocupes volveremos en algún momento
Vivía en el palacio de Edirne, desde que tenía memoria, y era divertido, recibía ciertas clases, y pasaba tiempo con mi familia, que eran Mustafa y Mahidevran, me gustaba mucho vivir en edirne, ahí me sentía libre de hacer cualquier cosa, no era una criada pero tampoco tenía las obligaciones de una sultana, por lo que podía irme donde fuera, y me gustaba mucho explorar.
— Ve a buscar a Mustafa, almorzaremos juntos. —Asentí y salí de la habitación para buscar al príncipe.
Pronto lo encontré en el jardín practicando con su espada como de costumbre, ni siquiera me miró cuando me acerque a él de lo concentrado que estaba, así que tomé una espada y me le plante enfrente.
El se sorprendió pero sonrió, empezamos una pequeña lucha y el termino vencedor como siempre, se rió y soltó su espada para abrazarme.
— Para la próxima, mejor dime que necesitas que vaya contigo. Podría ser peligroso si te llegas a hacer daño — me tomó de la cintura y yo puse mis brazos al rededor de su cuello.
— Tuve un gran maestro de espada, es imposible que me haga daño — sonreí y el me acercó a su cuerpo otra vez.
Podía sentir los latidos de su corazón en mi oreja, el me hacía sentir cálida, me gustaba la sensación que tenia cada vez que estaba con el a solas.
— La sultana nos llama para comer, vamos. —Le sonreí para tomar su mano y llevarlo conmigo.
Entramos en los aposentos y almorzamos juntos como una familia.
[...]
— Nunca volveremos? — Pregunté entristecida, estamos a punto de partir a la capital y dejar edirne, mi hogar.
Mustafa llegó por atrás y me abrazó fuertemente y acariciar mi cabello.
— Volveremos cada vez que tenga tiempo si? —Trató de consolarme, pero no era muy reconfortante, cuando tendría tiempo?
Asentí con mi cabeza y subimos a los carruajes. El viaje se me hizo eterno, a pesar de que no estábamos tan lejos. Yo iba en un carruaje con Mustafa, a pedido de el ya que noto que yo no me encontraba muy bien.
El ambiente era espeso, mi tristeza se sentía, y Mustafa no sabía que decir.
— Conocerás a mis hermanos, — volteé a verlo.
— ah si? — El asintió.
— Uno de ellos tiene tu edad, su nombre es Mehmet, tal vez hayas escuchado de el — Yo asentí.
— La sultana lo menciona de vez en cuando, al igual que a Hurrem. —volteé mi cara a la ventana.
La sultana Hurrem, era la peor enemiga de madre, según lo que me había contado era la mujer más malvada que había pisado esta tierra, por supuesto me intrigaba conocerla, hasta ahora nunca la había visto antes, excepto una vez, cuando caminaba por el palacio Topkapi hace ya muchos años, cuando miré a una mujer pelirroja muy hermosa, era la mujer más bella que vi alguna vez, pero no intercambiamos palabra.
Luego de varias horas de viaje en silencio, el carruaje se detuvo.
— Hemos llegado —me sonrió Mustafa, tomó mi mano y me ayudó a bajar de el carruaje.
Me sorprendí al ver a varias personas ahí presentes, solté rápidamente la mano de Mustafa, haciendo que el me mirara confundido.
— Atención, El príncipe Mustafa la sultana Mahidevran y la Señorita Havva están aqui! — Anunció un eunuco y todos los presentes se inclinaron.
Supuse que todos eran sirvientes, criadas y Eunucos, no me equivoqué, en fin, nos llevaron a los aposentos de su majestad, donde nos esperaba más gente todavía.
— Su majestad, el príncipe está aquí.
El sultán se dirigió a su hijo y le dio un fuerte abrazo, luego me vio a mi y me abrazó fuertemente también
— Havva, como has estado? — Acarició mi cabello con delicadeza para dedicarme una sonrisa.
— Me encuentro bien su majestad, es un honor volverlo a ver.
— Me alegra escuchar eso, sultana. — el me sonrió muy feliz y yo lo miré un poco extrañado, nunca antes me había llamado así. — Me dijeron que has mejorado mucho en italiano — me sonroje avergonzada por el halago de su majestad
— Trato de hacerlo lo mejor que puedo, su majestad.
—Mandé a que prepararan unos aposentos especialmente para ti, Balibey, te llevará, debo hablar con Mahidevran y mi hijo.
Asentí y me retiré con Balibey no sin antes sonreírle a Mustafa.
— Es un gusto volverla a ver señorita. — Habló Balibey mientras caminábamos por el pasillo
— Podría decir lo mismo — me reí levemente.
— Se irá con el príncipe cuando lo envíen a Manisa?
— espero que así sea — Baje la mirada con una sonrisa.
Fácilmente podrían percatarse que estoy enamorada de el príncipe, sin embargo la sultana Mahidevran nunca aceptaría tal cosa, aún así no pierdo la esperanza.
— Señorita llegamos a sus aposentos, están cerca de los aposentos de el príncipe Mehmet
— Está bien, y... donde están los aposentos de el príncipe Mustafa ? —Pregunté inocentemente y Balibey soltó una carcajada.
— Están más alejados, así lo decidió el sultán. — Hice un gesto de disgusto. — Llámeme si necesita algo —yo asentí.
Le agradecí a Balibey y entré en mis aposentos, se parecían mucho a mis aposentos en Edirne, solo que está habitación tenía más ventanas por lo que estaba más iluminada.
Me acosté en la cama aburrida y solté un largo suspiro. Que debería hacer? Mi equipaje no viene hasta dentro de unas horas, Mustafa esta con el sultán, y no conozco a nadie más que Balibey e Ibrahim pasha en el palacio
— debería ir a dar un paseo? — me senté en mi cama rápidamente. — Ay no, no quiero caminar — Me dejé caer en la cama otra vez.
— Tal vez algo de comer? — Me levante otra vez.— No ya comí mucho, me va a doler la panza si sigo así. — Me dejé caer de nuevo.
Solté otro largo suspiro, y me levanté de la cama para dirigirme a la ventana y observar a través de ella.
La ventana daba Justo al jardín privado, ahí no había nada literalmente, ni un alma. Me gusto lo Pacífico que se veía, lleno de flores pero sin nadie ahí.
— Tal vez ir a dar un paseo por el jardín — Sonreí como niña pequeña.
Salí de mis aposentos volteé a ver a ambos lados, no había nadie en el pasillo, levanté un poco mi vestido y corrí.
Llegue al jardín privado corriendo, gracias a Allah todo poderoso no me encontré con nadie en el camino. Me adentré en el pasto de el jardín.
Admire muchas flores de las cuales había estudiado antes, por supuesto no iba a cortar ninguna, eran demasiado bellas y frágiles para hacerlo.
— que lindas — exclamé viendo algunas rosas blancas que apenas florecían. — En edirne hay muchas de estas.
— Señorita, qué haces ? —me sobresalte y volteé a ver.
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Holaa, espero que esta les guste mucho este capítulo y la historia en general <3😁