Con la maleta llena de sueños...

By Hubrism

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Dayana nunca ha levantado el interés de los chamos, pero eso está a punto de cambiar cuando entra a estudiar... More

Resumen + Nota de la Autora
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (parte 1)
Capítulo 16 (parte 2)
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29 (parte 1)
Capítulo 29 (parte 2)
Capítulo 30 (parte 1)
Capítulo 30 (parte 2)
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41

Capítulo 23

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By Hubrism

PASADO 22

Al día siguiente todo va de mal en peor. En la mañana se me pierde un lente de contacto y tengo que ponerme los tradicionales que usaba en el liceo. El conjunto bonito que me quería poner aparece en la pila de la ropa sucia oliendo a que no fue un error que se encontrara ahí. Termino con una franela demasiado grande que me hace ver como si estuviera en los noventas. Salgo tarde de la casa y el Ruta 6 casi me deja botada. Y ahora el parcial de Programación es una cosa así como si yo hubiera estudiado tailandés y lo que me preguntaran fuera japonés.

No sé en qué momento mis ataques de pánico que solían darme cuando tenía que hacer una presentación frente a todo el mundo, se volvieron algo que rutinariamente me da durante los exámenes.

A diferencia de antes, que me quedaba congelada y de vaina podía respirar, ahora he desarrollado el talento de conscientemente saber que estoy jodida, pero aún así dejar que mi mano siga escribiendo jeroglíficos que a veces resultan acertados y otras veces me delatan como la impostora que soy.

Hago una pausa porque mi mano se acalambra. Cuando levanto la cabeza me doy cuenta de varias cosas. La primera, tengo lágrimas en los ojos, pero eso no es primicia nacional. Soy una llorona y ya todos lo saben. Segundo, veo terror en las caras de algunos compañeros. Muy bien. Digo, no por ellos, sino que me hace sentir menos neófita. Tercero, la profesora se está limando las uñas. Desgraciada.

Uno de los primeros en entregar el examen es Teófilo. Tiene cara de que perdió la guerra cuando sale del salón. Uno por uno lo van siguiendo los demás.

Yo me quedo casi hasta el final lanzando todo disparate sobre la hoja de examen que se me ocurre. Una de las cosas que más me ha hecho perder la cordura es tener que transformar un código de software a un diagrama en papel. Porque obvio no hay plata para computadoras donde hacer esto, y en realidad si las hubiera no hay garantía de que lo haría mejor en una pantalla.

Por el rabo del ojo veo que salen los últimos dos y la profesora se aclara la garganta. Es hora de tirar la toalla. Recojo mis peroles y entrego la hoja de examen con una pequeña plegaria en mi mente por un milagro. Es otro hábito que he agarrado.

Arrastro los pies fuera del salón. Lamentablemente en la tarde tenemos el parcial de Estática, así que no es como que me puedo ir a mi casa a esconderme debajo de las sábanas por el resto del día.

—¿Me vas a seguir ignorando?

Me freno de golpe y me estrello contra la puerta cerrada del salón detrás de mí. Pero en frente a mí no hay nadie, y aunque la voz me resulta familiar no creo que esto sea dirigido a mí.

Continúo hacia las escaleras para bajar hacia el Pasillo General y doblo la esquina del salón. Me freno en seco y mis reflejos atinan a hacerme regresar sin ser vista.

Porque a medio camino están Andrea y Tomás, y fue ella quien hizo la pregunta.

—No te estoy ignorando, estoy ocupado.

—¿Ah, sí? ¿Por eso diste la vuelta en U temprano cuando me viste?

No lo culpo. Yo justo hice lo mismo esta mañana cuando la vi.

—Sí, porque estoy demasiado ocupado como para dedicarte tiempo. Chao. —Oigo los pasos de Tomás alejarse.

Vaya, vaya. Con que así es como suena Tomás Arriaga cuando tiene el modo odioso full chola.

Me asomo por la esquina y veo a Andrea alcanzarlo enseguida. Se atraviesa entre él y el acceso a las escaleras con los brazos extendidos hacia los lados, en caso de que él tuviera duda sobre su propósito.

—Tomás, ¿no te das cuenta de que yo solo te quería proteger?

Como él me da la espalda, distingo sus hombros contraerse con tanta tensión que la parte de atrás de su franela verde se arruga.

—¡No soy un bebé en pañales como para que me protejas!

—Yo sé. —No veo la expresión de ella porque Tomás la tapa, pero su voz suena temblorosa, como que quizás está a punto de llorar—. Pero ellos no te conocen como yo, ni saben por lo que has pasado.

—Claro que no, porque no dejas que los conozca yo primero.

«Así es, ¡tú dile, Tomás!».

Una vocecita sensata en el fondo de mi mente sugiere que de la vuelta en U otra vez y agarre el camino largo para bajar y encontrarme con Javi en la cantina de Arquitectura. Sería lo correcto, sobretodo después de lo que pasó con los espionajes de Erika el año pasado. Y como no soy una niña mala, empiezo a alejarme cuando oigo mi nombre.

—¿Y crees que gentuza como Erika y Dayana quieren ser tus amigas? —Andrea bufa.

—¿Qué dijiste? —La pregunta la hace Tomás pero hace eco a la mía.

Con la misma me regreso a la esquina. Yo no tengo la culpa de que se pusieran a hablar de mí justo afuera del salón de clase. Esto sí que es personal, en contraste con la acosadera de Erika.

—Por favor, no seas ingenuo, Tomás. Esas dos quieren otra cosa contigo.

—Ya está bueno. —Hace ademán de rodearla para seguir de largo pero ella no lo deja.

En el jamaqueo Andrea queda al descubierto y me escondo detrás de la pared otra vez. Mi corazón late al mismo ritmo de cuando me quiere dar un ataque de pánico. Ahora que sí quisiera irme al carajo, mis piernas se han convertido en dos bloques de plomo que solo pueden sostenerme en un solo sitio.

—No, Tomás escúchame. Yo sé que la Erika esa te vale mierda, pero no te dejes engañar por la otra. Es una pata en el suelo muy por debajo de tu nivel, igual que el resto de esta gente. No entiendo por qué te quieres rebajar así.

Ahí es cuando se me suben las hormonas, se me cruzan todos los cables y se me termina de apagar el cerebro lógico. Calor recorre mis venas como si fueran vetas de lava de un volcán a punto de estallar.

Y eso hago.

—Por lo menos yo no soy una engreída que se cree que el éxito financiero de sus padres es una personalidad válida. —Los dos se voltean con exactamente las mismas expresiones de shock y aprovecho para levantarles el dedo del medio—. Mantengan mi nombre fuera de sus bocas.

Piso tan fuerte que el eco me quiere dejar sorda. Los empujo a los dos fuera de mi camino y bajo por las escaleras con la frente bien en alto. Seré Dayana la del Barrio, pero mucho mejor eso que ser una copia al carbón de Soraya Montenegro.

Mis pulmones trabajan como si estuviera corriendo aunque camino a paso tranquilo hacia la entrada posterior a Arquitectura por el Ala C. Cierro y aprieto los puños como si me preparara para golpear a alguien. Cruzo a la izquierda y salgo al calor insoportable del mes de julio, que en este momento no se compara al de mi cuerpo.

Consigo a Javi debajo de una mata escribiendo un mensaje de texto que seguro va a su nuevo novio, con el que nos vamos a encontrar para almorzar.

—¿A que no sabéis lo que me acaba de pasar? —La rabia en mi voz es tan obvia que cuando Javi levanta la cara, su típica sonrisa se derrite.

—¿Por qué parece como si quisierais cometer un asesinato?

—Porque lo estoy contemplando. —Me planto frente a él y me obligo a respirar profundo varias veces.

—Que conste que quiero mantener mi record criminal pulcro.

—¡Dayana!

Los dos volteamos hacia la nueva voz.

¿Qué ven mis ojos? ¿Tomás corriendo hacia mí?

¿Corriendo? O sea, ¿con esfuerzo?

¿Y usando mi nombre?

—Dayana, ¿qué le hiciste? —Javi se ríe por lo bajito y yo le asesto un puñetazo en el costado.

Tomás se frena ante nosotros, jadeante. Acomoda las tiras de su morral que se habían deslizado por sus hombros, y empuja sus lentes que también le habían llegado a la punta de la nariz.

—Espera.

—Vámonos, Javi. —Agarro su brazo pero Javi no se mueve.

—No, yo quiero ver esto.

—Traidor.

—Yo no pienso así —dice Tomás. Se yergue a toda su altura y resulta que en realidad es tan alto como Javi.

—¿De que Javi es un traidor? —Frunzo el ceño.

—No, de lo que dijo Andrea. Nada de eso. Pero no me dio tiempo a decirlo antes de que nos mandaras a la porra.

—Javi, deja de mirarme así. Después te cuento. —Cruzo mis brazos y planto una mirada asesina en los ojos verdosos de Tomás—. Eso suena como una excusa conveniente después de que los agarré con las manos en la masa.

Tomás traga grueso.

—Bueno, como igual me voy a enterar de todo en los próximos minutos, creo que no está mal si me atravieso. Dayana —ordena Javi con voz de general del ejército—, al menos escucha al pobre pendejo que está medio ahogado.

Pendejo sí es.

—Está bien. Habla pues —espeto a regañadientes.

—Lo siento —empieza—, no debiste oír eso porque Andrea nunca lo debió haber dicho. Y se lo hice saber.

—Bien por tí.

Se pasa la mano por el pelo negro como el azabache. Parece que es el gesto que hace cuando está nervioso o exasperado.

—¿Qué puedo hacer para que no te sientas mal?

Mi cerebro deja de funcionar por un instante, como lo hace a veces durante los exámenes.

Sus cejas levantadas arrugan su frente con preocupación. Ahí es cuando caigo en la cuenta de lo que preguntó. Tomás no quiere saber qué hacer para que los perdone, sino qué puede hacer para que yo no me sienta como una mierda tal como quería lograr Andrea, y como se lo permití.

La furia en mi cuerpo se drena al instante. No sé ni cómo me mantengo de pie con la repentina falta de combustible.

—Bueno, no...

—No sé si sirva de mucho pero es en serio. Yo no opino nada de esas cosas.

—Te creo —suspiro.

¿Y cómo no? Si el que se tardó más de un año en decir hola se dignó a correr por la facultad hasta alcanzarme y disculparse.

Los hombros de Tomás finalmente se relajan.

—Bueno, este... Entonces hasta luego.

—Sí, hasta más tarde. —Intento sonreír para que vea que no estoy picada con él y no me sale, porque todavía estoy picada con Andrea. Sacudo la mano y eso finalmente lo pone en marcha.

Pero apenas da unos pasos y Tomás voltea a mirar sobre su hombro como si fuera a decir algo más. En vez de eso, aprieta la quijada y se va. Otra vez sus hombros van tensos.

—Aja, ¿qué fue todo eso?

Pego un brinco. Se me había olvidado que Javi estaba al lado mío.

—Mejor vámonos a comer, tu novio nos debe estar esperando desde hace rato —gruño.

—No, me escribió que va a salir tarde de clase así que tenemos bastante rato pa' que me echéis el cuento.

Se lo cuento mientras caminamos hacia la cola de la cantina. A lo que llegamos y nos ponemos al final, ya he terminado toda la historia. La mayor parte la presenció en persona.

—Guao. Yo pensé que estas vainas na' más pasaban en las novelas.

—Yo igual. —Pongo los ojos en blanco—. No sé qué hice pa' atraer tanta cuaima.

—Obviamente Erika y Andrea están celosas tuyo.

—Pero si la una me ve como un chicle en su zapato y la otra como un mojón en el camino.

Se ríe pero ante el endurecimiento de mis facciones se le pasa.

—Nadie está de acuerdo con eso, ni Tomás.

—Seguro que no quería quedar como un clasista de mierda como su novia, porque obviamente él es más inteligente que ella.

—Yo no estoy seguro de que Andrea sea su novia, por lo que dijo Tomás ayer.

—Lo de que no está interesado en ninguna obviamente iba dirigido hacia mí y hacia Erika.

—En fin, yo no creo que Tomás se disculpó por aparentar. —Su sonrisa patentada regresa—. Simplemente creo que él es buena gente.

Hago una mueca pero no puedo contradecirlo. Tomás me confunde. Parece un odioso que se cree más que los demás pero a veces, o quizás cada vez más, se porta como...

Finalmente la última pieza del rompecabezas que es Tomás Arriaga cae en su sitio.

—Tenéis razón —digo y asiento—, Tomás es chévere. Lo que es, es tímido y con mal gusto en novias.

—Si es que de verdad Andrea es su chicle. —Javi menea las cejas.

Verbalmente no añado nada, pero para mis adentros estoy totalmente de acuerdo.

NOTA DE LA AUTORA:

Toy aburrida y quiero más comentarios así que aquí va actualización sorpresa. ¿Cómo va el nuevo team? 😌

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