Yo siempre viví menospreciando a los demás... o eso creí, realmente yo me odiaba, mi forma de ser, mis ideas, mis ojos, mi... todo, siempre me odie, creo que odiaba cada cosa de mi y por eso alejaba a las personas, con la excusa de que yo era mejor que ellos, pero... tu viste mi fachada y la destruiste con unas pocas palabras, lo recuerdo bien, fue el día en que te conocí.
— ¿estas bien? — preguntó un pequeño peli verde con pecas a una niña pelirroja de ojos color miel sentada en un columpio, la niña lo observó un tanto confusa.
— ¿porque preguntas? — dijo en un tono neutral que realmente no quedaba con su edad, el niño se puso ligeramente nervioso y comenzó a murmurar cosas que la niña no entendía, por alguna razón eso se le hizo lindo.
— y-yo, perdon, es que te vi sola y pensé que te pasaba algo malo — la niña realmente no entendía el porque de las acciones del niño.
— ¿porque te importa lo que yo sienta? — pregunto algo curiosa por la respuesta del peliverde, el niño sonrió y como si nunca hubiera estado nervioso habló.
— cómo podría aspirar a ser un héroe si no ayudó a alguien que seguramente busca ayuda — dijo con una radiante sonrisa que deslumbró a la peli roja, está soltó una risita por el actuar del niño brócoli, el cual miró a la niña.
— ya veo... — el lugar se quedó en silencio, no era incómodo, de alguna manera, el silencio le trajo calma, no como antes que solo la hacía sentir sola, la pequeña levantó la mirada al sentir como alguien pasó cerca de ella, el pecoso se había sentado en el columpio de al lado.
— ¿quieres que te acompañe? — preguntó con una sonrisa, la niña sonrió, algo que no hacía mucho, realmente el brócoli le había echo sonreír mas que nadie en el mundo.
— tienes una sonrisa muy linda — dijo el pecoso sin pensar, el niño al darse cuenta de lo que dijo comenzó a tartamudear y se puso rojo cual tomate.
— gracias, tu sonrisa también es linda — dijo la niña, lo cual solo hizo que el brócoli se sonrojara más, la niña se rio nuevamente.
— soy makima... solo dime makima — dijo sonriendole al chico, este se calmo y le sonrió de vuelta.
— midoriya Izuku — dijo estirando su mano, la cual fue estrechada por la niña.
— espero que nos llevemos bien — dijo mientras comenzaba a columpiarse sin soltar la mano del peliverde, a ambos realmente no les importo el contacto del otro.
Ese día, fue el más feliz de mi vida y los que le siguieron... fueron mejores, crecimos, nos conocimos y terminamos enamorandonos, realmente no se que fue lo que me gusto mas de ti, tus ideales, tus acciones o que simplemente supieras el como tratarme, al final ambos comenzamos a salir, recuerdo cuando te me declaraste.
— ¡makima me gustas, sal conmigo! — dijo el joven peliverde a la pelirroja.
— esta bien, salgamos — dijo con una suave sonrisa, al peliverde se le iluminaron los ojos y terminó por abrazar a la chica.
Puede que no lo haya demostrado ese día, pero realmente cuando lo hiciste me alegre en gran manera, creí que si seguías sin entender mis indirectas, yo terminaria por abusar sexualmente de ti...
Tuvimos citas, me comprendiste mas y me enamore aun más de ti, sentía que todo estaba llendo muy bien... demasiado bien.
— makima, ¿que haces aquí? — pregunto el peliverde al ver a su novia enfrente de su puerta con una tormenta de por medio.
— mis padres me echaron de casa, dijeron que no querían seguir cuidando de un monstruo — dijo de manera tranquila, al peliverde se le apretó el corazón y estaba por derramar lágrimas.
— y-ya veo, pasa, te puedes enfermar — le dejo entrar a su hogar.
— Izuku, ¿querido quien es... — pregunto una peliverde mayor un tanto rellenita, siendo interrumpido al ver a la chica.
— ¡por dios!, ¡¿cariño estas bien?! — pregunto con clara preocupación, la pelirroja solo se limito a asentir, inko la madre de Izuku, le ayudó a secarse y le preparo un baño caliente, ya después le presto un poco de su ropa que usaba de joven.
— t-tu dormirás en la cama, yo duermo en el suelo — dijo el peli verde un tanto nervioso, puesto que su madre decidió (lo obligó) a que dejara que la chica durmiera con el con la excusa de que no podía permitir que ninguno de los dos durmiera en el sofá, la chica asintió y se acostó en la cama, palmeo ligeramente esta, indicando que quería que el pecoso se acercara, este acato la orden.
— no me importa que duermas conmigo — dijo con un tono seductor, al pecoso se le erizo la piel y comenzó a echar humo por la cabeza.
— n-no, eso está mal — intento levantarse pero la chica lo enredo con sus piernas.
— relajate, no haremos nada malo, solo... no quiero estar sola — dijo en un susurro lo último, el pecoso entendió el porqué del actuar de su novia y se acostó a un lado de ella, ambos entrelazaron sus manos.
— ¿estas bien? — preguntó un tanto preocupado el pecoso.
— si, no veo porque e de sentirme mal — dijo tranquila, el pecoso la atrajo y abrazo con algo de fuerza.
— te conosco, se que te duele, así que... dejalo salir — la chica escucho con atención y poco a poco sus ojos se llenaron de lágrimas, con fuerza abrazo al pecoso y desató todo el dolor en gritos y lamentos, el peliverde se limito a intentar consolarla.
Si, no tuve un buen día, pero bueno, te otorgaron un don para así poder cumplir tu sueño, ¿como lo sé?, te vi el día en el que te lo ofreció el héroe número uno, ingresaste a la academia de tus sueños, pasaste por muchas cosas, ayudaste a muchos, tuviste buenos y malos momentos, seguiste aún cuando te pedí que pararas, pues tenía miedo a que siguieras lastimandote, todo para volverte el héroe de miles, mataste a la alimaña de All For One y a sus estúpidos secuaces y llegaste a tu último año en la UA, pero... gracias a tus hazañas, ¡MUCHAS ARPIAS COMENZARON A PRESTARTE ATENCIÓN!, ¡TODAS CON LA MISMA INTENCIÓN!, ¡¡¡ALEJARTE DE MI!!!... pero desafortunadamente para ellas, yo no soy alguien a quien simplemente puedes dejar de lado, así que... un día, simplemente comenzaron a desaparecer, la primera, Ochaco Uraraka.
— hoy le diré lo que siento a deku-kun — dijo la peli castaña con gran energía, sin percatarse que detrás de ella se alzó una silueta con un bate.
Al día siguiente a la chica se le encontró sin vida en un barranco, varios huesos fracturados por golpes con un arma contundente, la causa de muerte, se desangro por las múltiples fracturas.
Ese día, te console, lloraste mucho y unimos nuestros cuerpos por primera vez, fue un gran día.
La segunda, yaoyorozu momo.
La joven heredera de los yaoyorozu fue encontrada en sus aposentos ahorcada, no hubo muestras de pelea o de que terceros ingresarán a su habitación, se declaró como suicidio.
Otro gran día, fue una gran amiga según me contaste, te lamentaste según tu, el no aver visto las señales para si poder evitar su muerte, te console y eso hizo crecer más nuestro amor, los años pasaron y gracias a ellos, más perras se unieron a la misión de separarnos, así que, una a una fueron cayendo, asui tsuyu, ashido mina, hagakure toru, shield melissa, hatsume mei y muchas, muchas mas fueron las cuales murieron por el bien de nuestro amor, a día de hoy siguen habiendo personas intentando separarnos, pero no te preocupes amor mio, prometo siempre proteger nuestro amor y evitare a toda costa que nos separen.
Se muestra a la pelirroja más adulta con una amable sonrisa, viendo el como un peliverde algo mayor jugaba con una niña con rasgos de ambos adultos.
— si... nada, ni nadie, nos separara — dijo mientras sobaba su ligeramente abultado vientre, con una sonrisa demente.
Y que tal, buen one-shot, ¿no?, se me vino esta idea y dije, porque no plasmarla aunque sea en un one-shot, quizás algún día haga una historia completa con detalles de esta idea o simplemente tome el ship y haga una historia completamente diferente, lo que sea primero, eso se lo dejo al yo del futuro, Chao, *hace el símbolo de paz y desaparece epicamente*.