Lunes
(Perspectiva de Yamaguchi)
Podía parecer que después de aquel día las cosas serían las mismas de siempre, sin embargo todo fue en picada después de su regreso. Yamaguchi notó un distanciamiento drástico por parte del rubio, las pláticas no se sentían como las mismas de siempre, incluso intentar sacarle conversación resultó complejo, de pronto era como si hubiera vuelto al punto de partida.
No comprendía la razón de aquel cambio sin tan solo dos días atrás todo parecía haber ido bien, había cuidado de él, había desayunado con él, compartió un tema que era muy personal con él y no solo eso, tuvo respuestas de apoyo que alegraron su momento y no se diga también de aquella acción que le hizo estallar de emoción. Despertó con una sonrisa una que se mantenía al recordar aquel día que le provocaba miles de sensaciones gratificantes, pero todo se esfumo cuando notó aquel alejamiento aún cuando el rubio dijera que todo estaba bien.
–Yamaguchi...–
–¿Si?–
–Tomare el otro camino...hoy debo llegar más temprano a casa, lo siento–
–Entiendo....nos vemos–
Mencionó un tanto abatido, el solo verle ir por otro lado ya resultaba abrumador pero no quería afligirse antes de tiempo ni mucho menos pensar cosas que no eran, quería pensar que no había sido un buen día y que al día siguiente todo sería mejor, hasta imaginó que el rubio llegaría con algún tema que ambos pudieran hablar mientras tomaban el mismo camino de siempre...
Que equivocado estaba, el día resultó igual y nuevamente había elegido el otro camino, pero ¿Qué podían ser dos? ¿ o tres? ¿o cuatro? Cinco, seis y siete días...había pasado una semana y Tsukishima no volvió a dirigirse hacia él de la misma manera, definitivamente todo estaba siendo un caos no solo en su mente sino también en su pecho. Era claro que algo no andaba bien y lo peor es que no comprendía la razón, pero extrañamente no estaba siendo grosero es decir le respondía de manera correcta, no ponía quejas ni hacia caras incluso podía sentir esa accesibilidad, simplemente era su lejanía, pero por alguna razón también le sentía ¿Perdido? No comprendía pero era algo que no le dejaba ver al Tsukishima de siempre.
Terminó pero también comenzó otra semana, semana en la que Yamaguchi aún se mantenía esperanzado, le comento sobre salir durante el fin de semana o solo verse en su casa o en su departamento pero el rubio se negó poniendo como excusa que estaba ocupado, estaba llegando a su límite. Seguía distante y el acompañarse a la hora de la salida ya no volvió a suceder, estaba esforzándose por no desmoronarse pero la gota que derramó el vaso fue cuando a mitad de la tercera semana exactamente un miércoles, llegó y no vio a Tsukishima sino a Haru, no pudo más cuando se enteró que había cambiado turno con él, fue ahí cuando comenzó abrumarse y a sobrepensar las cosas.
"¿y si hice algo mal?"
"¿Y si lo moleste con mis problemas?"
"Tal vez ahora él tiene algo, quiero ayudarlo pero no me deja ni acercarme"
Esos eran unos de los tantos pensamientos que tenía durante el día, sentía que el miedo de perderlo le volvía loco, no debía pero ahora sentía que no podía estar lejos de él incluso cuando eso no fuera algo sano. Intentó pensar en varias opciones, tal vez llegar a su casa y pedir hablar con él pero tampoco se atrevía a tanto, tampoco podía pedir cambiar su turno a la tarde/noche junto a Tsukishima ya que podría verse extraño pero....tal vez si podía cambiar el día del inventario y justamente con Karina, por primera vez en tres semanas podía sentir una pizca de esperanza, así que con suficiente valor le comento toda la situación a Karina o al menos algo de ello pidiéndole como favor que cambiará su día con el de ella, claramente la morena no dudó en hacerlo y eso era porque también había estado viendo un cambio en el rubio, esté nunca le quiso decir nada pero sabía que algo pasaba, algo relacionado con el peliverde.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Sábado
(Perspectiva de Tsukishima)
–Ah...sino iba a venir me hubiera enviado un mensaje–
Gruñó mientras veía el chat de la morena misma que no respondía sus mensajes, la razón de su insistencia era para saber si vendría ya que habían pasado 20 minutos de retraso, esperó un poco más y al ver que la media hora se había completado dio por hecho que no vendría. Suspiró resignando y mejor decidió comenzar a trabajar sin ella. No estaba de humor, no se sentía bien, se sentía atormentado por todas esas cosas que tenían que ver con el peliverde y se sentía como la peor persona del mundo por haber comenzado a comportarse de tal manera con él.
Todo se originó desde aquel día, día en el que se dejó llevar de más, rebasado el límite que se había planteado. Desde un principio se propuso el querer intentar algo con él sin embargo quería hacerlo de manera lenta y segura y no de la manera en como había actuado, sentía que había sido imprudente e incluso sentía que hizo algo que no le agrado al peliverde, según él.
"¿¡Cómo se te ocurrió hacer algo así Tsukishima!?"
"Seguramente le hice sentir extraño"
Cada vez que cerraba sus ojos podía recordar aquel momento, uno que en un inicio le hizo sentir emocionado pero poco después venía a él el momento justo cuando la mano del pecoso apretó su muñeca como si de pronto eso fuera alguna clase de llamada de atención para detenerse, eso le hizo casi correr de ahí y cuestionarse si había hecho bien o no. Después de tanto pensar llegó a la conclusión de que si temía por su rechazo y aunque claro, no planeaba forzarle a nada, la simple idea de recibir un:
"No me gustas"
"Me das miedo"
"¿¡Cómo se te ocurre algo así!?"
"¿Estás bien? ¿Sabes lo que estás diciendo?"
Le entristecía de gran manera. Podía conformarse con su amistad pero a esas alturas ya no podía continuar con una simple amistad, había rebasado el límite de sus sentimientos mismos que eran inconmensurables, así que no era tan sencillo fingir que no sentía nada más, igual y estaba siendo exagerado pero a veces deseaba ser comprendido solo un poco ya que nunca se había enamorado y era la primera vez que veía las cosas de manera distinta, por primera vez experimentaba emociones nunca antes vividas, era como un niño que iba aprendiendo cosas nuevas de las cuales sentía miedo. Pudo haber continuado con esos pensamientos que no le dejaban ni dormir de no ser por la puerta principal que le hizo volver a la realidad, al pensar que podría ser la morena volteó reprochando del porque había llegado tan tarde sin embargo a quien vio fue al peliverde dejándole al instante perplejo.
–Lo siento...tuve unos problemas para llegar–
–No importa– respondió brevemente –¿Qué haces aquí?–
–Bueno vine a trabajar...–
–Eso...eso lo sé pero Karina–
–Enfermó y me pidió que le reemplazara–
Por alguna razón el rubio le creyó así que no cuestionó más, tan solo asintió y se alejó hacia los pasillos finales, mientras tanto Yamaguchi soltó un suspiro nervioso, el haber intercambiado un par de palabras con el rubio le había hecho sentir pequeño, una sensación sin duda muy diferente y nada agradable pero no estaba ahí para acobardarse, había hecho todo eso por una sola razón, hablar con él de manera adulta, porque eso eran, adultos y los adultos solucionaban sus problemas hablando o eso pensaba. Claro también trabajaría así que fue hacia otro de los pasillos antes de actuar.
Su rutina iba desde acomodar libros, traerlos y llevarlos para regístralos, así como también ir a la bodega para guardar los que ya no eran necesarios y sacar los que eran nuevos, para todo eso se necesitaba de paciencia la cual era cada vez más escasa poniendo como protagonista principal a la inquietud e histeria en ambos, con decir que Tsukishima muy difícilmente podía mantenerse cuerdo. Yamaguchi por otra parte se sentía acelerado a lo que decidió actuar de una vez. Fue hacia el pasillo donde estaba el rubio, tocó su hombro y le espero con una mirada firme.
–¿Acabaste?–
–¡Tsukki explícame que es lo que está sucediendo contigo! –
Esa pregunta le congeló en segundos, sintió como si de pronto todo se hubiera detenido frente a él pero la realidad era que todo estaba sucediendo rápidamente, por lo que no podía darse el lujo de pensar demasiado, pero tal vez si podía dar una que otra respuesta vacía.
–¿Sucediéndome?–
–¡Ya basta!–La inesperada fuerza en sus palabras alarmó al más alto mismo que le miró expectante. –Para de hacer eso...y solo dame una respuesta porque no hay que ser tontos para saber que tienes algo, incluso has tomado distancia conmigo ¿hice algo mal?–
–Tú no eres el problema además hay cosas que no se pueden decir fácilmente por más amigos que seamos–
–Y si no soy el problema no entiendo tu forma de actuar, quiero ayudarte pero cada vez que me acerco es como si quisieras tenerme lejos de ti– las cosas parecían comenzar a desnivelarse.
–Ya te dije que no tiene que ver contigo–
–Entonces tan siquiera no me evites, dime que pasa...–
–No puedo, no ahora...–
Apretó tanto sus manos como sus labios, quería decirle pero no era tan sencillo para él, en este caso no sé trataba de un problema familiar o algo por el estilo, se trataba de estar enamorado de él y que temía por su rechazo, en verdad quería expresarle todo, pero su miedo lo retenía.
–Si hay algo que no me gusta de ti es que no eres sincero y te guardas demasiado las cosas ¿no eras tú el que me decía que no hiciera todo yo solo? pero te contradices al comportarte así contigo mismo, eres peor que yo en ese aspecto....dime ¿Es que no te doy confianza?–
–Yamaguchi...– la mirada aperlada era punzante, nunca pensó que aparte de él mismo alguien mas podría verlo así, pero ahí estaba el peliverde, mostrando su lado más oculto.
–Bien, olvídalo–
Se sentía herido y tal vez insuficiente por no lograr ayudarle pero tampoco pensaba forzarle a nada. Dio media vuelta y fue hacia la recepción para tomar sus cosas, Tsukishima al darse cuenta se alarmó ya que no pensó que fuera a irse, estaba entrando en una situación donde no sabía si debía detenerle o dejarle ir, era tomar una decisión y dependiendo de cual eligiera sería su destino, aunque ambos parecían tener un mal final. Yamaguchi estaba rumbo a la puerta cuando repentinamente sintió un agarre en su antebrazo, sorprendido y asustado volteó a ver a la única persona que había en la biblioteca. La impotencia y el miedo le habían hecho llorar.
–Estas lloran...do– No, eso no es lo que quería Tsukishima
–Déjame ir– desvió su mirada con intención de que no le siguiera viendo más.
–Hablare...–
–Tsukki...creo que no estamos en el mejor momento y tampoco quiero obligarte, solo suelt...–
–No te vayas, por favor– Suplicó. El haber hecho sentir mal al peliverde le provoco una molestia inmensa en si mismo, definitivamente no le gustaba verle llorar, en verdad era la peor persona del mundo.
El pecoso se encogió de hombros mientras millones de emociones le invadían, eso no le agradaba porque sentía que en cualquier momento podría reaccionar de una manera nada favorable y que solo empeoraría más las cosas algo que no quería con el rubio, de por si sentía que ya era demasiado con lo que sucedía entre ellos. Aún así intentó mantener la calma mientras retiraba su antebrazo con suavidad.
–No quiero que pienses que todo lo que me contaste sobre ti fue un error, no me estoy burlando ni menospreciando el como te sientes, ni mucho menos quiero que pienses que no me das confianza...– levantó la mirada de Yamaguchi con la punta de sus dedos ya que necesitaba verle a los ojos de alguna manera –pero tampoco miento al decir sobre que no es fácil contar ciertas cosas.–
Su cuerpo entró en una abrigadora tibieza una que iba en aumento justo como si ahora él estuviera sufriendo de fiebre, también la tensión estaba siendo parte de la situación lo cual no le estaba ayudando en nada.
–Puede resultar ilógico porque fui yo el que te quería lejos al verte entrar por primera vez por aquella puerta, solo imagine que serías una molestia pero resulta que no sé en que momento comenzaste a cambiar mi manera de ver las cosas, hiciste que comenzara a gustarme lo que antes odiaba, incluso lograste que comenzara a gustarme tu compañía, tu cercanía y no solo eso también tu forma de llamarme o más bien tu voz...pero también comencé a odiar cada vez que llorabas o estabas decaído, son tantas cosas que no puedo sobrellevar yo solo y simplemente todo eso me irrita porque no me siento yo mismo, me siento tonto y desorientado pero al mismo tiempo experimento un regocijo que ni yo mismo puedo entender pero me agrada...he de suponer que eso sucede cuando te enamoras ¿no?–
En aquel par de ojos marrones se pudo apreciar un engrandecimiento en sus pupilas, siendo adornados por ese chispeante brillo el cual podía ser comparado con fuegos artificiales titilantes, por otro lado su mente y corazón tenían un total desacuerdo ya que su mente le decía que no se dejara llevar tan rápido y su corazón le estaba dando todas las esperanzas del mundo mismas que eran más que claras ante tal confesión.
–Me gustas...me gustas mucho Yamaguchi y eso lo acepte hace mucho–
El pecoso sintió como si un balde de agua fría hubiera caído sobre él, todo parecía suceder tan rápido que incluso se sentía irreal e inclusive dudaba de la realidad tanto así que llegó a pensar que estaba teniendo uno de esos tantos sueños con el rubio aunque en este resultaba terminar bien. Después de aquella clara confesión hubo un silencio y ambiente pesado, ninguno deseaba permitir eso porque podría significar que algo saldría mal, aunque tampoco era tan sencillo decir algo porque el shock los retenía. Así fue al menos hasta que Yamaguchi decidió hablar.
–Tsukishima–
Tembló el más alto al escuchar su apellido completo y en un tono tan sombrío. Decidió no responder y solo asentir haciéndole entender que continuara.
–Estoy soñando ¿No es así?–
–No, no es así–
–Entonces– dio un paso más al frente con la intención de romper la distancia que había entre ellos algo que causo una sobrecarga en Tsukishima –Bésame–
Los ojos avellanas se abrieron de par en par mientras ahora sus pupilas se engrandecían a tal punto que estos casi adornaban por completo sus ojos, por otro lado aquellos nervios causaban ligeros temblores en sus labios al querer intentar hablar.
–¿No quieres?–
–N-nunca dije que no...–
–Entonces bésame–
Las manos de Yamaguchi atraparon las contrarias, entrelazándolas entre si a la vez que iba rompiendo la poca cercanía entre ambos, muy fácil no era ya que debía pararse de puntitas para poder alcanzarlo pero no importaba siempre y cuando la satisfacción de sentir la cercanía de sus labios rozarse continuará, al menos hasta que el rubio se resignara a besarle, pero debía admitir que estaba por perder la cordura y hacerlo él mismo, sin embargo justo en ese instante Tsukishima se abalanzó sobre sus labios dando inicio a su primer beso, uno real y fuera de aquellos sueños o anhelos que tanto habían deseado, uno que podía sentirse y palparse, uno único y especial.
Las manos del rubio se soltaron para aferrarse sutilmente a las mejillas del pecoso con intensión de mantenerle un poco más sobre sus labios mientras Yamaguchi se aferraba a la camisa del más alto. Sus labios se estaban conociendo por primera vez, de una manera mucho más intima, estaban explorándose, uniéndose y separándose por segundos para seguir con aquel beso mismo que fue apagándose por la falta de aliento. Si por ellos fuera hubieran continuado por un tiempo más, pero tampoco se preocupaban por ese pequeño detalle porque de ahora en adelante tenían más que claro el sentimiento del otro y afortunadamente estos eran correspondidos.
+~*+~*+~*+~*+~*+~*+~*+~*+~*+~*+
Notita:
Y bien! al fin llegamos al tan esperado capítulo jsjsjs debo decir que me emocionó llegar a este momento porque realmente ya deseaba verlos juntitos. Durante el trascurso de la historia no supe en que momento haría esto pero bueno sucedió.
En fin espero que hayan disfrutado este capítulo tanto como yo! nos vemos en el siguiente. ¡VIVAN LOS NOVIOS! <3