Cojo el brazo de Logan e intento quitarlo, pero solo consigo que apriete con más fuerza su cuerpo contra el mío, me estoy poniendo muy nerviosa, tiene su boca pegada a mi cuello, noto su respiración en mi oído. Intento por todos los medios apartarlo de mí y salir de la cama, pero solo consigo que apriete más mi cintura con su fuerte brazo para que no me aleje.
-Podrías despertarme, ¿no crees? En vez de intentar alejarte de mí por tu cuenta.
Pego un gran brinco sobre la cama cuando escucho su voz pegada a mi oído, le miro con los ojos bien abiertos.
-¡Estabas despierto!
-Hace un buen rato. -sonríe mostrando sus perfectos dientes, yo le miro atónita.
-¿¡Y por qué no has quitado el brazo de mi cintura!?
-Porque no me daba la gana, me gustaba estar así. -toca mi mejilla con sus dedos y se incorpora de la cama-. No entiendo porque te alteras tanto, solo hemos dormido juntos.
-¡Me altero porque eres un hombre y hemos dormido en la misma cama! -él alza las cejas y sonríe.
-Deberias de estar acostumbrada a dormir así con tu novio, ¿no? -se acerca un poco más a mí, yo pongo mi mano sobre su pecho para que no siga acercándose.
-Es mi marido, y sí, pero con él, ¡no con otro hombre!
-Estoy cien por cien seguro que solo has estado con un hombre en toda tu vida.
Si él supiera que es mentira todo y que nunca he estado con ningún hombre...
-Eso no te lo voy a decir, es información privada.
-Con que información privada eh.
Con un rápido movimiento se coloca encima de mí, quita con sus dedos el cabello de mi frente, tengo el cabello alborotado de haber dormido, no tengo que estar muy atractiva ahora mismo la verdad. Baja su mano hasta la camiseta que llevo puesta y roza sus dedos sobre mi piel cuando levanta un poco la camiseta con su mano, yo trago saliva nerviosa.
-¿Por-por qué tengo puesta esta camiseta y no el vestido de ayer? -pregunto tartamudeando, él sonríe de lado.
-Te lo quité yo anoche para que durmieras más cómoda. -me altero muchísimo cuando dice eso.
-¡Que hiciste que! -me muevo debajo de él muy alterada para que se levante de encima, ahora mismo estoy muy enfadada-. ¡Eres un desvergonzado y un pervertido! ¡Me has visto desnuda! -Logan se ríe a carcajadas.
-Tranquilizate princesita, no te he visto desnuda, solo te vi en ropa interior, llevas tu sujetador y tus bragas puestas. -tengo las mejillas ardiendo por vergüenza y por el enfado.
-¡Y quién te crees que eres tú para desvestirme!
-No podías dormir con ese vestido, no ibas a descansar.
-¡Y qué más te da a ti si no hubiera descansado bien!
-No te alteres tanto, ni que fuera la primera vez que veo a una mujer en ropa interior.
¡Pero es que para mí sí que es la primera vez que un hombre me ve en ropa interior!
-No me digas que nunca nadie te había visto en ropa interior princesita. -se acerca un poco más a mi rostro.
Parece que pueda leerme la mente.
-Por supuesto que sí, tengo marido y me ha visto así muchas veces.
-No sé por qué no te creo del todo.
-Pues deberías de creerme porque como bien sabes ahí la gente se casa con mi edad o incluso un poco antes. -se tensa un poco.
-¿Y tú te has casado por amor?
-Por supuesto que sí, yo amo a Mateo.
-Con que el desgraciado se llama Mateo eh.
-No le insultes.
-Voy a hacer lo que me dé la gana y voy a insultar a quién me dé la gana, si no te gusta que le insulte te aguantas.
-Eres un imbécil. -sonríe sorprendido.
-Vaya, con que sabes hablar mal, no eres tan princesita después de todo, y cómo es que sabes esa palabra, por lo que tengo entendido en tu zona están prohibidas.
-Las películas no están prohibidas y por eso sé varias palabrotas. -él se ríe.
-¿Palabrotas? Qué patético en serio, tú y tu novio sois patéticos, pena me da a mí saber la vida que tenéis ahí.
-Ni yo ni mi marido somos patéticos, y la vida allí es mil veces mejor que la que tenéis aquí, aquí sois todos unos salvajes, unos psicópatas y tú el primero.
-Pues este psicópata te tiene en sus manos ahora mismo, ¿sabes que puedo hacer contigo lo que me dé la gana verdad?
-Ni se te ocurra tocarme un pelo, acuérdate que tengo marido y yo le soy fiel.
-Sabes una cosa, me cae mal tu marido y ni siquiera lo conozco, imagínate cuando lo conozca.
-Nunca lo vas a conocer.
-Tienes razón, y mejor que no lo conozca, no suelo hacer daño a las personas que no me han hecho nada.
-Yo eso no me lo creo, eres un asesino, matas por diversión.
-No princesita, estás muy equivocada, yo no mato por diversión, yo mato a quien se lo merece.
-A mí no me engañas, aquí matáis por diversión, es por eso que este lugar es tan peligroso.
-Aquí cada uno es libre de hacer lo que quiera porque no hay leyes, yo no sé lo que pasará ahí fuera, habrá algún loco que sí que matará por diversión, pero yo no, yo solo mato cuando de verdad se lo merece la persona, y creo que tu marido se lo merece.
-Mi marido no se merece nada, ni siquiera lo conoces para hablar de él.
-No hace falta conocerlo para saber que es un aburrido y que no te da lo tuyo.
-¿A qué te refieres con que no me da lo mío?
-En la cama princesita, en la cama.
-Y tú qué sabes si me da lo mío o no.
-Ahora mismo estás temblando debajo de mí, me jugaría el cuello a que es porque no estás acostumbrada a tener a un hombre así, encima de ti.
-No, no estoy temblando.
-Casi te da un infarto cuando he levantado un poco la camiseta con mi mano.
-Pero porque eres un asesino y no sé lo que me puedes hacer.
-Entonces quiero comprobar una cosa para asegurarme de que es verdad que estás casada. -le miro desconcertada, no entiendo qué quiere hacer.
Sin decir nada más coloca su mano de nuevo en mi camiseta y la sube hacia arriba lentamente, abro mucho los ojos muy sorprendida, ¡estoy en sujetador ante sus ojos!
Él no despega su mirada de la mía, roza sus dedos por mi piel, baja sus dedos hasta llegar a mis muslos, le miro muy nerviosa y pego un pequeño grito cuando agarra mi muslo fuertemente con su mano. Cuando me ve así de nerviosa sube su mano hasta coger la mía y entrelaza sus dedos con los míos, sube mis brazos por encima de mi cabeza, lo peor de todo es que noto su "cosa" haciéndose cada vez más grande encima de mí, está justo en mi zona íntima y aún lo noto más.
-Se te va salir el corazón del pecho, relájate, no te estoy haciendo nada.
-Lle-lle-llevas pantalones, ¿verdad? -acerca su boca a mi oído y susurra en él.
-Yo siempre duermo desnudo, princesita. -abro los ojos como platos, él me mira y sonríe de lado.
-¡Levántate de encima pervertido! -me altero muchísimo, intento apartarlo de mí como medianamente puedo, él solo se ríe.
-¿Estás segura que estás casada?
-Sí que estoy casada. -intento sonar lo más creíble posible.
-¿Y como te escandalizas por notar mi pene? -mis mejillas deben de estar rojas como un tomate, desvío la mirada hacia un cuadro de la pared.
-Porque tú no eres mi marido, y me da vergüenza. -coge mi mentón con su mano para que lo mire a los ojos.
-Y dime, ¿le has visto el pene a tu marido alguna vez?
-No te voy a responder a eso.
-Nunca respondes a nada, eres una aburrida, al igual que tu novio.
-Marido.
-Lo mismo es.
-No, no es lo mismo, con tu novio en la zona segura no puedes hacer el amor, con tu marido sí.
Noto como su mirada se apaga un poco cuando digo eso, su rostro se ha vuelto serio de repente.
-Ese seguro que no te da lo que te mereces en la cama. -le miro sin entender lo que me dice-. Vamos a darnos un baño.
Coge mi mano y me saca de la cama, cuando estamos los dos de pie no puedo evitar desviar mi mirada a su cuerpo.
¡Dios mío, está en ropa interior ante mis ojos!
Me doy la vuelta rápidamente, nunca he visto a un hombre así en mi vida, ni siquiera en las películas. Tapo mis ojos rápidamente con mis manos muy nerviosa.
-¡Tápate, tápate! -escucho como Logan se ríe.
-¿Por qué te pones así? ¿Nunca has visto a tu novio en ropa interior o que?
-¡Tápate desvergonzado! -sigo tapando mis ojos con las manos.
-Tienes un culo impresionante, ¿lo sabías? -le miro rápidamente, miro mi cuerpo.
¡Se ven mis bragas! ¡Esta camiseta es demasiado corta y me llega justo hasta debajo del ombligo!
-¡Que horror, no me mires! -cojo un cojín y tapo mi zona íntima con él, no puedo mirarle ni a los ojos.
Él se acerca a mí, intenta quitarme el cojín, pero no le dejo, le doy un pequeño empujón para que se aleje de mí, él levanta las cejas y sonríe de lado.
-Con que esas tenemos eh.
Con sus manos agarra mis hombros y me tira sobre la cama cayendo él encima de mí también, poniendo sus dos brazos sobre la cama para no aplastarme, me mira a los ojos fijamente, yo tengo la almohada en mi pecho.
-No me creo que estés casada.
Sonríe de lado y pega su frente con la mía, parece que va a besarme, yo soy más rápida y coloco la almohada rápidamente en mi boca, él besa la almohada, me mira serio pero rápidamente sonríe.
-¿Por qué no me dejas besarte?
-Porque tengo marido.
Él sonríe sin mostrar sus dientes y se levanta de encima.
-Vamos a darnos un baño.
Yo no digo nada, solo desvío mi mirada hacia otro lado, no quiero verlo en ropa interior otra vez, me da mucha vergüenza, aunque me muero de ganas en verdad por mirar su perfecto cuerpo de Dios griego otra vez...
-¿No vas a mirarme? -yo niego con la cabeza-. ¿Por qué? Es imposible que no te guste mi físico.
-Eres un creído, que sepas que mi marido está mucho mejor que tú. -coge mi mentón para que lo mire a los ojos.
Yo sigo acostada en la cama, si desvío un poco mi mirada hacia abajo me encuentro con su "cosa" justo en frente de mi cara, mejor mirarle a los ojos.
-Ni tu misma te crees lo que has dicho, es imposible que tu novio esté mejor que yo.
-No es imposible, porque yo estoy enamorada de él, y para mí no hay nadie más atractivo ni mejor que él. -él sonríe de lado, se nota que está enfadado, las venas de los brazos se le notan muchísimo.
-Vamos a darnos un baño.
-Me gustaría bañarme por la noche mejor. -solo miro sus ojos, me da vergüenza desviar mi mirada hacia otro sitio.
-He dicho que vamos ahora.
Coge mi cintura y me levanta de la cama, cuando me deja en el suelo intento coger un cojín para taparme, pero él es más rápido y los aleja de mí, le miro enfadada, cojo la parte de abajo de la camiseta e intento bajarla lo máximo que puedo.
-¡No me mires! -exclamo mirándole con odio.
-Princesita, no te alteres tanto, solo estás en ropa interior, no voy a ver nada que no haya visto antes. -responde tranquilamente-. Vamos al baño.
Coge mi mano y nos acercamos a la puerta, cuando la abre me aparto en seguida de su agarre.
-¡No pensarás salir así! -él me mira.
-¿Cómo?
-¡Estás desnudo! -se ríe a carcajadas.
-No estoy desnudo, estoy en ropa interior, es mi casa y puedo salir como quiera.
-¡Pero hay mucha gente aquí, hay sirvientas también!
-Suerte para ellas si me ven, así se alegran la vista.
No sé por qué pero ese comentario ha hecho que me enfade un poco.
-Yo no voy a salir así.
-No se te ve nada.
-Estoy en ropa interior, no quiero que ningún hombre me vea así, bastante con que me hayas visto tú. -me mira serio, se dirige hacia su armario y saca un pantalón de chándal.
-Póntelo -tira el pantalón y lo cojo en el aire-. Tienes razón, mejor que ningún hombre te vea así. -me mira de arriba a abajo.
Me lo coloco rápidamente mientras él se acerca a mí, abre la puerta, coge mi mano y salimos de la habitación.
-¿Por qué siempre me tienes que coger de la mano? Ya sabes que no me gusta.
-Me da igual que no te guste, a mí sí, vamos a ir así te guste o no.
-¿Siempre vas cogido de la mano con las mujeres?
-No te voy a responder a eso.
-¿Por qué no?
-Tú tampoco me respondes a mis preguntas.
-Pero la mía sí que se puede responder, las tuyas no se pueden responder porque son muy privadas.
-Sigo pensando que me mientes cuando dices que estás casada.
-¿Por qué piensas eso?
-No es normal como reaccionas cuando te toco o cuando me acerco a ti.
-Si reacciono así es porque tú eres un psicópata. -me mira y sonríe.
Abre la puerta del baño, ya hemos llegado, es el mismo baño de ayer, no me molesta volver a bañarme otra vez, ayer no quería ni salir de la bañera.
Cuando entro le miro, solo puedo mirarlo a la cara, ya que sigue en ropa interior.
-¿Quién se va a bañar primero? -pregunto, él se acerca a mí y agarra mi cintura con sus manos.
-Nos vamos a bañar juntos, princesita. -abro los ojos como platos, me alejo de él muy nerviosa.
-Estarás de broma verdad.
-No estoy bromeando.
-No me voy a bañar contigo.
-Ayer dejé que te bañaras sola, hoy toca conmigo -vuelve a coger mi cintura con sus grandes manos-. ¿Quieres que te quite yo la ropa o te la quitas tú?
-No me voy a bañar contigo.
-Te puedo obligar.
-No, no me puedes obligar.
-Aquí no hay leyes, princesita.
-¿Por qué quieres bañarte conmigo? -él se encoge de hombros.
-Me apetece.
-No voy a permitir que me veas desnuda.
-Ya, y ahora me dirás que solo te puede ver tu marido desnuda, ¿verdad? -asiento con la cabeza-. Ayer me llevé una sorpresa cuando te vi sin el vestido, tienes bastante pecho ahí escondido. -me pongo aún más nerviosa, mi cuerpo incluso tiembla-. Tranquilízate, no te voy a matar, no tiembles así.
-Ayer dijiste que yo no era para nada tu tipo, es más, dijiste que no te gustaba de físico. -él sonríe de lado y coge mi mentón para que lo mire a los ojos, estoy tan nerviosa que estoy mirando hacia la bañera.
-No te mentí cuando dije eso, no eres para nada mi tipo, y tampoco me atraes físicamente.
¡Será imbécil!
-¿Entonces por qué me quieres ver desnuda?
-No tengo ningún tipo de interés en verte desnuda.
-Entonces me baño yo primero sola y luego te bañas tú.
-¿Seguro que quieres eso? -se acerca aún más a mí-. Yo creo que tú sí que quieres verme desnudo a mí.
-No digas tonterías, yo no quiero verte desnudo.
-No me vas a negar que estoy muy bueno.
-Para mí no, no me gustan los tatuajes, y tú tienes todo el brazo y la espalda tatuada. -él sonríe mostrando sus dientes, se aleja un poco y puedo respirar más tranquila.
-Debes de ser la única mujer en el mundo que no me quiere ver desnudo.
-Y tampoco me atraes de físico. -se poner serio cuando digo eso, pero rápidamente sonríe falsamente.
-No te creo.
-No me creas, me da igual, yo estoy feliz con mi marido y no me atrae ningún hombre más que no sea él.
-Va a ser verdad que estás muy enamorada de él, eh.
-Por supuesto que sí.
-Es eso o mientes muy bien, ¿allí os dejan mentir?
-Mientras no te pillen sí.
-Entonces mientras no te pillen también puedes matar a alguien -pongo cara de susto, él se ríe- seguro que más de uno ha matado a alguien y no se ha enterado nadie, no me creo que seáis tan perfectos como decís.
-Perfectos no somos, pero no hacemos las atrocidades que hacéis aquí.
-Allí vivís una vida muy aburrida princesita.
-A mí me gustaba mi vida allí. -él niega con la cabeza.
-Eso no es verdad, si no no estarías aquí. -se acerca tanto a mí que su nariz ya roza la mía.
-Suéltame. -intento alejarme de él, pero me agarra más fuerte.
-Vamos a bañarnos juntos te guste o no, estate quieta si no quieres que te quite yo la ropa y te meta a la fuerza.
Cuando dejo de moverme él sonríe, su mano toca mi mejilla y aparta el cabello que tengo en la cara, yo aprovecho que ha bajado la guardia y me alejo de él pegándole un fuerte empujón, salgo corriendo del baño y corro sin mirar atrás hasta llegar al jardín.
-Dios mío, tengo que salir de aquí, prefiero estar fuera de este sitio a quedarme aquí, no voy a permitir que ese psicópata me vea desnuda, eso sí que no, bastante con que me haya visto en ropa interior.
Me gusta hablar sola, total, aquí no tengo con quien hablar, y me da igual si alguien me ve hablando sola en este sitio.
-¿Sofia? -miro rápidamente hacia mi derecha-. ¿Que haces tú aquí?
-¿¡Lucas!?
-Sí, soy yo -se acerca más a mí-, ¿por qué te marchaste de mi casa sin decir nada? -le miro algo asustada por recordar lo que pasó.
-Lucas, ¿trabajas aquí?
-Sí, soy el jardinero, la verdad es que pagan muy bien, ¿por qué te marchaste de mi casa Sofia?
-Te escuché hablando con alguien sobre venderme... -me alejo de él asustada, él me mira muy sorprendido.
-Ese era mi vecino, te vió entrar a mi casa y al día siguiente vino para saber quien eras, pero yo no pensaba hacerle caso a él, ese hombre está mal de la cabeza, yo no.
-¿No-no ibas a hacer lo que escuché?
-¡No, por supuesto que no! ¿Acaso te toqué esa noche o te hice algo? -niego con la cabeza aún asustada-. Te dije que podías confiar en mí, ¿pero que estás haciendo en la casa del jefe?
-Es que no puedo volver a mi casa.
-¿Por qué no? -pregunta mirándome algo asombrado.
-¿Interrumpo algo?
Aparece Logan, en ropa interior, sonriendo con una sonrisa que no me gusta nada, le miro, él solo mira a Lucas sonriendo, pero por su rostro parece que quiere asesinarlo lentamente.