If not for you

By karlaeilishh

2.4K 410 112

El caos es incontrolable, y cuando existe en tu cabeza es indomable. More

Prólogo: Jaqueline Rodríguez
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11 (1/3)
Capítulo 12 (2/3)
Capítulo 14

Capítulo 13 (3/3)

142 22 8
By karlaeilishh

Me dejaron en paz, pero ellos creían que estaba tan drogada que no me daba cuenta de que todo el rato estaban cerca, vigilándome por si se me iba la cabeza como en el cumpleaños de Tate. Yo aproveché esa ventaja para actuar de lo más normal junto a mis nuevos mejores amigos.

Jodeos, no estoy loca. Sólo estoy rota por dentro.

Tampoco quería estropearles la noche. Aunque no estuviera en mis cabales sabía que se preocuparon por mí cuando les insinué que algo había pasado con Leonardo, por eso no bebí más y rechacé la pastilla que acababa de ofrecerme Lili.

Ya estaba bastante perjudicada, tanto que a veces mis piernas fallaban y tenía que sujetarme a la chica que no paraba de mirarme como si quisiera comerme.

—Ojalá nos hubiéramos conocido en el insti. —dijo cerca de mi oído. —Nos lo habríamos pasado genial.

Yo no le contesté porque esa canción estaba retumbando en mi cabeza de una manera maravillosa. Levanté los brazos y cerré los ojos para disfrutarla más, y en esas sentí las manos de Lili rodeando mi cintura.

Me besó el cuello y yo me dejé llevar.

Cuando abrí los ojos, detrás de mi acompañante vi a Alba y a Jenna mirándonos. Parecía como si quisieran estrangular a Lili con la mirada. Quise continuar bailando y riendo para que vieran que estaba todo bien y que no corría ningún peligro, pero detuve mi baile en seco cuando la más bajita entristeció su mirada y se fue.

Alba la siguió entre la gente mientras le gritaba algo, pero Jenna no le hacía caso.

—Vuelvo enseguida. —dije intentando deshacerme del agarre de la rubia.

—¿A dónde vas?

—Espérame aquí, ahora vuelvo. —contesté.

Me soltó junto con un suspiro y yo me metí en aquella aglomeración de gente bailando, saltando y salpicándome con su bebida. Me costó, pero conseguí salir y observé a mi alrededor.

Localicé a Tate y a Alba hablando con Jenna cerca de los baños. Las dos hacían gestos en el aire y señalaban hacia la pista, y la de ojos negros mantenía su mirada en el suelo. Llevaba la chaqueta en la mano.

Mientras me acercaba a ellas sus preciosos ojos me vieron, hizo una mueca y se alejó hasta la salida mientras se ponía la chaqueta.

—¡Jenna! —grité.

Alguien agarró mi brazo, detuvo mis pasos y perdí a la morena de vista. Ya había salido.

—Déjala. —me dijo Alba.

—¿Por qué? Está fuera, es tarde y está sola. —contesté.

—¿Ahora te preocupas? —apareció Tate. —Se va a casa, dice que no se siente bien.

—¿Y dejáis que se vaya sola? —casi grité. —Suéltame, quiero hablar con ella.

—Ella contigo no. —me dijo Alba.

Me importaron muy poco sus palabras. Me deshice de su agarre en mi brazo y caminé hacia la salida.

Eso era un caos. No podría decir cuantos coches estaban allí estacionados, pero también había mucha gente con el maletero abierto, escuchando música y bebiendo. Estaba repleto de borrachos, y me preocupé que Jenna estuviera sola por allí.

Con el mareo aún pegándome fuerte, me adentré entre los coches y por fin la vi. Estaba a unos metros por delante, caminaba cabizbaja y chateaba con alguien en su teléfono.

—¡Jenna! —grité.

No se giró, así que aceleré mis pasos hasta que me coloqué frente a ella. Se detuvo, pero no me miraba.

—¿Estás bien? —pregunté. —Hey... ¿Qué te pasa?

—Nada, solo quiero irme a casa. —contestó mirando hacia un lado.

—¿Y por qué no has dejado que te acompañen?

—Porque a diferencia de ti, yo si dejo que disfruten de la fiesta.

Ahora sí me miró, y mi cara quedó hecha un cuadro cuando vi lo enfadada que estaba.

—¿Por qué estás así conmigo? No he hecho nada. —me defendí.

—¿Que no has hecho nada? —gritó. —¡Lo has vuelto a hacer!

—¿Y qué? —abrí mis brazos. —Estoy bien, no pasa nada.

—¿Evadir tus problemas con las drogas es estar bien? —me miró desafiante. —Deja de mentirte a ti misma.

—Tú no lo entiendes. —la señalé. —Nadie me entiende, nadie está en mi piel. ¡Nadie se para a pensar por un momento en que Leonardo me maltrata! ¿Cómo no voy a evadir mis problemas?

—Hay otras maneras para solucionar las cosas, Jackie. —dijo seria. —Sabes que todo esto son excusas y que tengo razón.

—No puedo pensar de otra manera. —confesé. —Soy así, y yo te avisé.

—Deja de decir que me avisaste. —se acercó encarándome.

—Pero lo hice. —no me dejé intimidar y le sostuve la mirada. —Te dije que no te acercaras demasiado, que todo el que entra en mi vida acaba perjudicado de una manera u otra, y aún así no me hiciste caso.

—¿Y tú? —empujó mi hombro. —¿Y tú por qué sigues acercándote? —otro empujón. —Si dices que sabes cómo eres y que hieres a la gente, ¿por qué te acercaste a mí?

Iba a volver a empujarme, pero sostuve sus manos en el aire y no dejé que se deshiciera de mi agarre.

—Para. —dije forcejeando con ella. —Jenna, ¡Para!

Consiguió soltarse pero no me empujó de nuevo. Por la expresión en su rostro supe que estaba a punto de romper a llorar y se tapó la cara con las manos antes de hacerlo. Quise abrazarla, pero me esquivó cuando mis manos tocaron sus brazos.

En todos estos años Alba se ha puesto así conmigo muchas veces. Han sido tantas las veces que la he hecho llorar que no podría contarlas, y yo estaba tan acostumbrada a esa actitud por su parte que con ella ya no me sorprendía.

Pero con Jenna sí. No tenía ni idea de que podía importarle tanto, no sabía que ella sufría por mi estado, por mis acciones, por mi manera egoísta de pensar.

Estaba rompiéndome el corazón que estuviera así por mí. Por mi culpa...

—Jenna...

—Déjame. —dijo secándose las lágrimas. —Vuelve a esa fiesta con esa chica y destrózate la vida con ella si quieres. —me miró con la cara empapada.

—¿Estás así por mí? —pregunté con el corazón acelerado. —¿Te has ido de esa de fiesta por mí?

—Si te dijera que sí solo alimentaría tu maldito egoísmo. —contestó.

—Entonces es que sí.

—No. —pasó por mi lado y yo la seguí. —Estoy así por mi culpa, porque como bien me has dicho... Ya me avisaste.

Me costó seguir sus pasos rápidos, pero llegué a ella cuando sacó las llaves de su coche y lo abrió. Antes de que abriera la puerta del piloto agarré su mano.

—Espera. —dije tirando de ella para que me mirara. —Escúchame.

Me sorprendió que se girara hacia mí y que no se deshiciera de mi mano tomando la suya. Aproveché y acaricié el reverso mientras pensaba mis palabras.

—Lo siento. —le dije. —Yo no quería meter a más gente en mi vida, ya tengo suficiente con que Tate, Alba y Laura se preocupen y sufran por mi culpa. Cuando te conocí no quería acercarme demasiado para evitarte problemas pero... Pero no pude controlar mis impulsos.

A esas horas de la noche, sus ojos fijos en los míos se veían oscuros pero brillantes. Mientras le hablaba no apartaba la vista de mí y estaba consiguiendo que de nuevo mi corazón se acelerara por ella.

—Es que de alguna manera... De alguna manera contigo me siento bien. —dije. Agachó su cabeza. —Cuando estoy carcajeándome por algo que has dicho me siento feliz, aunque sea por una milésima de segundo pero siento la felicidad, y hace años que no la sentía así.

Casi me desmayo cuando su pulgar comenzó a acariciar mi mano.

—Siento no haber cumplido con mi parte, siento haberme acercado a ti. —continué. —Pero aún estamos a tiempo de solucionarlo.

—¿Cómo? —preguntó clavando sus ojos en los míos.

—Yo... Yo no puedo prometer que voy a cambiar, ni que voy a mejorar... —suspiré. —Ni siquiera sé si lograré hacerlo algún día. Así que si me pides que me aleje yo lo haré. —tragué el nudo en mi garganta. —Lo haré por ti aunque sea lo más duro que haya hecho nunca.

Mis ojos se cristalizaron mientras la miraba esperando su respuesta. Tenía el corazón en un puño.

—No me hagas esto. —dijo a punto de llorar. —No me hagas elegir a mí.

—Es que yo no puedo.

Agachó la cabeza y no pude evitar dar un paso al frente y abrazarla con miedo a que se apartara. Pero no lo hizo, se aferró a mi espalda y colocó su cabeza en mi pecho. Un llanto silencioso se hizo presente en ambas, y yo tuve que cerrar los ojos cuando mi barbilla quedó sobre su coronilla y inhalé su aroma.

Es impresionante como alguien puede calarte tan hondo en cuestión de meses.

—Ya es tarde. —dijo. —Ya no quiero que te vayas.

Me mordí el labio para acallar ese sollozo esperanzado. Juro que casi se me sale el corazón por la boca mientras esperaba su respuesta.

—Vale. —dije. Ella levantó la cabeza sin soltarme y yo la miré desde arriba. —Pero ya lo sabes...

—Lo se, y me da igual. —contestó. —No estarás así toda la vida, o eso espero... Y quiero estar a tu lado mientras mejoras.

—¿Y si nunca mejoro? —aparté unos mechones de su frente.

—Me arriesgaré.

Cuando sonrió levemente mis ojos bajaron a sus labios sin remedio, como un imán. Las pequeñas curvas que se forman a los lados de su boca cuando sonríe es lo más bonito que he visto nunca.

—¿Vuelves a la fiesta o te llevo a casa? —preguntó sin separarse aún.

Las dos estábamos cómodas abrazadas la una a la otra y yo estaba fotografiando en mi mente esos ojos brillantes que me miraban desde abajo.

—Estoy muy mareada para volver a la fiesta y no quiero volver a casa. —contesté. —Si vuelvo sé que cometeré una locura y que podría arrepentirme toda la vida.

—¿Leonardo? —preguntó y asentí. —¿Vamos a mi apartamento y me lo cuentas?

Sí, mil veces sí.

—Me parece bien. —sonreí y tuve que separarme de ella con mucho pesar.

—Bien, vamos.

————

Nos leemos pronto<3

Continue Reading

You'll Also Like

40.2K 2.3K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...
31.4K 5.2K 53
Lin An, aquejado de una severa ansiedad social y una limpieza obsesiva, rara vez se aventuraba a salir y prefería pasar los días en casa, comprando a...
965K 85.5K 50
Ganadora del Watty 2022 en la categoría juvenil✨ «Una carta de amor, una chica con aroma a coco y un verano inolvidable». *** Astrid, la hija de un i...
184K 10.7K 42
Dipper y Mabel vivieron en Gravity Falls el verano más increíble de sus vidas, un tiempo lleno de magia y aventuras. Pero, como todo lo bello, aquel...