Capítulo dedicado para mi hermana mayor Nina la bailarina, gracias por todo tu apoyo :')
-¡Joder Bryze!- solte un gritito y me di la vuelta.
-No- le miré, y por un momento me quedé atrapada en sus lagunas grises- ahora dime- su tono suave me hizo comprender que él creía que yo había caído ante su encanto.
Cosa que es cierto pero no lo demostrare.
-No- me cruce de brazos y retrocedi, sin darnos cuenta iniciamos una batalla de miradas que terminé perdiendo porque me comenzaron a arder los ojos, gruñi inapropiadamente y me lance a mi pequeña y acogedora cama.
-Por favor- su aliento cálido me hizo dar escalofríos.
-Que no- le aparte la cara y me cubri con la frazada pensando que eso serviria de defensa pero Bryze no se quedó satisfecho, metio sus manos y me acaricio el cuerpo dejando una ardentía casi dolorosa en mi piel.
-Deja de hacer eso y dejame salir- me hizo cosquillas- ¡quiero comer!
-Entonces dime- hizo una pausa- ¿qué tiene Siri?
No le iba a decir, se lo prometi de mala gana, todo había dado un giro de 180 grados y aunque tuviera inmensas ganas de contarle- lo que en realidad sucedia- una promesa es una promesa y eso no se rompe.
-No- hice más intenso el agarre a mi frazada y patalee para que Bryze me soltara.
-Vale, está bien- se alejó -pero tú de aquí no sales- arrastro la silla de mi escritorio y la situo frente a la puerta, en mi mente se reprodujeron mil maneras de matarlo pero mi yo buena decía que eso estaba mal así que solo me conforme con lanzarme un zapato que él, por suerte, esquivo.
Me di la vuelta para no verlo, se había metido con una de mis mayores debilidades.
La comida.
-¿Por qué te gusta tanto este libro?- me di la vuelta tres horas después con cara somnolienta.
-¿Qué libro?- alzó el tomo que tenía entre sus manos.
-Este- tenía metido sus dedos entre las hojas dando a entender que iba por allí- yo también follo duro, además de que tengo un nombre genial, y si quieres te armo un cuarto de juegos- se encogió de hombros- sabía que eras pervertida pero esto- volvió a levantar el libro- sorprende mi amor.
Me atragante con mi propia saliva y miré a otro lado, ¿es que la gente no entendía que uno, más que un cuarto de juegos, quería flores y corazones?
-Deja eso- me envolví nuevamente con mi frazada, yo no era una amante de la lectura, es más, podría contar con los dedos el número de libros que me había leído pero esa novela era distinta, es decir, algo pasada de tono pero he de ser sincera y la razón por la que la leí fue porque Helen me regalo los libros, más nada, pero no tenía pensado que me fuera a gustar y no por el simple hecho de que la mayor parte del libro sea sexo, sexo y más sexo, en la cama, en el baño, en hoteles, en fin, en sí, me gustaba la historia de amor en general y me hizo dar cuenta que mi lado cursi no había desaparecido del todo.
Unas tres horas más, cansada de estar tirada en mi cama, me meti al baño y me di una larga ducha e hice el mayor esfuerzo posible para ignorar los rugido de mi hermoso y hambriento estómago, esta me las iba a pagar y bien caro y no solo hablaba de Bryze sino también de Siri.
-Bryze...- no me dejó hablar y se tiró a mis brazos.
-Es que Ana es tonta, muy tonta, hubieran follado en el piano pero la tonta lo arruino- le di palmaditas en la espalda y como pude lo lleve a la cama mientras seguía repitiendo lo mismo, al parecer este era su primer trauma post- lectura, con cuidado lo dejé allí y busque de entre mis cajas el segundo libro- toma- lo cogió entre sus manos y lo examinó.
-Vamos, lee- como un pequeño niño con juguete nuevo se entretuvo y veinte minutos después maldijo de manera infinitas
-Tanto sufrimiento para que volvieran a lo mismo- gruño y siguió leyendo, no recuerdo a qué hora me quedé dormida en una posición chueca por lo que a la hora de levantarme, tenía un horrible dolor de cuello.
-¿Bryze?- miré todo la habitación y lo encontré sentado frente a la puerta con el tercer tomo de la novela.
-¡Pobre Ana!- susurró con cara de pánico, lo que me causó ternura.
-Amor vamos a comer- no me miró, bufé y me levanté, no le di tiempo a reaccionar y le quite el libro.
-¡Ya falta poco!- trató de quitarmelo pero se tropezó y cayó de boca al piso- au, me rompi un diente- levantó la cara y me estremeci al ver su boca con sangre, él sonrió con malicia y trató de besarme pero me aleje.
-Ven- le di un golpe y lo meti al baño donde descubrí que no había sido un diente sino el labio inferior, lo tenía lastimado pero no era nada grave.
-Duele- no le preste atención y seguí revisando, no era maldad si le apretaba muy fuerte pero por culpa de él iba a sufrir una intensa gastritis sino ingeria algún alimento.
-Ya está, vamos a comer- intenté ser rápida pero me agarró por la cintura y no me dejó llegar a la puerta- Bryze enserio, quiero comer- me hice la desmayada en sus brazos y lo único que provoque fueron sus carcajadas, me levanté y me fui furiosa a la cama- insensible.
-No amor, ya tengo todo arreglado- no le hice caso y como si estuvieran conectados por telepatía Shown llamó desde el otro lado de la puerta.
-Compadre- silvo- dijiste que la ibas a convencer pero ella te está convenciendo a ti- Bryze soltó una maldición por su labio roto y entendi a qué era lo que Shown de refería.
-Ya vete- escuché las carcajadas de él y Bryze le cerró la puerta en la cara, me señaló una bolsa café y mis ojos brillaron con deseo.
¡Comida!
Salte a por ella pero él no me dejó.
-De aquí comeremos los dos- con cuidado se sentó en la cama y me dejó ver el contenido de la bolsa, mi boca se abrió de indignación.
-Te tendré a dieta hasta que me digas qué le pasa a Siri- acomodo la pequeña bandeja con ensalada césar y al lado el jugo natural- buen provecho bebé- con mi orgullo por los cielos le di la espalda y no prove bocado y como consecuencia una hora después mi hambre estaba por los cielos así como mi estúpido orgullo.
-La ensalada césar estaba deliciosa- le tiré una almohada y para mi buena suerte le di.
-Me hiciste perder la página- gruño entre dientes y me permiti soltar una risita de burla, así pasó no sé cuánto tiempo hasta que Bryze suspiró.
-¡Qué libro!- sonrió con ternura y puso la novela en su lugar- quiero ser Grey- me miró con perversión pero mi yo orgullosa y hambrienta le devolvió una mirada desprovista de emociones, él sonrió más ampliamente solo para joderme, se estiró de su lugar y se metio al baño así que aproveche para buscar mi teléfono.
-¿Buscas esto?- él estaba apoyado en el marco de la puerta y entre sus manos tenía mi celular, frustrada me tiré esta vez en el piso.
-Ya dejame salir- mi voz sonó lastimera y me quise dar un Oscar.
-No- solte un sollozo tan falso que ni yo me lo creí pero Bryze sí porque ya me tenía entre sus brazos.
-Dime mi amor- pasó su mano por mi cabello y lo agradeci porque se sentía jodidamente bien.
-Es que no puedo, por favor no puedo decirtelo- no era mi deber hacerlo, no era mi problema, no sabía lo que Siri iría a hacer pero me pareció tan noble de su parte la decisión que tomó.
-¿No confias en mí?- lo miré y esta vez sí se me salió un sollozo verdadero.
-Claro que sí- me acurruque contra él y pensé en aquel día.
FLASHBACK
-¡Seré tía!- grite por cuarta vez y Siri me cubrió la boca con sus manos.
-Mira el nombre de la prueba- frunci el ceño e hice lo que dijo.
Sara Lafountein.
-Joder- abri lo boca de par en par.
Positivo.
-Joder- arrastre la palabra nuevamente.
-El padre es Garrett.
-Joder- miré otra vez el papel.
-Joder.
-Deja de decir eso que me pones nerviosa.
-Joder- lo hice solo por molestarla.
-Gía- mi cuerpo se tenso y me puse recta para darle la cara a la gemela de Siri, no conteste nada solo la miré.
-Yo- titubeo- quería pedirte perdón- sus ojos se veían rojos e hinchados.
-Yo...- miré el papel entre mis manos.
-Por favor- corrió a mis brazos y me encerro con los suyos, no pude corresponder pero Siri me suplicó para que lo hiciera así que lo hice.
-Ya- pase mis manos por su cabello con ternura- tranquila, ya, ya- no sabía a ciencia cierta lo que estaba haciendo pero me sentí mejor y con una carga menos.
-Expliquenme algo- frunci el ceño- ¿cómo...
-¿Cómo es que este hijo es de Garrett?- asenti con seriedad.
-Según las pruebas tengo tres meses- cerró los ojos- sé dónde lo hicimos, fue en una fiesta en casa de Letty, jugamos a la botella y luego siete minutos en el paraíso- una lágrima rodo por su mejilla- no recuerdo cómo sucedió, solo sé que desperté en la cama con él- esta vez se hecho a llorar en los brazos de su hermana- no lo quiero.
-Sara- ella me miró a través de sus lágrimas- si quieres ponlo en adopción cuando nazca pero no le quites la vida a un ser que no tiene la culpa de nada, si le negaras el placer de vivir tu viviras por siempre con la culpa, es tu decisión pero creeme que perder a la carne de tu carne te dolera toda la vida- suspire y calme el río de lágrimas que se agolparon en mis ojos.
-Yo te apoyare hermana- se miraron entre sí y por un momento me sentí una intrusa, se notaba la conexión de hermanas y sonreí con nostalgia, yo nunca conocere ese sentimiento.
-Gracias- me recordaron a mis hermanos gemelos postizos cuando hablaban igual y esta vez sonreí con alegría.
-Aquí su fiel servidora- hice una venia y nos abrazamos las tres, esto se sentía tan extraño pero a la vez tan real, ni es mis más alocados y raros sueños pensé que pasaría esto.
FIN DEL FLASHBACK
-Hey- sonreí, en cambio Bryze me miraba con cara de "¿te volviste loca?"
-¿En serio quieres toda una vida junto a mí?- mi pregunta lo tomó con la guardia baja y en cierto modo a mí también, es decir, sé que nuestro amor no es uno de esos típicos de colegio que se agotan con el tiempo pero sé también que necesito la máxima seguridad para poder decidirme y hacer mi vida junto a él, es cierto que sin darme ya le di el sí de por vida porque hemos estado juntos sin ninguna protección y mi cuerpo se estremece y se llena de nervios como también me pone feliz porque me emociona la idea de tener algo nuestro, algo que los dos hemos creado con amor y no me quejo de si somos muy jóvenes o si no tenemos aún una profesión para mantenernos porque eso es lo que menos me preocupa, toda la vida soñe tener un hijo de joven porque...no sé, es como una secreta ilusión y el dinero es la mínima preocupación, desde los trece mi nana Teresa me abrió una cuenta y desde aquel día depositaba la mayor cantidad posible, ese dinero estaba destinado a mis viajes pero ese sueño se dejaría para otro momento y Bryze me había dicho que también tiene una cuenta para sus estudios universitarios pero si era de gastarlo en mí, lo haría, quizás muchos lo vean como algo irresponsable pero he aprendido que no importa lo que diga el resto la única opinión que cuenta, es la tuya.
-¿En serio lo dudas?- lo miré con seriedad- desde que te vi supe que eras la mujer de mi vida, no me importa si suena patético pero una parte de mí ya te esperaba, y si una vez fui tan tonto como dejarte ir ya no lo haré, así el mundo me de la espalda, en tanto no me la desde tú, el resto me vale un cuerno porque si te tengo lo demás me sobra- lo abracé y sentí todo su amor, su calor y quise congelar este momento pero aunque era imposible igual quedaría grabado en mi memoria sus palabras y recordarlas aún cuando ya fueramos viejitos y sin aliento.
-¿Qué pasa si estoy embarazada?- metio su manos por mi blusa.
-Pues lo primero que haré es gritarlo a los cuatro vientos, luego nos casaremos y pensaremos en que seremos felices y haremos felices a nuestro hijo.
-También puede ser hija- sentí su sonrisa y me estremeci por su cálida piel en la mía.
-También, sí- rego besos en mi cuello y quise seguir pero mi estomago gruño de una manera estrepitosa- tengo hambre.
-Sí, yo también- se levantó conmigo- pero solo porque esa estúpida ensalada no me ayuda te dejare ir porque aún tenemos un asunto pendiente- me reí y caminamos hasta el elevador.
-Jóvenes- la mano de Bryze se tenso en la mía, nos dimos la vuelta y nos encontramos con Paquita y otra inspectora más, Paquita era como nuestra madre, ella dejaba pasar a Shown y a Bryze con la condición de que le trajeran postres de todo los tipos y lo peor del caso es que no engordaba a diferencia de mí, hoy iba a engordar como mínimo cinco kilos.
Paquita tenía una mirada de disculpa pero nosotros nunca nos podríamos enojar con ella porque ya ha hecho mucho por nosotros, le sonreí cálidamente y gran parte de su preocupación se esfumó.
-Joven ¿qué hace aquí?- miré a la nueva inspectora, tenía cara de ogra sin pareja, era obvio que en su apartamento tenía unos diez gatos.
-Vine a ver a mi prima, tiene crisis de nervios- lo miré con confusión- toquele las manos, están heladas- era cierto pero era porque el aire de mi habitacion estaba al máximo, idea de Bryze para confesara mas rápido- y tiembla- me dio un pellizco para que hiciera lo que él decía, la inspectora nos miró sin creerselo pero actue tan bien que nos dejó ir sin preguntar por qué no había llamado a alguna de ellas para que me ayudara, desventajas de ser una nueva.
-Eso estuvo cerca- asenti- oye, no entiendo a Grey, los ascensores le excitan, a mí no- hizo un puchero adorable y se lo besé como tantas veces había hecho conmigo.
-Bueno quizás lo entienda un poco más- me separe puesto que el ascensor se detuvo y entraron dos chicas de primer año y nos miraban con curiosidad y con...¿ternura?
Salimos y no encontramos con Shown en la entrada.
-Compadre- le palmeo la espalda- eres una farsa- una risotada le prosiguió y yo me uni a él.
-Tú eres igual, no le has sacado nada a Siri- los dos dejamos de reír y por un momento me sentí culpable.
-Pronto se los dirá- fue lo único que pude adelantarles.
Bryze me entregó mi celular y le mande un mensaje a Siri para que bajara a comer y me contestó que lo haría, lo agradeci, Bryze y Shown se estaban poniendo insoportable.
-Amor- Bryze parecía triste y eso me puse en alerta.
-¿Qué?- se sacó la sudadera y se quedó en una camisa ajustada que le favorecia demasiado.
-¿Qué haces?- me la amarró en la cadera.
-Estás pasada- frunci el ceño y luego caí en la cuenta.
Maldito Andrés.
-Mier...- esta vez fue Shown quien me cubrió la boca, también estaba contagiado por la fiebre "no decir malas palabras"
¡Cuando él las decía a cada hora del día!
-Vamos- me acompañó hasta la residencia y me dejó en la entrada, él no insistió, se veía alejado y triste.
-Mi amor- hice que me mirara- tranquilo ¿si? Tenemos tiempo- le brinde una sonrisa que me devolvió y me dio un pequeño beso.
Más tranquila, subi y me cambie, me tomé mi tiempo para lavar yo misma la mancha de sangre y agradeci que la sudadera de Bryze no se haya manchado.
Me puse un pantalón parecidos a los Swag y una blusa ajustada con mis cómodas vans, me sorprendi que no haya tenido cólicos, casi todos los meses sentía un leve dolor cuando me venía la menstruación pero esta vez...nada, no me pareció raro pero por Bryze y bueno...también por mí decidi ir al ginecólogo mañana mismo que por suerte era viernes, acudiria a Brenda para que me acompañase y así tener más seguridad si quería tener un hijo y tomar precauciones.
Baje y mi hermoso novio estaba allí, le entregue otra sudadera y me puse la mía junto a nuestros gorros de pareja que Siri nos había regalado, el clima estaba empezando a ser frío así que no iba a arriesgarme a pescar algún resfriado ni Bryze tampoco.
En la cafetería recibimos algunas miradas raras pero ninguno de los dos hizo caso y fuimos a comprar una pizza pequeña para los dos, nos sentamos en una mesa cercana a donde estaba Shown y Siri, no quisimos interrumpir ya que estaban en una acalorada discusión y a veces ellos eran dos volcanes en erupción y lo que menos necesitábamos era su lava de ira.
Comimos entre risas ya que nos burlabamos de las caras de la parejita y cuando se dieron cuenta nos sacaron el dedo medio y volvieron a su discusión.
-Creo que es mucho- frote mi panza, si comía algo más, de seguro vomitaria, no nos dimos cuenta cuando Siri tomó asiento en nuestra mesa.
-Tú- apuntó a Bryze- vete- él iba a replicar algo pero Siri lo miró con frialdad por lo que no le tocó más que obedecer.
-Mañana- su voz sonó cansada- mañana iremos y le diremos todo a mamá, por favor acompañame- metio la cabeza entre sus brazos y suspiró.
-Mañana será- me abrazo y me pidió que la llevara a dormir, sus ojeras eran notables y la lleve a su habitacion donde me recibió Sara, las dos se tiraron a la cama y cayeron en un profundo sueño, las cubri con una manta y salí.
Arregle mi habitación y la puse en orden, me llamaron los gemelos enojados porque los he abandonado y les prometi que apenas me graduara pasaría una semana con ellos y nos haríamos el anciado tatuaje.
Me sentía inquieta, nerviosa, necesitaba entretenerme en algo así que hice sky con mi Helen.
-La más desaparecida- me miró mal y luego sonrió- ¡te tengo una gran noticia!
Iba a contestarle algo pero ella se adelanto.
-¡Me graduo antes!- dios un brinco y por un momento todo se puso negro.
-Eso es increíble- celebre con ella.
-Podre ir a la tuya- su sonrisa podría haber iluminado una ciudad entera.
-No se vale, yo no podre ir a la tuya- hice pucheros.
-Sabes que eso no me importa- era verdad, a ninguna nos importaba eso.
Hablamos un poco más y me contó que Kyle- su novio nerd y guapo- estudiaria en Estados Unidos y ella también así que la cosa iba seria, me emocione mucho sin pensar que él estaba allí.
-¡La Santa Helen!- aplaudi- consiguió marido- reí burlona, ella había jurado nunca tener a alguien.
-Helen tiene novio, se besuquean- canturree- se pasan el chicle, se van a casar y tendrás muchos hijitos- seguí canturreando y me di cuenta que ella había cambiado de lugar, atrás se podía ver a su novio partiendose de la risa.
-¡Ah te odio!- y corté la comunicación
Como estaba más tranquila me fui a dormir hasta que sentí a Bryze a mi lado.
-Duerme- me abrazo y poco a poco volví a caer en los brazos de Morfeo.
Al otro día arregle mi maleta y vi el calendario, faltaba exactamente un mes y una semana para graduarnos, supe que había un grupo de alumnos con las mejores calificaciones que se graduaba dos semanas antes puesto que ellos eran admitidos antes a las mejores universidades e iniciaban antes ya que estaba en programas especiales, lo sabía porque me había llegado una nota que estaba entre esos estudiantes pero yo no había mandado solicitud a ninguna universidad así que me informe y le pregunté a Cucky y él me dijo que el colegio tenía convenios con varias de las mejores universidades del mundo y cada año mandaban a un representante para elegir al que mejor les pareciera.
Recuerdo que ese día mi boca se había abierto unas veinte veces, nunca pensé entrar en el grupo de los cerebritos y me felicite internamente por eso, el programa se iniciaba el lunes pero lo rechace, quería graduarme con los demás.
-Gracias Brenda- le di un corto abrazo y ella puso en marcha el coche, por un milagro divino ella tuvo que venir a recogerme y no mi padre así que le explique mi plan y me dijo que su hermano era ginecólogo así que todo se estaba haciendo más fácil, no me sentía nerviosa por ir a ver al médico sino por la visita a la madre de las gemelas, eso sí me tenía preocupada.
-Vamos, hemos llegado- me brindó una sonrisa cariñosa y me tomó la mano para darme más confianza.
-Señorita Evans- la recepcionista tenía una mirada amable y me sentí más segura.
-Soy Brenda, ya te lo dije Amanda.
-Lo siento seño...Brenda- sonreí ante su intercambio- su hermano la está esperando.
Me llevó por un largo pasillo y nos detuvimos en una inmaculada puerta blanca.
-¿Segura?
-Sí- entramos y nos recibió un hombre de unos cuarenta años o quizás menos y para ser realista, demasiado guapo.
-Brenda- la abrazo con cariño.
-James- no se parecían mucho pero no se podía negar que tenían parentesco.
-¿Qué te trae por aquí?- ella me miró así que él también lo hizo.
-Necesita una revisión completa, quiere seguir tratamiento para tener un bebé.
-Eres muy joven- no lo dijo de forma acusatoria solo como un cumplido.
-Sí, pero no inmadura.
Casi.
-Muy bien- satisfecho con mi respuesta me dio instrucciones de que me fuera a cambiar y me colocara esas horribles batas de hospitales en las cuales se te veía todo el trasero.
Al salir solo estaba él.
-Ven, sientate aquí- me ruborice de tantas maneras pero al final me dijo que externamente, todo estaba bien.
-Pasas a la siguiente sala y ahí está el laboratorio- me tendio un papel- entregales esto y a más tardar dos horas estarán listos los resultados.
Salí de allí y fui donde me había indicado, allí habían dos personas, un hombre demasiado anciano me hizo sentar en una silla y de manera nada bonita me quitó sangre como vampiro.
-Insensibles- creo que me escuchó porque emitió un sonido parecido a un gruñido, en el pasillo ya estaba Brenda y me llevó personalmente donde habíamos quedado con Siri y Sara.
Aún no me creía esto.
-Es hora- me despedi de Brenda y me subi a la camioneta, se notaba la tensión asfixiante del ambiente y por eso no me atrevi a decir ni una palabra.
-Llegamos- las tres nos bajamos frente a una gran mansión fastidiosamente rosa.
De todas, Siri era la más nerviosa, lo notaba en cómo movía su mano de un lado al otro y le seguía Sara, aunque por algún extraño motivo yo también lo estaba.
-¿Te gritara?- le preguntó Siri.
-Me dará unas cuantas bofetadas- suspiró- esta es la primera parte.
Un mayordomo con cara larga y ofuscada nos abrió la inmensa puerta y entramos, tuve la sensación de haber entrado a la casa de la bruja del oeste.
-Oscar ¿dónde está mamá?- el hombre nos dio una larga mirada y respondió.
-En su despacho, ya se le comunicó que están aquí- sin esperar respuesta se fue.
Está necesitado el pobre hombre.
-¿Qué te hace gracia?- las dos me miraban raro.
-¿Qué? Nada- miré hacia otro lado riendome de mis pervertidos pensamientos.
-¡Hijas!- la mujer alta y rubia las asfixió entre sus brazos y luego me asfixió a mí- ¿qué las trae por aquí?
Creí que la llevarían hacia otro lado y le darían la noticia pero no, nada sucede como lo espero.
-Mamá estoy embarazada, me voy de la casa- las tres abrimos la boca de sorpresa, la mujer se puso de todos los colores en cuestión de minutos mientras yo hiperventilaba.
-Es broma ¿verdad?- su cara estaba contraida.
-No lo es, permiteme sacar mis pertenencias- quiso darse la vuelta pero ella la detuvo.
-Explicate Sara Lafountein- la gemela hizo cara de dolor y supe el porqué, su madre le estaba clavando sus finas uñas en el brazo.
-Sueltela- le adverti.
-No te metas muchachita.
-Mamá sueltala- esta vez fue Siri pero ella no aflojo el agarre y me tuve que meter cuando ella zarandeo a Sara.
-¡Que la deje!- le aprete con fuerza su huesuda mano y la soltó, alzó el brazo con intención de darme una bofetada pero se la detuve en el aire.
-Ni se atreva- hizo una mueca de dolor- si no la va a apoyar es su puto problema pero al menos dejela en paz, Sara tiene a muchas personas en quien apoyarse, usted a partir de hoy es alguien insignificante para ella- la empuje y cayó en un sofá.
-Te vas a arrepentir- me señaló- y ustedes dos también- señaló a sus hijas, Sara estaba hecha una mar de lágrimas y yo en un descarado arrebato de ira le saque sus dos zapato y los lance a un espejo entallado en la pared.
Se hizo pedazos.
Las tres salimos como divas mientras escuchabamos los gritos de aquella mujer.
-Gracias- las dos me volvieron a abrazar, salimos de aquella casa y las lleve a una heladería que mis hermanos me habían enseñado.
-Te llevare a casa- Sara sonrió con alivio, las tres comimos helado de nutella y luego de eso me llevaron al centro comercial ya que Sara necesitaba ropa nueva.
-Me tengo que ir- revise mi celular, Brenda me esperaba en el estacionamiento- hoy es día padre e hija.
Las dos asintieron pero antes de irme, Sara me entregó una cajita.
-Sé que no te gustan los obsequios pero es la única forma en que puedo agradecertelo- la abracé con sinceridad y traté de transmitirle ánimos.
-Él o ella sería muy afortunado- toque su aún plano estómago.
Me fui de allí y pude encontrar con rapidez el coche de Brenda.
-Vamos rápido, tu padre ya pregunta por ti- me reí imaginandolo, de seguro se ha de estar comiendo las uñas.
El camino fue más rápido y ya estábamos esperando al doctor.
-Mi niña, ojalá les vaya muy bien- le sonreí, le había podido resumir una parte de mi historia.
-Tu serás la madrina- sus ojos se llenaron de lágrimas pero no dejó escapar ni una.
-Katie- la cara del doctor no parecía contenta y eso me hizo temer lo peor, no conteste- revise una y otra ves tus exámenes pero el resultado es el mismo, necesito hacerte un último examen- miró a su hermana con anticipación y ella abrió sus ojos desmesuradamente.
Con los nervios carcomiendome me dejé hacer y luego de media hora más de espera junto a una temblorosa Brenda por fin él volvió.
-Katie- me miró con ternura, tristeza y comprensión- ¿has tenido problemas de útero?
Negue.
-¿Abortos?
Asenti.
-Quizás esa es la raíz del problema- me volvió a mirar pero esta vez su mirada tenía algo más.
¿Pena?
-¿Qué pasa doctor?- mis manos temblaban.
-Katie- suspiró- tus posibilidades para concebir son casi...nulas.
Hola muchachonas!!!
No es jueves lo sé pero mi semana ha sido desordenada y pues bla bla bla, etc, etc.
¡Ya tengo mi computadora!
Así que desde ahora los capítulos tendrán mínimas faltas ortográficas *bailesito epiléptico*
Faltan unos cuatro o cinco más el epílogo y Chan Chan haré tres capítulos extras.
PREGUNTA!!!
¿Cuánto siguen odiando a Sara?
¿Cómo creen que tomará Bryze esta noticia?
Pobre Gía/ Katie :'(
En el anterior capítulo no hubieron muchos comentarios, COMENTEN POR FIS POR FIS
O me tardo más *insertar cara malvada*
Las amo bebas.
Mamá osa fuera.