𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐅𝐋𝐘 ━━ 𝗿𝗲𝗺...

s-sweetxnewt द्वारा

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. .⃗ ༉‧ ▌𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐅𝐋𝐘 ・゚゚・* ࿐ ° ────── 𝒓𝒆𝒎𝒖𝒔 𝒍𝒖𝒑𝒊𝒏 𝗘𝗻 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 Remus Lupin es flechado... अधिक

── 𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐅𝐋𝐘
── 𝐆𝐑𝐀𝐏𝐇𝐈𝐂 𝐙𝐎𝐍𝐄
── 𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒
── 𝐄𝐏𝐈𝐆𝐑𝐀𝐏𝐇
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟏 samantha pierce
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟐 sirius and his plans
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟑 study quote
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟒 astronomy class
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟓 halloween party
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟔 quidditch match
ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟕 campfire party
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ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟏𝟏 dream date?
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ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟏𝟑 eye-opening vacation

ˆּ๋᳝ٞׄ🦋ֻּּֽۣ֬ꦿ 𝟎𝟖 happy birthday, sirius

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⟠ 𓂃 𝚋𝚞𝚝𝚝𝚎𝚛𝚏𝚕𝚢 ៸៸ ♥︎
➢ capítulo VIII [ 🦋 ]
໋᳝݊▹֛◌ ▂▂ ❪ 𝒉𝒂𝒑𝒑𝒚 𝒃𝒊𝒓𝒕𝒉𝒅𝒂𝒚, 𝒔𝒊𝒓𝒊𝒖𝒔 ❫

La semana siguiente a la fiesta en la fogata, Sirius comenzó a festejar su cumpleaños, que sería tres días después del comienzo de su celebración. Durante esos días, invito a su gran fiesta a chicos que ni siquiera conocía pero parecía no importarle, argumentando que daba lo mismo quienes fueran, sería la fiesta de cumpleaños más grande de la historia. Y Sam no podia discutirle, ella también haría algo en grande si cumpliera diecisiete años, y fuera tan popular como él, claro.

—¿Sirius tiene un problema mental, o...?

Sam y Remus se encontraban en la clase de herbologia, plantando asfódelo en tierra especial para que la planta creciera luego. Según la profesora Sprout, el profesor Slughorn necesitaba que el asfódelo fuera plantado lo antes posible para tener la planta lista para su clase sobre el filtro de muertos en vida. Así que ahora los estudiantes se encontraban plantando mientra conversaban con su compañero y Sprout leía un libro sobre plantas y sus curiosidades.

—Me pregunté lo mismo cuando lo conocí —admitió Remus, haciéndola reír. —¿Se lo preguntó ayer?

—Si, y Jenny llegó furiosa, maldiciendolo unas mil veces. 

—Creí que ya no le importaba Sirius.

—Y así es, pero dice que fue humillante que la invitara a su super fiesta justo despues de invitar a Marlene McKinnon.

—Llevan en Guerra desde que terminaron.

—Más bien, desde que él la engañó —corrigió con las cejas fruncidas, colocando más tierra en su maseta. Remus se quedó mirándola, dándose cuenta de su tono molesto.

—¿Sirius no te agrada? —era una duda que tenía desde hace tiempo, pero que no habia querido preguntar. Remus jamás lo había pensado hasta ahora, pero se preguntaba, ¿qué haría si la chica que le gusta no se llevaba bien con uno de sus mejores amigos? Sinceramente, no lo sabía.

—No, por Merlin... —se giro hacia él mientras se relamia los labios. —Pero la infidelidad  es algo que no soporto.

—¿Y que él engañara a tu mejor amiga te hace no soportarlo? —siguió preguntando, con una mueca confundida.

—No... o sea sí, un poco. Pero es más general que eso, no especificamente por Jenny.

—¿Y que harías si yo alguna vez engañé a alguna chica? —eso nunca había pasado, y Remus aseguraba que nunca iba a pasar, pero quería saber como Sam reaccionaría.

Sam sonrió de lado, mirándolo hacia arriba con una ceja alzada. —¿Te importa lo que piense?

—Mucho —ella mantuvo su mirada en los ojos de él, viendo genuina sinceridad en ellos. Volvió a relamer sus labios, exhalando.

—Supongo que ya no intentaría nada contigo.

—¿De verdad?

—Digo, si engañaste a tu pareja anterior, ¿quién me asegura que no me pasará lo mismo? —ella tenía razón, pero Remus seguiría haciéndole preguntas, solo para asegurarse de no cagarla en un futuro con ella.

—Pues deberías confiar en mí y mis sentimientos hacia ti.

—Tal y como la pareja anterior lo hizo, y de igual forma fue engañada —ella le sonrió, sabiendo que Remus tenía el ceño fruncido tratando de pensar en otra pregunta.

Entonces él trago saliva, cruzándose de brazos a un lado del masetero y quedando a la misma altura que ella. —Yo nunca te engañaría. Creo que nadie podría hacerlo.

Ella se burló con un gesto, rascando su nariz con su muñeca por el guante sucio que llevaba puesto. —Claro.

—Lo digo en serio, Sammy. ¿Tú crees que alguien te engañaría?

—Yo creo que ni siquiera se molestarían en fijarse en mí —tomó la maseta entre sus manos y se alejó para dejarla junto a las demás que estaban listas. Remus la siguió de cerca, totalmente impactado por su confesión.

—¿Por qué crees eso? —ambos comenzaron a dejar sus guantes y batas para protegerse de la suciedad a un lado de la entrada, listos para irse de la clase.

Sam se encogió de hombros. —Hay chicas más lindas.

—La belleza no lo es todo, Sammy —Remus le abrió la puerta del invernadero para que pasara primero. Luego ambos comenzaron a caminar de vuelta al castillo. —Y de ser así, tú ya la tienes. Eres hermosa.

Sam agradeció internamente soltarse el cabello apenas salieron de la clase, así Remus no vería sus mejillas rojas y sus ojos brillosos por las lágrimas. No solía recibir muchos halagos. Los de su madre no contaban por obvias razones, y Sam no se sentía verdaderamente halagada cuando Jenny le decía que era hermosa o que estaba preciosa. Era difícil que Sam considerara un halago como uno verdadero, pues personas como su madre y Jenny serían capaces de mentirle a la cara con respecto a su apariencia para hacerla sentir bien. ¿Pero los demás? Recordó rápidamente cuando una amiga de su madre le dijo que estaba preciosa, que se había convertido en una adolescente hermosa. Tal y como me estaba sucediendo ahora, sus mejillas adquirieron color y sus ojos se empañaron por las lágrimas, porque sabía que esa mujer podía perfectamente no decir nada de su apariencia, o incluso, nombrarle alguna imperfección.

—¿Sammy?

—¿De verdad lo crees... ? —le daba vergüenza pronunciar las palabras «soy hermosa».

—Por supuesto que si —él no dudó en responder. —¿Tú no? —ella negó vergonzosamente. —Sammy...

—Esto me está incomodando un poco. Nos vemos mañana en la noche, Rem.

Sam se despidió con un beso en la mejilla para luego alejarse lo más rápido que sus cortas piernas le permitieron. Remus detuvo su caminar apenas ella se despidió, viéndola irse a su sala común mientras tronaba los huesos de sus dedos escondidos en las mangas de su suéter.

Él no mencionó nada, por supuesto, pero se dió cuenta que Sam se había ido con los ojos rojos.

. . .

El tres de noviembre de mil novecientos setenta y seis, Sirius Black cumplía diecisiete años, la mayoría de edad en el mundo mágico, por lo que decidió que era una buena ocasión para hacer la mejor fiesta que nunca había hecho... Y claro, poder gastar un gran porcentaje de la herencia que su tío le había dejado.

Sirius había pensado en todo. Su cumpleaños cayó un jueves, y no estaba dispuesto a esperar uno o dos días para celebrar.

Ocuparían la sala común de gryffindor, como la mayoría de sus fiestas, pero él y el resto de los merodeadores se encargarían de insonorizar todo el lugar para que nadie se diera cuenta. Primero vigilarían que todos los invitados (o sea media escuela) llegarán sin ser atrapados por Filch con ayuda del mapa del merodeador. Luego, Remus se encargaría de hacer un hechizo de expansión en el lugar para que todos pudieran entrar, y después el mapa sólo sería ocupado para vigilar que McGonagall no se acercara a la sala común.

Movieron todos los sillones y hechizaron las luces para que variará en colores a cada segundo. El alcohol estaba repartido en casi todos los lados del lugar, siendo James el que se encargó de comprar la mayoría de éste.

Luego de eso, todos empezaron a llegar hasta que la sala común estuvo totalmente llena, incluso a pesar del hechizo de expansión.

Remus se paró junto a una pared apoyándose en esta. Miró a todos en la fiesta. Vió a Sirius chillar mientras habría uno de sus regalos, observó a James brindar sobre nada en específico con su corbata escarlata en la cabeza... Remus prefirió no preguntarse por qué tenía su corbata de uniforme cerca. También se fijó en Peter, quien bailaba felizmente junto a Jenny mientras ambos reían. Vió a todos en el lugar, y aún así, sus ojos seguían buscando a Samantha Pierce.

—¿Qué tal, Lupin? —un hombro cubierto por cabello pelinegro se dejó caer en la pared junto a él. Remus dejó de buscar a Sam para fijarse en quien se le había acercado, reconociendo rápidamente a Alice Carrera, una ravenclaw de quinto año que parecía tener una obsesión nada sana con los merodeadores.

—Hola, Alice —saludó, más por educación que por gusto. Era bien sabido que había tenido algo con Sirius, algo fácil si le preguntas a Remus. Que había intentado algo con James, fracasando épicamente pues él sólo tenía ojos para Lily. Y que Remus era su siguiente objetivo... Ahora que Remus pensaba, probablemente Peter sería el siguiente.

—¿No estás disfrutando de la fiesta? —preguntó bebiendo de su vaso. Remus sintió el olor a alcohol llegar a sus fosas nasales, mirando su propio vaso de cerveza de mantequilla, queriendo mantenerse sobrio para hablar con Sam.

—Sí, por supuesto. Solo estoy esperando a alguien.

—¿Alguien importante? —Alice se acercó dos pasos más a él. Remus sintió el impulso de retroceder el doble de ellos, pero tampoco quería ser grosero con la pobre chica.

—Sí —luego bebió de su vaso.

Alice se quedó en silencio, pensando en como seguir la conversación ante la respuesta tan corta y seca. —Podría hacerte compañía en tu espera. Te veías muy solo de lejos.

—Me gusta la soledad.

—Dicen que suele ser peligrosa en ocasiones.

—Sí, lo he escuchado. Puede ser adictiva.

—A mi no me gusta estar sola.

—Que bien —volvió a beber.

Alice volvió a quedarse en silencio, esta vez mirando a su alrededor para encontrar algo que pudiera comentar. —¿Peter está saliendo con Jennifer Wilson?

Remus, un poco aburrido, miró en dirección a su amigo solo para volver a ver la misma escena de hace rato; él bailando con la rubia.

—Aún no.

—¿Y tú estás saliendo con alguien? —ella dió otro paso, y esta vez Remus no pudo evitar alejarse dos más, simulándolo como si se acomodara en la pared para verla de frente.

—No... aún.

Como le hubiera gustado decir «Si, estoy saliendo con Sammy Pierce, la chica más hermosa jamás vista»

—¿Aún? —esta vez Alice no sonó tan amistosa y dulce como estuvo hablando anteriormente. Remus sonrió sin mostrar los dientes, asintiendo con la cabeza como niño pequeño. —¿No es un secreto, verdad? Me interesa saber quien es.

—Te lo diría, pero no quiero incomodarla a ella —y tampoco quiero que mañana por la mañana todo el mundo esté hablando de ello. Pensó descaradamente, sabiendo lo chismosa que era esa chica.

—Todas las chicas desean a alguien como tú, Remus. Ella debe ser afortunada —ella volvió a dar un pasó, y él retrocedió otro.

—Espero que ella también piense eso.

Entonces giró su cabeza y volvió a su propósito inicial; buscar a Sam, teniendo éxito al instante cuando la vió siendo abrazada por Sirius con emoción. Apenas se separaron Remus notó el regalo perfectamente envuelto que su amigo tenía en la mano, y juró que en ese momento se enamoró más de ella.

—¿Remus? —oh, Alice seguía ahí.

—Tengo que irme —no espero respuesta y esquivo a toda la gente que pasaba por al frente de él para poder llegar a ella.

Sam llevaba el cabello suelto, como siempre solía llevarlo. Vestía una falda negra ajustada y un sweater con cuello color burdeo. Sus manos estaban dentro de las mangas de su sweater, y jugueteaba con el pequeño collar que llevaba puesto. Remus la notó más alta, sólo para darse cuenta que de calzado tenía unos botines bastante altos.

—¡Hermosa hufflepuff! ¿Cómo supiste? —Sirius se veía realmente emocionado y agradecido. Al acercarse, Remus pudo ver como su amigo tenía una chaqueta de cuero nueva en sus manos.

—Noté que la tuya ya estaba un poco rota. Pensé que una nueva y más moderna te gustaría. 

—¡La amo! ¿Crees que una motocicleta combinará bien? —Sam levantó las cejas con una expresión de incredulidad, asombrada por, aparentemente, toda la cantidad de dinero que Sirius debe poseer.

—Supongo que sí —respondió al final. Sirius asintió emocionado, alejándose mientras decía que James y Peter tenían que saber sobre su nuevo regalo.

—Creo que fuiste la única que pensó realmente que le gustaría —Sam saltó en su lugar, girándose hacia Remus apenas distinguió su voz.

—Esa es la idea de los regalos, ¿no?

Los dos se quedaron en silencio sin saber que más decir. No había hablado desde el día anterior en la mañana, y considerando que ya se les había vuelto costumbre estar juntos la mayor parte de éste, había sido raro para los dos el sentimiento de añoranza que les provocaba el recuerdo del otro, como si no hablaran en años.

—No he dejado de pensar en lo que dijiste ayer —confesó Remus apenado, rascando su nuca.

—Yo igual. Lamento mucho si soné molesta...

—No, Sammy. Yo tengo que disculparme... No era mi intención incomodarte, y créeme que nunca querré hacerte sentir mal.

—Eso es muy lindo de tu parte, Rem —él sonrió en respuesta.

—Sam —ella lo miró haciendo un sonidito para que supiera que tiene su atención. —Tenía ganas de preguntarte esto desde hace tiempo, p-pero no me atrevía hasta ahora...

—Adelante.

Remus tomó una bocanada de aire, preparándose para preguntarle lo que podría ser el inicio de su relación, pero entonces se dió cuenta que Sam miró el disturbio que se estaba formando cerca de ellos, su boca abriéndose lentamente por la impresión. Remus olvidó el rumbo de su conversación, girándose hacia donde Sam miraba solo para encontrarse con Jennifer Wilson peleando con Marlene McKinnon.

—Ay, no...

Sam tomó la mano de Remus, arrastrándolo lo más cerca posible hacia ella para acercarse juntos a la pelea de sus amigas.

La castaña no lo demostró, pero realmente le preocupaba hasta donde podía llegar su mejor amiga y su odio hacia Marlene McKinnon. Tal vez todo lo sucedido fue el año anterior, pero eso no quitaba que Marlene nunca había mostrado arrepentimiento por sus acciones, al contrario de Sirius que si se disculpó con Jenny por engañarla. Sam pensaba en que su amiga tenía esa rabia hacia la otra rubia retenida desde hace tiempo, pero ahora se le sumaba que, según Jenny, Marlene la acosaba con miradas poco amigables y comentarios fuera de lugar.

Seguramente más tarde en la noche hablarían de ello las dos junto a Lily.

—¡No entiendo porque estás obsesionada conmigo! —gritó Jenny. La música no había parado y todos, a excepción de unos pocos que miraban la pelea, seguían bailando como si nada.

—Habló de obsesión la que aún no supera su ruptura —Lily relamió sus labios mirando a su amiga nerviosa, luego se alejó de James y se acercó a Sam.

—Oh, eso quisieras —se burló. —Todo ya está más que superado.

—Sí, claro —Marlene se burló de la misma forma. —¿Crees que acostándote con su mejor amigo te hará caso de nuevo?

—¡Hey!

—¡Oye!

—¡Marlene!

—¿Yo que tengo que ver? —los cuatro merodeadores hablaron al mismo tiempo, en tonos molestos e indignados. Dorcas se mantenía lejos, sin decir nada y sin siquiera mirar. Sam y Lily lo notaron, compartiendo una mirada de confusión.

—Lo que yo haga no tiene porqué importarte.

—Por supuesto que si, si vas a andar hablando de mí.

—¡Nadie habla de ti, Marlene! Por eso es que estás haciendo todo este escándalo... para llamar la atención.

—¿Ah, nadie habla de mí? ¿Entonces por qué todos me ven como una infiel que se mete en relaciones?

—¡Porque quizás eso eres, bruta! ¡Merlin, dame paciencia!

—Oigan, chicas. De verdad creo que mi fiesta de cumpleaños no es el momento de...

—¡Cállate, Black! —rugieron las dos.

—Por, Godric. Eres tan egocéntrico.

—Parece que su ego es lo único grande que tiene —James se carcajeó atrás de Remus para no ser visto. Sam lo miró, y una pequeña sonrisa se asomó por sus labios al escuchar la risa tan contagiosa.

—Okey, está bien. Todos contra Sirius... genial forma de celebrar —el chico masculló, colocándose junto a Potter para golpearlo en la cabeza por burlarse, recibiendo otra burla.

—Yo vine aquí a pasarla bien —Jenny dijo después de poner los ojos en blanco. —Y no dejaré que nadie, menos tú, me amargue la noche.

—Pues yo no fui quien inició.

—Claro que si.

—Claro que no.

—Esto ya se volvió infantil —Lily dijo lo que quizás muchos pensaban. Se acercó a Marlene dudosa. —¿Quieres hablar? —pero la rubia se fue sin mirarla, ignorándola por completo mientras se alejaba probablemente a su habitación.

Lily bajó la cabeza apenada. Sam se dió cuenta que James la miraba con ganas de abrazarla, entonces lo golpeó en el hombro, indicándole que se acercara. El azabache obedeció, rodeando los hombros de la pelirroja con su brazo.

—¿Alguien tiene idea de lo que le sucede? —Remus preguntó, confundida por la actitud de la chica.

—No, ni idea.

—Quiero salir de aquí —Jenny le susurró a Sam. Esta asintió, compartieron una mirada con Lily que solo podía decir «hay que hablar». Automáticamente, las tres se juntaron y miraron a los merodeadores.

—Es mejor que nos vayamos —Sam comunicó, mirándolos a todos pero deteniéndose en Remus. —Feliz cumpleaños, Sirius.

—Adiós, chicos —la tres se despidieron y comenzaron a alejarse a la entrada de la sala común, asegurando que Lily se quedaría a dormir con ella en la sala común de hufflepuff.

Los cuatros se quedaron en su lugar viéndolas irse hasta que Sirius bufó. —No podía ser el cumpleaños de Sirius Black sin un poco de drama.

・゚゚・* ࿐ °

🎠 Aclaro que la Alice
que aparece aquí no es
la Alice mamá de Neville ksjdj

Sam tiene muchas inseguridades
Sam me representa jajska 🫶

🪶 -atena.

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