La voz de la tal Grace era como cuando las ruedas de los coches chirrían dentro de un parking.
¿Horrible verdad? pues eso.
Todos se habían quedado quietos mirando la escena.
Pedri no decía nada.
Y la tía esta sonreía como una loca.
¿Qué le pasaba?
Gavi caminó hasta nosotros y se colocó a mi lado, preparado para cogerme si me lanzaba a tirarle del pelo a la rubia.
- Bueno, gatito, ¿has terminado ya con esta panda? quiero ir a dar un paseo y luego a cenar. -dijo ella tocándole el brazo a Pedri.
- Ya hablamos, Grace, no tengo nada más que decir. -sentenció Pedri con voz seria.
- Hablamos sí, y también nos besamos. -me quedé muy quieta y me aferré al brazo de Gavi.
- Yo no te besé, tu me besaste. -se quejó de nuevo Pedri.
- Es lo mismo, además, si me comparas a mi con esta, está claro con quien te vas a empalmar primero. -sus palabras fueron como una daga directa al estómago, pero no fui yo la que contraatacó.
- Vuelve a hablar así de mi mejor amiga y te dejo sin dientes. -Ana llegó a mi lado, cogiendo mi brazo libre.
- Si realmente Pedri te elige a ti, habrá perdido él, te lo aseguro Grace. -esta vez fue Gavi quien habló.
- Creo que es mejor que volvamos sl hotel. -Ansu llegó a nuestro lado también.
Estábamos montando otra escena.
- Sí, genial, gatito voy contigo. -se enroscó en el brazo de Pedri y lo arrastró lejos de nosotros.
Todos nos miramos un momento al ver como prácticamente él se intentaba zafar de ella y ella lo arrastraba como a un maldito perro.
- ¿Soy la única que quiere partirle la cara? -habló Ana rompiendo el silencio.
- No. -contestamos todos los demás a coro.
Soltamos una carcajada todos mientras empezábamos a caminar.
- No te preocupes por ella, Pedri no volvería con ella ni de coña, ese beso que viste se lo dio ella a la fuerza, yo estaba ahí. -explicó Gavi.
- No necesito explicaciones, él es lo bastante grandecito para saber lo que quiere, y yo no voy a estar siempre esperándolo. -contesté bastante cansada ya del tema.
- No sé que van a hacer los demás esta noche, ¿hacemos algo? mañana tenemos el último entrenamiento antes del mundial y todo esta algo tenso. -Gavi me miró con un puchero.
¿Cómo habíamos pasado de follar como si nada a ser casi mejores amigos de la nada?
No lo sabía, pero la bondad y el respeto que tenía el hacia su amigo era algo que admiraba muchísimo, y si realmente tenía que tener a Gavi como solo un amigo, me valía con eso, porque era el mejor.
- ¿Qué te parece si te vienes y vemos alguna peli? podemos comer algo, seguramente Ana se quede con Ferran. -contesté con una sonrisa.
- ¡Ferran! ¡te quedas a Ana esta noche, Leah y yo necesitamos la habitación! -gritó Gavi llamando la atención de todos, incluso de Pedri y Grace que iban por delante de todos mientras llegábamos al parking.
Pedri nos miró con los ojos como platos, al igual que los demás.
- Qué manera más sutil de decir que vais a follar. -habló mi amiga haciendo que los demás se rieran.
- No exactamente. -habló Gavi rojo como un tomate.
- Sí que ha sonado como si dijeras eso. -le contesté yo con una carcajada.
Gavi me revolvió el pelo y por fin llegamos a los coches.
- Mi gatito y yo vamos en el suyo solos. -habló la inútil de turno.
- No cabemos todos en un coche, Grace. -habló Ansu.
- Podéis dejar a la vagabunda esta aquí. -me señaló.
- Oh, se acabó, no voy a tolerarte ni una más. -me abalancé sobre ella y ni siquiera la había tocado y ya estaba gritando como una loca.
Me paré en seco y la miré con una ceja levantada.
- Necesitas ayuda profesional tia, que lo sepas. -le dije muy enserio.
Ella seguía gritando.
- Leah, sube al coche. -susurró Pedri mirándome.
Miré a los demás y todos asintieron.
Grace seguía gritando con los ojos cerrados, moviendo las manos de forma frenética.
Me metí en el coche de copiloto y Pedri subió, arrancando a toda velocidad.
No miré atrás, pero me imaginé la cara de la rubia y solté una carcajada.
- No entiendo como pudiste salir con ella. -dije al parar de reír.
- Éramos unos niños, te aseguro que antes de la fama ella no era así. -aseguró.
- Está loca, ¿lo sabes verdad? -le miré algo atónita.
- No sé como librarme de ella, Leah, no va a irse con facilidad, quiero hacer las cosas bien esta vez, quiero empezar de cero, pero creo que tu ya has elegido. -habló muy rápido con su acento más marcado de lo normal.
- ¿He elegido? -pregunté sin entenderle.
- A Gavi, y lo entiendo de verdad, él es.. -empezó a hablar pero yo solté otra carcajada, haciendo que callase de golpe y me mirase.
- Gavi está buenísimo y ya lo hemos hecho, pero tu no eres consciente de lo que piensa él, ¿verdad? se ha dado cuenta de las cosas mucho antes que tu y que yo, y nos hemos dado cuenta a la vez de que somos almas gemelas y no precisamente para ser pareja, y esta noche va a venir a la habitación, pero no para lo que tu crees. -expliqué.
Pedri se quedó callado unos minutos, analizando ls situación.
Y de repente metió un frenazo y giró de forma brusca a la derecha.
Solté un grito del susto y el soltó una risa.
- ¿Me vas a secuestrar? -pregunté entre risas.
- Si has quedado con Gavi por la noche, aún tengo tiempo de llevarte a algún lugar. -sonrió sin dejar de mirar la carretera.
Cogió mi mano y la colocó debajo de la suya en la palanca de cambios, sin decir nada más.
Conducimos así un largo rato hasta que llegamos a la playa del otro día y bajamos los dos directos a la arena.
- El otro día no pude enseñarte esto, ven. -entrelazó los dedos con los míos y caminamos por la orilla hasta llegar a una pequeña cueva en la que el agua rozaba nuestros pies descalzos.
- ¡Qué bonita! -exclamé al ver la cueva con agua cristalina.
Pedri tiró de mi mano hacia él hasta que choqué con su pecho, con una sonrisa.
Sus labios no tardaron en encontrar los míos y los dos nos fundimos en un beso lento y largo mientras nuestras lenguas bailaban a un ritmo constante.
Sus manos bajaron por mi espalda hasta mi culo, lo apretó con suavidad y yo sonreí.
En algún momento nuestra ropa terminó en una roca seca, amontonada de mala manera.
Mientras Pedri se colocaba un condón y me levantaba en brazos, apoyando mi espalda en la pared húmeda.
Solté un gemido ante el frío de la pared y el calor de su cuerpo justo cuando entró en mi de una sola vez.
Y vi las estrellas, lo juro.
Me aferré a su cuello y enterré mis dedos en su pelo corto de atrás, arañándole la espalda de vez en cuando.
Su boca tapaba mis gemidos y en el eco de la cueva resonaban los golpes de nuestra piel chocando entre si.
Era increíble.
- Córrete conmigo, Leah. -susurró contra mis labios.
Apreté mis paredes y sentí como él se dejaba llevar contra mi, así que yo también dejé que el orgasmo me atravesara por completo, enterrando mi cabeza en su cuello y dejando algún que otro beso.
Nos quedamos así unos minutos hasta que salió de mi y me dejó en el suelo, aún con las piernas temblando, nos vestimos y salimos de ahí al darnos cuenta de que la marea empezaba a subir.
- Si esta noche, cuando se vaya Gavi, quieres verme de nuevo, dile que me avise y voy directo. -dijo después de darme otro beso.
- Me lo pensaré. -dije muy seria y al ver su cara solté una carcajada.
Un rato después llegamos al hotel, y por mala suerte de Pedri, Grace le estaba esperando y le montó un pollo, del cual Luis Enrique tuvo que sacar a Pedri, diciéndole a Grace que tenía revisión médica y se lo llevó de ahí.
Yo me metí en la habitación y Gavi no tardó en llegar con un montón de comida y se tiró en mi cama.
Obviamente iba a llamar a Pedri después para que viniera a dormir conmigo.