Yoongi...
Hay situaciones en la vida que se asemejan a un juego de ajedrez, por lo que tienes que saber cómo usar a tus peones para así obtener una victoria.
Termino de leer la última hoja de la carpeta que me dio Jun.
Levantó la mirada hacia el, que se encontraba sentado frente a mi. Después de terminar la cena, vinimos a su despacho.
Ambos nos sentamos en medio del despacho. Una mesa baja se encuentra entre nosotros, con un tablero de ajedrez con una jugada aún sin terminar. Chung-Hee se encuentra sentado frente al escritorio, con su mirada puesta en su teléfono.
Aunque parece no estar interesado en lo qué está pasando, estoy seguro de que él está al tanto de todo lo que ocurre a su alrededor.
Dejando la carpeta a un lado sobre la mesa, me inclino hacia delante poniendo mis codos sobre mis rodillas. Mi mirada dejó la de Jun y miró el tablero frente a mi.
—Y bien ¿Vas a aceptar los términos del contrato?
—No lo sé—digo, sin dejar de mirar el tablero—Esto es más una amenaza, que un contrato.
—Tómalo como un contrato prenupcial.
—¿Un contrato prenupcial?—muevo una pieza, derribando una de las pieza blanca que están del lado de Jun—Yo lo veo más como un contrato donde me amenaza si rompo el compromiso con tu nieta.
Levantó la mirada hacia Jun, este mira la pieza que acabo de derribar y sonríe con desafío. Extiende su mano hacia el tablero y derriba una pieza negra.
—Tómalo como una advertencia, para que no se te ocurra humillar y avergonzar a mi princesa, sí decides dejar el compromiso.
—¿Entonces tengo que pagarte esa escandalosa suma de dinero si rompo el compromiso?—derribó otra de su pieza.
—Solo es una pequeña multa—Jun derriba otra de mis piezas.
—No creo que con mi humilde solidaridad de médico cirujano, pueda cubrir esa multa.
—En ese caso no rompas el compromiso y no tendrás que pagar nada.
—Y si no funciona. Digo, es complicado eso de las relaciones.
—No importa, si lo rompes, tendrás esa deuda conmigo.
—Ya te dije que con el salario que me paga tu hospital, no me daría para pagar eso, ni siquiera si trabajara hasta el día de mi muerte. Esa suma de dinero es injusta. Deberías pagarme más.
—Estoy seguro que como heredero de una gran firma de abogados, no será un problema pagar incluso el doble de la deuda.
Mis labios se curvan una sonrisa.
—¿Y si Jina fuese la que quisiera romper el compromiso?
—Ella no haría eso.
Y lo creo, con lo poco que he visto, es obvio que Jina no tiene el valor de contradecir a su abuelo, eso es un alivio, ya que no estoy interesado en romper este compromiso.
—Jaque mate—digo.
Durante nuestra conversación, Jun y yo estuvimos moviendo piezas sobre el tablero.
Mira el tablero con confusión, al parecer no había tenido la oportunidad de tener un buen rival.
—¿Entonces aceptarás esta condición?
—Oh, por supuesto, no dejaría ir la oportunidad de convertirse en el yerno de Jun Kang-Dae.
—Entonces puedes firmarlo—este saca un pluma de su chaqueta y me la extiende.
Lo ignoró a propósito, dejándolo con la mano extendida y sacó mi propia pluma. Después de firmarlo se lo entregó.
—Deberíamos brindar por esta exitosa negociación.
Un sentimiento de repulsión me invade al oírlo llamar una negociación al futuro que él a elijo para su nieta. Independientemente de que yo estoy usando a Jina para destruir a Jun, y soy el menos indicado para cuestionar su moral. Pero el hecho de que use su propia sangre y supuestamente la persona que más le importa, como una moneda de cambio, es demasiado bajo.
Al pensar en todas las cosas que he hecho y estoy seguro que haré en el futuro, mi sentimiento de lealtad por las personas que me importa es algo inquebrantable.
Es por eso que estoy haciendo esto, tengo que ver a Jun, que hizo sufrir y destruyó a la persona más importante en mi vida, en la completa miseria.
Hasta que no vea a Jun destruido, no descansaré, no importa que tenga que hacer.
Chung-Hee deja dos vasos con Whisky sobre la mesa, había olvidado que él está aquí. Jun toma uno y me indica que tome el otro. Tomó el vaso y miró a Chung-Hee que sólo nos observaba con desinterés.
—¿Y tu no vas a brindar?- le preguntó.
—Yo no he hecho negocios contigo Min—dice, y puede sentir el desprecio en su voz—Yo no soy parte de esto.
Algo me dice que Chung-Hee no está de acuerdo con este compromiso. ¿Pero por qué no lo impide? Al fin de cuentas es él padre de Jina.
—Por una buena unión—Jun levanta el vaso y yo hago lo mismo.
Sonríe y veo como sus ojos brillaron con malicia, mientras mira el contrato frente a él, de seguro que piensa que acabo de firmar mi condena.
Río para mis adentro, ya que la situación es completamente a la inversa.
Oh, Jun acabo de firmar tu sentencia hacia tu desgracia y voy a usar a tu querida nieta con mi peón para lograrlo.
●●●
Después de terminar la reunión con Jun, me dirijo nuevamente hacia el comedor.
Al entrar, solo veo a Seoyon sentada en el mismo lugar de antes, con una copa de vino en su mano y una mirada pensativa.
—¿Dónde está Jina?—su mirada se desliza hacia mí.
—¿Por qué tendría que saber dónde está esa mocosa?
—¿Dónde está?
—Salió por ahí, seguro tiene que estar en cualquier lugar escondida llorando.
—¿A dónde fue?—mi voz suena esta vez demandante.
Soyeon bufa y se levanta de la silla.
—Ya sé que te lo he dicho antes—dice, mientras camina hacia mí—Pero te lo volveré a repetir. Si te encariñas de Jina...
—Ya te he dicho....-la interrumpo.
—Se lo que me has dicho—se detiene frente de mi—Si te encariña de esa mocosa, te aseguró que voy a matarla.
—Eres demasiado protectora conmigo—me burló.
—Estoy hablando enserio Yoongi.
—Y también eres bastante aterradora—continuó burlándose de ella.
—¡Quieres morir!—me pega en el brazo.
—¡Oye! —me froto el brazo—Y también eres muy agresiva.
—Tu prometida salió al jardín trasero—dice pasando a mi lado.
Los pasos de Soyeon se escuchan alejarse fuera del comedor.
Me dirijo al Jardín trasero. No tengo que buscar demasiado, ya que veo la figura de Jina sentada al borde de la piscina. Camino hacia ella. Estoy seguro que escuchó mis pasos acercándome, pero no reacciona, ni siquiera se mueve. Está sentada en el borde de la piscina, con los pies dentro del agua, y mira fijamente el agua con una expresión en blanco.
Sus mejillas están sonrojadas y el reflejo de agua ilumina su delicadas facciones, dándole un aspecto etéreo.
Me detengo justo a su lado, pero ella no da señal de que se ha percatado de mi presencia, solo levanta una botella de vino y se la lleva a los labios, para tomar un sorbo.
—¿Un mal día?
—Estoy esperando que sea realmente una mala pesadilla.
—¿Tan malo es?
—Me acabo de enterar de que estoy comprometida con un completo desconocido. Eso es más que malo. Es realmente horrible.
—Si tanto te desagrada ¿Por qué aceptaste?
—Yo no acepté nada, no es como si tuviera esa opción. El abuelo fue quien aceptó.
—¿Y tú lo harías solo por que él lo decidiera? eres adulta para tomar estas decisiones por ti misma, y no ser el títere de tu abuelo.
Su rostro se frunce en desagrado.
—Esta es la segunda vez en esta noche, que alguien dice algo desagradable de mi abuelo. Primero la bruja de Choi diciendo que soy la moneda de cambio del abuelo y ahora usted, con que soy su títere.
—Tal vez es porque sea cierto.
Una débil sonrisa se forma en sus labios.
—No es la primera vez que escucho a otras personas decir eso, siempre tuve que escuchar todo tipo de cosas de mis amigos y compañeros. Pero ninguno de ellos sabe nada. Al igual que usted. Por eso no me importa su opinión, ni la de nadie.
Lleva la botella a sus labios y da otro trago y deja escapar un suspiro.
—Mi abuelo es la única persona a la que quiero y que considero una familia.
—¿Y qué hay de tu padre?
—Nunca a mostrado que le importe, por lo que está lejos de ser un padre para mi —su voz suena apática, como si a ella tampoco le importará— En cambio el abuelo a estado ahí siempre, a cuidado de mi y a demostrado lo mucho que le importo, si él aceptó este compromiso es por que piensan que es lo mejor para mi.
—Entonces tal vez yo sea lo mejor para ti.
Se queda en silencio por un momento antes de estallar en risas. Echa su cabeza hacia atrás y continúa riendo descontrola.
Definitivamente está ebria.
Su risa se detiene y vuelve a esa expresión en blanco.
—Usted está lejos de ser lo mejor para mi.
—Ni siquiera me conoces ¿cómo puedes estar tan seguro de ello?
—No necesito conocerlo para saber el tipo de persona que es.
—Y según tú ¿qué tipo de persona soy?
—Es una persona con una personalidad tranquila y reservada, es un hombre de pocas palabras. Como jefe de cirugía no es duro ni inflexible con su subordinados, en cambio es comprensivo y siempre se muestra amable hacia los demás.
—No sabía que estuviera tan interesada en mi—digo.
—Pero todo eso es solo una máscara. Es una fachada que ha construido cuidadosamente para esconder su verdadero yo. Pero yo lo he visto, he visto la oscuridad en sus ojos, el deseo de el caos, el deseo de destruir todo a su alrededor.
Me quedo en silencio. Realmente me ha descifrado, no sé si eso es bueno o malo.
Deja la botella a un lado para poder levantarse, se tambalea debido a que se encuentra borracha, pero se las arregla para ponerse en pie.
—Puede qué haya engañado al abuelo, pero a mi no podrá engañarme—dice—Por eso le pido que por favor rompa el compromiso.
—No puedo hacer eso.
—¿Por qué?
—Tu abuelo me hizo firmar un contrato en donde tengo que pagar una gran suma de dinero si rompo el compromiso.
Su rostro se contrae con preocupación y desesperación.
—Pero hay otra manera —su rostro se ilumina con esperanza al escucharme.
—¿Cual es?
—Rompe tu el compromiso, si lo haces, no tendré una deuda con tu familia y no te verás obligada a tener que lidiar con un compromiso que no deseas.
—No puedo.
—¿Por qué no? No creo que tu abuelo sea tan duro contigo, has hecho todo lo que él ha querido toda tu vida, por una vez que no lo escuche no será tan grave.
—Usted no lo entiende, no puedo hacer eso, la perfecta Jina nunca desobedecer o le llevaría la contraria.
—Entonces en ese caso me temo que seguiremos comprometidos— sus hombros caen en decepción.
Solo asiente y da un paso, pero se tambalea debido a que está borracha. Inconvenientes me acerco a ella para evitar que se caiga. Pero ella se aleja provocando que esté a punto de caer a la piscina. Se aferra a mi mano y logra estabilizarse. Se aleja de mí, pero no suelta mi mano.
—No se acerque a mi, odio cuando lo hace.
—Y tú deberías dejar de tocarme, esta es la segunda vez hoy— me suelta de prisa.
—¿Odia el contacto físico?— se ríe levemente— Va mucho con su imagen de hombre frío.
—Realmente no lo odio, lo que realmente odio es la sensación que deja—me mira con confusión— Odio lo frío que se siente después de cualquier contacto físico, ya sea un abrazo, una caricia o simplemente un toque a la zar, es por eso que lo trato de evitar.
Me mira con curiosidad pero no dice nada.
—Si vas a tocarme asegúrate de no dejar de hacerlo.
—¡Que! —grita—No, no, por supuesto que no ¿porque quisiera tocarlo? No quiero tocarlo.
No puedo evitar reír antes su reacción.
—¿Se está burlando de mí?
—De ninguna manera.
Nos sostenemos la mirada por un momento, está la desvía, evitando mi mirada. Se abraza a sí misma frotando sus brazos.
—Debería entrar, está frío aquí fuera y pareces haber bebido de más.
Intenta inclinarse inclina para tomar sus zapatos.
—Déjame ayudarte.
Me inclinó y la ayudó a poner sus zapatos.
—Gracias.
—¿Crees que puedes caminar por ti misma?
—No estoy tan ebria— pasa a mi lado y camina con pasos lentos, hacia el interior de la casa.
Cuando entramos a la casa se encuentra todo en silencio. Solo el sonido de nuestros pasos resuena en la enorme casa.
Jina se detiene y veo que Ching-Hee que está parado frente a su hija, su mirada dura la recorre.
—¿Estás ebria?— ella no contesta— Mira qué desastre eres.
—Lo siento— se disculpó, bajando su cabeza.
—Solo vete a tu habitación— ordena.
—¡No!— dice rápidamente—No voy a quedarme.
—¿Tú te has visto? Apenas puedo mantenerme en pie, cómo piensa llegar a tu departamento en esta condición. No puedes conducir.
—Yoongi va llevarme— se acerca a mi y me tomó del brazo, aferrándose a él.
La mirada de su padre se detiene en mí.
—¿Tu vas a llevarla?— pregunta.
Jina aprieta su agarre en mi brazo y se acerca más a mi costados. La miro, veo sus ojos que me suplican, vuelvo mi mirada hacia Chung-Hee.
—Voy a llevar a Jina a su casa.
Chung-Hee da un paso hacia mí y me mira por un momento antes de hablar.
—No se si puedo confiar en ti respecto a mí hija.
—Pues deberías ir confiando, soy su prometido y pronto seremos familia.
Su mandíbula se tensa, pero se mantiene en silencio, lo que confirma que Chung-Hee no está de acuerdo con este compromiso.
Pero el hecho de que no se muestra abiertamente en contra me hace sospechar que haya algo de lo que no soy consciente. Tal vez Jun, incluso tiene a su hijo por debajo de sus órdenes, pero Chung-Hee no se ve como alguien que siga las órdenes de nadie. Por lo que tengo que averiguar lo que está pasando realmente en la familia Jun.
Chung-Hee mira a Jina a mi lado, por un breve momento un atisbo de preocupación se refleja en su rostro, pero es reemplazado de inmediato por su expresión de desdén.
—Con su permiso, nos retiramos— digo.
Nos dirigimos hacia la puerta y el mayordomo se nos acerca.
—Aquí tienes señorita— le entrega un abrigo con su bolso.
—Gracias Doyun— dice.
Este abre la puerta para nosotros. Cuando salimos me detengo y mira a Jina que aún sostiene mi brazo.
Se percata de ello y me suelta rápidamente.
—Lo siento.
—Vamos, voy a llevarte a casa.
—Oh no es necesario— dice— Puedo pedir un taxi, gracias por ayudarme a deshacerme de mi padre.
—No puedo dejar que tomes un taxi en este estado—empiezo a caminar hacia mi auto.
No me sigue y me detengo y miro hacia ella.
—Jina.
Empieza a caminar, sus pasos son lentos, y por su aspecto es posible que caiga inconsciente en cualquier momento. Tengo que llevarla a su casa antes de que eso ocurra.
Llegó al auto y abro la puerta y espero que ella termine de acercarse. Se detiene antes de entrar y me mira.
—Gracias—dice— Por lo de hace un momento con mi padre.
—No quería preguntar pero ¿por qué no te quedaste aquí?
Su mirada va hacia la gran mansión. Tristeza y miedo se reflejan en sus ojos.
—Esta casa trae recuerdos qué prefieres tener en lo más profundo de mi mente— si decir más, entra al auto.
Rodeó el auto y entró a este.
—¿Puedes darme la dirección?— la miró al no escuchar respuesta.
Tiene la cabeza apoyada sobre el asiento, con los ojos cerrados. Ahora mirándola más detenidamente puedo ver que su rostro y cuello están demasiado rojos. Desde ser un efecto del alcohol.
—Jina— la llamó, pero ni siquiera se mueve— Jina despierta.
Muevo levemente su hombro para tratar de despertarla, pero es inútil. Está completamente inconsciente por el alcohol.
Me dejo caer sobre el asiento y suelto un suspiro.
No se donde se encuentra la casa de Jina. Y vi el miedo y la desesperación que tiene ella hacia esta casa. Y la idea de llevarla a mi casa no me agrada en lo absoluto.
No he planeado las cosas para que salgan de esta manera.
Jina por ninguna razón puede acercarse a mí, sin que yo se lo permita. Incluso si ahora es mi prometida, tengo que mantenerla alejada de mí. Ella solo es el medio para un fin. Dejar que se acerque sería mi derrota.
Me vuelvo a mirarla, aun está completamente dormida.
—Espero que no me causes problemas, Jun Jina.
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🌸🤍Esther~