Dulce Tentación ➳ ChanBaek

By -Angelcries

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Para ser niñero no se necesitaba de mucha lógica según BaekHyun, solo era cuidar bien del niño en cuestión y... More

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Epílogo [1/2]
Epílogo [2/2]

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By -Angelcries

—¿Estás nervioso, Baekkie? —preguntó HaNeul con preocupación al ver a su querido niñero mirar para todos lados con nerviosismo y removerse incómodo en su asiento cada segundo que pasaba.

Desde hace un rato lo había notado intranquilo, demasiado para su gusto. No se quedaba quieto y conociendo a BaekHyun, él a estas alturas ya debería haber estado durmiendo a pierna suelta, por lo cómodo de los asientos, pero, en cambio, su niñero parecía estar al borde de una crisis.

HaNeul no sabía qué era una crisis, pero suponía que aplicaba para este caso.

—Nunca... nunca he viajado en avión —dijo con dificultad. Estaba algo avergonzado. Se sentía ridículo a más no poder, HaNeul no podría estar más relajada a diferencia de él, que se estaba quedando sin más uñas que morder.

—No te preocupes, yo te cuido. —La menor puso su manita sobre la del mayor, quien sonrió por lo adorable que era la pequeña. BaekHyun se sintió más seguro de alguna manera. Le sonrió y decidió no perder la cabeza, ya no más.

Pero una tercera persona vio la escena con una mueca disconforme.

—Si te causa tanto conflicto, no deberías haber venido con nosotros en primer lugar —soltó con veneno MinHee, mirando luego con desinterés sus uñas, satisfecha por compartir sus pensamientos en voz alta—. Este es un viaje familiar.

BaekHyun se mordió la lengua para no faltarle el respeto. Con gusto lo haría, pero HaNeul estaba presente y seguía siendo su abuela, después de todo. No podía ir por la vida insultando a gente mayor, por más justificado que sea.

—¡Mamá! —reclamó SeoHyun con indignación, observando molesta a su progenitora, quien rodó los ojos al oír a su hija. Odiaba que no estuviera de su parte—. BaekHyun es prácticamente de la familia, yo lo invité personalmente a este viaje. Ten un poco más de consideración con él, ¿quieres?

—No entiendo por qué lo invitaste, querida. Solo será una carga.

—Cargas tus quejas —afirmó con el ceño fruncido. La mujer mayor la miró sin particular interés—. ¿No me dijiste una vez que quejarse era sinónimo de arrugas?

MinHee la miró sorprendida ante ese descaro de desafiarla delante de su nieta y ese chiquillo. Optó por tomar una de las revistas de moda para distraerse y dar por terminada la conversación. No necesita esto.

SeoHyun suspiró aliviada por haber detenido una futura discusión. Lo último que quería era incomodar a BaekHyun, más de lo que ya estaba por culpa de su madre, ya mucho era que haya aceptado venir al otro lado del mundo solo porque ella así se lo pidió, y no quería que terminara arrepintiéndose. A BaekHyun de por sí no le gustaba o no se sentía cómodo con que otras personas pagaran algo suyo, incluso si era solo una bebida. Suponía que era, porque, bueno, él no se hacía el tonto cuando debía cuidar de HaNeul y eso SeoHyun admiraba.

Si su madre le hubiera dicho eso minutos antes de abordar, estaba segura de que BaekHyun se hubiera echado para atrás y gracias al cielo eso no pasó.

Aunque el mal rato nadie se lo quitaría y era por su culpa, por ella y su afán de llevarlo consigo.

—Lo siento por eso —se disculpó. BaekHyun sonrió levemente al ver la sinceridad reflejada en los ojos de su jefa.

—No te preocupes, la verdad, me lo esperaba.

—Bueno, dejando eso de lado. —SeoHyun miró a su hija que estaba distraída jugando en el celular, se alegró al no tener ni una pizca de su atención—. ¿Qué planeas hacer en París?

—Pues... —El doncel se sintió enrojecer por sus planes, pero no importaba, sabía que SeoHyun no se burlaría—. Quisiera ir al parque Disney que está ahí. Siempre quise ir, pienso aprovechar la oportunidad —confesó en voz baja, porque estaba avergonzado.

—¡Eres toda una ternura! —exclamó la mujer, sacándole un bufido a su madre que los observaba por la rendija de su ojo—. BaekHyun, eres tan adorable. Ay, mucho azúcar para mi corazón.

El chico asintió con calma. Llámenlo ridículo, pero quería ir a un parque Disney desde siempre, era su sueño desde pequeño, pero solo tenía que conformarse con verlo por la televisión. Sabía que estaba el Lotte World en Seúl, que prácticamente era una copia, y en su momento se conformó con eso, pero ahora... bueno, esta era su única oportunidad para cumplir ese sueño infantil y vaya a saber cuándo volvería a tener otra oportunidad como esta, no lo iba a desaprovechar.

Estaba emocionado.

—¿Y tú? —preguntó BaekHyun con interés, aunque más por mero respeto—. ¿Qué planeas hacer?

Al ver la sonrisa pícara de la mujer, el castaño se arrepintió rápidamente de su pregunta.

—Pero qué inocente eres. Está más que claro lo delicioso que la voy a pasar durante todo este mes —dijo con una soltura y mordiéndose su labio inferior, cosa que hizo que BaekHyun no supiera en dónde ocultar su rostro por la vergüenza—. Con ese hombre... —Su sonrisa aumentó. El doncel pasó su saliva con dificultad al entender a qué se refería su jefa—. ¿En serio crees que voy salir de la habitación? —le preguntó, arqueando su ceja.

—Solo... estaba curioso.

—Sin duda eres muy inocente. —Se echó sin cuidado en el asiento, mirando el techo con preocupación, eso tampoco era algo bueno que digamos, aunque BaekHyun tenía un sexto sentido para detectar a personas con intenciones nada buenas—. ¿Será que en este viaje atrapas a un europeo?

«¿Por qué todos piensan eso?», se cuestionó BaekHyun incómodo. Solo faltaba que HaNeul le dijera lo mismo, sería el colmo.

Era ridículo, él solo iba por HaNeul y SeoHyun. Las quería a ambas y no podía negarse, menos si la mayor lo había ayudado mucho en el pasado, sería algo desconsiderado, pero suponía que todo lo que le debía ya se lo cobró con este viaje.

Tenía un presentimiento, uno bueno.

—¿No sería lindo que terminemos yendo a citas dobles? —siguió parloteando SeoHyun con ilusión.

—Lo sería.

Esa fue toda la conversación. BaekHyun sintió miedo al despegue del avión, por los sonidos y vibraciones que se sintió en un principio. Fue una combinación de temor y emoción, después se sintió normal y se permitió dormir tranquilo. El vuelo iba a ser largo, después de todo. Aproximadamente de doce a quince horas de viaje. Genial, era su primera vez en un avión y pasaría toda una vida ahí, su culo quedaría plano al momento del aterrizaje. Se rio ante ese pensamiento antes de cerrar sus ojos y caer rendido, había sido una mañana movida, después de todo.

Cuando despertó lo primero que sus ojos vieron, fue la pequeña ventana y sonrió levemente al ver las nubes. Se sentía agradecido por la vista y por todo, ya que solo se había preocupado de hacer sus maletas, ya que SeoHyun se había encargado del resto. Al menos estaba tranquilo con el grupo de enfermeras que estaban cuidando de su madre en estos momentos. Ella estaba siendo bien atendida, incluso mejor que cuando él estaba ahí, así que se estaba yendo sin sentirse como un mal hijo o un desagradecido.

BaekHyun se sorprendió cuando aparecieron unas azafatas con bandejas llenas de comida. Su estómago gruñó con fuerza, ¿cuánto había dormido? Al parecer un montón.

Miró a su lado, encontrándose con HaNeul, quien veía una película animada en la pantallita que estaba en su delante. Se le notaba concentrada, de seguro pasó todo el rato así, porque no la escuchó ni por error.

—Gracias... —dijo cuando pusieron unos cinco platos de diferentes tamaños sin decir nada más. No recordaba haber pedido algo, pero bueno, ya qué, tenía una buena pinta y tenía hambre—. Esto se ve elegante y delicioso para ser clase económica.

BaekHyun se asustó al escuchar unas carcajadas por parte de SeoHyun.

—No puedo. Es que... —Volvió a estallar de risa, agarrándose su vientre con fuerza.

«¿Qué es tan divertido?», se preguntó sintiendo una vergüenza inexplicable crecer en él.

—¿Por qué te estás riendo? —le preguntó cohibido.

—Es que... Baek. —Soltó otra risita divertida—. Esto es primera clase, —dijo como si fuera obvio, claro que no era obvio, era su primera vez en un avión. Claramente, no iba diferenciarlo—, ¿no lo has notado?

—¿Primera clase? —preguntó sin aliento.

—Primera clase —reafirmó seguido de un guiño divertido la mujer—. ¿Qué te puedo decir? ChanYeol es muy generoso con el dinero.

«O un derrochador inconsciente que necesita urgentemente límites».

BaekHyun ladeó su cabeza de un lado a otro, estaba pensando. No era tonto, un pasaje de primera clase tenía un precio alto, demasiado, considerando que el viaje fue espontáneo, por supuesto que el precio total era algo que lo haría llorar por su propia pobreza. BaekHyun no quería ni imaginar cuánto costaban cinco, lo entendería si solo fuera SeoHyun ¡Pero, por Dios! Él era el niñero, no necesitaba ir en primera clase también. Era un desperdicio y ni siquiera era su dinero, pero sentía su billetera y cuenta bancaria sollozar, por más loco que sonase eso.

Y también estaba celoso, ya quisiera tener tanto dinero para derrocharlo como si solo fueran unos meros centavos.

«Ojalá que ese tal Park ChanYeol sea un buen tipo, SeoHyun se ve muy ilusionada», pensó, de seguro era así... o estaba muy caliente como para ver lo que estaba haciendo.

Cuando un hombre estaba caliente y desesperado por meterla, era capaz de muchas cosas.

Pero BaekHyun lo sabría cuando conociera al tipo en cuestión. Por distraído no había reparado en el rostro del tal señor Park, aunque tampoco es que le importara.

—¿Te cuento algo gracioso? —le preguntó SeoHyun después de haber acabado con la mitad de su comida. BaekHyun la miró con atención—. Me decepcioné mucho cuando llegaron tus exámenes de la clínica. Esos que hiciste antes de que te contratara.

BaekHyun frunció su ceño ante el comentario, no entendía qué había de extraño con eso. Realizarse diversas evaluaciones fue algo que ella misma solicitó desde un inicio antes de siquiera poder cuidar de la pequeña HaNeul.

—Es que... —La mujer miró a los lados para luego acercarse a él y en un susurro decir—: Te me hiciste muy guapo cuando te vi y pensé en salir contigo, pero cuando llegaron tus exámenes de sangre con el resultado de que eres un doncel, sentí una decepción total, pensé que era un desperdicio. Fíjate qué mala suerte la mía, con lo bien que te llevas con HaNeul. Hubiera sido lindo, ella te adora. Además, eres un caballero.

—También fue una sorpresa para mí, ni yo sabía que era uno —dijo con sinceridad BaekHyun, era halagador que una mujer como SeoHyun hubiera visto en él a una posible pareja. Era guapa, alta y joven, además de rica, por supuesto que cualquier otro chico de su edad hubiera suplicado por una oportunidad así—. ¿Quién sabe? Pude haber sido el mejor padrastro del mundo —bromeó entre risas, siendo seguido por SeoHyun.

Aún recordaba ese día como si fuese ayer, porque para él también fue una sorpresa saber que era un doncel, eso pasó pocas semanas de haber conocido a LuHan, aunque el tipo bromeaba con que él parecía un doncel por donde lo vieras, BaekHyun lo negaba, porque, bueno, no lo sabía a ciencia cierta y según a su opinión, no era uno. Hasta que la vida le dio una cachetada, porque vio sus exámenes médicos y comprobó que sí, según eso, él era capaz de concebir vida en su interior, podría tener hijos, lo que lo hizo entrar en pánico en ese momento, porque si hubiera estado con un hombre, pudo haber tenido un accidente y él no se hubiera enterado hasta que eso sucediera y no habría vuelta atrás. Su madre lo hubiera matado de seguro.

En ese entonces tenía diecinueve años y jamás estuvo con un hombre, solo tuvo una novia con la que no pasaba más allá de los besos suaves, apenas y habrán tenido uno con lengua, porque eran tímidos a más no poder, no funcionaba si juntabas a dos personas de esa naturaleza, suponía que el que sea un doncel tuvo mucho que ver, porque si bien tenía un útero y podía crear vida en su interior, no significaba que debía solo limitarse a los hombres, muchos donceles lo creían, pero para BaekHyun tuvo sentido que no haya pasado a mayores con su ex pareja o no haya querido tomar ventaja de ciertas situaciones en alguna que otra salida con chicas, pero sí tuvo que ver el que gran parte de su vida, BaekHyun mirara con otros ojos a ciertos hombres, aunque siempre se haya forzado a desviar la mirada y dejarlo de lado.

Por suerte nunca tuvo la valentía de ir a por ello, por algo pasan las cosas, ese es su lema de vida.

Además, tampoco era como si él en ese tiempo se viera como un doncel detectable a simple vista, tal vez eso era debido a que no cuidaba de su apariencia por estar yendo de un lado a otro sin chance a un descanso. De hecho, era un desastre andante antes de que SeoHyun lo contratara, mientras veía a los donceles ir por ahí luciendo como deidades, siempre tan lindos y perfectos, él, por su lado, parecía que apenas y se había bañado, lo cual no estaba lejos de la realidad si era sincero.

Gracias a SeoHyun ya no tenía tres trabajos, sino que solo uno y podía llegar a fin de mes sin preocuparse de que le faltara dinero, y podía dormir a sus horas, no ser un desastre andante, básicamente. Por lo tanto, le prestaba más atención a su apariencia y ya no lucía como un vagabundo que no conocía lo que era un peine, y había dejado de lado las camisetas de bandas de rock que no conocía, pero que compraba, porque los vendían 2x1 y sus jeans de siempre fueron a un mejor lugar: al basurero. Ahora tenía mejor ropa y se daba uno que otro gusto. Todavía se le hacía difícil de asimilar que podía embarazarse, conocía a otros donceles y al verlos a ellos y luego a él... se notaba una clara brecha. En la universidad se notó aún más a su parecer, pero LuHan hizo que de alguna manera abrazara ese lado suyo, mínimo, pero ahí estaba, aunque seguía creyendo que no tenía ese encanto natural con el que todo doncel nace.

Aunque se esforzaba por verse... ¿lindo? Al menos que lo mirasen sin hacer una mueca.

—Qué desgracia, BaekHyun, tú me entiendes ¿Por qué el único hombre que es tan bueno conmigo tenía que ser un doncel? —renegó y BaekHyun rio ante lo infantil que fue eso—. Ahora que lo pienso, tal vez no hubiera funcionado, estamos mejor así, como amigos.

—Pero con ChanYeol tal vez sea todo diferente —acotó con esperanza. Él también quería que ese tipo fuera la persona con la quien SeoHyun pudiese mantener una relación duradera y sana, incluso si no superaba los tres meses, esperaba que fuera una buena experiencia, una verdadera buena experiencia, no como LuHan con XiaoTong—. Hasta ahora todo va bien, ¿no?

—Soy optimista. —Alzó la mirada llena de esperanza genuina. BaekHyun sonrió ante la vista—, pero si no funciona tengo un as bajo la manga. —El doncel notó un brillo malicioso en su mirada.

—¿As bajo la manga? —preguntó con sorpresa, soplando con cuidado los fideos calientes de su sopa antes de metérselos a la boca—. ¿En serio?

—Oh, sí —aseguró SeoHyun con una gran sonrisa en labios para luego darle un trago a su copa de vino—. Créeme, estoy preparada para todo.

—Fighting, noona. Cuentas con todo mi apoyo.

—Lo sé. Me volvería loca sin tener a alguien con quien hablar de esto. —Suspiró y le dio un apretón de manos—. Confío mucho en ti, BaekHyun.

BaekHyun sonrió con gusto al oírla, por supuesto que lo hacía. Él jamás haría algo para lastimarla o resquebrajar el vínculo que habían formado. Nada ni nadie podría.

—¡BaekHyun! ¡BaekHyun! —Al no obtener resultados, la pequeña se subió en el regazo de su niñero para tomar sus mejillas y apretarlas con fuerza para ver si así reaccionaba—. ¡BAEKHYUNEE!

El aludido abrió sus ojos abruptamente para luego mirar asustado a HaNeul, quien lo regañaba con esa mirada de ojos almendrados de un tono avellana encantador, misma mirada que heredó de su progenitora.

—¿Qué sucede? —preguntó aún desorientado—. ¿Por qué haces tanto escándalo, linda?

—Llegamos, pero no despertabas y no quería dejarte tirado aquí —explicó con un adorable puchero de por medio, bajando la mirada mientras jugaba con el borde de su vestido. Se sonrojó al tenerlo demasiado cerca, casi cara a cara, entonces se bajó de las piernas de su niñero sin abandonar la rojez de sus mejillas.

Se agobiaba, porque HaNeul veía a BaekHyun como un príncipe... lo cual no era así, porque los príncipes no trabajan y tienen mucho dinero, y él es su niñero, entonces no es un príncipe, pero podía volverlo un príncipe, porque ella es una princesa, eso le dice su papá.

Solo debía crecer y luego se casaría con él para ser felices para siempre.

—¿Cómo que... dejarme tirado? —preguntó con una sonrisa tensa BaekHyun.

—Mi abue —respondió con simpleza HaNeul—, ella dijo que lo mejor era seguir adelante y dejarte aquí, pero me negué. —Sus ojos comenzaron a humedecerse y BaekHyun sacó un pañuelo para que se sonara la nariz. HaNeul era muy llorona, entonces siempre llevaba un pañuelo con él o un caramelo en casos graves—. No podía permitirlo. Mami fue a ver un problema con las maletas o algo así. ¡No sé qué hacer! —gritó para luego permitirse llorar a rienda suelta.

BaekHyun la abrazó luego de suspirar, necesita consuelo, no solo la pequeña, él también.

—Está bien, perdón por no estar atento —se disculpó avergonzado de sí mismo. Él debía tener siempre un ojo sobre HaNeul, ella pudo haberse ido a otro lado y haberse perdido, mientras que él aún se encontraba en su quinto sueño.

—¿Y MinHee? —preguntó esperanzado en que la mujer mayor estuviera por ahí, pero al recibir un encogimiento de hombros por parte de la niña, bufó. Se lo esperaba sinceramente, esa bruja—. Bien, salgamos, yo le enviaré un mensaje a tu mami sobre nuestra ubicación.

—Tengo hambre —dijo para volver a llorar en su hombro. BaekHyun con sus dedos apartó las lágrimas.

—Vamos por un sándwich, nena. Yo también estoy hambriento —confesó para luego tomar la pequeña mano y emprender su camino. Al menos dejó de llorar cuando le dio uno de los dulces que llevaba consigo, pero eso solo sería por el momento.

En eso que tomó la mochilita de HaNeul y la suya, pensó en lo descuidada que llegaba a ser SeoHyun y lo desinteresada que era MinHee con su propia nieta, pero no le sorprendía realmente, más de tres años trabajando con ellas era más que suficiente para comprender por qué era necesaria su presencia a diario, incluso en otro continente. Lo comprendía. La madurez sin duda no era algo propio de la edad.

«Ahora estoy en Francia...», pensó con emoción. «Y no puedo hablar en inglés, menos en francés».

Tan rápido como la emoción lo embargó, esta bajó al caer en cuenta de su realidad.

Mala hora en que ambas mujeres se esfumaron de su vista. SeoHyun por sus diversos viajes y educación en escuelas internacionales habla fluidamente inglés. Él entendía, pero de ahí a poder expresarse correctamente... había una abismal diferencia. En su mente claro que sonaba genial, pero el trayecto a sus labios algo fallaba y era todo un desastre.

—¡¿QUÉ?! —bramó incrédulo. Sus ojos junto a su boca abiertos de par en par de pura indignación—. ¡¿CÓMO QUE DIEZ EUROS POR UN MISERABLE SANDWICH CON JAMÓN Y QUESO?! ¡Esto es una estafa! —resopló aún sin creer que fuera posible, pero era la realidad, los precios estaban ahí, burlándose de su pobreza.

—¿Sucede algo, Baekkie? —preguntó HaNeul con confusión. Ella no entendía y tenía hambre, BaekHyun mordió su labio y negó con la cabeza.

—Nada... Quieres ese sándwich, ¿no? —Cuando la menor asintió, sacó su billetera y agradeció que SeoHyun siempre le dejara una cierta cantidad de dinero cuando salía con HaNeul a cualquier parte.

Había oído que todo lo que venden en el aeropuerto era más caro de lo que debería y lo acababa de comprobar para su desgracia.

—Siéntate aquí —le indicó a la pequeña, quien asintió obedientemente. Sacó su celular y le envió un mensaje a SeoHyun sobre su ubicación. Ya luego ella vendría, solo tendrían que esperar mientras comían.

Suspiró desganado cuando ni lo dejó en visto. Ni modo, se las arreglaría a su manera después, primero era la comida.

—Oh. —Comenzó a babear cuando leyó en inglés diversos sándwiches y sus ingredientes—. No sé qué ordenar... —Mordió su befo inferior con indecisión. Todo sonaba delicioso y el olor no ayudaba, si fuera tan rico como ese tal ChanYeol hubiera pedido dos de todo sin culpas, pero no era un privilegiado, obviamente—. ¿Una crepa o un sándwich con jamón y queso?

Era igual de filosófico como el ser o no ser. El pienso, luego existo. Su estómago gruñía y no era ninguna broma.

—Yo diría que mejor pidas unas crepas con jamón y queso si te es tan difícil escoger —dijo una voz desconocida con cierta burla. BaekHyun volteó y se encontró con un hombre en traje, impecable, imponente y sumamente atractivo a su opinión.

«¿Me está hablando a mí?», se preguntó sin poder pronunciar palabra alguna, porque la mera presencia de ese tipo imponía respeto y se sintió pequeño, minúsculo en su delante. Y su altura no tenía nada que ver con esa presencia dominante.

Extrañamente, a BaekHyun se le hizo familiar el tipo, era un hecho que era la primera vez que lo veía en su vida, recordaría haberse topado cara a cara a alguien con esa presencia, pero había algo en él que se le hacía familiar. Entrecerró sus ojos, pero nada, era la primera vez que lo veía, porque no tenía tantos amigos, menos contaba con unos que pudieran darse el lujo de estar aquí, LuHan no contaba, porque si se relacionaba con hombres era para algo más que hablar, y vaya que él conocía la lista completa de los hombres que fueron las conquistas de su mejor amigo y este tipo no estaba en esa lista.

Frunció sus cejas a más no poder al no sacar de dónde se le hacía familiar, incluso había llevaba sus manos a sus caderas, de seguro no lucía amenazante, todo lo contrario, pero su madre sí que lo hacía, esa era una pose que con el tiempo había imitado.

De un momento a otro, se iluminó, abrió sus ojos a más no poder, sorprendido al darse cuenta de un detalle. Lo señaló con decisión, asustando un poco al hombre ridículamente alto, para luego preguntarle—: ¿Eres coreano?

El tipo asintió lentamente, sin dejar de observar ese índice que aún lo apuntaba como si fuera el culpable de algo. BaekHyun al darse cuenta de ese detalle, bajó su mano con vergüenza. MinHee le había dicho en repetidas ocasiones que señalar a las personas es de mala educación y esa era una maña suya.

—Sí, de hecho, tengo doble nacionalidad. Mi padre es coreano, mi madre sí es de aquí —explicó sin dar rodeos—. Supongo que tú eres coreano.

—S-sí, solo hablo coreano —dijo con algo de pena, mirando con culpa la esquina del lugar, haciendo reír al otro hombre al verlo agobiado cuando segundos atrás era toda una fiera—. Ahora que lo pienso... —Lo miró con duda. El tipo no se había ido, parecía encantado de oír lo que tenía que decir al respecto, incluso estaba sonriendo—... mi jefa debe encontrarse con un hombre que también tiene doble nacionalidad. Igual que tú —agregó con desconfianza.

—¿Tu jefa? —preguntó suspicaz el otro, acompañándolo a ordenar—. Qué curioso y pequeño es el mundo si eres quien creo. Permíteme —dijo y antes de que BaekHyun pagara, se le adelantó.

No dijo nada al respecto, suponía que como ese tal ChanYeol, habían más hombres dispuestos a soltar el dinero que fuera necesario con tal de ponerla, podía verlo en esos ojos redondos, era esa miradita que siempre recibía LuHan de los hombres o que algunas veces él mismo recibía de la población masculina que no era capaz de concebir. Y... bueno, parecía empecinado en seguir a su lado, demasiado para su gusto. No era un idiota, Baekhyun supo que había despertado el interés de ese hombre.

De repente, recordó eso del novio o sugar europeo y quiso reír. El destino sí que era caprichoso.

—Gracias. —Hizo una leve reverencia, sintiendo esos ojos sobre él todo el tiempo—. ¿Por qué crees que podrías saber quien soy? —BaekHyun lo miró sin comprenderlo, pero solo recibió una sonrisa de lado.

«Mierda, ¿eso es un hoyuelo?».

BaekHyun aguantó la respiración cuando el tipo se inclinó hacia él, quedando su rostro muy cerca al suyo, sus sentidos fallaron, y eso parecía satisfacer al otro.

—Es una lástima —dijo sin agregar nada más, confundiendo aún más a BaekHyun.

Ambos se miraron por unos segundos sin decir nada hasta que escucharon un grito lejano, uno que llamaba al doncel por su nombre.

BaekHyun retrocedió y pegó su pedido a su pecho en un acto de defensa, era su oportunidad para huir; sin embargo, se quedó sin palabras al ver a SeoHyun corriendo hasta donde él se encontraba.

—Disculpa. —Tomó una bocanada de aire, se notaba que estuvo buscándolo por un buen rato—. Recién he visto tu mensaje y... —Miró al lado de BaekHyun y su cara de sorpresa puso en alerta al niñero—. ¿ChanYeol? ¿Qué haces aquí?

Fue lo más cercano a una pesadilla, todo lo siguiente pasó en cámara lenta para BaekHyun.

—Dije que vendría a recogerte —contestó con una sonrisa el más alto. Fijó su mirada en el doncel y con una voz divertida dijo—: y supongo que él es BaekHyun, el niñero, ¿no es así?

—Sí, es mi hombre de confianza.

—Estuvimos hablando. Ya veo por qué insististe tanto en traerlo —agregó con sorna y BaekHyun bufó al oírlo, haciendo que la sonrisa en ChanYeol se acentuara.

—Qué bueno que ya se conocieron —dijo contenta SeoHyun, mirando sonriente a ambos hombres para luego tomar a cada uno del brazo, quedando ella en el medio—. Los tres la pasaremos muy bien aquí.

BaekHyun no sabía cómo interpretar todo esto, la situación era tan extraña para su gusto y ese tal Park ChanYeol no era cómo se lo había imaginado en un inicio.

Nada fue cómo se suponía que debía ser.

Ese último pensamiento retumbó con más fuerza en su mente cuando al atrapar al hombre observándolo, este le sonrió, BaekHyun pudo jurar haber visto malicia en esa aparente encantadora sonrisa, y contrario a sus principios, esa sonrisa provocó que todo su ser se estremeciera.

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