๐‘๐ž๐ญ๐ซ๐จ๐ฎ๐ฏ๐š๐ข๐ฅ๐ฅ๐ž - ๐’...

By Dani329-

2.4K 440 21

๐“ข๐“ช๐“ฝ๐”ƒ๐“พ - ยซLas navidades tristes de Tzuyu tienen sus dรญas contados.ยป Esta historia no me pertenece, todos... More

Intro: Grumpy
Second: The Night Before Christmas
Third: When Midnight Strikes
Last: Merry Little Christmas

First: Holidays in New York

545 86 8
By Dani329-

Días de fiesta en Nueva York.

Tzuyu miró su reloj por décima vez en la última media hora. Odiaba el sistema de transporte público, era tan lento, y siempre estaba tan lleno, especialmente en temporada. Además no creía poder aguantar un minuto más dentro de aquel metro si seguía sonando el instrumental de All I Want For Christmas Is You tan alto que apenas sí podía oírse pensar.

Para su suerte (o su desgracia) el tren se detuvo y pudo bajarse del vehículo, solo para encontrar en la estación un coro de niños entonando Silent Night al ritmo de sus campanas y cascabeles. Gruñó en voz baja y caminó camuflándose entre la multitud para evitar que los pequeños le pidieran una moneda. No era un tacaña, pero aparte de no tener cambio en sus bolsillos no quería ser una hipócrita y hacerles creer que le gustaba su performance cuando no soportaba sus lindas voces cantando esa estúpida canción.

El café en el que trabajaba no quedaba muy lejos del subterráneo así que solo tuvo que caminar unos segundos bajo la nieve para llegar al local. No le sorprendió que hubiera tanta clientela, después de todo Jihyo's Little Coffe Shop, un pequeño café con luces blancas y un pequeño cartel de FELIZ NAVIDAD en una de sus ventanas al final de la calle, era un sitio muy popular.

Aunque disfrutaba de vivir en Nueva York, le molestaba que la ciudad enloqueciera tanto con navidad; porque a ella no le gustaba, le recordaba lo miserable que era su vida y que no tenía a nadie con quien pasar las fechas. Ese era un punto a favor de Taiwan, la navidad no era muy celebrada y no se veía invadida por los colores rojo y verde.

Pero ese era el único aspecto de Tainan que extrañaba. Hace años que había salido del lugar que la había visto crecer tratando de huir de los recuerdos. Tzuyu lo había perdido todo siendo muy joven, su madre la abandonó cuando era solo un bebé y su padre se suicidó cuando ella estaba en jardín; por eso se crió con su abuela, a quien amaba más que a nada en el mundo. Y aunque nunca tuvo muchas amistades, era suficiente con Dahyun, su mejor amiga desde los 6 años. Sin embargo, la vida no era justa con Tzuyu e hizo que los perdiera a ambas. Una mañana al llegar a la escuela Dahyun no llegó a clases, llamó a su casa desde su teléfono y se sorprendió cuando la línea sonó cortada, así que fue hasta allá para ver qué ocurría y encontró la propiedad vacía, uno de los vecinos al verlo tan confundida le dijo que la familia se había mudado fuera de la ciudad; nunca pudo volver a contactarse con ella. Y como si fuera poco su abuela enfermó de demencia y la vio empeorar año tras año, perdió el habla, olvidó que ella era Tzuyu, su nieta adorada y que ella misma se llamaba Ling, y cuando la atacó la neumonía los doctores no pudieron hacer nada para salvarla. Así que ahí estaba ella, con 18 años y una deuda de 60 mil dólares taiwaneses con la clínica. Vendió la casa que le había dejado su abuela luego de lidiar con los abogados, pagó el dinero que debía más intereses y compró un tiquete a América porque no estaba dispuesta a vivir en la ciudad en la que había tenido que decirle adiós a todo lo que amaba. Llegó a Nueva York con una maleta, 500 dólares y un vocabulario en inglés que solo incluía "hola" "gracias" y "adiós". Buscó un lugar donde vivir y descubrió que con el dinero que tenía solo le alcanzaría para una, máximo dos semanas si gastaba muy poco. Trabajó en una papelería, en una pizzería y en una bolera antes de ir a parar al café de Im Nayeon, la primera persona asiatica que conocía en esa caótica ciudad; todo eso mientras estudiaba inglés en un instituto de cuarta. Gracias a la amable mujer, Tzuyu pudo organizar un poco su vida, empezó a ganar un sueldo decente y pudo entrar a una universidad comunitaria de horarios especiales para hacer una licenciatura.

Y que no le preguntaran a Tzuyu sobre amores, porque en eso tenía tan poca experiencia y tan poco interés que te diría que mejor adoptes un gato.

—Buenas tardes, Tzuyu, ¿cómo estás hoy? —la aludida fue recibida por una sonrisa de su jefa y ella no tuvo más remedio que responder de la misma forma.

—Buenas tardes, Señora Im. Estoy muy bien, gracias. Disculpe el retraso.

La mujer hizo un gesto con la mano para indicarle que no era problema y Tzuyu agradeció con una pequeña reverencia.

Atravesó la cafetería y entró al cuarto de empleados a dejar su mochila. Sacó su delantal y su gorra y se los puso antes de salir.

Apenas eran las 4 pasadas así que le quedaba un largo rato corriendo de aquí para allá hasta que fueran las 6 y Nayeon cerrara el salón de té para dejar el servicio limitado a la barra y un par de mesas. Era víspera de navidad y Tzuyu le había insistido unos días atrás que abriera hasta la madrugada porque habría muchos perdedores que querrían beber una cerveza lejos de sus casas y qué mejor lugar que un café donde ponían música deprimente todo el día (Nayeon la regañó por ese comentario), ella misma era uno de esos perdedores, pero prefería hacer algunas horas extra y recoger dinero de más que gastarlo en trago barato, además podría reírse de los borrachos sentimentales, y burlarse de la gente era de hecho una de sus actividades favoritas.

Una chica que parecía muy linda para ser real entró en la cafetería, se sentó en una mesa del fondo y observó el local de punta a punta. Tzuyu no mentiría, le daba miedo. Pero le daba más miedo la mirada desafiante que le dirigía su jefa así que se acercó con pasos inseguros hasta su mesa y la saludó con su sonrisa de servicio al cliente. Le entregó un menú que ella miró con desconfianza y se aclaró la garganta.

—Volveré para tomar su orden cuando esté lista.

Ella la miró como si fuese un extraterrestre. Bien, no entendía inglés.

¿No es un café coreano? —A Tzuyu le sorprendió lo bonita que era su voz.

No todo el personal es coreano, pero en teoría sí lo es.

Bien, quiero un americano. Por favor —le devolvió el menú sin abrir y sonrió—. Y una torta de chocolate.

De acuerdo, en un minuto estará listo su pedido.

Tzuyu se alejó hacia la barra preguntándose qué había acabado de ocurrir y por qué esa chica irradiaba una energía tan singular.

Puso la máquina de café a funcionar y vio de reojo cómo Nayeon se acercaba a la extraña clienta y la saludaba con efusividad. ¿Se conocían? Con razón era tan rara. Se ocupó rápidamente al ver que se dirigía hacia ella y sirvió el líquido caliente en un vaso desechable.

—¿Quién es ella? —preguntó en voz baja.

—Es una vieja amiga, su nombre es Joohyun. ¿Por qué?

—Porque da miedo.

Nayeon rió muy bajito y asintió.

—Sí, lo he oído a menudo.

Puso la orden en una bandeja y se dirigió a la mesa donde estaba Joohyun. Leía un libro que nunca antes había visto y la fulminó con la mirada cuando la interrumpió para entregarle su pedido.

Gracias.

Tzuyu solo asintió porque no quería hacerla enojar más y corrió a atender otra mesa.

A las 5 y media el local estaba casi vacío, solo había un par de personas en la barra y la amiga de Nayeon bebiendo su segundo café. El salón de té ya estaba cerrado y Tzuyu estaba un poco más relajada porque Joohyun ya no la miraba como si estuviera pensando nueve formas distintas de asesinarla.

Faltando quince minutos para las seis la joven se levantó de su mesa, caminó hasta la caja y miró fijamente a Tzuyu esperando que ella hablara primero.

Son 11 dólares —ella asintió y sacó la cartera de su bolso. Le entregó un billete de 20 dólares y espero atentamente las vueltas.

Cuando Tzuyu le entregó el dinero ella tomó un solo dólar y lo guardó en su bolsillo. Le devolvió el resto y sonrió.

Eres muy amable —Tzuyu tomó la propina sin saber qué decir y ella frunció los labios por un segundo—. Ten una bonita navidad —sonó más como una orden y no como un deseo así que Tzuyu asintió rápidamente y habló con torpeza:

Lo haré.

Joohyun sonrió satisfecha y se alejó de ella para abrazar a Nayeon antes de salir del café.

Jihyo recogió sus cosas y fue a la caja para hacer el cierre y dejarle las cuentas claras a Tzuyu.

—¿Estás segura de que no quieres ir a casa? —Sacudió la cabeza y esbozó una sonrisa fingida.

—Estaré bien.

Nayeon la examinó por unos segundos y le dio una mirada que no supo descifrar.

—Bien, pero en caso de que ocurra algo ya sabes cómo vaciar el lugar; tienes permiso de irte en cualquier momento —Tzuyu asintió y desvió la mirada queriendo acabar la conversación—. Ven a almorzar con nosotras mañana. —Puso una mano en su hombro y no tuvo más remedio que volver a mirarla.

—De acuerdo.

Le propinó unas palmaditas en la espalda y sonrió para después atravesar el café y salir a las frías calles de Brooklyn.

Por las bocinas sonaba una de nirvana y Tzuyu tararaeaba la letra mientras limpiaba el mostrador. Los de la barra parecian que iban a quedarse un buen rato así que imaginaba que empezaría la noche con una buena propina.

Trabajaría hasta las 2 de la mañana y su plan era ir a casa y dormir hasta que empezara 1995, pero tenía que ser persona y no podía desaparecer hasta año nuevo, lo cual le parecía una estupidez.

Uno de los clientes le pidió que prendiera el televisor y ella quiso gritar, no tenía deseos de ver una tonta película navideña mientras le servía bebidas a fracasados a los que no querían en sus casas. Pero como el cliente siempre tiene la razón le regaló una sonrisa al ya mareado hombre y buscó el control remoto entre los estantes de la cocina. Cuando por fin dio con él puso un canal regional en el que estaban pasando Home Alone y luego probablemente transmitirían algún concierto o especial de música navideño.

Los americanos tenían un don para volver todo muy comercial.

El día terminó y la noche llegó con algo más de precipitación que en el día. La nieve caía por montones y las luces hacían que el ambiente se viera un poco más cálido. El local comenzó a llenarse y Tzuyu empezó a servir más cerveza que café. Ella también quería beber, pero no podía darse el lujo de emocionarse y que luego el lugar saliera de control, así que se preparó un buen café para mantenerse alertada y se pasó por las mesas viendo quiénes querían una segunda ronda.

Estaba muy ocupada sirviendo una copa de champaña barata para prestar atención a la campana de la puerta que sonaba al ser abierta. Le entregó la bebida a la mujer de la barra que la había pedido y levantó la vista a la persona que se acercaba.

No podría confundir ese alborotado cabello y esas facciones delicadas ni aunque lo intentara. Tenía la sonrisa de siempre en los labios y un brillo en los ojos que la caracterizaba. Sin embargo, cuando sus miradas se encontraron su sonrisa se borró y fue cambiada por una expresión de sorpresa.

¿Qué estaba haciendo ahí?

—Sana...


Continue Reading

You'll Also Like

205K 17.6K 36
|๐€๐‘๐“๐ˆ๐’๐“๐’ ๐‹๐Ž๐•๐„| ยซEl amor es el arte de crear por la sensaciรณn misma, sin esperar nada a cambio,mรกs allรก del placer mismo del acto creativo...
30.3K 2K 21
Chaeyoung una prestigiosa bombera, salva a Mina de un incendio y empiezan su lamentable historia de amor. โš ๏ธ Advertencia โš ๏ธ Escenas sexuales entre lo...
285K 12.1K 42
Adaptaciรณn Camren. Derechos Reservados Ainhoa
40.9K 4.4K 23
-แด˜แดส€ า“แด€แด แดส€, วซแดœษชแด‡ส€แด sแด‡ส€ แดœษดแด€ สœแดœแดแด€ษดแด€