-Yo necesito otro momento aquí- contesté cuando me recupere de escuchar a Aonung.
-Aún se te dificulta respirar?- preguntó sentándose de nuevo junto a mi.
-No es eso... -fruncí el ceño al pensar que volvería a burlarse.
-Hoy fue un día largo, deberías descansar- ahora era el chico agradable?
-Me confundes- acepte en voz alta.
-Bueno, debes recuperar fuerzas y...
-No hablo del descanso- reí al ver su confusión de vuelta- primero te comportas como un idiota y luego como un buen chico... tienes que ayudarme de este lado amigo porque estoy muy perdido.
-No es cierto... yo me comportó normal.
-Entonces te caigo mal?
-No!- contestó de inmediato algo alterado.
-Ok... no te caigo mal, entonces es porqué tienes que enseñarnos?
-No...- dejo caer sus cabeza entre sus manos -es solo... el hecho de quienes son.
-Que seamos Omatikaya? O por la sangre que corre por nuestras venas?
-Supongo que ambas- suspiro- más bien, es porque son diferentes...
-Ser diferente es malo para ti?
-Bueno, es extraño. Ustedes son extraños.
-Vaya, es la primera vez que me dicen algo así.
-En serio? Eres un rarito... estoy seguro que alguien ya te lo ha dicho- sonrió de nueva cuenta y esta vez parecía no hablar de manera ofensiva, sino mas juguetón.
-Era hijo del Jefe... estoy seguro que nadie quería meterse conmigo.
-Oh claro, el señor sucesor era respetado por todos...
-Oh Cállate!- le di un pequeño empujón- tu también eres hijo del jefe, estoy seguro que nadie te ha dicho algo para ofenderte.
-Tienes razón, pero es porqué soy increíble.
-Y algo egocéntrico a mi parecer.
Aunque la conversación se volvió tonta, me sentí mejor. Ese sentimiento obscuro que invadía mi mente se disperso y podía concentrarme en Aonung.
-Por favor... nunca disfrutaste los privilegios de ser el jefe?
-Mmh... no realmente.
-En serio? Nunca te saliste de algún problema diciendo el nombre de tu padre? O pedir algún permiso por ser quien eres?
-Probablemente de niño, pero... los hombres del cielo regresaron cuando aun era joven, tuve que crecer rápido y ayudar a proteger la aldea o cuidar a mis hermanos.
-Oh...- no tenía la intención de tensar la platica, solo fui sincero- Y cómo es?
-Que cosa?
-Estar en guerra? Nosotros hemos escuchado las noticias, pero somos un pueblo pacífico, nunca hemos estado en una pelea como esa.
-Los Omatikaya también éramos un pueblo pacífico, madre siempre nos canta sobre los tiempos de paz, pero... nos han arrebatado demasiado.
-A que te refieres?- estaba un poco más cerca de mi, pero se veía genuinamente interesado. Así que... trate de parecer fuerte y contarle lo que quería.
-Esos hombres no les importa nada, no tienen aprecio por la vida, nuestras tierras o tradiciones. He perdido amigos, gente con la que he crecido o me cuidaron. He visto como devastan nuestras tierras y apartan a Eywa de cada lugar que conquistan, hemos tratado de proteger lo que nos pertenece, solo eso...
-Tu... has peleado?
-Sólo he ido como apoyo en vigilancia, asesinar... no lo he hecho.
-Tu Padre... él bueno...
-Qué?
-Ya sabes, si... él gano antes. Por qué ahora huyó?
Mis orejas por reflejo se levantaron y rehuí de la platica. El recuerdo de mis hermanos capturados regreso a mi... y yo tampoco tenía respuesta a esa pregunta, pero ese recuerdo era mi única respuesta a esa decisión.
-Creo que debo regresar- me levante y espere a que él también lo hiciera.
- Si claro...
-Mañana, nos vemos mañana- no sabía que decir, creo que dije muchas cosas que, tal vez, debí ocultar. Probablemente mañana será un idiota otra vez y usara mis palabras en mi contra.
-Mañana...- empezaba a irme, pero me detuve al escucharle- mañana Tsiyera ayudara a tu hermano a montar de nuevo y... bueno Kiri creo que ya puede hacer muchas cosas por su cuenta... entonces...
-Entonces?
-Si tu quieres... puedo ayudarte con eso de la respiración, ya que... montar Ikul se te dio bien y mientras podrías ayudarme con algunas cosas de la tribu.
-Ah...- me quede sin palabras por un momento, me quería como compañía? No tenia problema, pero... en serio me estaba pidiendo esto?- Si, esta bien...
No tenía porque negarme, pero aun así era raro y poco confiable. Espero y lo dijera de corazón y me ayudara, por que si no quedaría como un tonto al creer en él.
-Genial, nos vemos mañana...- estaba más entusiasmado y de esa manera salió corriendo de ahí.
Y se supone que yo soy el rarito?
....
-Llegas tarde- habló mi Padre, que esperaba fuera de la tienda.
-Lo siento...- conteste por reflejo.
-No te estoy regañando- rodó los ojos y al final me sonrió.
-Oh... entonces...?
-Solo quería escuchar tu reporte.
Mmmh, si. El reporte. Mi buen humor decayó un poco, pero por lo menos no hubo un sermón de responsabilidad.
-Apenas van dos días, creo que estamos bien dentro de lo que cabe.
-Si?- había inquietud en su voz- ningún problema hasta ahora?
-No señor...
-Neteyam- mordí mis labios, no quería hablar de problemas ahora- sé que es difícil adaptarse a un nuevo hogar, pero... estamos tratando. Todos juntos.
-Lo sé.
-Ven, siéntate contigo un momento.- se sentó a la orilla del camino de madera y sumergió sus pies en el agua.
-Ok...- suspire y lo seguí.
-Hay algo que... no te he contado, ni siquiera tu madre lo sabe.
-Que? En serio?- la intriga me llamó.
-Será un secreto. De acuerdo?
-Si...- voltee a la tienda y ya todos dormían. Sonreí con complicidad, al sentir esto como algo especial entre Padre y yo.
-Sé que sabes que vengo de otro mundo, que soy de la gente con sangre de demonio, creo que por esa forma de llamarnos, nunca he podido hablar de mi tiempo en la Tierra.
-Así se llama de donde vienes?
-Si y yo originalmente no estaba destinado a venir a Pandora, sino mi hermano.
-Tenías un hermano?- por qué nunca habíamos escuchado eso?
-Si... él amaba las plantas, igual que la madre de Kiri. Él era inteligente y un gran hermano... por otro lado, yo era un desastre, me uní al ejercito, porque no sabia hacer otra cosa, mejor que pelear. Ellos son los guerreros de mi mundo.
-Eras un guerrero desde antes?
-Si, pero me dispararon mientras estaba en guerra y perdí la movilidad de mis piernas.
-Nunca... dijiste nada de esto.
-No es algo de lo que este orgulloso. Al final, a mi hermano lo mataron por una tontería y me mandaron a mi en su lugar, un idiota que solo sabe disparar.
-Tu hermano, quedo atrapado en la guerra?
-No... a él lo mataron solo porque tenia algo que otra persona quería... lo mismo que están haciendo aquí.
-Lo mataron... por nada?
-Si...- se veía triste y dolido.-Quiero creer que el que yo fuera aceptado aquí y que pudiera renacer como Na'vi, es una redención de mi otra vida, un regalo de mi hermano.
-Pero eso fue hace mucho no? Por qué me cuentas esto?
-Porque veo en ustedes, reflejados a mi hermano y a mi.
-No me gusta a donde va esta conversación- fruncí el ceño.
-Solo quiero que sepas el porque he tomado esta decisión. Quiero protegerlos, no quiero que estén en una guerra y tampoco tu madre. Ustedes son lo más importante para mí.
-Pero nos enseñaste a defendernos.
-No es eso... es porque esa gente no dudara en matarlos y no quiero dejárselos fácil. Es por eso que debemos estar aquí, lejos de ellos... Lo entiendes?
-Si... señor.
-Neteyam, casi los pierdo en los últimos ataques, esta es la mejor forma. Como padre, no como jefe o soldado... esto es lo que quiero para ustedes.
-Si... Papá?- volví a tratar y obtuve una sonrisa.
Me envolvió en un abrazo y suspiré algo flojo. No quería llorar, estaba feliz de que esto no terminara en órdenes, si no como una platica de Padre-Hijo, que realmente necesitaba.
-Ve a dormir.
-Podre... volver a preguntar sobre esta historia?
-Tal vez...
Eso era suficiente, me levante y fui a dormir. Aun faltaba mucho para poder encajar en este lugar.