Omega

By verdelimalimon

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Ivory no soporta a los omegas, Oker tiene motivos para odiar a los alfas. Ambos acabarán enredados en una his... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45

Capítulo 5

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By verdelimalimon

Oker había comenzado a lubricarse, cerró la puerta, pero el olor del alfa se le había metido dentro.

Hizo cálculos apretando sus piernas con fuerza, su celo aún no tocaba, pero él nunca estaba cerca de alfas, y no podía costearse supresores, por lo que su celo era irregular y podía provocarse si las feromonas eran muy potentes.

No, no otra vez, pensó Oker desesperado.

El olor del alfa ya no estaba solo en la habitación, sensibilizado lo podía notar por toda la casa.

No era justo, no era justo ser un omega y reaccionar así. No era justo y Oker solo quería contenerse.

Debía tomar a su hijo e irse de allí, era lo más lógico, pero necesitaba ese trabajo. Hasta que no le pagara no tendrían dinero para nada, y no podía permitirse que le echara.

Trató de recomponerse, pero se dio cuenta de que aquello solo estaba yendo a peor.

Y dolía, demonios, dolía como no recordaba que le hubiera dolido nunca. Su olor era tan fuerte, sus feromonas tan dominantes, que su flujo anal escurría entre sus piernas haciéndolo un desastre húmedo.

Lloriqueó presa del pánico, porque notaba como su consciencia peligraba, y perder la consciencia en el lugar de un alfa ya sabía que era peligroso.

No tenía casi para mantenerse a sí mismo y a su cachorro, mucho menos podría asumir que ese alfa le hiciera otro.

Trató de arrastrarse para salir de allí, pero sus piernas no querían colaborar, maldijo su naturaleza por lo bajo. Y sintió que el llanto quería derribarlo completamente, pero se resistió, tenía que llegar hasta su cachorro y protegerlo, intentar llegar al teléfono y llamar a su amiga, algo antes de que el alfa llegara y lo tomara, hiriera a su cachorro y su mundo se hundiera de nuevo.

Se arrastró por el pasillo, y trató de llegar hasta la habitación del niño. No recordaba haberlo hecho, solo recordaba el calor, el dolor, la necesidad.

Hasta que la voz de mando del alfa lo despertó de su trance, se levantó por la pura fuerza de su instinto sumiso.

Estaba empapado, dilatado, con una erección pegajosa y con un alfa que tuvo que sostenerle para no caer.

Y entonces, lo notó, notó su grueso miembro contra su vientre mientras le sostenía. Nunca había estado con un alfa de ese modo, no recordándolo.

Lo deseaba y temía a partes iguales, se hubiera bajado los pantalones y le hubiera pedido que le follada allí mismo sino hubiera sido por el llanto de su hijo aferrado a su pierna.

—Delante de mi hijo no, por favor —lloriqueó el omega—. Por favor.

El alfa gruñó, y Oker le mostró su cuello, le pidió mansamente que le mordiera, que le hiciera suyo. Una parte de él lo quería, otra solo quería que su hijo no sufriera.

El alfa lo tomó en brazos, arrancando al niño de su cuerpo. Lo soltó en la cama donde Kyle había estado durmiendo, y Oker cerró los ojos, no quería verlo, no quería recodarlo. Así era mejor.

Pero el alfa no cayó sobre él, se apartó con lo que hasta él podría entender con la mayor de las fuerzas de voluntad del mundo.

Pero el pánico le atravesó el cuerpo, cuando el alfa se agachó y alzó en sus brazos al niño roto en llanto y se lo llevó de la habitación cerrando la puerta tras él y encerrando dentro a Oker.

Se tiró al suelo y gritó contra la puerta, hasta que su garganta se sintió en carne viva.

No pudo calcular el tiempo, pero cuando volvió a abrirse, una joven beta entró con una sonrisa y una caja de supresores.

Oker ni siquiera preguntó se tragó cuatro y suplicó ir con su hijo.

—Está bien, Ivory está cuidando de él, es un niño precioso, como su padre —le sonrió.

Aquella beta le cayó bien al instante, era quizás un poco demasiado alta para ser una beta, pero su mirada era tan calmada que irremediablemente Oker confió en ella.

Lo ayudó a volver a la cama, y pasado un rato le preguntó:

—¿Te encuentras mejor? —Oker solo asintió sintiéndose completamente abochornado.

Eran supresores de la más alta calidad, era como los que él tomaba cuando aún era alguien respetable.

Él jamás hubiera podido costearse esos medicamentos ahora, ¿se lo descontaría de su sueldo? El mero pensamiento le hizo tocar fondo y darse cuenta de cuán deprimente era su vida.

—Quiero ver a mi hijo —dijo a la beta— por favor.

La mujer le miró comprensiva y salió de la habitación, Oker intentó adecentarse, pero vio que era imposible levantarse correctamente. Tomó uno de los cobertores de la cama y lo colocó sobre el desastre de sus piernas.

La beta había abierto las ventanas en cuanto dejó a Oker en la cama, pero seguía oliendo cuando la mujer entró. El omega respiró aliviado al ver a su hijo corriendo hasta él.

De un salto subió a la cama y Oker le abrazó besando su cabecita.

Respiró su aroma infantil, solo se alegraba que aquello no parecía haber afectado a su cachorro, era aún lo suficientemente pequeño para no comprender el alcance de lo que había estado a punto de suceder.

Y en ese momento, recordó al alfa que lo había contratado, el que podría haber hecho lo que hubiera querido con él, pero que se había retirado dejándolo solo, calmando a su cachorro y dándole supresores de la más alta calidad.

Debería estar agradecido, pero en el fondo no lo sentía, él estaba en aquella situación por su culpa, odiaba tanto que su naturaleza hiciera eso con ellos. Odiaba tanto su vida, odiaba tanto solo poder confiar en las buenas intenciones de los demás.

No se dio cuenta de que había comenzado a llorar hasta que su hijo se secó las lágrimas que le estaban mojando la frente.

Estaba hecho un desastre, su ropa empapada, sin nada que ponerse y con un alfa que podía asegurar estaría hecho una furia y le culparía a él de todo.

—Vamos, pequeño —le dijo a Kyle secándole sus propias lágrimas del rostro—. Hay que volver al trabajo.

Su mente estaba intentando pensar en cómo salir de la cama, intentar asearse mínimamente y poder retomar el día.

Kyle le tendió su manita queriendo ayudarle a levantarse, y finalmente pudo hacerlo, iba a ser un día durísimo, pero tenía que hacerlo.

Cuando llegaron a la puerta, Oker tomó una profunda respiración. Lo que hubiera fuera de allí no le iba a gustar, así que trató de crear una coraza sobre él.

Al abrir la puerta, escuchó voces en el salón de la vivienda, reconocería el tono de ese alfa en cualquier lado. Sonaba molesto, muy molesto.

Oker apretó la manita de Kyle que no le había soltado en ningún momento, y cuando entró a la habitación vio al alfa con la mandíbula duramente apretada mientras la beta tenía su mano en su hombro.

No se había cuestionado quién era esa beta hasta ese momento, cuando los ojos oscuros del alfa le miraron supo que si hasta entonces había sido duro y desagradable con él, ahora su vida se había complicado muchísimo más. Podía notar el odio llegando hasta él casi golpeándolo.

Había puesto al alfa en evidencia delante de su pareja, y eso le iba a costar caro al omega, o eso era lo que él pensaba.

Ella solo apretaba con más fuerza su hombro, pero para Oker solo tuvo una sonrisa abierta.

El timbre de la vivienda sonó rompiendo aquel triángulo angustiante.

El alfa fue a abrir y Oker tuvo que contener la respiración. Por la puerta, un alfa rubio que no disimuló en oler el ambiente le clavó sus ojos oscuros, pero lo que más le sorprendió fue el omega que venía tras él.

Ambos se miraron sin poder creerlo.

—¿Oker? —preguntó el omega recién llegado.

—¿Milo? —consiguió rescatar hurgando de un pasado que le parecía casi irreal.


Nuevos personajes  y viejos conocidos.

Ivory será lo desagradable que sea pero no se le puede negar su fuerza de voluntad.

¿Quién será este omega?

Muchas gracias por acompañarme, me dais la vida.

Aprovecho y os deseo unas felices fiestas, una feliz Navidad y sobre todo que la paséis como más os guste.

Nos vemos antes de que acabe el año.

Besitos

Sara

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Autor: AStoryForOne Link de la historia original:https://m.fanfiction.net/s/14027124/1/A-Nascent-Kaleidoscope ¿Un experimento que salió mal, o posibl...