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By Reverie_Naeva

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En su propio hogar, por sus propios amigos, sufrieron sin haber hecho nada malo, terminando así todos de la m... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43

Capítulo 19

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By Reverie_Naeva

Central City, 2440.

Una vez que Sonic aceptó que debían hacer algo por salvar el universo, el equipo encontró una luz en medio de la oscuridad. Al menos Tails, Knuckles y Rouge sintieron ese alivio, pero desde entonces, las cosas con Amy comenzaron a complicarse.

El plan principal siempre fue el de derrocar a Eggman del gobierno. Sin embargo, siempre fueron frustrados por una desconocida fuerza que el doctor había adquirido. El erizo azul siempre sospechó que había algo más, sin embargo, no  descifró lo que era.

Ahora lo había hecho. Siempre se trató de ese rubí.

El Phantom Ruby los afectó a todos de todas las maneras posibles. A Sonic le había afectado su personalidad. Ya no podía sonreír demasiado, ahora se preocupaba en exceso, y dejó de hacer bromas en cada ocasión que se le daba. También afectó su relación con Amy.

Tan sólo tenían un año como novios, y ya habían terminado.

—¡Pues entonces lárgate del equipo y déjame en paz! —le gritó él, hastiado. Amy apretó sus puños y lo miró con odio.

—¡Eso haré! ¡No quiero seguir en un equipo con un líder tan cobarde como tú!

Desde ese día, las cosas sólo empezaron a empeorar.

Amy se fue del equipo, como había prometido. Sonic y los demás comenzaron a hablar seriamente acerca de lo que harían ante la situación crítica en la que estaban, a pesar del vacío que sentían por la ausencia de Amy.

—Tenemos que quitarle el Phantom Ruby a Infinite.

—¿Cómo lo haremos? —Rouge pregunta.

—He estado pensando en algo. Tenemos que engañarlo. Tails —Sonic mira al zorrito, quien levanta la cabeza luego de estar pensativo— ¿Crees que el poder de las esmeraldas pueda replicar la energía del Phantom Ruby?

El zorro amarillo pensó un momento en su respuesta. No sabría comprobar eso hasta que hiciese alguna prueba para ello.

—¿Hablas de crear un especie de prototipo del rubí usando el poder de las Chaos Emeralds? —analiza él.

—Algo así.

—Como combatir fuego con fuego —Knuckles deduce.

—Como imitar su energía —sigue Rouge.

—¡Claro! Lo tengo. Pero necesito hacer una prueba. Y para eso...

—Necesitamos las Chaos Emeralds —la albina completa la frase del zorro.

—Con una nos basta —añade éste—. Sonic, ¿crees que Shadow o Silver tengan alguna?

—No lo sé. Voy a contactarlos.

Al siguiente día.

—Qué bueno que llegaste, Shadow —Sonic abre la puerta del taller de Tails.

—No estoy muy feliz al respecto —dice el vetado mientras le pasa por un lado a Sonic.

El cobalto cierra la puerta y lo sigue hasta la sala de estar en donde se encuentran los tres amigos de Sonic.

—Hola, Shadow.

—Rouge —corresponde el vetado.

—Bien, ¿estamos todos? —pregunta Sonic mirando a los presentes—. Faltan Silver y Blaze.

—Aquí estamos —Silver hace su entrada a través de un portal que se abre en medio de la sala. Blaze está a su lado, es la primera en salir.

—Saludos —ella mira a todos.

—¿Cómo están todos? —Silver sonríe y se percata de la presencia de Shadow—. Vaya, Shadow. Cuánto tiempo ha pasado —dice entonces.

—Silver, lo mismo digo.

—¿En dónde está Amy? —la felina pregunta, Sonic desvía la mirada apretando su mandíbula, Rouge es quien le responde.

—Ella dejó el equipo por razones mayores. Ahora tenemos que tratar el asunto del Phantom Ruby.

—¿El Phantom qué? —el plateado replica.

—Phantom Ruby. Un rubí capaz de alterar la realidad y manipular cantidades exorbitantes de energía. Sentimos su poder en carne propia, y sólo podemos decirles que... el universo entero corre peligro —Sonic explica.

—Está en manos de Eggman, y su nuevo aliado; Infinite —añade Tails.

—¿Quién es Infinite? —inquiere el vetado.

—El chacal que porta el rubí —responde Knuckles—, lo lleva en el pecho como un especie de...

—Núcleo. Es la fuente de todo su poder —el zorro completa la frase.

—¿Quieren decir que es más poderoso que las Chaos Emeralds? —pregunta Silver.

—Así es. Las lecturas de Tails lo dicen. Las esmeraldas no revientan los dispositivos electrónicos al ser detectadas y no causan apagones mundiales con solo una onda de energía —Sonic comenzó a caminar hacia una pizarra—. Necesitamos un plan que funcione.

—Quitarle el Phantom Ruby a Infinite es el objetivo —Rouge se levanta de su asiento.

—¿Entonces? ¿Alguna idea? —Blaze mira a todos de forma expectante.

—Nuestra primera intención es replicar la energía del Phantom Ruby. Creemos que las Chaos Emeralds pueden ayudarnos con eso —Sonic comienza.

—¿Para qué replicarlo? —cuestiona Shadow—. Deben más bien superarlo.

—No conocemos ningún poder que supere el de ese rubí, Shadow. Tienes que creerme —Sonic mira al vetado con seriedad, y éste por primera vez nota dicha emoción en los ojos del erizo azul.

—Reuniendo las siete–

—Podríamos intentarlo, pero tardaríamos demasiado. Para ese entonces Eggman e Infinite ya estarán arrasando con Central City y todas las zonas aledañas. He dejado pasar tres días, Shadow. No puedo tardar más —Sonicnkiega con la cabeza.

El vetado frunce los labios y mira al suelo, dubitativo.

—¿No hay una forma fácil de quitarle el rubí?

—Será difícil quitarle algo que tiene incrustado en el pecho sin que se de cuenta —Knuckles le responde a Silver.

—Debemos montarle una trampa —Rouge aprieta su puño derecho.

—Pero no podremos ocuparnos de Infinite sin pasar por encima de Eggman —señala Tails—. Tenemos que separarlos.

—Usaremos una carnada —Sonic chasquea sus dedos—. Voy a atraer a Eggman hacia el centro de la ciudad. Para ese entonces ya deberíamos tener la ubicación exacta de Infinite. Le montamos una trampa al carahuevo y Silver me teletransporta con ustedes, ahí intentaremos quitarle el rubí.

—Sonic, debes comenzar por el principio —Blaze interviene— ¿Cómo localizaremos a Infinite? Dijiste que dispara los dispositivos electrónicos —agrega.

—Pues sacrificamos otra laptop. Tails  tiene muchas —el cobalto señala a su mejor amigo.

—¡Pero–

—Tails, es por un bien mayor —lo interrumpe Sonic, el zorrito se cruza de brazos—. Una vez tengamos su ubicación, debemos inmovilizarlo para poder quitarle o destruír el rubí.

—Haces que suene sencillo —bufa Silver.

—Para nosotros, esto no puede ser difícil —Knuckles dice.

—Te equivocas, será más que difícil —corrige Sonic—, pero no puede ser imposible.

Mystic Jungle, 2050.


Todo el equipo había acordado comer y descansar, tenían que reponer sus fuerzas al máximo para luchar contra Infinite y sus réplicas. Acordaron esconderse dos días en los que perfeccionarían el plan que habían armado.

—Sonic.

El cobalto escuchó su nombre. Estaba en la habitación que le habían asignado la primera vez que pisó esa base. Le sorprendió la persona que lo había aludido.

—Ames.

Ella se acercó lentamente y se detuvo junto a él sin dejar de mirar a través de la ventana. Sonic esperó a que hiciese algo, y lo que hizo fue sentarse en el suelo. El cobalto dudó en hacer lo mismo.

—Necesito que me respondas algo —pidió ella. Su mirada estaba perdida, sus ojos no se movían un solo centímetro.

Sonic creyó entonces que ella esperaba una respuesta de su parte. No sabía si dársela de forma positiva o negativa, pero, pensó en que no tenía nada que perder.

Sin embargo ella tomó su silencio como la invitación a continuar.

—¿Algo de lo que pasó hace diez años fue... real?

Él conservó el silencio, sobretodo por el hecho de que todos los días por costumbre se hacía la misma pregunta. No era como si tuviera la respuesta.

—Ames, yo...

—Debes estar tan confundido como yo, ¿verdad? —ella interrumpe, Sonic entonces suelta un suspiro y se pone de cuclillas junto a ella.

—Lo estoy.

Se hunden en otro momento silencioso antes de que Amy suba su rostro hacia la luna.

—¿Crees que la luna, sepa todo lo que sucedió exactamente? —pregunta entonces.

El cobalto no comprende su pregunta al instante, y considera que es estúpida. Pero, si pusiera a la luna como una persona, por supuesto que ella sería testigo de los acontecimientos de hace diez años.

—Sí, creo que sí.

—Podríamos preguntarle —ella musita. Sonic rueda los ojos.

—¿Cómo le preguntas algo a la luna que no puede responderte, Ames? No comiences a irritarme —suelta él, ella lo mira con los ojos cristalizados.

—Sonic... —su susurro quebrantado lo hace enmudecer, y ahuyenta todo atisbo de enojo que pudiese haber en su corazón—. Necesito saberlo.

—La luna no te lo dirá —él afinca sus palabras mirándola directo a los ojos. Amy es la que se ve incapaz de decir algo—. Pero, después de todo éste desastre, lo descubriremos, ¿sí? —consoló.

La verdad es que Sonic siempre tuvo debilidad por las lágrimas de Amy.

Y era por eso que la había tomado de los hombros, y la había consolado, aunque fuese con unas simples palabras. Para la eriza rosada era demasiado. El cobalto sabía que la verdadera Amy aún seguía ahí, pero la personalidad de Hammer consumía su mente y la hacía actuar como una loca.

—Ames, ¿puedes decirme qué recuerdas de ese día? Hablo de... cuando viste que yo estaba...

—¿Con la gata esa? —escupe la de ojos jade desviando la mirada— ¿No lo recuerdas, Sonic?

—Yo... no.

—Tú y yo, habíamos terminado. No recuerdo por qué, o cuando, pero... te vengaste de mí acostándote con ella —relató, Sonic la miraba con el ceño fruncido—. Fue en mi casa.

—¿En Central City? —inquiere Sonic. Amy lo mira.

—Sí. Ahí vivíamos.

—¿No recuerdas más nada?

—No. No recuerdo más nada, por eso estoy preguntándote.

Sonic no dijo nada más.

Entonces ella se levantó repentinamente y soltó un gran suspiro. Esbozó una sonrisa que asustó un poco a Sonic, y mucho más cuando lo miró.

—Bueno, Sonic. Hasta mañana —dijo para irse por donde vino.

—Y volvió a ser la misma.

Él niega con la cabeza y se dirige a su cama, sin saber que la eriza rosada se había quedado en su puerta, llorando en silencio.

Al día siguiente.

—Muy bien, Vector, ¿estamos listos para mañana? —Zector se acerca a su yo de otra dimensión.

—Sí. Todos sabemos lo que vamos a hacer.

—Va a ser difícil, ¿no, Sonic? —Vector lo mira y se da cuenta de que está muy pensativo. Se acerca a él mientras lo ve sentado en la escalera lateral a la pared—. Estás muy pensativo, erizo.

El cobalto no levanta la mirada, sin embargo, reconoce la voz de Vector.

—Esto es una catástrofe —pronuncia apenas audible, Vector se recuesta de la pared junto a él—. Cualquiera de nosotros puede morir. ¿Lo sabes, no? —pregunta alzando la mirada hacia él.

—Lo que me preocupa no es morir, sino seguir viviendo en un mundo como éste —Vector dice después de suspirar. Sonic medita en sus palabras.

—Hace diez años también intentamos hacer algo, y, perdimos. ¿No?

Vector se queda en silencio.

—Ustedes vencieron a Infinite, Sonic, pero él volvió hace más o menos un año. Se manifestó en todo Mobius con la intención de meternos miedo y sumirnos en la oscuridad. Buscamos mil y un formas de detenerlo pero nos dimos cuenta de que no podíamos solos. Por eso los reclutamos —relata el cocodrilo.

Sonic se confunde por completo.

—Yo sólo recuerdo vagamente que Ames y yo fuimos novios, y que Shadow mató a Tails. Lo demás es... borroso. Tengo miedo de que lo poco que recuerdo haya sido una ilusión creada por el Phantom Ruby —niega el cobalto con impotencia—. Por el miserable de Infinite.

—Tranquilo, Sonic. Lo recordarás todo cuando termine este caos —consuela el cocodrilo.

—¿Tú podrías decirme lo que pasó hace diez años?

—Puedo decirles todo a todos ustedes, si eso es lo que quieren, pero después de que venzamos al chacal.

—¿Lo prometes? —Sonic lo mira con esperanza disimulada, Vector siente que está teniendo un momento bonito.

—Sí. Lo prometo —asiente.

Por su parte, Silver y Blaze conversan después de mucho tiempo. La gata lavanda le había dado al erizo permiso de acercarse a ella una vez más los últimos dos días. Se sentía sola, y vió en Silver la misma preocupación y atención que tenía hace años con ella. No pudo evitar ceder ante la nostalgia.

—No quería hablar contigo porque... temía volver a sentir lo mismo de hace diez años —confiesa ella mirando al suelo. Silver alzó una de sus cejas, confundido.

—¿Qué sentías? —inquirió.

Ella apretó los labios y soltó una mirada enojada. No le gustaba para nada lo que sentía en aquel entonces, ni lo que estaba sintiendo en ese preciso momento. Odiaba ser tan sentimental.

—Que si te perdía... no sabría cómo seguir adelante.

Silver sintió su corazón latir más fuerte. Jamás pensó que escucharía a Blaze decir algo como eso. Ni siquiera cuando eran más jóvenes lo decía con tanta confianza.

—Sabrás como seguir adelante si me pierdes, Blaze. Pero, no me perderás.

—No puedes prometer eso.

—No te lo estoy prometiendo.

Ella lo miró enseguida con extrañeza, entonces se dió cuenta de que era una afirmación. Rió entre un suspiro, sin poder creer que Silver le estuviese dando por hecho que él no se irá de su vida. Pero nada dura para siempre.

Shadow no podía dejar de mirar a Rouge.

Pensaba en las veces que le dijo a ella en sueños que la protegería por siempre. Y sí, claro que Shadow tenía sueños. María era parte de ellos, pero Rouge se había convertido en una amistad tan íntima que no pudo evitar sentir que debía protegerla, y tenerla siempre para él.

Sonaba egoísta, y le daba miedo que fuese amor. Le daba miedo sufrir de nuevo. Pero ese miedo sólo lo impulsaba.

Rouge se dió cuenta de que la miraba, y esbozó una pequeña sonrisa cuando éste desvió su rostro a otra parte. Recordó los pequeños momentos bonitos que pasaron, pero luego, vino a su mente que lo odiaba.

¿Por qué lo odiaba?

Se le había olvidado.

—Bueno, muchachos, mañana es el día —Vector se posiciona frente a todos, quienes les prestan atención entonces—. El miedo no es una opción. Debemos luchar hasta el final para mantener a salvo nuestro mundo.

—Eso haremos —afirma Zonic.

—¿Están listos?

—No tenemos otra opción que estarlo —Donic responde con una sonrisa desganada.

—Pues, que comience el juego.

Quiero acabar lo más rápido, o siento que me voy a bloquear XP

Sigamos.

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