Pasaron unos cuantos días, seguían con los mismos abrazos y mimos, Dick pasaba más tiempo de lo normal en ese estado de transe, Jason sabía que en realidad estaba concentrado en su mundo interno, posiblemente arreglando algunas cosas, hablando con los demás.
Apenas reaccionaba a lo que ocurría en la realidad, por eso se quedaban en el cuarto, en un lugar seguro, donde podían tener todo controlado.
Evitaban salir de la habitación, incluso ir a la cafetería de la universidad sería peligroso, porque Dick no tenía registro de las cosas que pasaban, y sus acciones eran una especie de "modo automático".
En esos momentos, Jason se quedaba a su lado, dejaba leves caricias en su cabello, Dick sabía que él estaba a su lado por más que pareciera que no lo veía, a veces la espera se hacía más larga, podía durar horas, y terminaba usando su celular mientras el ojiazul seguía en lo suyo.
Luego de un rato reaccionaba y se reía porque Jason usaba su pecho para apoyar el celular y ver vídeos más cómodamente.
—Deja de aprovecharte de mí, tonto.
—Yo no me aprovecho, sólo sacó lo mejor de cada situación —dijo, con una risa, sólo para molestarlo.
Llegó el sábado, luego de unos cuantos días de aquellas profundas charlas internas, que Jason desconocía y ni siquiera preguntó al respecto, finalmente Dick volvía a sentirse listo para intentarlo de nuevo, y se lo pidió a Jason con toda seguridad.
Decidió volver a intentar todo como si fuera la primera vez, para de alguna forma "borrar" todos los intentos fallidos y comenzar de nuevo.
De nuevo, estaban en la cama, y de nuevo, se sentó sobre sus caderas, como si fuera su primer intento, y comenzarán todo otra vez.
—¿Lo haremos? —preguntó Jason, hasta el momento, Dick no le había dicho nada al respecto, y creía que era otra sesión de besos un poco más calientes.
—Ajá —Dick asintió, sonriendo— Hablé con Ric, y con Wing, les dije que me dieran más espacio estando contigo, ellos confían bien en ti, y sabemos que no harás nada que nos lastime, o que nos haga mal, por más que yo esté nervioso.
—Que es muy común en la primera vez, lindo.
—Exacto, por eso les dije que dejaran las cosas seguir y sólo si se ponía bien feo intervengan.
—¿Qué sería lo feo?
—Que me insistas en follar sin protección.
—Oh, qué bueno que compré forros —Jason sonaba exageradamente agradecido.
—Ric dice que sin gorrito no hay fiesta —Dick se encogió de hombros, y luego rió—. También decidimos que deberíamos desnudarnos juntos, a la par... Verás si sólo yo soy el que está sin ropa y tú estás vestido, me sentiré más expuesto y débil por... Ya sabes, cosas del pasado, y eso sería un desencadenante para Wing.
—Entiendo, Dickie. Sabes que lo haré, no hay problema —Jason tomó su mano y entrelazó sus dedos—. Estamos juntos en esto, bebé.
Dick asintió, ruborizado y sintiéndose cálido y bonito.
—Entonces creo que podemos empezar, cuando quieras —dijo, aunque se refería empezar en ese mismo momento, en la privacidad de su cuarto.
Comenzaron de nuevo con los besos húmedos, con los chupetones, y las caricias, sus prendas comenzaron a caer al suelo, mientras se abrían paso a más contacto.
Cambiaron de posiciones dejando a Dick debajo, y dándole paso a Jason a hacer todo lo que quería con él, lo dejó acomodarse entre sus piernas.
Jason volvió a besar sus pezones, su torso, dejó chupetones en su cuello y clavículas, mientras Dick seguía pidiendo más.
Se fueron desnudando a la par, como Dick había pedido, así cada uno se quitaría primero su remera, luego sus pantalones, quedando ambos en ropa interior.
—¿Listo? —preguntó Jason, para estar seguro, y Dick asintió con una sonrisa, su rostro estaba rojo, combinando perfectamente con las marcas en su cuello.
Jason volvió a acariciar su erección por sobre la tela del bóxer, escuchando sus gemidos, luego de un momento dónde le permitió acomodarse a esa sensación, descendió con su boca hacia el interior de sus muslos, besándolos mientras se acercaba a su miembro.
—J-Jay... —el ojiazul gimió su nombre con necesidad—. Por favor...
—¿Estás apurado, mi cielo?
Dick masculló un "Ajá" que se mezcló con sus gemidos.
Decidido a avanzar de una vez, Jason bajó los boxers del mayor, dejando a la vista el miembro erecto que estaba húmedo del presemen.
Acordando su trato, se quitó sus propios calzoncillos, ahora con ambos desnudos en el calor del cuarto.
Jason volvió a acercarse a él, y pasó su lengua por todo el largo, desde la base hasta su punta, escuchando a Dick soltar un gemido más pesado que los anteriores.
—¿Listo, Dickie? —Jason alcanzó su mano y entrelazó sus dedos—. Si te sientes mal sólo dime, ya sabes.
—Lo sé —asintió—. Continúa, por favor... Te necesito.
Jason sonrió por aquel tono de voz, tan sensible y desesperado, sin un momento de duda, acercó su boca hacia el glande del mayor, apretando sus labios alrededor de este mientras descendía, y su lengua rodeaba con calidez el falo del ojiazul.
Subió y bajó por este con lentitud, ahuecando sus mejillas, manejando su lengua alrededor de este, perdiéndose en los gemidos cada vez más erráticos de su novio y en el apretón que mantenía en sus manos unidas.
Aceleró el movimiento, succionó con más fuerza, dejando que llegará hasta el fondo de sus mejillas.
—J-Jason... E-estoy cerca —murmuró, entre gemidos desordenados, apretaba la mano de Jason con fuerza.
El menor se incorporó un poco, tomando algo de aire, antes de volver al miembro, más duro que antes, su glande más hinchado.
Descendió de golpe, dejando que el miembro llegara hasta el fondo de su garganta, y Dick gimiera más alto por la sensación, repitió aquello unas cuantas veces, hasta que sintió el primer chorro en su boca, deteniéndose para tragar toda la esencia del mayor, mientras este acababa entre gemidos cada vez más suaves.
Se apartó en cuanto terminó, para recuperar el aire, sonrió, conforme y orgulloso de que su lindo novio hubiera permanecido con él.
—¿Sigues ahí, Dickie?
—Estuvo genial —dijo, entre suspiros, sonreía ampliamente.
—Estoy muy orgulloso de ti —dijo, y dejó un beso sobre la mejilla del mayor, sus brillantes ojos, tan redondos y expresivos le llenaban el alma de alegría.
—Ahora... Seguimos, ¿No? —preguntó, más que bien.
—¿Qué quieres hacer? —las manos de Jason fueron a acariciar el vientre de su pareja, dejando mimos.
—Ya sabes... Quiero sentirte, dentro de mí —dijo en voz baja, su sonrisa era tan inocente que contrastaba mucho con sus palabras.
—Todo lo que quieras, goldie —dijo, dejando un pico en sus labios—. Iré a buscar la protección —le guiñó un ojo, fue hacia la cajonera, sacando el paquete de preservativos, no se molestó en cerrar el cajón correctamente.
Dick lo esperó, viendo cómo dejaba la cajita a un lado.
—Primero hay que prepararte muy bien, Dickie, ¿Sabes cómo se hace?
—Con una correcta lubricación, nada de saliva, Ric no me deja.
Jason rió, asintiendo.
—Tiene razón.
—Hay vaselina líquida en mi cajón, el de arriba, a un costado... También me estuve preparando para esto —indicó el ojiazul, y Jason fue a buscarlo, Dick se quedó viendo el escultural cuerpo del menor, un trasero bien formado, y un buen tamaño que prontamente estaría dentro de él.
Se mordió su labio con fuerza, imaginándose aquello, escondió el gemido en su garganta.
—¿Teniendo pensamientos impuros, Dickie? —preguntó Jason, ya con el pote de vaselina en sus manos, tomó un poco para lubricar sus dedos.
—Lo que estamos haciendo es impuro, qué importan mis pensamientos —dijo el mayor, rodó sus ojos.
—Siempre tienes razón, lindo —se acomodó entre sus piernas, haciendo que las flexionara para tener acceso a su entrada, lo miró para preguntar si estaba listo, y el ojiazul asintió con seguridad.
Jason llevó sus dedos hacia el anillo de músculos que lo rodeaban, masajeándolos con suavidad.
Su otra mano comenzó a tocar el miembro de Dick, para que volviera a erguirse, para que el placer lo distrajera.
Introdujo el primer dedo, que se deslizó con facilidad, y provocó un gemido algo molesto de parte del ojiazul, lo movió en pequeños círculos y luego en penetraciones, así continuó hasta que no sintió más dolor, hasta que se acostumbró a la sensación.
Continuó con un segundo dedo, Dick comenzaba a dilatarse con mayor facilidad, mientras su miembro comenzaba a endurecerse.
—M-Más —gimió.
Jason estaba siendo suave y cuidadoso con él, no quería ni lastimarlo, ni causar que cambiará a Wing por tocar algún punto sensible.
Continuó con un tercer dedo, está vez fue más brusco y lo metió de golpe, la lubricación era suficiente para que entrara con facilidad, y Dick arqueó su espalda de placer, soltando un gemido agudo.
Continuó penetrandolo con sus dedos hasta que estuvo seguro que su entrada estaba lo suficientemente dilatada, se colocó el preservativo sobre su erección, que llevaba allí un rato, y el gel que necesitaba aquel cacho de plástico, sobre eso, de todas formas, usó un poco de vaselina líquida.
—¿Listo, Dickie? —preguntó.
—Si, totalmente —dijo, entre suspiros.
Entró en él con lentitud, siendo suave en las primeras penetraciones, avanzando centímetro a centímetro, mientras Dick se aferraba a las sábanas y gemía con tanto placer como con un leve dolor, pero que le gustaba.
Jason intentaba dejar de lado un momento el placer que le provocaba la apretada sensación sobre su miembro mientras iba entrando en mayor, se fijó en sus expresiones faciales, asegurándose que no sintiera demasiado dolor (no podía evitar que sintiera un poco, pero eso ya pasaría), viendo que no se sintiera mal, Dick era lo más importante.
Una vez completamente dentro de él, Jason comenzó a mover sus caderas en ligeros círculos, sintiendo el interior de su novio aún apretado, hasta que se relajó más y pudo comenzar con una pequeña embestida.
Le siguieron más y más, mientras el ojiazul se deshacía en gemidos desordenados, y su espalda se arqueaba por los golpes del miembro de Jason sobre su próstata, el sonido de sus caderas al golpear sus nalgas le encantaba, y los gemidos bajos que Jason soltaba combinaban tan perfectamente con los suyos.
Jason tomó sus piernas y las llevó sobre sus caderas, Dick lo rodeó con estas, y el ojiverde fue más profundo con sus embestidas.
Las manos de Jason se acomodaron a los lados de la cabeza de Dick, teniendo al ojiverde frente a él, lo atrajo hacia sí, uniendo sus labios de forma brusca mientras continuaban con las penetraciones.
—Dick-ie... Y-ya casi —habló como pudo, el ojiazul asintió.
—Y-yo también, J-Jay~ —sentía aquella hermosa presión en su bajo vientre—. M-Más, más...
Aceleró el movimiento de sus caderas todo lo que pudo, fueron un par de segundos más y Dick terminó sobre su estómago, Jason apenas un poco después, dentro de él, con el preservativo entre medio, aún así pudo sentir la calidez del mayor.
Se recostó sobre el pecho del ojiazul, escuchando los acelerados latidos de Dick, sonrió completamente enamorado de aquel palpitar, de la calidez de aquel hermoso cuerpo, de aquella persona que brillaba tanto en su corazón.
Recuperaron el aire a grandes suspiros, y cuando se sintió un poco más recuperado, Jason salió de su interior.
—Jason —llamó Dick, haciendo que volviera hacia él, y se acercará a su rostro, el ojiazul le sonrió embobado, en sus ojos brillaban lágrimas y en sus rojas mejillas había algunas, todas de placer y felicidad—. Quizás... Es muy pronto, pero, te amo.
Jason le sonrió totalmente encantado.
—Yo también te amo, Goldie —dijo, y fue hacia sus labios para besarlo con bastante suavidad, más por la falta de aire que por otra cosa, siendo correspondido con gusto.
❆
Adelante el maratón porque tal vez en este fin de semana no pueda hacerlo, espero que les guste y... ¡Feliz Navidad!