Probabilidades implícitas

By NocturnaIV

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«Hazbin Hotel» [HuskerDust] «Universo Alterno» [Capítulos 1-3: Winter Symphony Prompts 2022 Capítulos 4-10: H... More

Fuck Up the Friendship
Lover & a Fighter
Shot
Mirror
Crimson
Limits
Feral
New York
Film
Shadow
Tie
Escape
Dance
Nightmare
Defiance
Afterlife

You Make It Feel Like Christmas

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By NocturnaIV

— Nunca había entrado a esta parte de la ciudad. —Molly confesó, mirando a su alrededor— Es hermoso.

— ¿En serio? —Angel mantuvo la vista al frente mientras conducía para no terminar atropellando ningún robot o máquina— ¿Ni por curiosidad? —

— ¡Oh, mira!

Molly se levantó de su asiento apoyándose sobre el parabrisas del convertible. Él tardó en mirar hacia dónde su gemela estaba señalando. Angel siempre había despreciado la navidad. En vida él había tenido que ocultarse y ocupar la menor cantidad de espacio posible para no avergonzar a su padre. Y en muerte Valentino solía hacerlo trabajar todo ese mes hasta que Angel apenas podía caminar o estar despierto. Pero en ese momento, conduciendo su Stearns-Knight modificado para que el capot se retirase y teniendo a Molly, su Molly, irradiando felicidad mientras él conducía libremente era un momento que deseaba congelar en el tiempo. Su hermana lo miró, sonriendo y señaló otra vez a un costado. Angel miró autómatas en forma de renos llevar paquetes por las calles y tuvo que admitir que era adorable.

La zona de Diesel & Vapor era una mezcla de Dieselpunk y Steampunk donde pecadores con un par de siglos de antigüedad vivían. La tecnología de Vox no existía ahí. Solo maquinaria aterradora o excesivamente elegante.

— Supongo que creía que todo este sector era como la Colonia Caníbal. —Molly admitió, sentándose.

— En parte tienes razón. —Angel observó a su alrededor— Si no viste acorde puedes ser capturado. Aquí habitan científicos y artistas que priorizan sus creaciones por sobre cualquier cosa. En lugar de terminar en una carnicería, podrías convertirte en un experimento o una pieza de arte.

— Pero es tan hermoso... —Ella susurró.

Y nostálgico considerando el Art Deco que algunos edificios tenían.

Molly observó a su alrededor con renovado interés. Después de toda, ella era una hija de mafia, así que muerte y tortura no era algo que iba a disuadirla. Así que Molly solo disfrutó de los tranvías de vapor, los zepelines que volaban sobre el sector y contuvo el aliento cuando una mezcla entre tanque militar y pulpo mecánico se deslizó entre los edificios capturando cosas.

— ¿Es por eso por lo que estás estrenando auto nuevo? ¿Para mezclarte con los locales?

Angel dio una palmadita a la puerta del auto y no pudo ocultar su orgullo.

— ¿Recuerdas cuando papá se negaba a prestarme los autos de la familia así que usé mi encanto para que los papás de mis amigos me dejaran usar los suyos? —Angel sonrió con travesura.

— Oh, sí, papá siempre se enojaba cuando te veía llegar en uno. —Molly rio— Y tú no parabas de hablar lo amable que eran otros papás por dejarte usar sus cosas.

— Mi auto favorito era uno como este. Siempre me dije que iba a conseguirme uno. —Angel llegó a la Colonia Caníbal y antes de presentar su invitación, uno de los canes infernales sonrió y le hizo pasar— Eso fue curioso ¿Será un fan?

— No lo creo, la seguridad es muy estricta. Creo que nos estaban esperando. —Molly miró sobre su hombro a los demonios armados— Es una lástima que tengan que trabajar durante las fiestas.

A veces es lo que había que hacer, pero él forzó una sonrisa.

— No me hagas sentir culpable, tengo todos mis negocios abiertos. —Angel le lanzó una mirada— Hay gente que no tiene con quién pasar esta época del año. Algunos leer un libro, otros necesitan una orgía.

— Buen punto... —Molly sacó un espejito de su bolso y arregló su labial— En la contabilidad que dejó Valentino pude apreciar los altos ingresos que había en este tipo de fechas... —Ella frunció el ceño y limpió las comisuras de sus labios a pesar de que no había labial ahí— Tal vez debí usar un color más oscuro...

— Oh, calla, estas hermosa. —Angel apoyó su mano sobre la rodilla de su hermana— Yo debería estar nervioso.

Y lo estaba. Oh, realmente estaba nervioso.

— Es la familia de Husk y él es importante para ti. Así que quiero hacer la mejor impresión posible. —Molly lo regresó a ver y se apoyó contra su hombro— Nunca te había visto tan feliz esta época del año y quiero que siga así.

Angel abrazó contra su costado a su gemela y la apretó contra su cuerpo. Una mezcla de gratitud y felicidad casi nubló su mirada y tuvo que parpadear múltiples veces para no arruinar su meticuloso maquillaje natural.

— Solo no huyas cuando las cosas se pongan raras. —Angel pidió, mitad en broma, mitad en serio— No estoy muy seguro de cómo es Rosie, pero Al no va a bajar su nivel de intensidad solo porque tú estés ahí.

— Oh, es solo canibalismo. —Molly se enderezó, agitando su mano para quitándole importancia— No me digas que no has querido arrancarle el apéndice a un idiota de un mordisco.

Angel lanzó su cabeza hacia atrás y rio con fuerza.

— Buen punto. Pero no he querido comérmelo. —Él se detuvo frente a lo que llamaría una mansión inglesa en medio de la ciudad, pero seguramente solo era una casa grande con chimeneas a los costados y seudo-torres— Bien... llegamos. No hay vuelta atrás.

— Tranquilo, son pecadores como nosotros. —Molly picó su nariz— Ellos también cometen una atrocidad a la vez como todos nosotros.

Angel rio entre dientes y se bajó de su auto, acariciando por última vez el costado. No era un fanático de estas cosas, pero había algo gratificante en tener su auto soñado y haberlo modificado a su gusto. La franja lateral era de fucsia y las llantas blancas tenían su marca de Overlord.

Si años atrás alguien le hubiese dicho que iba a ser uno, Angel se hubiese raído a carcajadas. Años atrás él ni siquiera tenía su propio dinero, menos aún una marca que el Infierno reconociera como suya. Y ahora ahí estaba, él había vencido sus propios horrores, había conquistado al hombre de sus sueños y por primera vez en su vida estaba entusiasmado por la navidad.

Eso último era lo más inverosímil de su existencia.

Angel arregló su cabello, jugando un poco con el peinado para que fuese una mezcla de un corte femenino sobre los hombros y los clásicos peinados de caballeros de un siglo atrás. Molly acudió a su lado, luciendo un hermoso traje con falda hasta los tobillos y de hombros anchos. La mezcla entre blanco y rosa resaltaba bien en ella. Angel había optado por un pantalón de vestir negro, de esos que iban hasta la cintura color gris, una blusa estilo victoriana con encajes a la altura de su pecho y ajustado a la cintura, resaltando sus curvas. Él ofreció su brazo a su hermana y se encaminó a la entrada de la mansión.

No había vuelta hacia atrás.

La sombra de Alastor apareció frente a ellos, abriéndoles la puerta y desapareciendo, solo para volver a aparecer al otro lado.

— Que encantador. —Molly sonrió.

— Oh, no lo alientes. —Angel bromeó.

Su corazón estaba latiendo con fuerza.

Ahí estaba.

Por primera vez en toda su existencia siendo invitado por una pareja a una reunión importante. Sin mentiras. Sin engaños. Angel estaba ahí siendo el novio de alguien.

— Al, cuando dijiste que tú te encargarías de la puerta, debí suponer que harías esto. —Rosie apareció frente a ellos, agitando su mano a la sombra para que desapareciera— ¿Qué van a creer nuestros invitados?

La radio en la entrada se encendió sola.

«Un poco difícil abandonar la cocina, cher.» La voz de Alastor sonó distorsionada entre estaciones.

— Oh, silencio. —Rosie dio un golpecito a la radio y avanzó hasta Angel, tomando sus manos— Bienvenido querido. Me disculpo de antemano por el caos que Alastor nos someterá a todos. A pesar de que esta es mi casa, no tengo control sobre sus rarezas.

«Como si tu fueses tan diferente.» La radio se burló.

En eso le daba la razón a Alastor. Rosie no era una flor delicada ni una dama de sociedad relegada a los antiguos roles femeninos. En realidad, ella era tan peligrosa como el Demonio de la Radio, pero muchísimo más sutil y calculadora.

Angel sintió su antigua educación despertarse después de casi un siglo de haberla enterrado.

— Gracias por invitarnos, Rosie. —Él besó la mano de la mujer— Espero que no te arrepientas.

Rosie rio.

— Oh, tan encantador. Pero no necesitas ser tan formal, estamos en confianza y me gusta el Angel Dust que Alastor y Husk me han descrito. —Rosie pasó sus manos sobre los encajes en su blusa y sonrió con aprobación— Así que no me ocultes nada, querido.

Él sonrió nervioso pero un delicioso aroma llegó hasta él y sin poder evitarlo le lanzó una mirada a su gemela.

— Galletas de jengibre. —Ella susurró con entusiasmo.

— Y tú debes ser Molly. —Rosie no soltó a Angel, pero atrajo a la otra araña hacia ellos, tomando las manos de ambos— ¿No eres tú una preciosa muñeca?

Molly rio suavemente, cautivada por la mirada oscura de la Overlord. Ese era el efecto natural de Rosie, a pesar de su presencia mortuoria, su energía era llena de alegría y era fácil caer presa de su encanto.

— Oh, Rosie ¿Es muérdago lo que hay en tu sombrero? —Angel preguntó, inclinándose para admirar la decoración. Siempre había sido débil por las cosas hermosas y la Overlord siempre vestía tan bien — Y... oh...

— Y una pluma de Husk. —Rosie apoyó su dedo índice en la nariz de Angel de forma juguetona antes de acariciar la decoración en su sombrero de ala ancha— Debo admitir mi crimen, querido. Vi una foto tuya con uno de esos preciosos trajes a rayas que usas y me sentí inspirada al ver que en el sombrero llevabas una pluma de Husk. Espero que no te moleste.

Angel se sorprendió y se inclinó en dirección de la mujer ¿Cómo iba a enojarle eso?

— ¿Te gusta mi estilo?

Rosie era un ícono de la moda elegante y con clase. Una revolucionaria a la hora de traer el pasado y darle un giro para crear algo nuevo y nostálgico al mismo tiempo ¿Y ella había gustado de su cursi detalle de llevar una pluma de Husk en su sombrero?

— ¡Me encantó! Tú y yo debemos hablar de moda junto a una taza de té. —Rosie miró a Molly— Resalta ¿verdad? Hay toda una industria textil y de accesorios que podría surgir de pecadores.

— Reducir, reutilizar y reciclar. —Molly respondió con ingenio— Plumas, pelaje, dientes, cuero...

— Que no se diga que la Colonia Caníbal no hace su parte para salvar el mundo. —Angel continuó sin darse cuenta.

Rosie los miró sorprendida y con un golpecito de su mano abrió su abanico, ocultando su rostro para reír entretenida.

— Oh, ustedes van a encajar muy bien aquí.

Rosie les dio un rápido recorrido en su enorme hogar. Curiosamente parecía que múltiples personas vivían o habían vivido ahí. Angel se preguntó si antes del hotel, Alastor había cohabitado con Rosie ahí. Él se distrajo ligeramente quedándose unos pasos atrás y admirando la decoración navideña. Molly y él habían crecido en un hogar que también celebraba por lo alto y que recibía tantas invitaciones que, durante diciembre, él y sus hermanos tenían prohibido acercarse a cualquier superficie o sentarse en la mayoría de los muebles. Pero a pesar de que el hogar de Rosie estaba lleno de figurines de cristal, luces de colores y una mezcla festiva pero aterradora de adornos que seguramente simbolizaban los monstruos europeos de la navidad, Angel se percató de algo más. Los cojines aplastados que indicaban que alguien había estado ahí. Un cenicero conteniendo el papel de un caramelo y el resto de un cigarrillo. En un corredor estaban casualmente depositadas las llaves de la motocicleta de Husk.

Una copa con rompope sobre la chimenea y en la mesa una copa de coñac.

Pequeños detalles que contaban una convivencia relajada y real.

El aroma a galletas llegó a él mucho antes de que Rosie anunciara que estaban en la cocina. Si no fuese porque había vivido con Alastor, la imagen de verlo cocinando sería impresionante.

— ¡Angel! Veo que no te perdiste. —Alastor dejó una bandeja de galletas en uno de los largos mesones y se detuvo al reparar en Molly— Oh, tú debes ser la dulce Molly que Angel ha intentado ocultar de nosotros.

— Oh, ya sabe cómo son los hermanos. —Molly se encogió de hombros.

Alastor parpadeó un par de veces y se encogió de hombros.

— Lo desconozco totalmente. Mi madre solo me tuvo a mí. —El demonio dio otro paso al frente— Pero debo decir, tú eres magníficamente hermosa.

— Al... —Rosie advirtió.

— No hay problema, es solo un halago. —Molly aseguró con una sonrisa.

— Tú eres como un dibujo animado con esos grandes ojos tuyos. —Alastor continuó, sonriendo radiante.

— ...y ahí está. —Angel rodó los ojos— Pero sigue siendo un halago. —Él aclaró a su hermana.

Por suerte Molly se rio, acostumbrada a tener admiradores bastante peculiares.

— Claro que lo es. —Alastor respondió, fingiendo estar ofendido— Los dibujos animados son lindos.

— El Demonio de la Radio ve dibujos animados. —Molly comentó— Eso nadie me lo va a creer.

— Fueron una gran novedad en su tiempo. —Rosie le aseguró entretenida.

No le extrañaba que Molly encajase tan bien, de toda la familia, ella era la experta en dar una buena primera impresión.

— Huele increíble Al. Me haces sentir culpable de que no trajimos nada. —Angel lamentó.

— Pamplinas, ustedes son nuestros invitados. —Rosie les recordó— Además, trajeron su paciencia y eso lo valoro más.

— Espero que disfruten de postres con jengibre. Nuestra anfitriona es muy adepta a ellos. —Alastor hizo un gesto a toda la pastelería.

Molly sonrió a su hermano y él se rindió a lo que vendría.

Sweet gingerbread made with molasses. —Su gemela canto y lo apuntó.

My heart skipped, and I reacted. —Angel se unió completamente resignado, recordándose que era un profesional y no debería avergonzarle que Rosie lo mirase caer en los juegos de su hermana.

Al diablo Alastor. Él siempre cantaba.

De hecho, él lucía entretenido.

Molly se presionó contra su costado.

Can't believe that this is happening! —Ambos hermanos cantaron al mismo tiempo y Angel agitó sus manos para detener todo eso.

Había límites. No iba a cantar toda la canción frente a dos Overlords.

— Oh, eso fue tan dulce. —Rosie aplaudió usando su abanico sobre su mano— Adorables. Ambos.

— Molly es la cantante. —Angel se defendió.

— Oh, ya sé qué haremos antes de cenar. —Alastor apareció su micrófono, señalando a Molly— ¿Qué tan largo es tu repertorio, dulce Molly?

— Solo debe ponerme a prueba... ¿Esta bien si te llamo Alastor o desea algo más formal?

— Alastor está bien. —Alastor aseguró— Con ese nombre nací, con ese nombre morí y con ese nombre llegué aquí.

— Hombre loco también es aceptable. —Rosie aseguró juguetonamente.

La puerta de la cocina se abrió con fuerza, pero antes de que se azotara contra la pared, Crymini enganchó la punta de su pie para detener el movimiento.

— Te digo, sería más barato si compro una olla arrocera nueva. —Ella miró al frente— Oh...

— Solo es un fusil, no debes... —Husk se estampó contra ella por estar mirando un pequeño fusil en sus manos y tuvo que atraparlo en el aire antes de que cayera— ¿Qué carajo...?

— ¿Por qué siempre nos reunimos en la cocina cuando la casa es enorme y la sala es tan bonita? —Crymini reaccionó primero, caminando al grifo para lavarse las manos.

Angel pensó en lo que su abuela solía decir y él nunca entendió. Se suponía que eso era lo que las familias hacían. La cocina debía ser el corazón de todo hogar. Claro que Angel jamás había vivido eso, pero era agradable ver que Crymini tenía exactamente esa experiencia hogareña. La pequeño demonio hiena secó sus manos y se movió hacia Alastor. Crymini plantó un beso en la mejilla del Demonio de la Radio como un saludo completamente normal y a la par robó una de las galletas en la bandeja más cercana a este. Lamentablemente una de las sombras de Alastor capturó a Crymini y la colgó unos centímetros sobre el suelo.

Alastor levantó sus cejas con satisfacción.

Curiosamente Husk solo se apoyó contra el mesón, como si fuese normal que ese tipo de cosas ocurriesen. Por la forma en que Crymini se había referido a Alastor, Angel ya había imaginado que este se había involucrado en su vida, pero al parecer también Rosie y ninguno lo había hecho de forma sutil. No, esta era la familia de Crymini. Y Husk había invitado a Angel a ser parte de algo que era más profundo que un grupo de demonios pasando las fiestas.

— ¡Nonc! —Crymini gruñó.

— Tenemos visitas, Nini. —Alastor recuperó la galleta y se la metió a la boca.

— ¿Nonc? —Molly susurró.

— Tío. —Crymini cayó al suelo y frunció el ceño— Viejo tacaño.

— Crymini. —Rosie se cruzó de brazos— Tenemos visitas.

— No patee a nadie y todos ustedes deben tomar eso como mi mejor comportamiento. —Crymini se defendió, haciendo reír a Husk. Ella se acercó hasta Rosie, esperando que esta se inclinase para darle un beso en la mejilla— Pasé revisando la seguridad y parece que no tendremos ninguna novedad hoy.

— Te lo agradezco, querida, pero necesito que mejores tu comportamiento o van a creer que te hemos criado mal. —Rosie le dio un golpecito en la nariz.

Angel levantó sus cejas, mirando a Husk y este se encogió de hombros. Bien, él tenía cientos de preguntas sobre qué tipo de relación y dinámica todos ellos tenían.

— ...ustedes me terminaron de criar, pero el desastre ya fue hecho antes de que llegase aquí. —Crymini rodó sus ojos.

— No lo sé, ella se comporta mejor que nosotros. —Molly señaló a su gemelo.

— Cualquiera que no envenena gente en una reunión familiar se comporta mejor que tú. —Angel bromeó.

— Oh, fue una sola vez y tú siempre fuiste el travieso. —Molly se defendió— Es un placer conocerte, Crymini.

— Esperen, esperen. Tiempo fuera ¿La hermana de Angel Dust envenena gente? —La pequeña demonio miró a su padre — ¡No hay nada más genial que eso!

— Te lo mencioné. —Husk levantó sus cejas.

— Pensé que Angel estaba exagerando.

— Me ofendes. —Él bromeó— Yo siempre cuento la verdad.

— ¿Cómo es más genial eso que esto? —Alastor preguntó señalando a Rosie, Husk y a su persona.

— Oh, estás celoso. —Angel sonrió de lado completamente entretenido— ¿Ya no eres el tío genial, Al?

Como respuesta, el aterrador Overlord agitó su mantel de cocina en dirección a Angel para alejarlo de su espacio personal. Lo único que logró fue que Angel se riera con fuerza.

— Estoy segura de que no es una competencia. —Molly intentó conciliar.

Crymini se detuvo frente a ella y la miró fijamente.

— Me encanta tu cabello, muy Dolly Parton. —Ella tocó su propio flequillo elevado— ¿Crees que podrías ayudarme a peinarme?

— Oh, por supuesto. —Molly sonrió entusiasmada— Tu cabello es tan bonito que será muy divertido peinarlo.

— No la distraigas demasiado, Nini. —Rosie pidió— No quiero que acapares a nuestra invitada.

— Está bien. —La demonio aceptó, pero señaló a Alastor— Y sí es una competencia. —Y se llevó corriendo a Molly.

— Oh, la amo. —Angel rio a carcajadas cuando escuchó el sonido de radio salir de Alastor— Sabes que te está molestando.

El aludido aclaró su garganta y todo volvió a la normalidad. Angel jamás creyó que vería a gran Demonio de la Radio permitir a una adolescente burlarse de él. Alastor en verdad debía admirar a Crymini.

— Y ella lo hace porque no le dejas usar su celular en casa. —Rosie señaló.

— Esos aparatos... —Alastor gruñó.

— Pensé que yo era el amargado. —Husk acortó la distancia con Angel y por fin lo tomó por la cintura, atrayéndolo contra su costado— Solo deja que la niña disfrute su día libre en paz.

Angel no pudo evitar derretirse en ese mismo lugar y por algo tan simple. Jamás hubiese pensado que algo tan simple podía ser tan poderoso. No importaba que llevase en el Infierno casi un siglo, la época en que vivió, su padre y Valentino seguían asechando su cabeza diciéndole cosas horribles. Pero Angel decidió que por una vez en su vida simplemente iba a dejar de estar a la defensiva. En su lugar, él rodeó con su brazo los hombros de Husk. Era gracioso cómo estar parados uno a lado del otro y de esa forma no era la cosa más romántica del mundo, pero Angel podía oír su corazón latir con fuerza.

— Por supuesto que no estoy amargado. —Alastor respondió con su mejor sonrisa— Solo no es lo más sabio que Nini tenga algo con la marca de ese televisor andante.

Nini. Ese apodo era tan familiar y eso solo despertaba más la curiosidad de Angel ¿Cuánto tiempo llevaba Crymini en el Infierno? Más importante aún ¿Qué había ocurrido para que Husk no solo decidiera adoptarla, sino que Alastor y Rosie se hubiesen involucrado? Porque la forma en que Crymini se movía en esa casa era como si ella viviese o hubiese vivido con Rosie. Más importante aún, si Husk era la figura parental de Crymini, no había duda de que Rosie hacía el rol de madre. Y Angel jamás hubiese conectado a Husk y Rosie más allá de que tenían en común a Alastor. Pero ahora su perspectiva era diferente.

Tantas dudas que él tendría que esperar para poder obtener respuestas, pero Angel estaba entusiasmado por descubrir todo el misterio.

— Admite que lo que te molesta es la tecnología. Porque Baxter podría usar su rara tecnología para hacerle un celular y aun así te negaste. —Rosie señaló— Así que no uses a Vox en esto.

Angel se congeló en su lugar cuando sintió las garras de Husk acariciar su cintura. Él se recordó que era algo normal. Solo un pequeño roce. Arriba y abajo. Nada fuera de lo común. Husk solo estaba tocando la curva de su cintura como cualquier novio lo haría mientras charlaba con sus amigos o familia.

— Sí, deja a chispas fuera de esto y acepta que la niña va a molestarte todo el día. —Husk sonrió de costado y miró a Angel— Por lo menos te vas a divertir a costa de otros. —

Angel parpadeó varias veces, tardando en reaccionar y asintió, sin poder encontrar su voz. Husk enmarcó una ceja y apuntó con su nariz el rostro de Angel. Él rodó los ojos, intentando alejar su cabeza. Sí, estaba sonrojado ¿y qué? No era su culpa que algo tan simple fuese demasiado para su corazón.

— ¿Necesitas ayuda, Al? —Angel ofreció rogando por tener una excusa para dejar de distraerse con las garras de Husk— Veo que tienes muchas cosas aquí y hasta tú has dicho que soy bueno en la cocina.

— Mi querido ángel, sé que existe una buena intención en tu deseo de intervenir en mi trabajo, pero a menos que me pidas que te enseñe a preparar algo, debo recordarte una información de vital importancia. —Alastor lo miró, acomodando su monocular— La cocina es terreno de un solo demonio.

— Dile eso a los restaurantes. —Husk bromeó— Pero ya lo oíste, dale espacio, no vaya a cocinarte.

— Oh, sé que Al no lo haría. —Angel sonrió dulcemente— Él lo oculta, pero le agrado.

— Me han dicho que tarántulas fritas son deliciosas. —El aludido dijo— No me hagas considerar ampliar el menú.

Husk solo se encogió de hombros. Así que Angel asumió que eso era un chiste y no iba a tener que cuidarse de terminar en la sartén.

— No tienes de qué preocuparte, hemos preparado platillos con otras carnes para ustedes. —Rosie prometió.

— Bueno, dado que ya no tienen más que decir. —Alastor señaló con su mirada la puerta— La cocina es terreno de un demonio.

— Tan encantador, Al, nunca cambies. —Angel giró sus ojos.

Pero Husk tomó su mano para guiarlo fuera de la cocina y eso fue la más sabia decisión. Solo en ese momento Angel se dio cuenta que iba a tener una cena de navidad caníbal. O por lo menos parcialmente caníbal ¿Qué tipo de existencia estaba teniendo?

— ¿Crymini...? —Angel preguntó, siguiendo a Husk.

— De vez en cuando. Jamás debí decirle que no comiera del plato de Alastor sin decirle por qué. —Husk lo miró sobre su hombro.

— ¿Y qué pasó cuando supo de qué era la carne especial? —Angel preguntó con una sonrisa.

— No sé si fue el orgullo o la sazón de Alastor. O tal vez simplemente quería tener algo en común con él... pero dijo que le gustó. —Husk abrió una puerta y lo guio al patio trasero— Niños...

Él no quiso recordarle que Crymini llevaba muchos años teniendo diecinueve años, ella podía ser todo menos una niña.

— Algo similar me pasó con el whisky. Por años dije que era mi licor favorito porque Arackniss dijo que no me gustaría. —Angel se apoyó contra la baranda y observó el precioso jardín frente a él— Gracias.

Aún en esa época del año donde todo lucía lúgubre, Angel pudo apreciar que Rosie dedicaba especial atención a esa parte de la casa.

— ¿Por no dejar que Alastor te coma? Siempre. —Husk se apoyó a su lado y lo rodeó con su ala, protegiéndolo del frío— Aunque era más difícil convencerlo cuando estabas en el hotel.

Angel rio entre dientes y lo empujó juguetonamente con su hombro.

— Por invitarme... No creí... —Angel dejó caer sus hombros— Me sigue sorprendiendo...

— ¿Qué cosa? —El felino miró a su alrededor — Todo esto es demasiado ¿no?

— No, no es eso. —Él suspiró— Odio navidad, Husk. Desde que tengo memoria ha sido así. A veces sentía ansiedad de solo pensar que estas fechas se acercaban. —Angel confesó.

— No recuerdo que fuese así el anterior año. —Husk hizo memoria— Claro, la princesa nos tuvo ocupados y no hicimos nada especial, pero no parecías odiarlo.

— Eso es porque esa fue mi primera navidad decente. —Angel rio— Y sí, eso dice mucho. Charlie movió todas sus influencias para hacer que yo pasara con ustedes esa época, pero ¿Antes de eso? —Él negó— Mi padre nos crío para que cumpliéramos un rol y cuando comencé a mostrar señales de ser diferente, él me aisló y turnó a cada uno de sus Capodecime, aquellos que estaban a cargo de los soldados en la mafia, para que me entrenaran como si fuese otro huérfano reclutado o comprado. Todos los días yo debía aprender sobre armas y ataques, bombas y escapes. Y no me quejo, de cierta forma era divertido. Por lo menos era mejor que estar con mi familia sintiéndome un estorbo. Pero cuando había eventos sociales, mi padre necesitaba a su segundo hijo haciendo lo que debía hacer. —Angel rio entre dientes— Así que navidad siempre incluía fingir ser alguien que yo no era, recibir gritos o amenazas de mi padre y hacer todo para no estorbar. —Él se encogió de hombros— Luego llegué aquí y Valentino... Bueno, tú sabes... —No quería hablar de ello. No quería recordar— Lo que intento decir es que... —Angel lo miró con determinación— Por primera vez siento que es navidad.

Lo cual era mucho decir cuando solo había charlado y bromeado en la cocina de Rosie.

Husk lo atrajo contra su cuerpo y Angel no se resistió. Alas, brazos y una fina cola lo rodearon. El rostro de Husk se enterró en su pecho y el suave ronroneo sumado al capullo que lo cubría fue todo lo que Angel necesitó. Las garras de Husk acariciaron su espalda y él terminó de relajarse.

Para ser alguien a quien le costaba ser afectuoso, Husk era muy bueno consolando a otros. Angel cerró sus ojos y simplemente se permitió disfrutar eso.

— Nosotros no compartimos esto con cualquiera. —Husk susurró, su voz era un vibrato que silencio al mundo exterior— Este es nuestro hogar. No esta casa, sino... esto.

Esto era tan grande.

Porque una vez más demostraba que lo que Alastor tenía con Husk jamás fue lo mismo que lo que Valentino hizo de Angel. En lugar de sentir envidia, él sintió una profunda gratitud. Husk tenía esto y era tan bueno que no temía que la pecadora que adoptó conviviese directamente con su Overlord. Eso era grande y diferente. Pero tan bueno. Y Angel tenía tanta suerte por poder presenciar la forma en que Rosie actuaba como la matriarca de ese hogar, Crymini llamaba al aterrador Demonio de la Radio su tío y Husk lucía más tranquilo que nunca.

— Creo que no entiendes que lo que dices es muy grande para alguien que ha estado tan solo. —Angel susurró en el espacio que había entre las orejas de Husk y cerró sus ojos.

— En realidad lo sé. —Husk giró el rostro hacia la casa— Y recuerdo lo importante que fue cuando hace mucho tiempo me hicieron una oferta similar para mí y Crymini.

— ¿Así que ahora me la haces a mí? —Él intentó reírse, pero era difícil controlar sus emociones y sonar despreocupado al mismo tiempo.

— Es lo justo. Mira, lo que intento decir es que Molly y tú también pueden ser parte de esto. —Husk se separó lo suficiente para mirarlo y luego se encogió de hombros— No es fácil y definitivamente es caótico, pero... es estable y te puedo prometer que muchas cosas allá afuera.

Angel tomó su rostro negándose a poner distancia entre ello. Maldita sea, no debía ponerse emocional. No debía pensar en cuánto amaba a Husk por decirle algo tan grande como si fuese el menú del bar. Angel se encontró riendo, porque esto era una familia tan peculiar, formada por demonios tan diferentes y mucho mejor que tantas otras.

— Alastor va a tener que compartir la cocina. —Angel sentenció, hundiendo su rostro contra el esponjoso pelaje en la mejilla de Husk.

— Absolutamente no. —Alastor apareció de la nada junto a ellos.

Y Husk casi saltó sobre la baranda, maldiciendo en cinco idiomas diferentes, tal vez siete. Angel pudo ocultar mejor su reacción.

— ¡No seas egoísta! —Angel apoyó sus manos sobre sus caderas— Te dejo merodear a nuestro alrededor todo el tiempo ¿Y no puedes coexistir conmigo?

— Merodear es una gran palabra considerando que no planeo comerlos. —Alastor apareció su micrófono y apoyó la punta de este contra la frente de Angel— Y coexisto muy bien contigo considerando las circunstancias. Y por ello no quiero que terminemos discutiendo por nuestras diferencias culinarias, mi querido ángel.

— Al. —Husk recuperó el aliento y empujó al Overlord a un lado— ¿Qué te he dicho de la privacidad?

— Pero esto no es privacidad. Este es el jardín. —Alastor señaló a la ventana del tercer piso, donde Molly y Crymini se agacharon para no ser vistas— Todos pueden verlos.

Angel notó un deleite en la voz del demonio y se preguntó si Alastor estaba ahí porque en realidad encontraba reconfortante el ambiente familia.

Pero eso sería una locura ¿no?

— ¿Puedo saber cómo es que volví de la bodega con vinos y me encontré una docena de pequeñas sombras cocinando? —Rosie preguntó, apoyada en la puerta que llevaba de regreso.

— Ya oyeron, todos adentro. —Husk apuntó a la ventana superior— Y ustedes bajen en este instante. Si no tienen nada mejor que hacer yo les voy a dar trabajo.

Ellos pudieron oír a Molly y Crymini riendo.

— Uh, Daddy se enojó. —Angel bromeó— Que serio. Tal vez deba irme antes de que me regañe a mi también.

— Tuviste tu oportunidad para escapar de este caos. —Husk se defendió, tomándolo con cierta brusquedad contra su costado— Ahora es tarde para cambiar de opinión.

Angel sonrió. Gatito posesivo. Eso era nuevo.

— Gracias, Husk. —Rosie apoyó su mano sobre el hombro del pecador cuando llegaron a la puerta.

— Ni lo menciones, chuchu.

Angel se detuvo y regresó a ver a su novio con extrema sorpresa haciendo que Rosie entró de regreso sin ocultar su risa maliciosa.

— Eso si me va a poner celoso ¿Cómo es que no tengo un sobrenombre amoroso? —Angel se cruzó de brazos— Porque «Piernas» no cuenta.

El otro demonio rio entre dientes.

— No es lo que crees. —Husk lo tomó de la mano y lo obligó a entrar— Alastor le dice a Rosie «chouchou», es una palabra cariñosa en francés.

— Algo así como querida. —Rosie contribuyó.

— Pero «chou» es repollo. —Husk continuó con malicia— Así que decidí fastidiar a Al y decirle a Rosie chayote en portugués, porque suena igual y también es un vegetal: chuchu.

— Alastor estuvo enojado por semanas. —Rosie recordó entretenida— Yo no pierdo la ironía de ser una caníbal y tener sobrenombres de comida.

Angel rio abiertamente. Bien, eso sonaba divertido. Él tendría que buscar algo en italiano para Rosie.

— ...igual, quiero un sobrenombre.

— Sabes que no se me da el romance.

Angel podía diferir gracias a la pequeña charla que acaban de tener, pero decidió no presionar.

— Pero... veré que hago. —Husk aceptó.

Angel sonrió al notar el sonrojo sobre el pelaje del felino y besó su mejilla.

— No te preocupes, querido. Vas a descubrir que ciertos demonios aquí son mejores con sus acciones que con sus palabras. —Rosie le aseguró— Voy a buscar a las chicas ¿Por qué no van a la sala? Husk hizo su famoso rompope y debes probarlo.

— Ahora estamos hablando mi idioma. —Angel bromeó y esperó a que Rosie se alejase para inclinarse y susurrar en la oreja de Husk— Por cierto ¿Crees que después de haber luchado para que dejaras de verme como un amigo voy a arrepentirme ahora? Soy masoquista pero no estúpido.

Husk no respondió, pero pudo oírlo ronronear a su costado. Tal vez podía acostumbrarse a que le gustase la navidad.

Fin: Winter Symphony Prompts 2022

Saludos criaturitas diurnas y nocturnas: Otro fic del reto de diciembre terminado, con suerte y tendrá continuación porque hay mucho potencial en este AU.

Prompt: "You Make It Feel Like Christmas" por Gwen Stefani

Nos leemos

Nocturna IV

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