Capítulo 7: Primeras impresiones
-¡Despierta, vamos tarde a clases!- el grito de Aki cerca de mi rostro me hace brincar y caer de la cama, vaya amable manera de despertar a alguien.- Vamos Tatsu, date un baño y baja a desayunar. Papá nos justificará el atraso pero no podemos demorar más- dicho eso, me dejo ahí tendido en el suelo de mi habitación, que por cierto es muy cómodo y tibio.
Aun con sueño y los ojos hinchados por dormir poco me dirijo al baño para darme una ducha rápida con agua fría. Me duele el cuerpo, ser hombre lobo no mitiga el dolor muscular.
El agua me despierta totalmente y al volver a mi cuarto puedo ver la hora. Definitivamente atrasados Sacudo la cabeza para deshacerme del agua de mi cabello, dejando así el piso todo salpicado. Rápidamente tomo un jeans negro del ropero, junto a una camisa blanca y ropa interior que seguramente mi madre puso ahí de forma estratégica para que la encontrara.
Aun con el cuerpo un poco húmedo, me visto y bajo a la cocina. Sobre la mesa hay un plato con tostadas y mermelada de mora, mi favorita y un café humeante.
-Traga todo y sube al auto- mi madre pasa junto a mi en dirección al fregadero, lleva unos platos y bandejas que por lo que logro ver, antes estaban llenas de papas fritas y algún aderezo.- ¿a que hora llegaste anoche?
Trague el pedazo de tostada que metí en mi boca con ayuda del café.
-Tal vez a las 12 o 2 de la madrugada...- mi tono de voz se fue apagando, efecto de hablar con mi hermosa y cariñosa madre.
-Para la próxima avisa si te quedarás hasta tan tarde, más si es con algún chico o chicos de otra manada- me mira por sobre el hombro y asiento, es la única respuesta aceptable. Mi madre vuelve a su tarea de fregar los platos y yo termino mi desayuno rápidamente.
Llevo el plato y la taza al fregadero y con cuidado los sumerjo en el agua jabonosa. Me despido de mi madre con un beso en la mejilla y salgo de la cocina. En el perchero de la puerta esta colgando mi bolso, seguramente fue Kou el que lo dejo ahí. Reviso que este todo en orden dentro y salgo de la casa, el vehículo de papá ya esta en la calle y con un bocinazo me apresura.
Cierro la puerta y mi padre se pone en marcha, ni tiempo para ponerme el cinturón de seguridad me dio. Kou y Aki portan unas extrañas bolsas alargadas, y algo mas que no alcanzo a distinguir esta entre ellos en el asiento trasero.
Sus ojos se encuentran con los míos en el espejo retrovisor, les doy una mirada de "no me involucren en lo que sea que harán" y ellos me devuelven una de "aun así lo haremos y te va a encantar nuestra nueva travesura"
Papá se detiene frente al instituto y baja seguido de los gemelos, suelto un gemido de protesta. Desde los seis que papá no nos justificaba un atraso. Me uno a ellos cuando se adentran en el patio del insti sin siquiera esperarme.
-Tú lleva la bolsa- escuche que le decía Kou a Aki, mientras le acercaba la extraña bolsa que no logre identificar. Demasiado grande para ser algo bueno.
-Cárgala tú, yo llevo las otras dos.- se negó Aki con un tono infantil que solo usa cuando tiene pereza y no quiere hacer algo.- además, eso es mas liviano que esto- murmuró inclinándose hacia un lado.
-Ustedes dos dejen de hablar y apresuren el paso, no olviden que por su culpa estamos tarde.- los reprendió papá y yo que no quiero recibir una reprimenda, corrí para llegar a su lado.
Nosotros nos quedamos esperando fuera de la oficina de dirección, papá volvió con tres papeles de color rosa y nos paso uno. Mi nombre esta en la parte superior junto a una hora de ingreso.
-Me voy a clases- anuncié. Me despedí con la mano de papá y me fui por el pasillo de la derecha, me detuve al llegar a la escalera que da al sector este del insti. El olor de Scarlett es muy fuerte aquí, dulce olor que nubla mis sentidos.
Podría pasarme el día respirando su aroma, pero papá se tomó la molestia de venir a dejarnos, a clases se a dicho. Continúo mi camino al aula de arte, y no es que odie la pintura o las estatuas pero el fuerte olor de los materiales hace escocer mi fina nariz.
La puerta del salón esta cerrada, por lo que me veo obligado a tocar y esperar a que el maestro me abra. Cuando la puerta se abre me encuentro cara a cara con ella...con Scarlett.
Mi cuerpo tiembla al sentir su exquisito aroma demasiado cerca para mi salud mental, doy disimuladamente un paso atrás para controlar mi ansia de saltar sobre ella.
-ah....a....yo....- genial, mi lengua no funciona. Ella esta ahí, mirándome con sus hermosos ojos grises y yo aquí parado como idiota, sin decir nada coherente.
-Adelante- la voz masculina me hizo despertar de mi trance. Detrás de Scarlett (como me gusta decir su nombre), esta el maestro de arte, lleva un delantal blanco lleno de manchas de colores y un pincel en la mano derecha. Con su otra mano tocó ligeramente el hombro de MI chica, la que se dio vuelta y sonrió. Scarlett se adentró en el salón desapareciendo de mi vista.- ¿Me dejas ver eso?- el hombre extendió su mano en dirección a la rosa papeleta. Se la entregue intentando ver al interior del salón, el olor de la pintura cubre el dulce aroma de mi hermosa pareja.
-¿Puedo pasar? En verdad lamento llegar tarde- dije intentando sonar arrepentido, creo que el maestro no me creyó porque arrugo los labios y asintió dejándome espacio para entrar.
El salón es mas espacioso de lo que esperé, y está lleno de chicas. Si, la clase de arte esta llena de chicas. Creo que debí revisar mi horario.
-Toma asiento con Scarlett, la pelirroja que lleva boina ahí atrás- dijo, como si necesitara decirme quien es Scarlett.
Camine entre todos los asientos y atriles hasta llegar junto a la hermosa pelirroja, tome asiento y rápidamente me gire verla. Es que...es simplemente perfecta.
-Hola- dije lo suficientemente alto como para que ella me oyera pero no el resto de la clase. Felizmente, somos los únicos que están hasta el fondo del salón. La chica me ignoro monumentalmente, provocando un ligero dolor en mi pecho.- esto, ¿Scarlett?- pregunte, intentando llamar su atención. Nada. Tal vez ella me odia, es decir, mi apariencia no es la mejor.
-Pss, pss- me gire en dirección al sonido. La chica que esta sentada delante de mi me observa con una sonrisa divertida.- Hey, ella nunca te contestara- vaya. Directo y sin anestesia.
-¿No lo hará? ¿Por qué?- al ver que Scarlett seguía ignorándome, dedique mi atención a la chica que si me estaba dando información. Ella volvió a sonreír, dejándome ver sus frenos.
-Scarlett es sorda, muchacho. Si quieres hablar con ella debes hacerlo en su idioma- la chica se dio vuelta y continuó pintando.
No se por que, pero una enorme sonrisa se formo en mi rostro. Al menos ahora se que ella no me ignora con intención. La observo de reojo, sus ojos se mueven ligeramente sobre el lienzo llenos de concentración, su mano desplaza un trozo de carbón con mucho cuidado, alcanzo a ver una parte de lo que esta dibujando.
Creo que mi boca se abrió cuando pude identificar el retrato. Era yo. Mis sentidos volvieron a aletargarse, puedo escuchar a mi corazón golpear acelerado mi pecho.
Mi hermosa chica me esta retratando y yo aquí como tarado intentando llamar su atención sin éxito aparente. Ella parece darse cuenta de mi mirada, ya que detiene el movimiento de su mano.
Un jadeo abandona mis labios cuando sus ojos se encuentran con los mios una vez más, sus ojos logran atraparme. Una sonrisa se posa en sus rosados labios y yo comienzo a delirar en deseo por probarlos.
Aun embobado, logro reaccionar lo suficiente como para tomar un cuaderno y un lápiz de mi bolso. Lo abro por la mitad y con mano temblorosa escribo.
* Hola, me llamo Tatsuya
Agradezco que la tartamudez solo se haga presente cuando uno habla. Le tiendo el cuaderno y ella parece feliz de iniciar una conversación conmigo. Tiene una hermosa sonrisa.
*Es un gusto conocerte, Tatsuya. Yo me llamo Scarlett...
¡Oh! Ella dijo que era un gusto, además de hermosa es educada y lo mas importante, ¡no me rechaza!
*¿Puedo saber que dibujas?
Ella pareció dudar y un ligero sonrrojo se apodero de sus mejillas, haciendo que mis deseos por devorar su rostro aumentara. Asintió casi imperceptiblemente y giro su atril en mi dirección.
Y ahí, en líneas trazadas sutilmente estaba mi rostro. El chico en el papel parecía mirarme con odio y celos, posesividad y deseo, cariño y amor. ¿Como pudo ella mezclar tantos sentimientos sólo en mis ojos? ¿En un dibujo?
*Eres muy buena. ¿ese...soy yo?
Le entregue el cuaderno un poco temeroso. Tal vez no era yo y solo estoy imaginando cosas, o me estoy dando falsas esperanzas. Ella río suavemente. En un momento de lucidez, di un rápido vistaso a la clase, nadie parecía interesase en lo que hacíamos, y al maestro que se cruzo con mi mirada sólo nos dejos seguir con lo nuestro.
El cuaderno regreso a mis manos. La pulcra y ordenada letra de mi pelirroja adornaba la mitad de la hora y yo me pregunto como escribió tanto en tan poco tiempo.
*si, ese eres tu. O al menos, mi primera impresión de ti cuando te vi en la cafetería con el grupo de chicos de Car. Cuando te vi en la puerta sentí muchos deseos de retratarte, espero no te moleste.
*Espero que haya sido una buena primera impresión.
Ella sonrió ampliamente y continuó con su trabajo, me daba miradas de vez en vez y continuaba.
Hermosa chica