El castaño se acercó a Felix y Hyunjin, quienes hablaban, pero notó las miradas tristes que llevaban y le entraron ganas de llorar y joder como odiaba que su humor cambiase todo el tiempo. Cuando llegó con ambos abrazó a Hyunjin llorando. Hyunjin miró a Chan quien venía caminado hacia ellos. Articuló hacia el rizado un: ¿Qué le sucede?
—Seungmin, cálmate—gruñó él rizado un poco celoso y tomó al castaño de la cintura para alejarlo completamente de Hyunjin.
—Chan, se va ir de esta ciudad—dijo mientras quitaba las lágrimas de sus mejillas.
Hyunjin veía divertido al castaño, por la forma en que estaba actuando ya que no conocía tanto al castaño solo habían intercambiado unas cuantas palabras en todo este tiempo.
—Lo sé, le dije que se quedara—abrazó a Seungmin—, pero su padre tenía la última palabra.
—Hablaré con su padre—sentenció Seungmina poyando su rostro en el hombro de Chan. Este rio por lo adorable que se estaba portando Seungmin. Tampoco quería que el morocho se vaya, pero no podía hacer nada al respecto.
—¿Cuándo se va? —miró a Chan.
—En unos meses.
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—¿Ya te encuentras mejor? —preguntó Chan divertido. Estaban en hora de clases. Ellos compartían unas cuantas clases juntos.
—Cállate—dijo entre dientes él castaño.
—Joder, Seungmin. Pareces a un gatito enojado simplemente adorable—apretó las mejillas de Seungmin, quien le terminó dando un manotazo.
—Déjame prestar atención a la clase—habló en tono bajo para no ser regañados por el profesor—. Deberías hacer lo mismo.
—¿Crees qué nuestro gatito salga igual de adorable que tú? —cuestionó Chan mientras tomaba apuntes.
—¿Llamas a nuestro hijo gato? —preguntó Seungmin con las cejas alzadas.
—No hables y presta atención a la clase—dijo Chan. Seungmin sólo bufó volviendo su atención a las clases.
—Sabes, mis días han sido más felices desde que ya no peleamos—soltó Chan.
Seungmin volteó hacia él sorprendido. Siempre pensó que hacía la vida de Chan miserable por su culpa.
—No sé porque me odias—susurró Seungmin garabateando en su cuaderno.
—No te odio—confesó—, ni te odiaba. Tenía mis razones para molestarte.
—¿A si? ¿Cuáles eran? —Seungmin preguntó interesado por la respuesta. Si Chan no lo llegó a odiar ¿por qué se la pasaba molestándolo?
—Quería acostarme contigo—dijo. Seungmin lo empujó.
—Que gracioso Chan.
Suspiró volviendo su atención a lo que el profesor estaba explicando. Luego de media hora el timbre sonó. Tomó sus cosas y salió rápidamente del aula sin detenerse. Recordó que Chan estaba con él, pero no se tuvo, le habían entrado unas ganas de ir hacer pipí.
Después de unos minutos salió del baño secándose las manos con sus jeans sin mirar a ver por donde caminaba. Sintió como lo tomaban de los hombros para empujarlo. El castaño pudo controlar el equilibrio para no caer, enojado miró a ver a la persona quien lo había empujado y no se sorprendió al ver que fue Sofia.
—¿Por qué mierda fue eso? —exclamó molesto. Cada vez que Yeeun lo desafiaba le entraban unas ganas de golpearla, pero él nunca lo haría.
—¿¡Crees que no sé lo que intentas hacer!?—dijo cruzada de brazos.
—¿Y supuestamente qué quiero hacer?
—Quieres quitarme a Chan—habló molesta—, Y no dejaré que lo hagas.
Seungmin abrió la boca para reírse, Yeeun se acercó al castaño queriéndole hacer daño, pero Seungmin se alejó.
—¡Esta embarazado! —Ahogó un gritó Madison. Seungmin abrió los ojos.
Yeeun posó su vista en el vientre abultado del castaño, Seungmin se alarmó cuando ella frunció su ceño. Tenía miedo de que supiera que el bebé que estaba esperando era de Chan y que ella le hiciera algo.
—Pero mira quien salió zorra—escupió Yeeun—. Vayámonos Madison, ya no tenemos nada que hablar con este, porque Chan ahora ya no se podrá fijar en él.
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ya se está acercando navidad, ¿tienen algo planeado?