Estaba recostada sobre la arena mientras observaba el atardecer tan maravilloso que estaba frente a mi.
Es mi momento favorito del día, me encanta observar en silencio como el sol desaparece a través del horizonte y abre paso a la llegada de la hermosa luna.
Aquel día todo era tan tranquilo, no había olas, ni viento, ni ruido. Podía oír mis propios pensamientos complementados con mi respiración calmada, tan solo estaba ahí con la mirada clavada en el horizonte observando como el sol se ocultaba.
Me coloqué mis audífonos <<Never be alone>> comenzó a sonar mientras llego a mi mente el recuerdo de Laila mi mejor amiga desde pequeñas.
El solo escuchar aquella melodía me transmitía una alegría inmensa, era una canción que siempre escuchábamos juntas.
Después, con mis pertenencias en mis manos, regresé a casa caminando, Jacksonville era un pueblo pequeño por lo que no había problema en regresar andando.
Aquí todos se conocen con todos, es un lugar muy tranquilo en el cual eh vivido desde que tengo memoria.
Abrí la puerta con mis llaves, pero antes de entrar observe la casa de los Johnson que se encontraba frente a la nuestra.
Cruce el umbral de la puerta, al parecer no había nadie en casa, subí hacia mi habitación y me recosté sobre mi cama desordenada. Al poco tiempo me quede completamente dormida.
La mañana siguiente desperté, me lavé los dientes y me duché. Baje a la cocina, mi madre había preparado mi desayuno favorito.
—Buenos días—dije sonriente.
—Buenos días cariño, ¿como te sientes el día hoy?—me pregunto.
—Bien, un poco nerviosa por el día de mañana—conteste.
—Tranquila solo es un nuevo año, todo estará bien—dijo.
Sirvió los platos y comenzamos a desayunar. El solo pensar que mañana será el primer día de clases me pone nerviosa y a la vez feliz.
Laila regresara de vacaciones junto a su hermano Christopher, <<Christopher >> el solo pensar su nombre hace que sonría.
Siempre me había gustado desde que éramos niños, solo que nunca lo dije ya que es el hermano mayor de Laila.
El resto del día me mantuve haciendo pendientes y compras, es el penúltimo año de preparatoria y quiero que sea diferente a los anteriores.
Llegue a casa, y al entrar me lleve una gran sorpresa al encontrarme a Laila y su familia.
Su núcleo familiar consta de Emma Johnson, su esposo Rick, y sus tres hijos: Christopher el mayor, Laila y el pequeño Harry.
Su familia no era tan pequeña como la nuestra, soy hija única, el tener una hermana fue algo que siempre quise pero nunca me falto una gracias a Laila.
Mi mejor amiga me recibió con un fuerte abrazo diciéndome que me extraño mucho y que tenia muchas cosas que contarme.
Levante la mirada en busca de aquel chico alto de ojos color miel, pero al parecer Christopher no había asistido a la cena.
Mi padre apareció sosteniendo una charola con un pollo relleno que dejó en el centro de la mesa.
Comimos sin dejar de hablar de esto y de aquello; de como habían sido las vacaciones de los Johnson, los lugares que habían visitado y de lo que hicimos durante el verano.
Comimos el postre y los Johnson estaban por irse, nos despedimos y subí a mi habitación.
Me recosté sobre mi cama, no dejaba de pensar <<¿Por qué no vino?>> <<Seguramente asistió a la fiesta de fin de verano>> Sinceramente nunca eh sido de ese tipo de cosas.
Mi celular comienza a vibrar y lo busco entre las sábanas, era una llamada de Laila.
—Hola—dije.
—Prepárate que esta será nuestra noche—dice emocionada.
—¿Nuestra noche?—pregunto.
—Así es, iremos a la fiesta de fin de verano.
—No lo se Laila, no me gustan ese tipo de cosas.
—Si lo se, pero esta es una oportunidad de cambiar y de divertirnos.
—Ya es tarde y mamá no me dejara ir.
—Sal por la ventana, te espero abajo.
—Esta bien, pero prométeme que no regresaremos tarde—suspiro.
—Lo prometo, te veo en 15 minutos—dice emocionada.
Finalizo la llamada y me apresuro a cambiarme de ropa, me coloco el vestido rojo que tanto me encanta, hace que resalte el color de mis ojos azules.
Salgo por la ventana tratando de hacer el más mínimo ruido posible, al bajar Laila ya me estaba esperando, nos apresuramos y subimos a su Jeep.
De camino a la fiesta me sentía un poco rara, era emocionante hacer algo prohibido.
El sentir como la adrenalina y el miedo corre por tus venas, algo que nunca había hecho "escapar de casa" me sentía tan libre, tan llena, tan viva.
Llegamos al lugar de la fiesta, hay muchos chicos divirtiéndose, bebiendo alcohol y bailando, cosas que no suelo hacer.
Nos adentramos a lugar, observo muchos chicos que en mi vida había visto. -Buscaré algo para beber-dice Laila.
Trato de buscar un lugar donde sentarme mientras Laila regresa, encuentro un sillón que está a un lado de unos chicos que están jugando beer pong.
Los observo mientras juegan cuando noto que uno de ellos me está mirando, trato de apartar la vista en otro lado.
Se acerca hacia mi "trágame tierra" intento ir a otro lugar pero algo me lo impide, es un chico muy alto y con fuerza, se interpone en mi lugar.
—Te vi mirándome—dice sonriente.
—Creo que te equivocas—digo nerviosa.
—¿Cual es tu nombre, linda?.
—Abby Miller ¿Y el tuyo?—digo.
—Matt Gilbert, es un gusto.
—Emm.. estaba por irme—digo casi temblando.
—Aún no, no te irás, sin antes jugar una ronda.
—No se jugar—digo tratando de apartarme.
—No importa, de eso se trata.
Avanzó con el chico y me integró con lo demás.
Me explica las reglas del juego y comenzamos a jugar.
En la primera ronda me tocó beber el primer vaso de alcohol, inhale y bebí sin pensar hasta la última gota de bebida.
Estaba algo fuerte y terminé haciendo caras raras, todos rieron a la par conmigo, pasaron algunas cuantas rondas, al parecer soy buena en esto.
Al paso del tiempo Laila no ha regresado y me comienzo a sentir algo mareada, así que procedo a sentarme en el sillón.
Trato de cerrar y abrir bien los ojos para ver si de verdad estaban viendo eso mis ojos <<No, tal vez no es el>> quería creer eso, pero en realidad si era el <<Christopher>>.
Estaba bajando por las escaleras con una chica muy linda, sentí como mi corazón se partió en mil pedazos, como si me hubieran apuñalado directamente una y otra vez.
Al ver esa escena no hice nada más que huir y buscar a Laila.
Al fondo de un pasillo encuentro a mi mejor amiga hablando con un chico, la tomo del brazo y le digo que por favor regresemos a casa, de un momento a otro salimos de la fiesta y vamos de regreso a casa.
En el camino ninguna dice nada, Laila sabe que cuando me sucede algo en el momento en qué pasa no me gusta hablarlo.
Por qué si abro la boca sé que las lágrimas no se podrán contener.
Llegamos a casa, Laila me ayuda a subir por la ventana cuidadosamente.
Entro sin hacer el más mínimo ruido posible, tiro mi bolso al suelo y me quito la ropa de un solo tirón.
Me coloco pijama, y no hago mas que recostarme con la mirada fija en el techo.
Los pensamientos comienzan a llegar <<¿Era su novia?>> <<¿Que estaban haciendo?>> esas preguntas pasan una y otra vez por mi cabeza mientras sollozo, al poco tiempo me quedo dormida.