Tiempo después.
El momento de viajar a Qatar había llegado y luego de algunos trámites Melanie al fin estaba por abordar el avión que la llevaría a Qatar.
Pero no podía evitar sentir una presión en el pecho al saber que Valentina y Olivia aún deberían esperar para viajar.
Algo que Melanie no era buena haciendo era contener sus emociones cuando se trataba de Olivia y de Valentina, la segunda le había dado la confianza para que ella esté involucrada en la vida de Oli y eso era algo que siempre valoraba Mal.
— ¿Me van a llamar? — pregunta Melanie a Valentina con preocupación y la chica de cabello negro asiente con una sonrisa. — ¿Y podés llamar a Enzo antes y después de los entrenamientos para que las vea? Es que necesita buenas energías y ya sabes que soy un poco loca con eso...
—... los vamos a llama a casa rato — promete Valentina pasando a Olivia a los brazos de Melanie para que la despida. —. Y van a hacer poquitos días sin vernos.
— Hasta el primer partido — se queja Melanie y besa las mejillas de Oli, generando carcajadas en la pequeña —. Es mucho tiempo sin esta criatura hermosa.
Enzo vuelve de hablar con sus papás y se pone al lado de Melanie que hacía reír a la pequeña Fernández.
— Y acá está tu papá, Oli, que va a traer la copa a Argentina — dice con una voz aniñada generando más risas de parte de la niña y una sonrisa en el rostro de su novio. Melanie le sonríe a Enzo y le pasa a la niña.
— ¿Tienen batería y llevan todo? — pregunta Valentina, sabiendo que la única cosa que Melanie olvidaba era la batería del celular.
— Enzo cargo los celulares y no nos olvidamos nada — sonríe orgullosa Melanie de saber que por primera vez no tendría problemas con eso.
Ambas chicas miran a Enzo que abrazaba a su hija sin ganas de soltarla y tratando de olvidar por un minuto que estaba por jugar en un mundial.
Melanie sabía que su novio sentía mucha presión por su primer mundial, el cómo todos los jugadores iban a ganar la copa del mundo y solo pensar perdiendo le destrozaba.
— Mucha suerte, amiga — Valentina abraza a la rubia y Melanie le acepta el abrazo. —. Cuídate mucho allá.
Melanie algo que siempre agradecía era que Valentina se había convertido en su amiga, la chica no solamente la acepto en su vida sino que también la apoyo en todo desde el primer momento.
— Gracias, Valen.
Enzo se despide de Valen con un abrazo y pone a Oli en los brazos de la chica.
La pareja mira a Oli y ambos antes de irse dejan un beso en la frente de la menor.
— Vamos — Melanie decide tomar el primer paso, ya que sabía que a Enzo le costaba siempre dejar a su hija.
La pareja se va caminando un tanto alejados del otro para que la prensa no se tome el tiempo para criticarlos, aunque agradecía bastante que no hayan permitido que la prensa esté en el aeropuerto.
— Yo voy con el equipo técnico — Melanie dice una vez que ya subieron al avión. — Voy a leer, espero que no sea denso el viaje.
— ¿Sabían que no se puede tomar en el estadio? — la presencia de Julián Álvarez se hace notar de inmediato por su pregunta y la pareja lo mira.
— Lo avisaron hace mucho — Melanie dice dejando su libro sobre su asiento y se acerca a el ex dúo de River Plate.
Julián mira a sus dos amigos y sonríe. Sin duda Julián era el más sentimental de los tres.
— Volvemos a trabajar juntos — son las palabras que salen de la boca del Álvarez sin poder contenerse.
— Espero que la nutri nos deje comer unas buenas hamburguesas por los viejos tiempos — Dice Enzo rozando su brazo con el de Melanie y tratando de bromear aunque sabía que Melanie no iba a dar nada que no la dejaran.
— Ni en pedo. Ya no estamos en River que a veces nos dejaban hacer cagadas — la rubia ve de reojo que Enzo le sonreía con diversión y ella le golpea jugando el abdomen. —. Aunque una que otras hamburguesas capaz se pueda — murmura muy bajo.
— Te amo boluda — Enzo besa su frente y ella lo abraza de costado con una sonrisa.
Julián los mira a ambos y la pareja supo de inmediato que tenían que abrazar al chico para que no se sienta excluido, y eso fue lo que hicieron, Melanie tomó el brazo de su mejor amigo y lo trajo un abrazo de esos que se daban antes de cada partido.
Julián podía ser más grande que Enzo, pero sin duda era como el hijo de la pareja, en las primeras citas de Melanie y Enzo tuvieron que llevar a Julián porque él había tenido problemas con su novia y se sentía excluido, así que él vio como ellos habían crecido como pareja.
— Uh reunión de gallinas — Bromea. La voz varonil de Leandro Paredes hace que los tres se den vuelta y se encuentren con el ex jugador de Boca Juniors.
— Que chistoso — Enzo dice sarcástico.
Melanie y él tenían una muy buena relación, el representante de Leandro la había contratado durante un año para que ella sea su nutricionista personal y terminaron teniendo una pequeña amistad.
— Melu — saluda Leandro a la chica con un beso en la mejilla y a ambos chicos con un saludo de puños. — ¿Ya empezaste con las teorías?
— Boludo, tengo una teoría sobre este mundial y está muy buena — Melanie dice acordándose lo que había estado deduciendo hace días y Leandro sonríe esperando que ella la empiece a contar.
— ¿Pará bien o para mal?
— Si llegamos a la semi vas a ser el primer en saberla — promete Melanie y Paredes asiente conforme.
— Y espero que así sea, Melu. Voy a sentarme, nos vemos más tarde — el ex jugador de Boca se va y Melanie vuelve su vista a su novio y mejor amigo.
La cara de Julián era una de querer desaparecer y Enzo tenía el ceño fruncido y ya no sonreía.
Enzo sabía poco sobre la amistad de Melanie con Leandro, nunca fue una persona celosa con la chica, pero no podía creer que ella le iba a contar sus teorías al bostero antes que a él. Si estaba celoso.
— Nosotros también ya nos vamos a sentar, Melu — Enzo dice y es el primero en irse del dúo de mejores amigos.
Melanie alza una ceja en dirección a Julián esperando una respuesta.
— Cuando me diga que pasa te aviso — anuncia Julián y se va tras su mejor amigo.
Un suspiro sale de los labios de la rubia y toma asiento. Al lado suyo había una chica castaña y bonita, con poco maquillaje y un pantalón de pijama.
— ¿Sos Melanie, no? — pregunta la chica y la rubia asiente. — Soy Daniela, hablamos por teléfono un par de veces.
Daniela Santiago, la que manejaba todo el tema de nutrición en la selección Argentina y Melanie iba a ser su ayudante, ambas habían hablado previamente pero nunca en persona, siempre por teléfono.
— Sí, es un gusto conocerte — Melanie sonríe. —. Dudo que sirva de mucho, pero fui nutricionista de algunos jugadores antes.
— Si, lo sé, por eso te elegí para que me ayudes — Daniela no parecía tener más de veinticinco años y la verdad era que ella pudo conseguir su trabajo con mucho esfuerzo y quería a alguien joven y con experiencia trabajando con ella y nadie mejor que Melanie. — Fueron diez los jugadores con los que trabajaste, pero después hablamos de eso.
Melanie asiente y la azafata pide que se pongan los cinturones de seguridad, da instrucciones y a los pocos minutos en vuelo comienza.
Las horas dentro del avión pasaban muy lentas y para ser sincera, Melanie amaba estar en los aviones, pero no si los vuelos eran largos.
La rubia se levanta para estirar las piernas y para ir al baño, como si fuera coincidencia Enzo se encontraba saliendo del baño justo en ese momento.
— ¿Cómo va el viaje? — pregunta Enzo algo cortante, pero a la vez curioso por la presión baja que solía tener su novia.
— Bien. ¿Por qué la carita de orto? — pregunta ahora la rubia sin vueltas y mirando al jugador expectante.
Enzo se queda en silencio por unos segundos, no quería admitir que estaba celoso, pero tampoco quería tener problemas por sus miedos y lo peor era que Melanie podía descifrarlo como nadie.
— Es la cara que tengo — es lo único que responde y se cruza de brazos dejando a la vista su brazo tatuado.
Melanie por su parte suspira, ella sabía que no había hecho nada y no merecía aguantar a Enzo con mala cara por algo que ella no había provocado.
— Bueno.
— ¿Solo vas a decir eso?
La rubia de River lo mira con el ceño fruncido, ahora ella se cruza de brazos a la defensiva y asiente con la cabeza.
— No somos pendejos Enzo, si te molesta algo decime y listo.
El jugador se queda en silencio unos segundos y Melanie espera que él hable.
— ¿No vas a decir nada?
— No tengo nada para decirte, vos sabrás lo que haces.
Capaz si no llevarán diez horas de viaje él habría dicho lo que lo había puesto celoso, pero estaba de mal humor por el viaje y por tener que aguantar a De Paul roncando atrás de su asiento.
— Sos pelotudo cuando querés — responde Melanie y Enzo vuelve a su asiento.
El jugador se sienta al lado de Julián otra vez y Álvarez mira a su amigo curioso.
— ¿Te cruzaste con Mel?
— Si — Enzo pasa sus manos por su rostro, totalmente cansado por el viaje. — Que viaje de mierda y el otro pelotudo no para de roncar. Aparté le hablé mal a Mel por boludo, me merezco una buena gorreada por gil.
— No lo digas muy alto porque escuche que hay algunos re buitres — Murmura Julián mirando a su alrededor y Enzo suspira cansado.