Agaia*sabiduría*

By gabriela111299

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**Agradecimientos a " @TotallyWritable " por crear la portada para esta historia** -*siempre me he preguntado... More

capitulo 1. El origen
Capítulo 2. Una decisión

continuación del capitulo 2.

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By gabriela111299

***Nota***

este no es un capitulo diferente este es la continuación del capitulo dos que no logre publicarlo completo y lo que publique ahora le falta otra partesita : ) , me disculpo por la ortografía espero y les guste.

*****

-¿Qué tal?.....

-Daniel... o Warren... o Clark... o Aarón... o Norman... o Norberto... .Comento él aun seca de mi oído.

-¿Norberto?, ¿Por qué Norberto?. Pregunté, para mí era un nombre muy poco usual.

- ¿Qué tiene de malo?. Me preguntó Robert mirándome a los ojos y con leve molestia.

-Nada. Le conteste simplemente.

-Solo que... no tiene cara de Norberto. Reynaldo relajo de mirada y no tuvo problema en comenzar a reírse de mi argumento, y yo pensando bien lo que había dicho comencé a reír con él.

Reíamos tan fuerte que Lumina no aguanto y bajo por las escaleras hasta donde nos encobrábamos, tenía cara de sueño y cansancio.

-¿Qué tanto hablan que no me dejan dormir ?. Dijo ella no notable pereza en su voz.

-Pensábamos en un nombre para el pequeño. Contesto amablemente mi Reinaldo dejando de reír.

-¡ ¿Saben qué?, Los voy a ayudar !, ¿Les había mencionado que puedo ver el futuro cercano?. Pregunto Lumina un tanto emocionada.

-No. Respondí sin darle importancia al asunto.

-Pues ahora ya lo saben. Respondió ella un tanto molesta, al parecer no le gusto que le restara importancia a lo que ella decía.

-Así, como ya mencione, puedo ver el futuro cercano y he visto ¿Cómo llamaron a su hijo?. Dijo Lumina con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro.

- Pues lo llamaron...Conner. Respondió.

- Y ¿Quién eligió el nombre?. Pregunte interesada, solo quería saber si se me había ocurrido a mí.

- Eso lo es lo importante, deberíamos ir a dormir ya. Contesto Lumina un tanto cortante.

- Tienes razón, Vamos a dormir ya mi amor. Dijo Reynaldo tomándome en sus brazos.

-sí, ya es tarde. Contesté acomodando mi cabeza en su pecho.

Lumina subía las escaleras delante de nosotros, al llegar al segundo piso se dirigió a su cuarto y nosotros al nuestro.

Al llegar Reynaldo se recostó en la cama conmigo aun en su regazo y de repente la ventana de cuarto se abrió, dejando entrar a la fría brisa y como si algo hubiese entrado por allí, un hombre con traje negro se apareció en medio de la habitación, su cabello era negro cual carbón y en sus manos portaba un bastón, no por viejo, porque se veía joven y vigoroso, su mirada se dirigió al lugar donde estaba el bebe durmiendo en su cuna, me entraron deseos de correr hasta mi pequeño pero antes de que lo hiciera, él allí parado se dirigió a mí.

- No te muevas. Dijo con voz ronca.

Y por más que trate de moverme para correr hacia el pequeño mis músculos no respondían, Reynaldo olió mi desesperación y me rodeo con sus brazos en un gesto de protección, él a diferencia de mí no se veía intimidado por la presencia del extraño, lo siguió al igual que yo, con la mirada.

El extraño camino hacia la cuna del pequeño y lo tomo en sus brazos, Reynaldo lo observaba con una mirada de odio puro, mientras aquel hombre de traje contemplaba al pequeño.

-No le haré daño, así que deja de mirarme de esa forma o te irá mal. Dijo el hombre de voz ronca con total serenidad, sentí los brazos de Reynaldo tensarse al instante.

-Sera el más fuerte de todos, tiene una misión que cumplir, cuídenlo bien su vida dependerá de ello, si algo le sucede ustedes lo pagaran caro. Dijo el hombre aun con mi pequeño en sus brazos.

- Mi bello y pequeño Connor, un sucesor digno de mí. Dijo el hombre colocando con suavidad en su cuna a mi bebe y así como apareció, desapareció al cerrarse la ventana.

Por fin pude moverme y corrí hasta llegar a la cuna, cuando llegué hasta el pequeño, pude ver que aun dormía e ignoraba por completo mi angustia, al voltear a ver a Reynaldo, veo que mira a un punto fijo de la pared que se encuentra en frente de la cama, antes de que yo me dirija a él, él se dirige a mí.

-¿Está bien?. Me pregunta, aun mirando la nada, su voz tenía un tono de preocupación.

-Sí, Connor está bien. Le digo mientras que me dirijo a la cama, de la cual él no se había movido ni un centímetro. Me senté en su regazo y lo abrace, no pude contener las lágrimas, al sentir que de él me abrasaba con desesperación y fijando la vista en pequeño Connor.

-Todo saldrá bien, yo estoy aquí para protegerte, nuestro pequeño Connor estará bien, lo mejor será llamar a mi hermano. Reynaldo me dice apretándome aún más contra su pecho.

-Sí, eso será lo mejor. Eso fue lo último que dije antes de quedarme dormida en sus brazos.

Mientras caminaba por los pasillos de castillo, detrás de mí venia Kira, yo estaba buscando los ingredientes y las cosas que serían necesarias para el conjuro, cuando de pronto dejo de escuchar las pisadas de Kira a mis espaldas, me volteo rápidamente y lo único que veo son los pies de Kira, como si estuviese siendo arrastrada por el otro pasillo. Corro para ver ¿qué sucede? Y me no sorprendió ver a Kira contra una pared, mientras alguien tapaba su boca con sus dos mano y con el peso de su cuerpo mantenía su espalda pegada a está. Al ver esto me escondo sin hacer ruido detrás de un estante lo suficientemente grande como para cubrirme y observar la escena.

Él chico que segundos antes tapaba su boca, lentamente quito las manos de ella y dio unos pocos pasos para atrás, dándole espacio a Kira, que no dudo en salir corriendo pero fue en vano, no pudo moverse ni dos pasos cuando el chico ya la tenía en sus brazos, era alto, de cabello negro, ojos azules y piel blanca, musculoso al igual que la mayoría de los guardias en el castillo.

-¿Quién rayos eres?, ¡Suéltame!. Dijo Kira retorciéndose en los brazos del chico.

-Soy nuevo aquí y no importa ¿Quién soy?, más bien, ¿tu estas bien?, sé que eres la protegida de la Hechicera Artemisa y también que estabas en la habitación de la Reyna cuando el minotauro atacó, así que dime, ¿tu estas bien?. El chico repitió su pregunta mirándola a los ojos y con leve tono de preocupación en la voz.

-¡Eso a ti no te importa, así que déjame ir!. Le dijo Kira de forma cortante.

-¡suéltame! Cavernícola con esteroides. Kira le dijo mientras volvía a retorcerse en los brazos del chico.

-No, hasta que me digas que estas bien. El chico le dijo con una sonrisa en sus labios.

-Eso a ti no te importa, suéltame ya o te juro que gritaré tan alto que todos en el castillo vendrán a ver qué sucede.

-Sí, sí me importa y no te soltaré hasta que me digas que estas bien, no me importa quien venga, pero no te soltare hasta que me lo digas. Él le dice a Kira de manera dulce mientras apoya su frente en la de ella, la mira a los ojos y la abraza apretándola aún más contra su pecho.

- Imbécil, Idiota, cavernícola con este. Kira no termino de hablar, cuando el chico ya la besaba apasionadamente, ella al principio se tensó, eso de seguro la había tomado por sorpresa, pero luego comenzó a seguir el ritmo del chico dejándose llevar por el momento.

Ya sabía que era lo que estaba pasando, pero bueno necesitaba que Kira me ayudara con las cosas para el hechizo, asi que no la podía dejar aquí, aunque estuviera tan bien acompañada, así que, salí de mi escondite.

- Y esto ¿qué se supone que es?. Dije dirigiéndome a ambos, el chico se tensó un poco, rompiendo con el beso dirijo su vista a mí, sin soltar a Kira, me dedico una sonrisa y de buen humor se dirigió a mí.

-Buenas Noches, lamento no haber avisado que secuestraria a su asistente por un rato, pero pensé que no la necesitaría más que yo. Dijo el chico descaradamente.

- y ¿para qué la necesitarías tu más que yo?. Pegunte un tanto burlona de la situación.

-Para nada que sea de su incumbencia mi señora, a menos de que quiera hacer un trio. El chico sin pudor se dirige a mí, veo como Kira se sonroja como un tomate en los brazos del chico.

- ¿Sabe qué? joven, si esta tan interesado en hacer un trio venga con nosotras y ayúdeme con las cosas que necesito para realizar un hechizo.

-Con mucho gusto mi señora, yo estoy para servirle. Dijo caballerosamente.

-Síganme, ya se ha perdido mucho tiempo. Hice un gesto con mi mano para que me siguieran.

El chico me siguió pero aun no soltaba a Kira, ella disimuladamente trataba de zafarse de su agarre pero el chico que besaba su cuello prácticamente caminaba con ella cargada, ella ni siquiera tocaba el piso con los pies, él la levantaba unos centímetros del suelo, a pesar de que Kira trato de zafarse todo el trayecto hasta llegar a mi laboratorio no lo logro.

Solo para molestar a chico hice que cargara un montón de cosas innecesarias, la verdad solo necesitaba un libro y una barita de roble con centro de pluma de dragón, es una de las más antiguas, pero claro no se lo haría saber a aquel chico, en lugar de eso lo hice cargar unos ramos de plantas venenosas, le daría rasquiña y le saldrían triángulos azules por todo el cuerpo, los efectos durarían por lo menos unas ocho horas y un montón de cosas más que tendría que regresar aquí luego.

Tome el libro y la barita, salí de allí tomando de la mano a Kira antes que lo hiciera Jack, aunque el chico no hubiera dicho su nombre aun, yo sabía que su nombre era Jack, casi ni se veía su cara con todo lo que cargaba, pero aun así trató de tomar la mano de Kira, me di cuenta de su intención antes de que tratara de tomarla, al ver que yo tome la mano de Kira, un leve gruñido se escapó de sus labios.

- Lleva las cosas a la entrada del castillo, allí te estaremos esperando y no te tardes. Le dije un segundo de hacer aparecer a Kira y a mí en la entrada del castillo, dejando a Jack atrás.

-¡Genial! Me dejaron solo y cargando todo esta porquería, sé que Artemisa es tan buena hechicera que si fuera por ella ni siquiera tendría todas estas cosas, es obvio que esto es para sus aprendices, ¡Me jode!. Esto es tan frustrante de digo a mi mismo, mientras me dirijo a la entrada del castillo.

Por fin encontré mi compañera, nunca me esperé encontrarla así, y mucho menos que mi instinto me controlara de esa forma, su aroma era perfecto, olía a rosas, a aquellas rosas que cortaba y le llevaba a mi madre cuando era tan solo un niño, en sus ojos pude ver nuestro destino, uno juntos y felices, ella será mía y yo seré de él, seremos uno de cuerpo y mente. Se nota que la incomodo un poco, pero sé que no se podrá resistir a mis encantos. Como hombre lobo no puedo resistirme tanto a mis instintos y mis instintos me dices que no me aparte de ella.

Luego de unos minutos llegue a la entrada del castillo, en el jardín delantero estaban Kira y Artemisa hablando, mi agudo oído logro escuchar un poco de su conversación, no fue mi intención el saber de qué hablaban pero, no pude evitarlo.

- Ten mucho cuidado. Le dijo Artemisa a Kira, quise saber de qué hablaban, de qué debía cuidarse el amor de mi vida pero ahí fue cuando entendí que a la antigua hechicera Artemisa no se le escapa nada.

- Que chico tan mal educado, escuchar las conversaciones ajenas es ser chismoso. Escuche que Artemisa decía pero no se dirigía a Kira, me lo decía a mí, asique que ya no vale la pena esconderme en los arbustos y menos con todo lo que tenía encima.

-Vamos debemos ir hasta el portal. A lo que Artemisa dijo estas palabras se me fueron las luces, no vi nada y un segundo después estábamos en el portal principal, tenía tantas nauseas que no aguante, deje caer todo lo que tenía encima y corrí tras unos árboles y no aguante más, mi estómago estaba revuelto, en un segundo todo lo que había comido en el día estaba afuera de mí, al levantar mi cabeza oigo risas, Kira se burlaba de mí.

-Jajajajajajajaja. Kira no paraba de reír.

-Tan fuerte que se ve y no aguanta ni una sola aparición, jajajajajajajajajaja. Kira no paraba de reír, estaba despaldas a mi así que aproveché, la tome por la cintura, la eleve sobre mi cabeza y la senté en mis hombros.

-¡Bájame! Es una orden. Me dijo con voz firme, pero ella olía a miedo, ¿le darán miedo las alturas? , soy alto pero no es para tanto.

- ¿Te dan miedo las alturas?. Le pregunte aunque ya sabía la respuesta.

-Eso a ti no te importa, ahora bájame. Su voz seguía siendo firme, pero su aroma no había cambiado, era miedo lo que ella sentía.

-¿A qué le temes?. Pregunté poniendo mi mano izquierda en su muslo y con la derecha tome una de sus manos, sentí como se tensó a mi tacto.

-No te dejare caer, ya relájate un poco, aprovecha que no vas a tener que caminar. Le dije animándola un poco, cuando de repente sentí un leve empujón.

- Camina muchacho, el hechizo debe estar listo antes de que amanezca y toma. Me dijo Artemisa tendiéndome una barra de chocolate.

-Para que no tengas el estómago vacío y no te preocupes es normal que al hacer tu primera aparición den náuseas, aún más si no eres hechicero.

Al estar frente al portal se sentía la energía que emanaba de este, yo nunca me había acercado, ni siquiera había estado en esta parte del reino. El portal era inmenso, era un arco de oro, con muchos detalles, al lado de este había un gran y antiguo árbol, pastizales verdes, con algunas pequeñas florecitas silvestres, rodeaban todo el lugar, al igual que se veían muchas luciérnagas divagar por los pastizales, una pequeña luz muy brillante estaba en todo el centro del arco en la parte superior.

-¿Qué es esa luz de allí arriba?. Pregunte.

- Es un guardián, le da la bienvenida a los que quiere y se encarga de ocultar el portal a los ojos de los humanos. Me contestó Artemisa mientras se acercaba al lado derecho del portal donde se encontraba el árbol, coloco su mano derecha en el tronco del árbol, dijo unas palabras en otro idioma que no logre entender y el lugar donde estaba su mano se ilumino de un color verde muy intenso, dos figuras femeninas se desprendieron del árbol, vestidas igual, con un vestido corto de color verde, una corona de flores adornaba el cabello largo de cada una, ambas descalzas, las dos de ojos verdes y claros, de la misma estatura, lo único que las diferenciaba eran las facciones de la cara y su tono de piel, una de ellas de piel morera y la otra era de piel blanca, ambas se acercaron a Artemisa y al estar delante de ella hicieron una reverencia.

- Gran Árbol te da la bienvenida. Dijeron ambas.

- ¿A qué se debe tu visita? Querida amiga. Preguntaron al mismo tiempo.

-Debo realizar un antiguo hechizo de protección y necesito que ustedes sean mi puente, solo Gran Árbol puede hacer que el hechizo que se haga en este portal afecte a todos los demás, y así en hechizo no se deba efectuar en cada uno de los portales. Explico Artemisa a las dos jóvenes.

-Sabes que estaremos honradas de ayudarte, Gran Árbol te quiere como a una hija. Hablo la mujer morena.

-Debemos estar frente al portal, pero alguien debe quedarse cuidando, mientras se realiza el hechizo estaremos vulnerables. Le informo la mujer de piel blanca.

-En eso no hay problema ellos nos cuidaran. Dijo Artemisa señalándonos, yo aún tenía a Kira sobre mis hombros, estaba calmada y cómoda.

-Estoy para serviles. Dije bajando con cuidado a Kira de mis hombros.

-Pueden confía en que no dejaremos que nada malo suceda. Dije tomando de la mano a Kira, quien miraba distraída y con mucha curiosidad a aquellas mujeres que habían salido del árbol, tan centrada en ellas estaba que ni siquiera se dio cuenta de que yo había tomado su mano.

-Comencemos. Dijo Artemisa dirigiéndose a las mujeres.

Se colocaron frente al portal, Artemisa tomo su varita en la mano derecha y abrió el libro que había traído, las mujeres colocaron sus manos en los hombros de Artemisa y esta comenzó con el hechizo.

Iré a revisar el perímetro, le dije a Kira soltando su mano, camine unos metros y me convertí en un lobo, así sería mucho más rápido y sencillo, recorrí todo el lugar, nada ni nadie, se veía ni se olía en muchos kilómetros a la redonda, así que decidí volver con Kira, cuando llegue al portal, Kira estaba sentada en el pasto, Artemisa aún estaba de pie junto a las mujeres, me acerque a Kira en mi forma lobuna, me recosté a su lado.

-No te tardaste nada. Dijo dirigiendo su mirada a mí, dejo escapar un bostezo y se estiro, me levante y me junte más a ella, haciendo que callera sobre mí. Ella no trato de levantarse, en vez, se acomodó sobre mi pelaje y así estuvimos durante unos minutos, hasta que sentí que se había quedado dormida, Artemisa seguía con lo del hechizo y el sol estaba empezando a salir, no había dormido en toda la noche, estuve alerta todo el tiempo, hasta que por fin, Artemisa había terminado el hechizo, Kira se estaba levantando perezosamente, cuando de pronto vi como Artemisa se desplomaba ante mis ojos.

Kira se levantó corriendo hasta donde se encontraba Artemisa, las dos mujeres se alejaron y volvieron a unirse al árbol, me convertí en humano y corrí hasta Artemisa y la tome en brazos.

- Hay que llevarla al castillo. Dijo Kira con cara de preocupación.

-Vámonos, sube a mi espalda. Le dije a Kira y ella no dudo en subirse, cargar con las dos no era problema para mí, así que me dirigí al castillo y mientras trataba de pedir ayuda por enlace mental, nos encontrábamos muy lejos como para llevarlas a pie, me tomaría mucho tiempo.
***
Espero les guste :)
Att: Gabriela Dávila Albor.

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