caminaba por las largas calles de manchester mientras maldecía por el comienzo de la temporada del la premier league.
amaba mi trabajo más que nadie, me había esforzado demasiado por llegar donde estaba pero otros factores influenciaban a mi descontento.
extrañaba demasiado a mi familia y amigos de argentina, si bien entable nuevas relaciones en este país ellos me hacían falta.
la temporada comenzaba con una fiesta, por lo menos así lo hacía el manchester united, club donde trabajaba hacia ya un año.
volvía de comprar un vestido de urgencia, siempre aquellas fiestas eran muy elegantes, asistían desde los jugadores con su familia hasta el personal de limpieza, intentaban incluir a todos.
amaba los eventos sociales, la atención e interactuar con otros pero en estos momentos me encontraba apagada, no tenía la fuerza para hacer absolutamente nada.
tenia muy pocas horas de sueño debido a que me la pasaba planificando las entrevistas a los nuevos fichajes, ni en mis vacaciones podía descansar.
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una vez ya en mi casa me dirigí a la ducha, no sin antes poner música de fondo. mi cuerpo se relajó al instante, estaba demasiado tranquila hasta que un mi celular irrumpió una de las canciones.
sali rápidamente para luego envolverme en una toalla y atender el celular, era mi amiga y compañera de trabajo.
- ¿qué pasa, liz? - pregunté y puse la llamada en altavoz, tenía que ganar tiempo o iba a llegar realmente tarde.
- ¿vas a ir hoy a la noche?
- sabes que sí, hoy hablamos de eso - le dije mientras me encremaba el cuerpo, tan solo quería dormir.
- ¿podrías pasar a buscarme? el auto se me averió - cuestionó cambiando la voz hacia una más dulce, siempre lo hacía cuando quería pedir un favor
- sabes que sí, liz. no hace falta que hagas tanto drama, la próxima me mandas un mensaje y listo - reproché, éramos amigas hace bastante como para que le de vergüenza pedirme favores
nos conocimos mi primer día de trabajo en el club, ella ya estaba meses antes. fue muy dulce y flexible conmigo, más que nada los primeros días donde mi inglés era muy escaso.
- gracias, mi. te amo
- yo a vos liz, alrededor de las ocho paso por tu casa
nos despedimos y mire la hora, todavía me quedaban dos horas para la fiesta.
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una vez llegamos al lugar, que estaba repleto de gente por cierto, acercamos hacia la barra a pedir algo. de alguna forma debía pasar la noche.
me sobresalté al sentir una mano fría en mi espalda baja.
- hola, hermosas - saludó donny colocándose entre medio de ambas
el rubio era con uno de los pocos que hablaba, desde el día uno me cayó demasiado bien y nos hicimos amigos.
con el resto del equipo, tanto masculino como femenino, había buena relación pero no eramos cercanos como con el holandés.
- hola, rubio ¿listo para el comienzo de temporada? - dije dándome vuelta y mirar hacia el resto del salón
- más que listo, la real pregunta acá es ¿vos lo estas? - me preguntó levantando ambas cejas, sabía sobre todos mis problemas
- ahí ando, ya todo va a mejorar
antes de que pudiera responderme algo mi amiga lo interrumpió.
- te lo robo un ratito, mi - comentó y sin siquiera esperar una respuesta se lo llevó hacia uno de los pasillos
ambos se llevaban histeriqueando hacia meses, por mi estaba bien mientras no me involucraran en los problemas, no quería estar en el medio de mis únicos dos amigos en inglaterra.
estaba por irme hacia una de las mesas, que pude distinguir que llevaba mi apellido, cuando escuché unas fuertes risas.
mi cabeza inconscientemente se giró y pude divisar a varios de los jugadores, entre ellos alejandro, victor y raphaël, charlando con un hombre desconocido.
bueno tan desconocido no, lo había tenido que investigar para mis entrevistas.
se trataba de lisandro martinez, el nuevo central del equipo. para mi suerte, también argentino.
se ve que me quede un buen rato mirándolo porque él también lo estaba haciendo con una sonrisa en su rostro, se le marcaban los hoyuelos y le quedaban hermosos.
mi corazón comenzó a latir más fuerte cuando se fue acercando hacia mi, me estaba muriendo de la vergüenza, ya mis cachetes estaban colorados.
- hola, mi nombre es lisandro ¿vos sos? - me dijo luego de darme una mirada de arriba hacia abajo, me acababa de inspeccionar sin ningún tipo de escrúpulo
tarde en responder unos segundos hasta que vi que inclinó un poco la cabeza esbozando una sonrisa, era agradable verlo sonreír.
- también soy argentina, me llamo miranda - dije sin pensarlo, acaba de quedar como una fan, algo que a él le gustó
- ¿y eso vos como lo sabes?
- soy periodista del club, te tuve que investigar para unas próximas entrevistas
- así que sabes todo sobre mi pero yo no se nada sobre vos
mi respiración se pausó, no estaba acostumbrada a que los hombres sean tan directos en sus chamuyos, ni siquiera tenía claro si estaba interesada.
iba a responder cuando debido a que alguien lo empujó de atrás terminó derramando la bebida que tenía en su mano sobre mi vestido y un poco en su camisa.
- dios, perdóname, miranda. te juro que no fue intencional - me dijo aún más cerca para luego dejar el vaso sobre la barra de nuestro costado
la cercanía se me era extraña, no me disgustaba sino que me gustaba tenerlo cerca.
- tranquilo, lisandro. no pasa nada, de todas formas no tenía muchas ganas de estar acá
no era mentira, en cierta forma me había hecho un favor.
sin dejar que respondiera partí hacia mi cómoda casa, no sin antes avisarle a elizabeth que me había ido.
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cuando las personas estén hablando así es porque están hablando en inglés ;)