Habían transcurrido ya dos semanas desde la llegada de cierto peliverde, el cual había logrado adaptarse rápidamente además de ganar una buena aceptación por parte de ciertos clientes por lo dócil y atento que era. Esto fue notado no solo por Karina sino también por Tsukishima quién más tiempo pasaba con él, en cuanto su relación continuaba siendo la misma y todo esto era porque el rubio parecía poner una barrera entre ellos, como si realmente quisiera evadir todo tipo de contacto con él y aunque pareciera que esto podría desmotivar al pecoso la realidad era que se esforzaba en tan siquiera tener un acercamiento con él, sería un logro si ambos llegaban a tratarse más como compañeros que como desconocidos porque como amigos era un escalón mucho mayor. Yamaguchi no comprendía la razón de ser tan insistente pero nunca antes lo había sido con alguien mas, ni siquiera cuando deseaba encajar.
–Mmm...hoy hace más frío de lo normal ¿No crees?–
–Es normal...estamos en diciembre–
–Cierto, yo prefiero el calor...¿Qué te gusta más? El frío o el calor–
–¿a que viene esa pregunta?– le miró de reojo, debía admitir que admiraba la insistencia del pecoso cualquier otro ya hubiera desistido por la falta de atención, él parecía ser diferente.
–Vamos, solo responde–
–El frío...odio sudar–
–Bueno eso también es cierto...aunque con el frío siento que no puedo hacer mucho y me da mucho sueño–
Hasta ahí parecía haber llegado la conversación, un nuevo récord ya que anteriormente no había logrado mantener la atención del rubio por tanto tiempo. De cualquier forma no había sido suficiente, seguía con la típica actitud de ignorarle.
–No tienes amigos ¿Cierto?– preguntó aún cuando la respuesta fuera más que obvia, pero tampoco era el más indicado para decir eso. Inmediatamente el rubio le lanzó una mirada áspera nada disimulada.–Mira he intentado de todo por acercarme a ti y llevar las cosas en paz pero sencillamente eres tan...–
–¿Complicado? Si vas a decir eso entonces me halagas– había utilizado esa típica arrogancia al hablar, era increíble como sus expresiones podían variar de la frialdad a la molestia en un instante.–en ningún momento te pedí ser mi amigo–
Por primera vez el enfado se plasmaba en Yamaguchi, este no vio necesario decir algo más, tratar con el rubio era un caso perdido. Dio vuelta y decidió solo enfocarse en lo que si era importante, de esa manera pasaron dos días más llegando al esperando sábado día donde se realizaba el inventario, dentro de la biblioteca se encontraban Karina y Yamaguchi quienes esperaban a la llegada de Tsukishima.
–Es extraño que llegue tarde....me hubiera avisado que no vendría.– algo pensativa miraba la pantalla de su celular en espera de un mensaje o llamada. –No quiero dejarte solo haciendo el inventario, si resulta algo cansado...–
–No te preocupes, seguro yo puedo hacerlo "Incluso es mejor si él no llega"– murmuró sentido, el sabor amargo de aquel día aún seguía en él –además solo es eso, ya que la biblioteca estará cerrada no tendré que hacer más–
–Tienes razón...pero, tal vez puedo pedirle a Haru que venga ayudarte, no creo que tenga problema o.... olvídalo ahí viene Tsukishima– suspiró con alivió sin embargo Yamaguchi suspiró en forma de inconformidad.
–¿Él que hace aquí?–
–Tampoco es como que me agrade estar aquí contigo, sabes...–
Sin mirarle habló con el mismo tono, no pensaba dejar que el rubio hiciera un caos en él, debía decir que una de las cosas que había aprendido del él era responder ante sus ataques, aunque aún trabajaba en mantener la mirada al momento de hacerlo. Karina por otra parte se mantuvo en medio de ambos sintiendo una tensión pesada.
–B-bien bien...tranquilos, lo siento Tsukishima pero hoy no podré quedarme tengo un asunto familiar...mi mamá de nuevo...en fin le pedí el favor a Yamaguchi–
No hubo ningún reclamo más por parte de Tsukishima estaba al tanto de la situación de Karina y sabía que cuando se ausentaba era por cierto motivo.
–Sí necesitas algo solo habla–
–Gracias– sonrió ante la disimulada amabilidad de su amigo, porque quisiera o no eso era para ella. Él siguió su camino hacia uno de los pasillos, Yamaguchi por su parte solo se disponía a esperar con curiosidad. –Veo que no ha sido nada fácil tratar con él, discúlpalo–
–No sé cómo logras tratar con su actitud...lo intente varias veces pero–
–Pero nada es fácil en esta vida mi querido amigo– la morena rodeó con su brazo el cuello de este, tomándolo desprevenido –Se que es muy difícil incluso desesperante, también me costó mucho pero solo debes dar en el banco–
–Él no parece querer hacerlo, entonces no encuentro sentido alguno el seguir esforzandome–
–Tranquilo, mira tal vez este algo celoso de que estés conmigo–
–¿Contigo? Pero si tú y yo...¿Tú le gustas?– mencionó con un ligero tartamudeo.
–Jajaja no, solo bromeó, ni yo sé que le gusta, casi no se mucho de él, solo que jugó por un tiempo Voleibol y que le gustan los dinosaurios....no sé más, ni siquiera se que estudia o que quiere en la vida, es como un limoncito agrio– murmuró con diversión –pero así como yo obtuve esos pequeños detalles se que tú también podrás conseguir algunos, pero tampoco digo que se la dejes fácil. Se ve que eres alguien inteligente, se que podrás hacerlo. En fin me debo ir, por favor no se maten, mejor besos y abrazos–
–¿B-besos?– se soltó del agarre un poco exaltado por el comentario, causando unas claras risas por parte de Karina.
–Es un decir, no digo que lo apliquen...aunque aquí nada se juzga, en fin, chau!–
–Es extraña...–
Le vio irse, dejándolos totalmente solos en esa gran biblioteca faustosa, lo único que se podía percibir era el eco de los pasos que ambos daban. Se mentalizo, respiró hondo, exhaló y por último dio la media vuelta para dirigirse hacía el pasillo donde se encontraba Tsukishima mismo que estaba usando sus audífonos. ¿Cómo pensaba decir algo si estaba siendo bloqueado por esos aparatos? Lo medito por un momento mientras tomaba un par de libros mismos que tendría que enlistar. Por estar demasiado sumergido en sus pensamientos unos cuantos libros resbalaron de sus abrazos causando un elevado estruendo.
Ya estaba a la espera de alguna queja sin embargo Tsukishima solo se agachó para recogerlos, el peliverde rápidamente hizo lo mismo. Tres de ellos fueron regresados de nuevo sobre sus brazos.
–Ten cuidado, pueden maltratarse–
–S-si lo siento....– había notado que sus audífonos ya no estaban, por lo que aquella barrera ya no existía.
–Son pesados– no hubo respuesta –Creo que tendré que ir por el carrito– nuevamente no hubo nada, estaba próximo a rendirse –ah~ tengo hambre....quisiera unas fresas– susurró lo suficientemente alto como para ser oído por el rubio quien de inmediato respondió.
–No vendrían mal comer algunas– tomó un libro más y comenzó a caminar hacia la recepción, por otro lado Yamaguchi despertó ante el comentario, tomando esto como una posible oportunidad.
–¿Te gustan con crema?– iba tras él, con cada paso que daba podía ver mejor lo alto que era, es decir ya sabía que era alto pero ahora podía reflexionar un poco más sobre ello ¿Cuánto mediría? Sería un punto ganado si obtenía esa información.
–Sí, aunque las prefiero solas–
Colocó aquella pila de libros sobre la mesa, empezando por buscar los nombres de ciertos libros en la computadora y anotando los que había traído.
–No están mal, aunque también me gustan con azúcar o ¡chocolate! Ah...debo dejar de pensar en ello– al igual que Tsukishima dejó a un lado aquellos libros para dar inicio.
–Mi hermano siempre las come con chocolate, no comprendo como no se empalaga–
–¿Tienes un hermano? Por un momento pensé que eras hijo único–
–Si lo tengo, es el mayor–
–Debe ser genial tener un hermano, creo que no te sentirías solo la mayor parte del tiempo–
–Ah~ no es tan genial como puede parecer...mmm eso me da a entender que eres hijo único–
–Sí, pero bueno me divierto a mí manera, tampoco es tan malo estar solo...creo, oye este libro no tiene cubierta y tampoco nombre solo... ilustraciones sobre flores~ oh una Strongylodon macrobotrys–
–¿Una que?–
–Strongylodon macrobotrys...bueno también se le conoce como parra esmeralda o jade, es por su color ¡mira!– acercó aquel libro, lo suficiente para que pudiera verlo
–Tiene sentido–
–¡Es genial! es nativa de los bosques tropicales de Filipinas, atrae a los murciélagos, que tienen que colgarse patas arriba para chupar el néctar– la emoción que vivía en ese momento se veía reflejado en sus mejillas, mismas que comenzaban a formar un color rosita –Desafortunadamente está en peligro de extinción, por la deforestación...es una lástima que se pierdan tantas maravillas–
–No sabía que te gustan las flores, pareces saber mucho sobre ello–
–¿Ah? No no...se lo básico aunque es la primera vez que comentó sobre esto con alguien, generalmente lo ignoran en el momento que hablo– una risa marchita fue lo último que mostró.
–Debo decir que por un momento pensé que eras ignorante, ya sabes...no saber sobre nada–
–Bueno eso es porque no me dabas oportunidad de hablar, digo no soy un genio pero podría entretenerte con algunos temas.– mencionó esta vez con un aire elevado de confianza.
–¿En serio? Bien...dame eso– retiró de sus manos aquel libro sin nombre, comenzando a hojearlo hasta llegar a una segunda ilustración. –¿Cómo se llama está flor? Y dame un dato sobre ella.
–Creo que es una Datura inoxia un dato... tiene una larga historia con las tribus aborígenes, que la han usado en rituales y curaciones.
–Para ser básico sabes demasiado, al menos yo que no se de esto es una información bastante completa–
–¿A ti que te gusta? Debe haber algo en lo que seas bueno así como yo con las plantas...tienes cara de saber sobre ¡Dinosaurios!– bien eso lo había tomado de la información que le dio Karina.
El rubio le miró algo pensativo, no sabía si había atinado realmente o cierta chica comentó algo al respecto –Bueno puedo decir al igual tú que también se cosas básicas–
–Eso vamos a verlo....a ver por aquí debe haber algún libro– rápidamente comenzó a buscar entre los libros que ambos habían traído con la esperanza de encontrar uno relacionado, y si, había dado con uno.
–Espera...espera...aquí! Te la pondré más difícil.. "es una de las aves más antiguas que se conocen, no medía más de medio metro."–
El rubio no había entendido que era lo que estaba haciendo, aunque poco después comenzó a pensar en su respuesta. Debía adivinar de quién hablaba.
–Es un Archaeopterix...creo–
–Creo que no soy el único que sabe cosas....estoy seguro que si le preguntas a alguien no podría responder o tan si quiera pronunciar bien el nombre, eso nos hace nerds–
–Yo no soy ningún nerd–
El peliverde buscó una página diferente para comenzar a leer de nuevo –"carnívoro de 1,8 metros de longitud, poseía grandes garras"–
–Velociraptor....bien que sepa eso u otros temas no me hace nerd–
–Lo sé, sólo estoy jugando–
Trató de mantener la seriedad sin embargo no pudo contener su risa ante la situación y la mirada del más alto, sí, se estaba burlando de ambos. Tsukishima tan solo le miró, no podía discutir ante ello pero debía aceptar que aquella conversación que había dado inicio había sido agradable...igual de agradable que la risa del pecoso.
–Debemos continuar o nunca vamos acabar...– volteó al instante, si bien aun podía oírle pero seguir viéndole era algo peligroso por alguna razón.
–Solo una vez más ¿Sí? Ahora pregúntame tú–
–Yamaguchi...–
El escuchar por primera vez su apellido en esas dos semanas había sido un nuevo logro...pero no solos eso, se había escuchado demasiado bien, por alguna razón su voz tenía un elevado efecto y aun más si su apellido venia incluido. Posiblemente algo insignificante pero poderoso e inexplicable para el pecoso.
–B-bien...podemos dejarlo para otra ocasión– sonrojado intento disimular su torpe acción al tomar uno de los libros, el repentino cambio había extrañado al rubio, pero había causado efecto también en él.
–Tal vez...al final podamos hacerlo una vez más–
Yamaguchi se sintió asombrado pero definitivamente tomaría la propuesta. Durante aquel día ambos pusieron manos a la obra y por muy loco que pareciera continuaron hablando de más cosas mientras realizaban el inventario.