Blake
—¡Blake! —escuché al bajar las escaleras.
Llevaba puesta la camisa de Aarón, debajo no llevaba más que un short. En la entrada se encontraba Megan llorando de emoción y a su lado estaba George con cara de sorpresa, sentí una emoción increíble al poder ver a mi mejor amiga de nuevo.
Pero aún no era momento.
—Oh por dios, era verdad—Megan lloró y corrió a abrazarme.
La abracé como si fuese a perderla si la soltaba, extrañe tanto sus abrazos. Tenía tantas ganas de volver a verla pero entre más personas sepan mi secreto está en riesgo. Oh Meg, ojalá esto no sea malo.
—¿Por qué no me habías buscado? —murmuró, separándose del abrazo—¿Sabes cuánto te lloré?
—Meg, no tuve opción—susurré, traté de que se calmara—El plan era sorprenderte en tu boda, sé que se acerca el día.
Sonrió con tristeza mezclada con alegría.
—Oh Blake, ¿me querías provocar un paro cardíaco el día de mi boda? —bromeó.
—Estuve al pendiente de ustedes por medio de Amanda, de todos en realidad—le expliqué—la verdad es que no es bueno que todos estén enterados.
—Lo entiendo, no diremos nada, ¿verdad, George? —jaló a su prometido de la mano quien seguía en shock.
—¿Blake? Dios, ¿cómo? —fue lo único que pudo decir.
—En otro momento les contaré pero ahora no es bueno que se queden aquí mucho tiempo, es probable que alguien ya sepa que están aquí así que deben fingir que todo sigue igual—les pedí, en verdad no estamos como para que todo se vaya abajo a estas alturas—No hablen de mí ni siquiera en sus casas, ¿entienden?
—Charlotte nos lo contó el día que fuimos a su casa—dijo, asustada.
Mierda Char.
—No se preocupen, solo háganlo.
Nos abrazamos como nunca y después de eso se fueron de ahí, debo apresurar todo para que se haga lo antes posible. No hay más tiempo que perder. Estábamos todos reunidos en la oficina de Aarón mientras Charlotte y Scott esperan fuera, conmigo ya un poco más presentable, y todos me regalaron una expresión de estás loca tras decirles lo que estaba pensando.
—Blake, pero es muy pronto—dijo Ash, es la primera vez que lo veo verdaderamente preocupado.
—Por extraño que parezca, estoy de acuerdo con Asher—agregó Louis y todos asintieron.
Suspiré pesadamente. Estoy completamente consciente de que puede ser muy apresurado pero no considero prudente alargarlo más, no lo haría si no estuviera segura de que todo está listo y es que la verdad lo está enteramente.
—Blake, no estás pensando con claridad ahora—me susurró Aarón.
—Sé que les parece muy extraño todo y también sé que siguen creyendo que el plan suena muy sencillo pero créanme cuando les digo que fueron casi dos meses de planeación—expliqué detenidamente—Eso sin contar el medio año que pasé planeando casi todo.
—Pero eso fue contra tu padre no contra la mafia entera—aclaró Amanda.
—Y ahora es contra ambos, sé que no podemos acabar con ella enteramente y por completo pero podemos ponerle un alto por años por lo menos—no sé si estoy de acuerdo con eso pero no hay nada más que yo pueda hacer.
—¿Te estás escuchando? —soltó Louis de pronto—Blake esto no es un maldito juego, si hacemos esto ponemos en riesgo todo nuestro futuro y no te lo digo porque no quiera esto. ¡Mierda, claro que quiero acabar con esta porquería! Pero precisamente porque llevamos más años que tú dentro de esto sabemos perfectamente lo mal que esto podría salir.
Jamás había visto a Louis tan alterado, jamás creí que él pudiera ponerse tan alterado. Cuando Louis sale de sus casillas ten por seguro que lo que ocurre no es bueno.
—Analiza el plan, dime todos los posibles fallos que encuentres y procuraremos que no ocurran. Las misiones que han tenido hasta ahora son juegos comparado con esto, no estamos como para soltar un plan a medias sin haberlo analizado y meditado antes—pedí—Entiendo que estén asustados pero confíen en mí esta vez.
Silencio. Nadie me regaló una respuesta, todo lo que recibí fue un absoluto silencio el cual debo admitir me dolió. La misión es suicida, cualquier contratiempo nos puede costar muy caro pero he analizado todo con cautela y tengo claras las posibles consecuencias que todo esto puede traer.
Sé la organización de cada depósito, sé qué empresas utilizan de coartada para cubrirse, sé cómo evacuar a toda la gente posible a tiempo, sé cuántas personas están en cada recinto. Investigué todo, lo junté con lo que papá tenía y finalmente lo terminé con todo lo que Aarón me ha proporcionado.
—Es que no es eso, es la cuestión de que el plan suena tan bien que no puede ser tan sencillo—murmuró Ash, parecía asustado.
—Es de las mejores estrategias que has planeado hasta ahora pero no estoy completamente seguro de querer ejecutarlo—agrega Louis.
—Sabemos que intentas hacer lo correcto Blake, también sé que crees que todo lo que has pasado te ha traído a este momento y sientes la necesidad acabarlo de una vez por todas pero no tienes una idea de lo que sucedería —Amanda sonaba aterrada.
—Entonces dime qué más debemos hacer, dime qué otra alternativa hay—le pedí con fuerzas, yo también deseo saber si hay otro camino más que éste pero no lo hay ni lo habrá nunca—¿Te crees que yo estoy feliz de hacer esto? Muchas vidas corren riesgo, se puede generar una disputa entre gobiernos, pero podremos acabar con ésta injusticia
—Danos tiempo para pensarlo, ¿sí? —finalmente añadió Amanda.
—Bien, pero que sepan que no tenemos mucho—acepté a duras penas.
Me sentía impotente, sé que sin su ayuda no podría hacer absolutamente nada y todo por lo que he estado trabajando habría sido en vano. Si algo sale mal todos podemos morir, nuestras vidas tendrían un trágico final pero sé que no sería tan sencillo, nos harían ver como sufre y nos arrebatan aquello que más queremos.
La Blake de hace unos meses habría descartado de inmediato esa opción pero hoy no, hoy estoy más que consciente de que tendré que hacer sacrificios. Aunque no puedo parar de preguntarme: ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Es esto lo que deseo? Pero no puedo llegar a una respuesta concreta.
Salí de la oficina para dejarlos pensar tranquilamente, no estaba enfadada porque puedo entender el miedo que tienen pero si un poco decepcionada por cómo reaccionaron. Supongo que me creé una idea errónea en mi cabeza al imaginar sus reacciones, ese fue mi error, pensar que todos estarían de acuerdo conmigo.
—¿Qué tal? —preguntó Charlotte.
—¿No ves su cara? —respondió Scott—Ni porque se está tirando al jefe la quisieron ayudar.
—Scott no empieces por favor, no tengo tiempo para tus estúpidos berrinches—solté demasiado irritada por su comportamiento estos días.
Escuché salir a los demás de la oficina y se agruparon en la sala, me separé para ir a tomar algo en la cocina y sentí a alguien acercarse. Ash se recargó en la barra y se me quedó mirando fijamente, después me sonrió.
—¿Qué traes? —pregunté, confundida.
—Es que te ves tierna cuando te enojas—dijo en tono burlón.
—No me hace gracias—espeté.
—Vale, no te amargues el día—suspiró pesadamente y continuó—Trata de entendernos, no es fácil hacer algo así sin miedo.
Observé mi vaso, tratando de evitar su mirada. Yo sé bien que no es fácil pero tampoco puedo evitar sentirme así después de haber estado planeando esto por meses, entiendo que sea difícil y necesiten su tiempo pero es que la verdad no queda mucho.
—Lo sé, lo entiendo pero
—Sí, tardaste mucho en esto pero ten paciencia—sonrió, casi nunca se pone así de serio y me sorprendió que esta vez no hiciera ninguna broma—En otras noticias, veo que ustedes dos van bien.
—¿Aarón y yo? —inquirí y me miró como si fuese obvio—Sí, eso creo
—Pues más les vale no volverse a pelear, ya estoy preparando mi discurso para su boda—se acomodó el cuello de la camisa como si fuese algo genial.
—¡¿Qué?! —casi sentí que me ahogaba—No te apresures tanto.
—Bueno, solo digo—se encogió de hombros y de pronto se carcajeó.
—¿Ahora qué? —sonreí, divertida.
—Es que no me los imagino casados, van a destrozar la casa—no paraba de reírse—Me ofrezco a cuidar de los diablillos que tengan, me ofenderé demasiado si uno no se llama Asher como su asombroso tío.
—¡Ash! —de nuevo casi me atraganto con el agua—No es momento para criaturas ni bodas ni nada.
—Nunca se sabe—añade, demasiado divertido con la situación—De cualquier modo, sobre aviso no hay engaño eh, Blake. Ya te dije.
Me señala con el dedo y me echo a reír. Volvimos al salón y ahí estuvimos durante un rato hasta que me comencé a sentir algo cansada y mareada, me escusé y me fui.
Subí las escaleras al cuarto de Aarón y me encerré para darme una ducha rápida, intentando mantener mi cabeza despejada me quedé ahí un buen rato hasta que finalmente me sentí con ganas de salir. Me cambié y al volver a la habitación me encontré a Aarón sobre la cama observando algo en la televisión.
Iba en mi camino a recostarme junto a él cuando perdí el equilibrio y casi me caigo, por suerte alcancé a sostenerme de un mueble y cerré los ojos con fuerza. Es la segunda vez que me sucede esto y no sé si es normal.
—Blake, por Dios, ¿segura que estás bien? —dijo Aarón poniéndose de pie a mi lado para ayudarme a mantenerme en pie.
Asentí rápidamente aunque no me parece creíble y deduciendo por la cara que ha puesto a él tampoco. Fue en ese instante en el que caí en cuenta
—Mierda, mierda y recontra mierda—musité, negando con la cabeza.
—¿Qué? —arqueó las cejas en sorpresa por mi repentina crisis.
No, no puede ser. ¿Cierto? No, me estoy apresurando Madre mía no puede ser cierto. Oh dios me va a dar un ataque en este momento, no puede estar pasándome esto.
—Blake, maldita sea, háblame de una vez—soltó en desesperación.
Estoy teniendo una batalla mental en este preciso instante.
—Eh nada—murmuré y me alejé de él rápidamente—Ahora vuelvo.
No permití que me siguiera y bajé las escaleras apresurada hasta encontrarme a Charlotte discutiendo con Scott en el sofá, no vi a nadie más por lo que pienso ya se fueron de aquí. Le hice señas desesperada para que se acercara pero no me entendía.
—¡Que vengas, maldita sea! —casi solté un grito tan repentinamente que saltó del sofá y me siguió hasta el baño donde nos encerramos.
—¿Me vas a decir que te pasa? —dijo colocando los brazos en jarras, parecía alterada.
—Eh Vale Es que —me temblaban los labios, me sudaban las manos y mi respiración se agitaba de los nervios.
—Blake, tranquilízate , solo dime qué ocurre—se puso de cuclillas frente a mí y pude notar su desesperación.
—Voy a necesitar que me hagas un favor—finalmente solté la bocanada de aire que contenía y hablé sin pensar—Necesito que me consigas una prueba de embarazo.